De todo corazón

—Sintiendo su longitud de dureza ya rozándola, Abigail agarró su cabeza y lo besó con fuerza —luego se apartó y le pidió que la bajara.

Alex hizo lo que ella había pedido, y Abi extendió la mano hacia su cuello y comenzó a desabrochar los botones.

—¿Viniste directamente aquí después de salir del país V? —preguntó mientras intentaba desvestirlo rápidamente, sus delgados dedos luchaban con sus botones.

—No. Hice una parada muy rápida por nuestra casa para darme un baño rápido y cambiarme de mi ropa sucia. Estoy bastante seguro de que no podría detenerme de atacarte al verte. Por eso decidí ocuparme de mí mismo antes de venir aquí —Alex declaró mientras sus ojos recorrían con hambre la esbelta figura de Abi.

Ella sonrió.

—Ya veo… —se arrodilló en el piso mientras le bajaba los pantalones y la ropa interior en un ágil movimiento.