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Frustrada (II)

Mientras me acerco, ella mira mi cuerpo desnudo. Sobre todo mi entrepierna. Parece nerviosa. Indecisa. Pero también llena de lujuria. De deseo.

–¿Qué quieres que haga?– le preguntó.

Ella me mira a los ojos. Vuelve a mirar a mi miembro, ahora flácido. Traga saliva.

–¿Puedo… tocarlo?– pide.

Yo soy un esclavo. Y ella la estudiante que ha comprado mi tiempo. Como si pudiera negarme. Supongo que la situación es extraña. Con sus amigas tumbadas sobre la cama. Después de haber sido folladas. Bei Liu más descansada. Observa con interés. Bi Lang aún jadeando.

–Claro.

Me acerco más. Colocándome frente a ella. Acerca su mano, dubitativa. La pone sobre mi miembro. La mueve hacia delante y atrás. Con torpeza. Insegura.

–Es más grande que… ¿Cabrá?– se pregunta en voz alta.

Mi miembro no es pequeño, pero tampoco enorme. El de su novio no debe de ser muy grande.

–Ya has visto como cabía– respondo, señalando a sus amigas con la mirada.

Ellas ríen por lo bajo. Ella se sonroja. Acerca sus labios a la punta. La besa. La toca con la lengua. Sin saber muy bien qué hacer.

–Ellas dicen que se puede poner dentro de la boca. ¿Cómo…?

No sé muy bien que le han contado esas dos pervertidas. Ni exactamente cuál es la personalidad de Fen Huan. Como sea. Hoy estoy a su servicio.

–Abre la boca.

Ella lo hace. Lo meto dentro de ella. Con suavidad. Salgo un poco. Vuelvo a meter un poco. Ella se queda muy quieta.

–Haz ese movimiento con la boca. Envuélvelo con los labios. Usa tu lengua, sobre todo en la punta– le doy instrucciones.

Me resulta extraño explicar como hacer una mamada a una estudiante. Ella obedece. Mientras mi miembro se va endureciendo. Ganando tamaño dentro de su boca. Sus movimientos van ganando seguridad. Aunque le falta práctica y técnica.

–Si quieres ir más allá, puedes llevarlo hasta la garganta.

Ella lo intenta. Se ahoga. Lo va intentando varias veces. Metiéndola bastante dentro. Dándome placer. Apretándolo.

–Me voy a correr pronto si sigues así. Llenaré tu boca– le advierto.

Ella no responde. Tiene la boca llena. Incluso acelera. Mis manos acarician su cabeza. Pero sin forzarla. Tampoco me quiero arriesgar a hacerla enfadar.

–Voy a correrme. Ah. ¡Ya! ¡Aaaaah!– la lleno de mí.

Ella se separa de mí mientras la lleno. Mi semen en su garganta. En su boca. En su cara. Ella tosiendo un poco. Luego lo traga. Lo saborea con la lengua.

–Es amargo. Pero es bueno para la piel– asegura.

¿De dónde habrá sacado eso? Miro a Liu y Lang. Ellas apartan la mirada. Disimulando. Riendo. En serio…

–¿Quieres que lo haga ahora yo para ti?– le pregunto.

–¿El qué?

Me mira con una mirada inocente. Aunque también apasionada. Hay anticipación en ella.

–Estírate en la cama. Déjame hacer. Te gustará.

Mira a sus amigas. Ellas asienten. Obedece. Su respiración se acelera. Su rostro se pone más rojo. Me acerco a ella. Entre sus piernas. Mis manos suben por sus piernas. Subiéndole la túnica. Acariciándola. Con qi. Se estremece. Sorprendida por el suave placer.

Llego hasta su culo. Descubro sus bragas negras. De encaje. Mojadas. Las agarro. Tiro suavemente de ellas. Deslizándolas entre sus piernas. Descubriendo su vello rosado. Su abertura goteando.

Se las saco poco a poco. Excitándola. Rozándola con los dedos durante el recorrido. Añadiendo qi.

–Abre las piernas.

Indecisa, vuelve a mirar a sus amigas. Ellas asienten y ríen. Observándonos. Lascivas. Huan las abre. Mostrándome su zona más íntima. Más secreta.

Me acerco a ella. Acaricio sus muslos. Acerco mi boca. Saboreo sus jugos. Ella gime al sentir el qi entrando por zonas más sensibles.

Mi lengua sube por el exterior de su vagina. Buscando los pliegues que ocultan su perla de placer. La lamo. Aún protegida por ellos. Descubriéndola poco a poco. Exponiéndola.

–¡¡Aaaaah!! ¡¡¡¡HHHHHAAAAAaaaahh!!!! ¡Dios! ¡¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHH!!!– gime, de placer y sorpresa.

Sus puños se cierran sobre las sábanas. Su cuerpo se arquea. Su respiración se acelera.

Llevo un dedo a su vagina. Acariciando sus paredes. Poco a poco entrando en ella. Se estremece. Ha tenido un pequeño orgasmo. Sigo estimulándola. Mientras ella parece haber perdido totalmente la razón. Sólo se estremece y gime. Hasta que llega a un fuerte orgasmo.

Las paredes de su vagina se estrechan contra los ahora dos dedos. Levanta todo su cuerpo. Arqueado. Gritando. Fuera de sí. Totalmente esclava al placer.

La dejo recuperarse. Jadeante. Sobre la cama. Mientras mi miembro erecto frota con suavidad contra el exterior de su entrada. Tarda un rato en darse cuenta. En mirarme nerviosa. En tensarse, sin saber qué hacer.

–¿Quieres que lo meta?– pido su consentimiento.

Ella me mira a los ojos. A mi miembro. A los ojos. A mi miembro. A sus amigas, que asienten. A mi miembro de nuevo. A los ojos. Hay miedo en los suyos. Y también pasión.

–No dolerá. Cabe perfectamente. Te sentirás bien– la intento tranquilizar.

–Más que bien– añade Bei Liu.

–Es increíble– se suma Bi Lang.

–Va… vale– asiente finalmente.

–¿Vale qué?– pregunto, como si no entendiera. Incitándola

–Mételo… dentro– responde, avergonzada.

Estoy tentado de molestarla un poco más. Pero mejor no arriesgarse. Así que introduzco la punta. Ignoro las risitas. Ella se tensa. La saco y vuelvo a meterla. Un poco más adentro. Con qi. Mis manos acariciando sus caderas.

Voy metiendo y sacando. Cada vez más profundo. Mientras mis manos suben por su costado. Acariciando su piel. Su estómago. Una juguetea con su ombligo unos momentos. La hace enrojecer. Aunque no tanto como cuando llego a sus pechos.

Los acaricio por abajo. Subo por ellos. Intentado cubrirlos con mis manos. Aunque son demasiado grandes para ello. Gime cuando aprieto. Cuando compruebo su suavidad. Cuando añado qi a sus pezones. Tiene un pequeño orgasmo. Cuando succiono uno de ellos con mi boca.

Estoy dentro de ella. He llegado al fondo. Entro y salgo. De momento con suavidad. Mis dos manos en sus pechos. Mi rostro frente al suyo. Me mira. Sin saber que hacer. Indecisa. Con mechones ondulados de su pelo rosado pegados a su frente. Le dan un aspecto muy sexy.

–¿Puedo besarte?– le pregunto.

Ella se queda en silencio unos segundos. Mirándome. Mordiéndose un labio.

–Liu dice que es mejor así. Que puede dar más… Hazlo. Enséñame. Bolin no sabe.

Les di esa excusa en el pasado. Parece que se la creyeron. O que han decidido usarla igualmente. Supongo que Bolin es su novio. Mejor recordarlo. Espero no tener problemas.

–Ah. Usa la lengua con la mía– le sugiero.

Ella me mira extrañada. No vale la pena explicar. Mejor mostrarle.

Mis labios se pegan a los suyos. Mi lengua entra por la suya, entreabierta. La cojo por sorpresa. No sabe qué hacer. Yo sigo avanzando. Sin dejar de penetrarla. Sin dejar de jugar con sus esponjosos pechos.

Logro encontrar su lengua. Jugar con ella. Pero no reacciona. Me separo de ella. La miro. Su boca entreabierta. Sus ojos muy abiertos.

–Es mejor si jugamos los dos. Ah.

Ella no parece entender al principio. Luego se sonroja. Asiente. Entre gemido y gemido. Parece nerviosa. Debe sentirse torpe.

La vuelvo a besar. A entrar con la lengua. Encuentro la suya a medio camino. La mueve con torpeza. Pero al menos la mueve. Juego con ella un rato. Uso un poco de qi. A la vez que voy acelerando mis embestidas. Que estrujo sus pechos con un poco más de pasión.

Me separo y la miro.

–Un poco mejor. Sigamos practicando– le sonrío.

Ella intenta devolverme la sonrisa. Pero le cuesta. Sus gemidos aumentan de intensidad. Vuelvo a sellar sus labios. A encontrar su lengua. A saborearla. Ella intenta responder. Pero todo su cuerpo está demasiado sensible. El placer se está apoderando de ella. Saco la lengua antes de que se corra. De que se tense. De que pueda morderme. Me separo a unos pocos centímetros de ella.

Su nivel está por encima del mío. Mejor no arriesgarse. Es suficiente con que su vagina me apriete. Con que sus muslos amenacen con cerrarse.

–¡¡Aaaaaaaahhh!! ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!! ¡¡¡¡¡¡HHHHHAAAAAAAAAAaaaaAAAAAAAAAAHHHHHHHh!!!!!!

No dejo de mirarla mientras se corre. Mientras se estremece toda ella. Sus ojos se cierran mientras lo hace. Sus gemidos retumban en la habitación. Tarda un poco en abrir los ojos. En mirarme. Humedecidos. Vidriosos. Rendidos al placer.

No la dejo reponerse del todo. La beso. Y vuelvo a embestir. Ella mueve la lengua. Intentando luchar contra la mía. Sus manos siguen contra la cama. Agarrada a ella con fuerza.

Su cuerpo se estremece una y otra vez. Su lengua se mueve poco, rendida a mí. Sus labios se dejan dominar. Resulta excitante follarla. Dominarla cuando sus fuerza es superior a la mía. Conquistarla. Seducirla. Hacerla mía. Puedo sentir como se está rindiendo a mí.

También puedo practicar un poco Armadura interior. Está en la etapa dos del reino del alma. Su qi es más denso que el mío. Pero no tanto como aquella estudiante. Cogiéndolo poco a poco, se va expandiendo y puedo usarlo. Así que puedo coger más de lo habitual. Hay un poco aún más denso, pero ese prefiero no tocarlo. Cuesta más usarlo.

Orgasmo tras orgasmo, va perdiendo el control. Cada vez más fuertes. Su cuerpo a mi merced. Las paredes de su vagina acosando a mi miembro. Hasta que la lleno de mí. Y le provoco un último orgasmo. Más fuerte. Más intenso.

Me quedo un rato con ella. Acariciando su pelo. Su rostro. Sonriéndole. Ella me devuelve la sonrisa, agotada.

–Descansa un poco. Tengo que ocuparme de ellas.

Asiente. Se me queda mirando. Parece expectante. Me acerco a Bi Lang. Aún tenemos tiempo.

–Kong… ¿Quieres algo…?– pregunta, un tanto insegura.

La cojo de los pies. Su cabeza queda contra la cama. Alzo el resto de su cuerpo. Sus rodillas quedan apoyadas en mis hombros. Mi rostro en su entrepierna.

–Espera, Kong. Ya hemos… ¡¡Iiiiiiiihhh!

Ataco directamente su clítoris. Acaricio y agarro sus muslos. Añado qi. Pronto vuelve a gotear. A excitarse, a gemir.

–¡No! ¡¡¡Aaaaaahh!!! ¡Otra vez no! ¡¡HHHAAAAAAaahh!!– protesta.

Pero no hace ningún intento de resistirse. Todo lo contrario. Se acomoda mientras juego con su entrepierna. Mientras la llevo al orgasmo.

Sin dejarla descansar. Bajo un poco su cuerpo. Lo suficiente para que pueda penetrarla. Su cuerpo se arquea

–¡¡¡¡HHHHAAAAA!!!! ¡Te está portando muy mal! ¡¡¡AAAAAAaaahh!!!

–Tu castigo por tenderme una trampa– me río de ella.

–¡¡¡AaaaaaaaAAAhhh!!! ¡Fue idea de Liu! ¡¡¡HHHHAAAAAAaaaHHhhh!!!! ¡No pares! ¡¡¡¡AAAAAAAaahhhh!!!!

–¡No es cierto! ¡Traidora!– niega esta.

–Después me ocuparé de ti– la amenazo.

Ella pasa la lengua sobre sus labios. Sugerente. En absoluto asustada. Ni cuando vuelvo a llenar a Lang y me acerco a ella.

Se pone a cuatro patas. Mueve el culo, insinuante. Lo golpeo. Se queja, sugerente. Llevo mi lengua a su vagina a su clítoris. Haciéndola correrse antes de penetrarla. De empujar en ella. Mis manos en su caderas. Dominándola. La parte superior de su cuerpo contra la cama. Rendida a mí. Al esclavo que han alquilado. Al que las folla y las llena. Las satisface.

Las dejo a las dos recostadas. Agotadas. Y me acerco de nuevo a Fen Huan.

Ella me mira entre asustada, nerviosa y expectante.

–¿Una vez más?– le pregunto.

No puedo tratarla como a las otras. No hay tanta confianza. Solo la he follado una vez. Ella asiente con la cabeza.

–¿Cómo lo quieres?

–Como a… Liu– susurra.

–Date la vuelta.

Nerviosa, se pone a cuatro patas. Su culo no está mal. Lo acaricio. Lo aprieto suavemente. Es suave. Elástico. Jugueteo con él, Y con su vagina. Hasta que está mojada y me pongo frente a él.

Froto mi miembro contra su entrada. Ella gime, entre excitada, expectante y frustrada porque no la penetre. Finalmente lo hago. Entro en ella. Esta vez empujo hasta al fondo. Despacio. Sin parar hasta que llego. Luego casi lo saco y vuelvo a meterlo.

Ella gime. Mientras poco a poco acelero. Añadiendo qi. Fijándome en ella. En su reacción. Se excita más mientras acelero, así que lo hago más y más rápido. Más y más fuerte. No parece tener bastante. Parece querer que la domine.

La sacudo muy suavemente. Su reacción es positiva. Así que lo hago un poco más fuerte. Y más. Al final, sus nalgas están rojas. Y yo la estoy penetrando casi salvajemente. Ella lo está disfrutando. Sin duda, es bastante pervertida. Por eso es amiga de esas dos. Tiene un orgasmo final muy intenso cuando la lleno.

Me acerco para besarla mientras jadea. Tumbada en la cama. Luego me acerco para besar a las otras dos. Y me visto.

–Esto ha sido demasiado– se queja Liu.

–Sí… Tendremos que repetirlo. No tendríamos que dejarlo ir– amenaza Lang.

Siento un escalofrío. Huan no dice nada. Pero me mira. Sonríe satisfecha. Me deja salir. Se ha acabado el tiempo. Me alejo de la cabaña. También algo cansado. Aunque estar en la etapa nueve tiene sus ventajas.

Paso por al lado de un estudiante. No sé quien es. Pero no me gusta su mirada. Parece enfadado. Lo ignoro. Y parece que funciona. No hace nada. Aunque eso no hace sino que me preocupe más. ¿Quién será?

Próximo capítulo