¡El genio!

—Qiao Bolin golpeó el suelo con los pies ansiosamente—. ¿A quién hemos ofendido? ¿Por qué tantas familias nos están atacando de repente?

—No parece que hayamos provocado a estas familias —Xu Yanfeng también agregó con una expresión melancólica.

Los demás presentes también tenían expresiones solemnes, sin saber qué estaba pasando.

—Hermano Huangfu, toma una decisión. ¿Qué debemos hacer ahora? —Qiao Bailin le preguntó a Huangfu Zhenxiong.

—Eso es, eso es. ¡No podemos seguir así! ¡De lo contrario, incluso si nuestras tres familias no están acabadas, nuestra vitalidad se verá enormemente dañada! —Xu Yanfeng también hizo eco.

Huangfu Zhenxiong agarró su bastón fuertemente y dijo fieramente:

—¡Date prisa y llama a los líderes de estas familias! Pregúntales qué quieren decir y por qué quieren ponérnoslo difícil a nuestras tres familias!

—¡Sí! —todos los presentes respondieron y realizaron llamadas.

No mucho después.