Mudándose

"""Afortunadamente, tenía suficientes hierbas medicinales y la Caldera de Cien Hierbas, por lo que no tomaría demasiado tiempo.

Pronto, olas de fragancia medicinal emanaron de la Caldera de Cien Hierbas, envolviendo toda la habitación.

Ye Chen incluso sintió que su cultivación había mejorado.

—La Caldera de Cien Hierbas ciertamente no es un objeto ordinario. ¡Valió la pena gastar esos cientos de millones para comprarlo!

Al mismo tiempo, Sun Yi había llegado a casa después del trabajo y se dio cuenta de que no había nadie en casa. Comparado con cuando los tres vivían aquí, ahora estaba demasiado tranquilo.

Ye Chen ya le había dicho durante el día que Xia Ruoxue había sido llevada a casa por su madre, así que ella lo entendió.

Sin embargo, no entendía por qué Ye Chen tampoco había regresado.

¿Por qué no le dijo que iba a salir de nuevo?