—Deja que asuman lo que quieran, cuanto más pongan su esperanza en algo, más duramente caerán —dijo Caña con ligereza—, como si esto no fuera algo que debiera molestar a Iris.
—Sin embargo, solo la confundió. —¿No te importan tus personas? Quiero decir...estarán realmente molestos y tristes cuando se enteren de la verdad. ¿No deberías advertirles?
—Iris, tal como dije que no puedo salvar todas las vidas de las personas, aún más su corazón. Si intentas aplacar a todas las personas a tu alrededor, solo te pondrás en una miseria. Solo sufrirás, pero ¿para qué? ¿Para complacerlos? Esa es la tortura más ridícula que te infliges a ti misma.
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