—¿Vamos a dar un paseo? —Iris parpadeó—, y si iban a montar, significaba que irían a algún lugar lejos. —¿A dónde vamos? —Pensó que Caña le había pedido que almorzara en el comedor.
—A la ciudad —respondió Caña con tranquilidad—. No la has visto aún.
Esta era la primera vez que Iris estaba en la ciudad capital y cuando salieron anteriormente, no fue para hacer turismo.
—Oh, está bien. —Iris estaba emocionada de que Caña realmente la llevara con él a la ciudad.
No le importaba si él hacía esto porque le preocupaba la mecha oscura que podía aparecer de repente, por lo que la llevaría casi a todas partes, o incluso cuando la sacaba porque quería ver directamente el caos en la ciudad. No le importaba en absoluto.
El hecho de que Caña la incluyera e involucrara en sus planes, le hizo sentir que era parte de algo. Este sentimiento de pertenencia calentaba su corazón.
No llevó mucho tiempo a Iris cambiar su vestido por uno sencillo adecuado para montar.
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