El característico movimiento de lanzamiento se reflejó en cada parte de la postura que el fantasma del Lobo Celestial Sirius acababa de adoptar.
No hizo falta ser un genio para descubrir lo que iba a suceder después, considerando que el fantasma estaba sosteniendo una lanza en su mano derecha mientras su brazo se movía como si fuera algún tipo de látigo.
BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!!!
La lanza finalmente dejó la mano del fantasma del Lobo Celestial cuando el brazo de este alcanzó la máxima extensión posible y una estruendosa explosión comparable a la anterior resonó en todas partes.
Sin embargo, a diferencia de la última explosión en la cual prácticamente todas las Existencias Superiores en las cercanías resultaron heridas, esta vez ninguna de ellas recibió el más mínimo daño real, excepto por sentir un ligero mareo que las atacaba.
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