—Cuatro ojos, ¿¡Estás jodidamente sordo?! —El militante que advirtió antes gritó cuando vio que Fu Xuefeng todavía no se bajaba del camión y dio un paso adelante—. ¡Si no te bajas de ese maldito carro en cinco segundos te llenaré de agujeros y te daré de comer a los cerdos!
Fu Xuefeng finalmente reaccionó y rápidamente se bajó del vehículo. Al ser apuntado por tal arma, sus piernas temblaban y su rostro palidecía de miedo. ¡Esta era una ametralladora Tipo 79, era un arma completamente diferente en comparación con la pistola Tipo 54 con la que los militantes los asaltaron ayer!
—Muevete. —Bai Zemin susurró suavemente y caminó hacia adelante seguido de cerca por los otros dos.
—Maldita sea, haciéndonos perder el tiempo. —El militante de antes gruñó nuevamente antes de mirar a los tres de arriba abajo con una ceja levantada—. ¿De dónde vienen ustedes tres? ¿Qué vienen a hacer a este lugar? ¡Este territorio es de los Cuatro Grandes Jefes!
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