Cristóbal se sentó en el coche, sus ojos fijos en la carretera, pero su mente era una tormenta de emociones encontradas. Las revelaciones a las que se había enfrentado aplastaron su espíritu, dejándolo sentirse perdido y traicionado. El amor que sentía por Abigail ahora se mezclaba con enojo, dolor y una profunda sensación de desilusión.
No podía quitarse de encima la sensación de traición que había echado raíces profundas en su corazón. Sospechaba que Abigail lo sabía todo antes de su matrimonio, y Britney había confirmado sus dudas.
Sus dedos agarraban firmemente el volante, y las venas en el dorso de sus manos parecían estar a punto de salirse. No podía negar la verdad que se había mostrado ante él, y sin embargo, aceptarlo se sentía como una carga insoportable.
La mujer que adoraba lo había estado engañando desde el principio, pero él se había enamorado perdidamente de ella.
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