—¡Oye, Candy! Alguien está preguntando por ti—, Uno de los gorilas del club Sodoma y Gomorra llamó a Candy quien estaba en el camerino tomándose un respiro después de su cuarta actuación de la tarde.
—Brandy puede ir en mi lugar, no creo que tenga fuerzas ahora mismo. Necesito recuperar el aliento—, dijo Candy con un movimiento de cabeza, tocando a Brandy, que estaba ocupada arreglando su maquillaje junto a ella para que se levantara.
—¡No, ella no puede venir! Pidió específicamente por ti. Conoces las reglas Candy, no puedes rechazar a un cliente VVIP—, le recordó el gorila.
—¿Un cliente VVIP? ¿Sabes quién es?— preguntó Candy pensativamente.
—Me pagan para buscarte cuando te necesiten, no para responder tus preguntas—, respondió el gorila con irritación.
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