Unos días antes se recibió una orden del Rey. Se trataba de evitar que alguien saliera del décimo castillo. Para entonces, Logan y Peter ya habían salido del asentamiento de vampiros. Ni se imaginaban que su pequeño viaje para mejorar a Borden resultaría ser una bendición disfrazada por más de una razón.
Salir del asentamiento sin que nadie se enterara fue bastante fácil debido a la habilidad de Peter para disfrazarse a sí mismo y a Logan como quien quisieran. Nadie protestó cuando salieron de las puertas del asentamiento, ya que los guardias estaban mucho más interesados en aquellos que intentaban entrar.
Una vez que estuvieron fuera de la vista, Borden salió del gran bolsillo de Peter y saltó sobre su hombro.
—¡Por fin puedo respirar bien! —Dijo mientras estiraba los brazos. Estaba deseando llegar a su destino.
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