Días feos por delante

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó el Joven Maestro Wu con ceño fruncido.

—Ah, estoy aquí para cobrar mi deuda. Siéntate —Jeslyn hizo un gesto hacia la silla frente a ella.

—¿Estás loca? Esto es mi oficina—

—Era. Esta era tu oficina, Joven Maestro Wu —interrumpió Jeslyn.

—¿Qué quieres decir? —Frunció el ceño mientras reprimía su ira.

—¿No está lo suficientemente claro? Bien. Quiero tu compañía como compensación por tu atrevimiento de buscarme problemas.

—¿Qué?! ¿Cómo te atreves? —

—Baja la voz, o tu lengua podría volar —Jeslyn lo miró de reojo antes de lanzar su muñeca a uno de los guardias detrás de ella.

El guardia sacó un documento azul de detrás de él y lo colocó en la palma de su mano.

—Joven Maestro Wu, tienes algunos documentos que firmar. Ven, mi tiempo es valioso.

—¿De qué estás hablando? —Su ira se encendió y su rostro se puso rojo como un tomate.