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Capítulo 78 – Triángulo amoroso

Punto de vista Julia.

Después de que Daniel cayera desmayado junto con Diana. Claudia y yo hicimos guardia hasta que alguno de los cuatro despertara. Ya que Melissa también tenía sueño y quería dormir.

Claudia: Julia hay algo que quiero preguntarte desde ya hace un tiempo.

Julia: ¡!

Las palabras de Claudia habían llamado mi atención por lo que cedi a mi curiosidad y dije.

Julia: Claro, dime.

Sin saber porque tuve un mal presentimiento por esta conversación.

Claudia: ¿Estas saliendo con Leo oficialmente? ¿Te gusta Leo?

Julia:…

No supe cómo responder sus preguntas. Leo y yo teníamos algo, pero aún no me lo había pedido formalmente. En cuanto a si me gustaba era más que obvio. Inconscientemente mi mano izquierda se movió y empezó a jugar con el anillo en mi mano derecha.

Esa era el símbolo de nuestra relación y nuestro vínculo. Mientras tenga este anillo sé que Leo es mi prometido de cierta forma. ¡Leo es mi novio!

Julia: Leo y yo tenemos algo más que una simple relación. En cuanto a si me gusta es obvio que estamos locos el uno por el otro~

La cara de Claudia se puso roja por alguna razón. No me importaba sus malentendidos. Lo que me interesaba era dejarle en claro que Leo era mío y que no lo pienso compartir con nadie más.

Claudia: No me importa…

Claudia murmuro algo por lo que provocó que dijera.

Julia: Perdona ¿Dijiste algo?

Mis palabras hicieron que Claudia levantara la cabeza. Había una mirada determinada en ella. Esto provocó que mi malestar se intensificara.

Claudia: Dije que… ¡No me importa! A mí también me gusta Leo y no me pienso rendir. ¡No me importa si ya se acostó contigo! ¡El me preferirá!

Las últimas palabras de Claudia hicieron que me ardiera la cara. No sabía si era de enojo o vergüenza. Ya que pensó que yo y Leo ya lo hicimos, pero de algo estaba segura, esta perra está muerta.

Julia: ¡Aléjate de Leo, es mío!

Un aura roja salía de mi cuerpo sin darme cuenta. Estaba muy furiosa y esta aura hizo que Claudia retrocediera y se orinara los pantalones. Sin embargo, ella se mantuvo firme y de pie.

Claudia: No… No… No me… No me importa… ¡Primero muerta antes que alejarme de él! ¡No es justo!

Claudia empezó a llorar y su berrinche incluso despertó a Melissa quien se mantuvo callada viendo el drama.

Claudia: ¡Es el fin del mundo! ¡No tengo a nadie! ¡Solo quiero estar con la persona que amo! ¡Ya perdí a mi madre y no quiero perder a nadie más!

Claudia lloraba mientras moco salía de su nariz. Esta vista me hizo tomarla menos enserio. Podía entender en parte sus sentimientos, pero esto era pedir demasiado. No estaba compartiendo un dulce o un pedazo de pizza. Estábamos hablando de Leo, el amor de mi vida, no quería tener que compartirlo con una tercera persona.

¡Definitivamente no!

Pero ella tenía razón. Ya no existía una sociedad que castigara la poligamia. ¿Qué debía de hacer? ¿Matarla? Leo me odiaría por eso e incluso si le doy una paliza también se enojaría.

Además, si la ataco eso sería rebajarme demasiado. Nunca me agradó esos actos de ver mujeres peleándose por un hombre y agarrándose y tirando del cabello. Esto era casi cotidiano en el barrio y no quería ser una de esas mujeres.

Me calmé y el aura menguó. La miré fijamente con lástima y desdén diciendo.

Julia: No me importa. Eres libre de hacer lo que quieras. Al fin y al cabo, él no te mirará, aunque estes desnuda frente a él.

Además, si le hiciera caso estaba segura que sufriría no solo por mi mano. En las pocas interacciones que tuve con Leila supe que era extremadamente posesiva. Sin embargo, me daba mi espacio con Leo por lo que la respetaba un poco. Me pregunto en qué momento despertará Leo.

Me acerqué a él y lo vi dormir. En este espacio no había ventanas por lo que no sabíamos si era de día o de noche. Leila no dijo que tiempo estaría inconsciente por lo que estaba preocupada por él.

Julia: Leila, ¿Cómo esta él?

Intente establecer contacto. No sabía si funcionaría ya que Leo estaba inconsciente.

Leila: No lo sé~

Julia: ¿?

Esto era inaudito.

Julia: ¿No está contigo?

Leila: En teoría. Sin embargo, parece que su conciencia fue trasladada a su subconsciente. Intenté acercarme, pero hay una barrera bloqueándome~

Julia: ¡Intenta atravesarlo!

Esta conversación sucedía en mi mente por lo que nadie alrededor sospechaba nada. Después pensarían que me estaba volviendo loca.

Leila: No puedo. Si rompo la barrera podría dañar permanentemente el alma de Leo.

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