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Capítulo 01

Todo a mi alrededor se cubría de un completo negro, mis párpados eran demasiado pesados como para abrir los ojos. ¿En dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué es este lugar? Y ¿Por qué estoy aquí?

Varias preguntas surgieron en mi mente a través de una rápida sucesión. Ni siquiera podría responder a la primera pregunta, pero mi cerebro continuó bombardeando con las siguientes preguntas. Me encontraba en la completa duda con mis pensamientos desenfocados.

Vagamente pequeños destellos de recuerdos retornaron hacia mi mente. Finalmente había recordado algo, al parecer había provocado el fin del mundo. Nada menos que un apocalipsis zombi, tal y como se vería en las películas de los años 2,000. Realmente no fue a propósito, simplemente una falla en los cálculos de mi experimento.

Y lo peor de estos recuerdos no fue el fallo del experimento, y tampoco mi muerte ya que esta no fue provocada por estos zombis directamente. Aunque debo decir que no suena mal morir por uno de mis experimentos, lamentablemente no tuve ese honor, y tampoco estoy arrepentido.

En realidad mi muerte fue provocada por una mujer. No, no soy tan estúpido como para sacrificar mi vida por una mujer. Fue ella quien había tomado mi vida, me había asesinado. De solo recordarlo mi sangre hierve de ira.

Esa desquiciada parecía furiosa cuando se presentó ante mí, diciendo cosas sin sentido sobre que era la Diosa guardiana del mundo y que mis acciones habían provocado un desequilibrio en el universo.

Como si me importaran esas cosas. Realmente no entendí de qué hablaba esa desquiciada mujer. Se suponía que disfrutaría de unas relajantes vacaciones después de mi largo tiempo de investigación, sé que irme de vacaciones después de provocar el fin del mundo es algo irresponsable ¿pero qué se puede hacer? Realmente necesitaba un descanso. Jamás pensé encontrarme con una loca que destruiría el avión en el que viajaba. Incluso ahora sigo sin comprender cómo lo hizo.

Sin poder hacer nada fui arrastrado por la fuerte presión del viento, y arrojado fuera del avión teniendo así una caída libre sin ningún tipo de protección. Lo último que recuerdo hasta ese momento fue mirar la cercanía del suelo. No había que pensar mucho acerca de la razón de ese último recuerdo, lo más seguro es que haya terminado como una masa de carne aplastada por la gravedad.

Mientras divagaba en mis pensamientos se escucharon algunos sonidos. Era similar al sonido de una puerta al abrir y cerrar, junto a pasos ligeros, similares a los de una mujer. No es como si fuera experto en este tipo de cosas, simplemente es un conocimiento que obtuve tras mi largo tiempo en el laboratorio.

Después de todo, el laboratorio era un lugar tranquilo y silencioso. Era completamente lógico que solo se escucharan los pasos de cada persona que caminara cerca, y que con el tiempo aprendiera a diferenciar entre los pasos de un hombre y una mujer.

Poco a poco comencé a ser consciente de lo que había a mis alrededores. Pude recuperar el sentido del tacto, sintiendo la calidez del lugar en el que me encontraba. Escuché de una manera más clara, me relajé cuando el nítido canto de las aves entró a mis oídos, una vez más la puerta se abrió. Esta vez luché contra el pesar de mis párpados, y con gran esfuerzo logre abrir mis ojos.

...

En una pequeña habitación escasamente amueblada, se encontraba un joven durmiendo en una gran cama. Respiraba relajadamente, como si estuviera en un profundo sueño. Al poco tiempo sus párpados se movieron en repetidas ocasiones, parecía que le estaba tomando un poco de esfuerzo el abrir los ojos.

Después de varios intentos finalmente logró abrir los ojos. Con una mirada somnolienta recorrió la habitación hasta donde alcanzaba la vista. Ya que su cama estaba frente a la puerta, los ojos del joven se encontraron con los ojos de una mujer. Aquella mujer lo miró algo perpleja.

*Crujido. Los platos que llevaba cayeron al suelo, con incredulidad siguió mirando a los ojos del joven. Aquella mujer no parecía tener más de 15 años, vestía con ropas sencillas de color azul, poseía una destacable y cautivadora belleza, con un largo cabello negro y ojos almendrados de color marrón.

"Jo-Joven maestro ¡Finalmente ha despertado!". Con sus labios temblorosos, al principio tartamudeó sus palabras, posteriormente se llenó de emoción. Esta era la clara alegría. "Espere un momento, avisaré al tercer anciano". Rápidamente salió de la habitación cerrando la puerta de un solo golpe y sin siquiera recoger los platos tirados en el suelo.

El joven recién despertado no parecía tener idea de lo que sucedía. Miró sin ninguna expresión la partida de la chica, entonces continuó mirando los alrededores en donde lo había dejado antes de encontrarse con los ojos de esa mujer.

El joven era incapaz de mover la cabeza, simplemente podía mover los ojos de lado a lado. Y tampoco podía mover alguna otra parte de su cuerpo, solo los ojos.

Su mente se encontraba en confusión. El joven recordaba haber sido asesinado por una desquiciada mujer en un ataque de ira. Su avión había sido partido y con eso tuvo una caída libre desde varios cientos de metros de altura antes de encontrarse con el duro pavimento. Instantáneamente había perecido, no había razón para tener esperanza de una segunda oportunidad para vivir, tenía muy en claro que la vida era algo único. O al menos eso era lo que pensaba antes de lo ocurrido en la actualidad.

Despertando en un lugar desconocido, con una atmósfera extraña, siendo llamado joven maestro y mirando a una mujer que fácilmente podría ser una modelo hablándole tan humildemente. Estos sucesos eran tan extraños, demasiado surrealistas, para él era complicado encontrar una explicación lógica a todo esto.

Con tantas preguntas en su cabeza y sin nadie que las pudiera responder, tomó un respiro y se tranquilizó. El nombre de este joven era Bai Yingzu, una de las mentes más brillantes del año 5,000. Provenía de un mundo de alto progreso social y tecnológico, con grandes méritos a su nombre con tan solo 25 años, siguió una carrera de investigación y especialidades en múltiples disciplinas. Su calidad como persona era dudosa, pero como un investigador fue halagado por toda la comunidad científica.

Ahora esta persona se encontraba en un lugar desconocido, sin la capacidad para moverse o siquiera hablar. Mientras que las tantas preguntas dentro de su mente corrían salvajemente, vagos recuerdos que no le pertenecían se comenzaron a filtrar dentro de su mente. Como un río que fluye se unieron como parte de sus propios recuerdos.

En estos recuerdos se encontraban grabadas escasas experiencias de vida. Comenzó a comprender de mejor manera qué era este lugar, además de entender que había cambiado de vida. Sus nuevos recuerdos abarcaban únicamente 7 años, posteriormente todo se volvía oscuro, hasta que en la actualidad nuevamente volvió a abrir los ojos.

Acerca de eso él no necesitaba una explicación, fácilmente podría hacerse una idea de lo que había ocurrido. En el pasado aquel niño había sufrido un atentado junto a su madre y todo el clan. Fue gracias a su madre y abuelo que su vida fue salvada, pero él junto a su madre habían sufrido graves daños, los cuales habían provocado una extrema debilidad, por lo que ambos cayeron en un coma profundo.

Desde su nacimiento hasta casi sus 7 años, aquel niño había tenido una buena vida, lleno de cariño y buenos cuidados por parte de su madre y abuelo.

Fue hasta el día en que celebraría su séptimo cumpleaños que las cosas se habían tornado tan sangrientas y peligrosas para sus seres queridos y él mismo. Mirando aquellos recuerdos, Bai Yingzu solo podía entender que este nuevo mundo era demasiado peligroso, tan salvaje y libre para que aquellos capaces puedan hacer lo que les plazca.

Pensando profundamente en esto hizo una nota mental, remarcando explícitamente el evitar ofender a cualquier persona que representara un peligro para su vida. Esto no significaba que Bai Yingzu fuera un cobarde, al contrario si alguien tuviera malas intenciones hacia él respondería de la misma manera. Esto era así porque principalmente Bai Yingzu nunca quizo tomar la iniciativa de ofender a otros.

Ya había entendido que este no era el mundo de donde provenía, el hecho había sido aceptado tras enterarse de las extrañezas que había encontrado en comparación a su mundo original.

Estas extrañezas habían sido divididas en tres puntos importantes.

Como primer punto, se trataba del avance tecnológico. De sus nuevos recuerdos había visto que la civilización actual tenía un pobre desarrollo tecnológico, pareciendo más a los años 600 a 950 de su mundo original. Claro esto podría arreglarse si se creaba la hipótesis de que había viajado en el tiempo, descartando así la idea de estar en otro mundo. Pero fácilmente esta idea era descartada al mirar los avances artísticos, más específicamente la pintura y la música.

En el caso de la pintura, había encontrado ciertas técnicas desconocidas, y algunas otras técnicas que se suponía llegarían varios años más adelante si se tratara del mismo mundo en otra línea de tiempo.

En el caso de la música era algo similar, ya que existían notas musicales diferentes, además de existir algunos instrumentos extraños y otros que siguiendo la línea de su tiempo original debían crearse a partir de los años 1,200. El orden cronológico era desproporcionado, habiendo cosas que no encajaban con la historia que conocía.

Como segundo punto, se encontraba el lenguaje y la escritura. Estos eran puntos importantes ya que si este aún era su mundo original, el lenguaje y la escritura debía ser algo que conociera o al menos relacionara. Quedaba descartada la idea de que se tratara de una lengua extranjera. Bai Yingzu conocía parte de las 6,000 lenguas del mundo, incluyendo aquellas que se extinguieron con el pasar del tiempo y las otras que perduraron hasta el año 5,000.

Si bien no era un experto en los 6,000 lenguajes, todavía podía diferenciarlas gracias a su excelente comprensión de las 600 lenguas principales. Estas 600 lenguas principales habían sido la base de los 6,000 lenguajes del mundo. De igual manera poseía una total comprensión de los sistemas de escritura de cada una.

El lenguaje y la escritura usada en este mundo eran muy diferentes al de su mundo original. Principalmente porque no tenía ninguna conexión con las 600 lenguas principales. Estas lenguas principales eran las precursoras de todo el vocablo usado en el mundo del que era originario, no era una exageración el decir que sin ellas no habría forma de comunicarse de forma oral o escrita.

Ya con el tercer punto no hacía más que confirmar por completo todas sus sospechas. En este último punto se encontraba algo que en su mundo original nunca existió y que posiblemente jamás existiría, esto era el llamado ‹Cultivo›.

Si fuera en su mundo original la palabra cultivo podría confundirse con el concepto relacionado a las plantas y la preparación de la tierra, sin embargo en el mundo actual los caracteres de esta palabra tenían un significado diferente. En realidad lo que se conocía como cultivo era algo realmente complejo, incluso Bai Yingzu con el conocimiento de los nuevos recuerdos se sentía confundido acerca de eso.

En palabras más simples el cultivo implicaba la absorción de energía espiritual del ambiente y otros medios aplicando diversas técnicas especializadas para obtener un crecimiento tanto en cuerpo como en espíritu, esto era así con el fin de obtener fuerza sobrehumana más allá de lo imaginable y extender el tiempo de vida.

En los nuevos recuerdos obtenidos, Bai Yingzu recordaba haber escuchado a su abuelo decir que, con un alto poder de cultivo las personas podrían mover grandes montañas e incluso cambiar la dirección en el flujo de los ríos. Escucharlo de esa manera era increíble, verdaderamente sorprendente, no habría forma de que un humano normal pudiera hacer tal cosa, incluso con el gran avance tecnológico esa hazaña sería difícil e incluso peligrosa para el entorno.

Y en palabras de su abuelo, eso era lo que alguien con un cultivo mínimamente aceptable podría hacer. Bai Yingzu ni siquiera podía imaginar las proezas que alguien por encima de eso podría lograr.

Tras aceptar el hecho de que este era un nuevo mundo, con leyes y sentido común diferentes al de su mundo original. Lo único que podía hacer era adaptarse a la nueva vida, sin importarle las complicaciones del futuro ¿Qué otra cosa podía hacer de no ser así? Bai Yingzu tenía claro los puntos importantes, de esa manera dividió tres objetivos para tener éxito en la vida.

El primero era adaptarse a la nueva vida. Evitar problemas, y en caso de no ser posible, resolverlos de forma inteligente.

El segundo era aprender más acerca del nuevo mundo y el cultivo, en este último tenía mayor interés debido a las capacidades que podía obtener, pero primero necesitaría entenderlo de una manera más lógica que se adaptara a su comprensión.

El tercer y último punto era aplicar todo su conocimiento, tanto nuevo como pasado para trazar un camino propio.

Los tres objetivos anteriores habían sido pensados con un único final, y este era el obtener una vida lo suficientemente satisfactoria. Una buena vida para Bai Yingzu no era simplemente vivir en paz. También se trataba de lograr sus objetivos tanto personales como profesionales, disfrutar de vivir sin arrepentimientos, así como también evitar el miedo y tomar valor frente a situaciones desconocidas o complicadas.

Sabía que huir podía ser bueno de vez en cuando, pero también debía tomar los problemas de frente cuando fuera necesario.

Antes de que siguiera pensando con más profundidad la puerta se abrió revelando la figura de aquella joven que había salido hace un tiempo. Detrás de la joven un hombre anciano la seguía.

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