El viaje continuó, y Po siguió intentando caerle bien a la princesa, sin éxito. Riuz ya había perdido la cuenta de la cantidad de agresiones que Po y los demás habían recibido, empezando a tener un tic cada vez más marcado. Había pasado demasiado tiempo en un templo lleno de paz y orden, por lo que estar ahora frente a un individuo tan molesto lo exasperaba. Se recordó que debería volver a meditar sobre eso para mejorar su resistencia a estas situaciones.
Lo peor era que no solo el viaje se volvió malo, sino que también lo demás. Durante el tiempo para comer, la princesa tenía deliciosos platillos en comparación con los demás, y la comida de Riuz y las chicas estaba racionada, por lo que no podían comer mucho cada vez. Aunque con su entrenamiento no era un gran problema. El problema estaba en que, cuando Riuz sacó algo de comida de su puerta de Babilonia para compartir con sus compañeras, la princesa le exigió que se lo entregara. Solo por las chicas presentes y para que Shifu pudiera enterarse, terminó dándoselo y no cortándole la cabeza. Al final, tuvo que pasar un poco a escondidas, fuera de la mirada de Su Alteza, pero solo Po aceptó.
En el resto del camino, Riuz fue cada vez más silencioso, preocupando un poco a sus compañeras. Aunque no era tan hablador como Po, era el segundo más hablador del grupo actual. La respuesta de "Todo está bien" no satisfizo a sus compañeras, pero tampoco había nada que pudieran hacer.
Ahora estaban recorriendo un camino por un bosque de bambú, donde había desaparecido por unos minutos, pero a nadie le importaba, era lo que hacía cuando preparaba las cosas para tratar de amigarse con la princesa. No tardó mucho en volver a aparecer frente a Tigress, Mantis y Riuz, ahora vistiendo un sombrero gracioso, pintura en uno de sus ojos y una enorme nariz roja.
Po: ¿Creen que a la princesa le gusten los payasos?
Riuz: No sé, pero seguro que a los payasos no les gustará la princesa... o nadie en este mundo -expresó con una indiferencia mortal, demostrando lo muerto por dentro que estaba a causa de este viaje.
Tigress: Esperen -exclamó en posición de combate, haciendo que tanto Mantis como Riuz también se pusieran alerta de inmediato de forma instintiva.
Po: ¿Qué es? -preguntó mirando hacia atrás de sí misma y retrocediendo hacia su equipo.
Tigress: No sé, viene algo -advirtió, haciendo que todos se prepararan para lo que venía, pero eso no le gustó a cierta pequeña.
Mei Li: ¡Oye, nadie grita "alto" excepto yo! -gritó saltando de su carro acercándose hacia ellos. Cuando estuvo cerca, se agacharon para estar más a la misma altura, como el protocolo ordenaba, y fue allí donde la princesa golpeó a Po, Tigress y Riuz en el rostro con el muñeco que actualmente reemplazaba su bastón- ¡Haré que te decapiten! ¡Los haré decapitar a todos! ¡Os haré decapitar a vosotros mismos!
Riuz: 'Esto se acabó' -dijo en su interior mientras ocultaba una de sus manos detrás de su espalda, a la cual le habían salido garras de forma involuntaria.
Sirviente: ¡Bandidos! -gritó alertando a todos.
Y eran bandidos, un grupo de varias cocodrilas armadas con hachas y lanzas apareció rodeando toda la caravana.
Riuz: ¡Yahoo! ¡Bandidos! Por fin algo bueno pasa en este viaje -exclamó con felicidad, emoción que desconcertó hasta a las bandidas.
Fung: Ustedes, contra la tigresa, el insecto y el mono lampiño, yo voy por la payasa.
Mantis: Jaja, eso es cierto -rió mirando a Riuz.
Riuz: Oye...
Las cocodrilas saltaron al ataque contra los cuatro, ignorando por completo a las cabras y la princesa. Aunque solo algunas de ellas fueron directamente a las carretas.
Rápidamente inició una batalla, pero aunque fueran superados en número, nuestro grupo de maestros los superaba tanto en fuerza como en habilidad. No tomó mucho tiempo para que cualquiera de los cuatro pudiera incapacitar a sus atacantes.
Tigress tenía el poder para romper las armas de no muy buena calidad de las bandidas, además de usar su habilidad para sujetar, golpear y esquivar sus ataques.
Mantis era pequeña y ágil, esquivando con facilidad los ataques, para luego usar sus habilidades en los puntos de acupuntura para inmovilizar los brazos que sostenían las armas, pero tampoco quedó atrás en fuerza, por lo que podía controlar a sus enemigas sosteniendo sus armas.
Una de las cocodrilas corrió con su lanza tratando de embestir a Riuz, pero él se movió levemente en el momento preciso para evitarlo y se sujetó al palo de la lanza para sostenerse mientras le daba una patada en la cabeza a su atacante. Con la misma lanza que ahora sostenía, se movió en círculos para golpear con la parte de madera la cabeza de otra atacante, desorientándola antes de asestar un puñetazo en su nariz.
Riuz: Aun duele... -dijo mirando con seriedad sus nudillos rojizos. Aunque había entrenado mucho, su cuerpo aún no era tan resistente, en especial con individuos como estos que tenían la piel muy dura.
Po luchó contra Fung, la líder, y le fue bastante bien, por lo menos hasta que la princesa la interrumpió con otra de sus estúpidas exigencias. Le fue difícil porque tuvo que luchar contra las cocodrilas mientras protegía a la princesa y aguantaba su comportamiento poco seguro en esta situación.
Llegado a un punto, los cuatro tuvieron que ir pasándose a la princesa los unos a los otros para protegerla, hasta que Po la colocó sobre uno de los bambúes para evitar que se metiera en el campo de batalla.
Luego de alejar a la princesa, el equipo se reagrupó deshaciéndose de sus atacantes, pero cuando lo hicieron, solo pudieron escuchar la burla de Fung y ver cómo escapaba mientras sus subordinadas llevaban las cosas que robaron de las carretas.
Estaban a punto de perseguirlos, pero los gritos de la princesa los hicieron voltear para ver cómo su movimiento brusco hizo que se rompiera la rama donde estaba enganchada, provocando que cayera.
Las chicas saltaron hacia adelante para intentar atrapar a la princesa antes de que se lastimara, hiriéndose ellas en el proceso. Riuz, por otro lado, solo estaba parado allí, quizás esperando que sus amigas no llegaran a tiempo.
Con la princesa ya a salvo, todos vieron lo que quedó luego de la pelea, nada. Los sirvientes estaban atados o atrapados de alguna manera, y los carros completamente desaparecidos.
Sirviente: Se lo llevaron todo, hasta la comida.
Po: ¡NOOOOOO! -gritó tan fuerte que retumbó por la zona. La comida era parte fundamental en la vida de Po, razón por la que seguía gordo a pesar de todo el entrenamiento... bueno, quizás había algunas fuerzas más influyendo en ello.
Sirviente: Solamente nos dejaron una jarra de agua.
Esto dejó a Riuz pensando, considerando que las cocodrilas bandidas eran más agradables a sus ojos. Él tenía cierta debilidad con las mujeres, no importaba si eran criminales, pero el hecho de que lo fueran y que tuvieran ciertos principios como dejarles esa jarra de agua hizo que su leve interés en ellas creciera.
Al escuchar a la cabra, que había visto todo lo que hicieron las bandias mientras los demás peleaban, quedaron indignados por la situación, pero todo empeoró cuando vieron cómo la princesa estaba vertiendo la única jarra de agua sobre su corona.
Mei Li: Mi corona estaba sucia. -respondió al ver cómo todos la miraban, pero sin el más mínimo atisbo de culpa. Luego se acercó al grupo de maestros para quejarse- Tengo sed, ¿dónde está mi pasta de frijoles para mis bolas de arroz frito? -Luego miró hacia Tigress y dijo- Tus artes marciales no sirven para nada, se supone que debes protegerme.
Tigress: ... Sí, princesa -respondió cerrando los ojos, aceptando las falsas palabras de la niña, sabiendo cuál era su rol y su deber.
Mei Li: Y a ti, ni siquiera te usaría como cebo. -Señaló a Mantis.
Mantis: Sí, princesa -siguió el ejemplo de Tigress.
Mei Li: Y si tu kung fu fuera la mitad de bueno que tu falta de pelo... -Siguió con Riuz, pero este solo la miró con unos ojos rosas malignos.
Po vio cómo la princesa insultaba a sus compañeros por última vez, pues ya no soportaba más esa actitud, pero cuando estaba por decirle algo a la niña, una mano en su pecho la detuvo. Mirando esa mano y su dueño se quedó confundida de que la única persona que era más probable que saltara contra la niña fuera quien la detuviera.
Riuz: Espera Po, sé que quieres desahogarte, pero yo voy primero. Acompáñenme -les dijo a sus compañeras alejándose de la princesa.
Mei Li: ¡¿Cómo te atreves a irte cuando aún estoy hablando?! ¡Haré que los decapiten a todos!
Las guerreras al final terminaron por seguir a Riuz, no muy lejos, fueron solo unos pocos metros suficientes para que no se escuchara su conversación.
Po: ¿Por qué me detuviste? Estaba a punto de ponerla exactamente en su lugar.
Mantis: Me hubiera gustado ver eso.
Riuz: Me llevo a la princesa por otro camino, nos reencontraremos mañana por la mañana -dijo sin siquiera voltearse.
¡¿Qué?! x3
Riuz: Exactamente lo que escucharon, me desviaré un poco, bifurcaremos nuestros caminos, no muy lejos, pero tampoco tan cerca.
Tigress: No puedes hacer eso. -Negó fervientemente.
Riuz: Sería más seguro, nadie esperaría que la princesa tenga un solo acompañante. Si algo como lo de hoy quisiera volver a pasar, seguramente irán por ustedes que son el grupo grande antes que por nosotros que somos el grupo pequeño.
Tigress: No hablo de eso, no voy a dejarte solo con la princesa.
Mantis: Sí, puede que estemos en una mala... una horrible situación, pero eso no justifica que puedas desquitarte con la pequeña demonio.
Riuz: ¿Por qué creen que hago esto para vengarme?
Mantis: Te escuchamos murmurar durante todo el viaje.
Tigress: No abandonaremos la misión, aun en estas condiciones.
Riuz: No pienso fallar en la misión, pero sí planeo hacer que la princesa deje de tratarnos como basura. Puedo tolerar un poco de insulto, puedo tolerar ataques a mi persona, pero no puedo aguantar que tengan que resignarse como lo acaban de hacer -dijo cerrando con fuerza sus puños, aun sintiendo esa horrible sensación que tuvo al contemplarlo.
Po: Tienes razón... -Asintió de acuerdo.
Riuz: Y por eso necsito que me dejen hacer esto.
Po: Estoy contigo, basta de la Po buena, es hora de educar a cierta princesa.- Apoyo su mano en el hombro de su compañero como si fuera a seguirlo.
Riuz: No Po, estoy encantado por esto, pero necesito ir solo.
Tigress: Ni siquiera lo pienses, no dejaré a la princesa sola contigo -volvió a rechazar con firmeza, recibiendo el asentimiento de Mantis.
Riuz: Chicas, ¿dudan de mí? Esto es por la misión, ya no podemos seguir así o alguno de nosotros saldrá herido la próxima vez, si no muerto. Yo realmente voy a hacerla cambiar de opinión sobre nosotros, no planeo hacerle el más mínimo daño ¿Creen que sería capaz de hacerle algo realmente malo?
Mantis: Sí -respondió rápidamente- he tenido el fuerte presentimiento de que querías cortarle la lengua cada vez que nos insultaba.
Riuz: ... ...Miren... -dijo seriamente- Saben bien que cuando se trata de cosas serias yo nunca bromeo. Ustedes mismas han visto lo serio que puedo ser ante las cosas importantes.
Po: Sí... -asintió.
Mantis: Tampoco lo niego.
Riuz: Además, ustedes saben que las quiero. Si llegara a hacer algo como lo que ustedes piensan, no creo posible que lleguen a amarme como quiero que me amen, y no puedo arriesgarme a perder eso.
Tigress: No sería posible ni aunque no lo hicieras -comentó rompiendo la expresión determinada de Riuz, cambiándola a una un poco amargada.
Riuz: Lo que digo es... confíen en mi amor por ustedes, que es más real que ustedes mismas. Confíen en mí esta vez -volvió a poner su mirada seria para mirarlas a los ojos- Solo será esta noche, mientras ustedes son la distracción, yo la cuidaré por unas horas y la haré ver que se equivocó. No la dañaré en lo más mínimo ni comprometeré la misión... no decepcionaré a Shifu.
Las chicas se miraron y parecieron dudar por un minuto, pero con el tiempo cada una pareció llegar a una conclusión y terminaron aceptando al ver la seriedad de Riuz, seriedad que solo mostraba en los momentos más críticos.
Tigress: Bien...
Riuz: Genial -dijo con alegría mientras corría hacia la princesa y la agarraba sin darle oportunidad para responder, la sujetaba con su brazo bajo su axila y corría hacia lo lejos- Dejo que ustedes se lo expliquen a los demás, y no me sigan o romperán mi confianza.
Las chicas se quedaron un poco sorprendidas por la repentina emoción, pero no pudieron hacer nada y fueron a desatar al resto de los sirvientes que vieron cómo su princesa fue secuestrada frente a sus ojos por quienes se supone que la protegerían.
...
"¿Por qué mi poder se activa en ciertos momentos y en otros no? Entendí un poco cómo funcionó al salvar a Tigresa, pero ahora... ¿por qué me siento culpable por mentirle a mis amigas, pero no por lo que estoy haciendo? ¿Será por mi poder?" pensó Riuz, ignorando los quejidos, gemidos y súplicas de la princesa que estaba siendo usada como anahole.
Riuz estaba acostado en el suelo con una piedra como almohada, al lado de una pequeña fogata, mientras que con solo una mano sostenía el torso de la princesa y la hacía subir y bajar. Por la diferencia de tamaño, se podía ver como el pene de Riuz se marcaba en el estómago de la princesa, la cual no paraba de soltar sonidos sucios, principalmente debido a esa casi indistinguible llama rosada que se desprendía de su pequeño coño cada vez que era penetrada.
"Siento que mi poder Puro está completamente dormido, mientras que el otro está completamente despierto, completamente inverso a ese momento donde buscaba la cura para Tigresa, pero también diferente a cuando entreno. Hay cosas que se enfocan en uno y otras en las que participan los dos, pero que pueden cancelarse entre sí. ¿Cómo debo tratar con eso? ¿Cómo domino estos poderes?" -se preguntó a sí mismo mientras llevaba a la cerdita con cantidades insanas de semen.
"Para... por favor..." jadeó sin fuerzas, con una expresión de infinito placer en el rostro, pero sus deseos no fueron cumplidos y la mano que la agarraba volvió a moverla con ferocidad.
Mei Li ya había sido rellenada tres veces, pero en ningún momento sintió dolor. La única razón por la que suplicaba que parase era por no poder soportar esa demente cantida de placer que los poderes de Riuz le provocaban. Poderes que también causaron que, a pesar de tener un cuerpo pequeño y un coño extremadamente apretado, la verga humana de Riuz la estiraba como si fuera de goma sin lastimarla.
Riuz se detuvo cuando sintió que Mei Li casi no reaccionaba. Había usado sus poderes para mantenerla despierta, pero parecía que ya no eran tan efectivos. Viendo que ya no podía seguir desquitándose por el momento como quisiera, decidió continuar. La volteó para que lo mirara a la cara, sin retirar su pene de su interior y le hablo sin mucha cortesía.
Riuz: Te invito a mi mundo y a ser parte de mi familia por toda la eternidad. Acepta, podrás seguir sintiendo este placer en el futuro.
Mei Li: Da... ha... da... -Solo liberó sonidos ininteligibles.
Riuz: Solo piensa en aceptar, no necesitas decirlo verbalmente. Si quieres poder seguir sintiendo lo de ahora, acepta pasar conmigo la eternidad.
No mucho después, ambos desaparecieron de ese lugar. Aunque la princesa Mei Li se encontraba tan incapacitada que parecía un cadáver, aún tenía algo de conciencia como para aceptar.
Estando en el mundo interior de Riuz, él usó sus poderes en la princesa para restaurarla a un estado medianamente funcional. Ahora más recuperada, la princesa miró al humano con algo de miedo.
Riuz: Ahora eres mía, que te quede claro... -dijo antes de explicarle lo que estaba pasando, con ayuda de Scorpion y algunas de las Minilunas que fueron llamadas por él.
El tiempo en este espacio era algo diferente al exterior, pero no mucho debido a la falta de poder en él. Aumentó un poco con la incorporación de la princesa, pero no era alguien muy especial, por lo que no ayudó mucho en comparación con Scorpion. Riuz llevó a la princesa a la zona que se creó gracias a ella, y allí siguieron hablando.
Mei Li: ¿Esta es mi habitación? ¿Por qué es más pequeña? -Preguntó aun nerviosa y temerosa. El lugar era una versión disminuida de su habitación real, con todas las sedas finas y decoraciones caras que tenía en su casa, pero solo era su habitación, nada más. En el futuro, este lugar quizás crecería para convertirse en el palacio que conocía, pero ahora solo era una habitación cuadrada en medio del campo.
Riuz: No es realmente tu habitación, esa está en tu palacio en el mundo que conoces...
Le explicó medianamente lo que sucedía y qué era esto, luego siguieron hablando durante un buen rato. Riuz nunca la trató como lo hizo durante el resto de la misión, dejándole claro que si quería su respeto debía ganárselo y que no aceptaría esa actitud caprichosa que tenía antes. Aunque no solo le dio con el palo, sino que también la zanahoria, usando sus poderes para hacerla sentir una vez más ese embriagador placer. De esa forma, se ganó a la princesa, que aunque con algo de miedo, no logró resistirse a los placeres carnales y se sometió.
Luego de discutir algunas cosas más, durmieron por un rato. Al despertar, Riuz hizo que la princesa no pudiera revelar algunas cosas; le dijo que no lo hiciera, pero no podía confiar en la capacidad de la niña para guardar secretos.
Cuando la sacó de su mundo interior, la niña ya no tenía esa altivez que tenía antes, era más tímida y cohibida. Aprendió su lugar y ahora solo abrazaba la ropa de Riuz mientras este la cargaba, ocultando su rostro en él, sin quejarse o decir nada innecesario.