Perdón por la tardanza. Me sentía mal estos días, pero como compensación, este capítulo será equivalente a dos. Principalmente, quería terminar este festival en el mismo capítulo y no alargarlo otra semana.
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Temprano en la mañana, aunque estaban agotados por el castigo de ayer, los hermanos se levantaron para cumplir con sus tareas matutinas y prepararse para el festival. Al salir de las barracas, se encontraron con la maestra Shifu.
Riuz: Buenos días, maestra Shifu.
Moony: Maestra.
Shifu: Humanos... -suspiró- aún planean perderse la reunión.
Riuz: Sí, maestro.
Shifu: Pues me han decepcionado.
Riuz: Lo siento, maestro. Es algo que debo hacer.
Moony: Yo voy donde mi hermano va.
Shifu: Lo sé, Moony, lo sé... por eso, aunque esté decepcionado de que no puedas vivir sin él, estoy más decepcionado de él por arrastrarte consigo. Doble entrenamiento básico antes de que salgan. -ordenó
Ambos asintieron y se fueron a cumplir con sus deberes antes de preparar las cosas para ir a la tienda de fideos de la Sra. Ping. Entrenaron un poco y luego continuaron con las demás tareas mientras conversaban.
Riuz: Es raro...
Moony: ¿A qué te refieres?
Riuz: Un sentimiento, sobre mis poderes... como si su influencia volviera, pero en vez de ser un subidón, ahora es algo más discreto, pero no menos peligroso... no importa. -Negó con la cabeza.
Mientras terminaban de limpiar uno de los salones del Palacio de Jade, vieron cómo Monkey entraba rápidamente.
Monkey: Nos informan de un avistamiento de bandidos cerca del valle. ¿Vienen? -preguntó con premura, pero sin mucha preocupación.
Riuz/Moony: Sí... -ambos se miraron y asintieron.
...
Salimos junto con las cinco y cuando llegamos al lugar de donde provenían los sonidos de disturbios, vimos a una gran banda de jabalíes peludos saqueando el lugar.
Sin dudarlo, saltamos sobre ellos y comenzamos el combate. Estos jabalíes estaban armados, pero no eran peligrosos, al menos para la mayoría de nosotros. Le di algo de apoyo a Moony por las dudas, ella tiene la habilidad pero le falta poder de ataque y defensa.
Al llegar, ya no pudieron causar ningún problema mayor. No eran rivales para nosotros y controlamos la situación.
Aun me dolía golpear su cuerpo robusto y su piel endurecida, pero era soportable. Durante la pelea, me enfoqué en sujetarlos desde sus grandes colmillos para arrastrarlos contra el suelo o las paredes, y luego darles patadas o rodillazos.
En medio del combate, pudimos escuchar los fuertes pasos de Po que venía corriendo lleno de emoción, golpeando a los jabalíes que se cruzaban en su camino. Sin problemas, se unió a la lucha al mismo tiempo que nos contaba con emoción la noticia que recibió.
Po: ¡Hyah! ¡Ey, chicas... y Riuz! ¿Están emocionadas por el festival de invierno? ¿Adivinen qué? La Maestra Shifu acaba de decirme que me uniré a ustedes este año.
Crane: ¡La fiesta es intensa! Todos los Maestros en una mesa.
Viper: Será un festín perfecto.
Mantis: ¡Es un honor estar invitado!
Po: En realidad, no solo estoy invitado. ¡Haaa! -Golpeó a un bandido mientras hablaba- ¡Seré el anfitrión!
Hubo un breve silencio en el lugar, incluso Moony se sorprendió un poco. Todos conocían las cualidades de Po, era bueno en el Kung fu y tenía un gran corazón, pero en cuanto a orden y etiqueta, bueno... Hasta los jabalíes se miraban entre ellos, juzgando a Po como anfitrión de la fiesta.
Las cinco furiosas: ¡¿Qué?!
Jabalí: No sería mi elección. -expresó, pero fue golpeado por esas palabras... y porque era un criminal.
Po: ¿Qué? -preguntó mientras seguía golpeando jabalíes.
Monkey: La fiesta en el palacio es muy... -dudó en decir las palabras para no ser muy hiriente.
Viper: Elegante.
Mantis: Es un evento muy, eh, sofisticado.
Po: ¿Por qué todos piensan que no puedo ser sofisticado? -preguntó mientras noqueaba a un jabalí con su trasero.
Crane: Yo... no tengo idea.
Tigress: Solo creemos que tal vez te vendría bien un poco de ayuda.
Po: Tigress, yo puedo con esto. Es una cena, comida, entretenimiento. ¿Cuánto tienes que saber? -dijo con confianza, dando un golpe a uno de los últimos jabalíes en pie.
Luego de la lucha, los rinocerontes vinieron a llevarse a los jabalíes. Retomaron el camino hacia el Palacio de Jade, pero Riuz estaba pensativo.
Riuz: Cómo me gustaría ser ese jabalí en este momento. -Susurró, dándose cuenta de que tenía una erección muy fuerte desde que vio ese trasero de panda moverse de esa manera, reflexionando nuevamente sobre esa sensación que tenía y cómo sus poderes lo estaban influenciando una vez más.
Al llevar ropa holgada, era muy visible la protuberancia que se formó en sus pantalones. Riuz hizo lo que pudo para ocultar esa erección furiosa y evitar que las chicas lo vieran.
Siendo maestras de Kung fu, todas estaban muy atentas a su entorno y notaron que su compañero actuaba de manera anormal. Pero una vez que se percataron de lo que trataba de ocultar, rápidamente volvieron a mirar hacia adelante. La única que no se percató de nada fue Po, quien, distraída como siempre y emocionada por ser la anfitriona de la fiesta de invierno, no notó el rápido cambio de miradas entre sus compañeras.
Viendo que era imposible que su sangre dejara de fluir hacia su pene de forma normal, Riuz decidió tomar un desvío en el primer callejón que encontró. Moony sabía lo que su hermano iba a hacer, así que también lo siguió.
Tigress: Moony...
Las cinco estaban a punto de detener a Moony, ya que creían que ella no se había dado cuenta de las complicaciones que su hermano estaba experimentando, pero Moony no se detuvo cuando la llamaron y decidieron dejarlos.
En un callejón oculto detrás de las casas, donde era fácil esconderse y notar si alguien se acercaba, Riuz se encontraba con los pantalones bajados. Moony llegó y vio cómo el pene de su hermano estaba 'muy actvo', más de lo normal, y tenía un aspecto muy rojizo y venoso de manera más intensa de lo que ella conocía.
Moony: ¿Estás bien?
Riuz: Estoy muy excitado, demasiado, y no puedo dejar de pensar en el culo de Po - Explicó mientras se frotaba de manera violenta.
Moony: ¿Te ayudo? -Preguntó caminado hacia su hermano sin esperar su respuesta.
Riuz: ¡Sí! -Riuz no tenía otra opción, por lo que sujetó la cabeza de su hermana, que ya estaba de rodillas frente a él.
No quería ser brusco, no otra vez como en el pasado, pero era una necesidad en este momento. Metió la punta de su pene en la boca de Moony y empezó a mover su cabeza con cierta rudeza. No podría meter todo su pene en la boca de su hermana sin hacerle daño, en especial en este estado anormal de erección, por lo que trató de controlarse y aprender cuanto era lo que su hermana podía tomar de él.
La verdad no tomo mucho, solo de 10 a 15 embestidas hasta que Riuz consiguió correrse. Ambos habían notado que la cantidad de semen era mayor a la habitual. Riuz se vino dentro de la boca de Moony, pero luego de unos segundos, la pequeña tuvo que sacar el pene de su boca porque no podía seguir recibiendo de esa forma, lo que causó que su rostro ya blanco como jade recibiera una inesperada cobertura de leche.
Moony en su naturaleza inicial era una 'cría', lo que provocaría que no haya problemas en tragar toda la vara de su hermano, pero siendo transformada en una persona normal con los poderes de Riuz fue perdiendo esas facultades debido a que aún no se tenía absoluto control sobre esos poderes. Ahora tenía la boca y el rostro lleno de 'leche', pero estaba feliz al ver el suspiro de alivio de su hermano al ver que su pene por fin bajaba.
Riuz: Perdón si me pasé, Moony, pero gracias.
Moony: *gulp* -Tragó, tomándose su tiempo para saborearlo. Hacía mucho tiempo que no lo probaba y siempre sentía una agradable sensación al hacerlo, aunque nunca se lo había dicho a nadie. - No hay problema. ¿Estás bien? - preguntó, dejando de lado el sabor en su boca y mostrando nuevamente su preocupación por su hermano.
Riuz: Sí, ahora sí... - dijo aliviado, pero luego se quedó mirando su entrepierna.
Moony: ¿Qué pasa?
Riuz: Mi pene... es más grande. Quiero decir, sé que mi cuerpo cambió de forma, pero siento que incluso si volviera a mi forma normal, seguiría siendo más grande que antes.
Moony: Hmmm... también tiene más venas y son más notorias - dijo mientras daba pequeños toques con su dedo a las venas marcadas, como jugando con ellas, además de sentir su calor.
Riuz: No sé si debería preocuparme... Oigan ustedes, acosadores, ¿debo preocuparme?
[Naa... un retroseso por mantener sellado tanto tiempo tu poder, centrate en tus cosas]
Riuz: Bueno, les creere.
Moony: ¿a quien le hablas?
Riuz: No importa, debemos volver... Límpiate el rostro. Aunque no puedo expresar lo emocionado que me hace verte así, no es adecuado llevarte de esta forma al palacio.
Moony: Bueno.
Moony comenzó a usar sus manos para quitar la abundante cantidad de semen de su rostro. Con las manos llenas, acercó sus dedos cubiertos de leche a su boca y los lamió como si fuera un adorable animal. Tenía un aspecto encantador y erótico sin pretenderlo; ella simplemente disfrutaba de una de sus comidas favoritas, aunque no lo reconociera abiertamente.
Riuz: Uuhhhh... -se estremeció- Moony, por favor, si no quieres que el problema que acabamos de resolver vuelva a aparecer, termina rápido o deja de hacerlo así... Mi corazón no lo soportará. Eres hermosa pero peligrosa.
...
De vuelta en el palacio, Riuz y Moony llegaron sin muchos problemas, a pesar de haber tenido algunos inconvenientes en el camino. El lugar estaba lleno de trabajadores ocupados con los preparativos necesarios para el banquete, y ambos hermanos se unieron para ayudar en lo que pudieran hasta el momento de su partida.
Entrando por la puerta, Po fue guiada por la maestra Shifu sobre sus deberes como anfitriona de la reunión de maestros.
Shifu: Debes memorizar dieciocho gestos para la mano derecha y diecinueve para la izquierda.
Po: Diecinueve por la derecha, diecinueve... dieciocho por la izquierda...
Shifu: Puedes preguntarle a Moony, ella los aprendió a la perfección.
Riuz, escuchando a Shifu desde la distancia, susurró a su hermana mientras ayudaba a mover cajas.
Riuz: ¿Sabes de eso?
Moony: Sí, además de muchas otras cosas sobre etiqueta y modales especiales para situaciones o lugares específicos. La maestra me felicitó mucho por mi habilidad y disciplina.
Shifu presentó a Feng, el artista del palacio, quien sería el encargado de hacer el retrato oficial de Po. El cerdo llevaba consigo un caballete y otras herramientas de pintura.
Po: Encantado de conocerte... -Saludó, pero el cerdo ya había comenzado a pintar, y luego le entregó el retrato- ¡OW! ¿Qué? Está bien, voy a necesitar una repetición. Creo que estaba parpadeando. -Dijo, mirando el poco favorecedor retrato que había obtenido.
Riuz: Moony, tráeme esa pintura -Le pidió a su hermana, decidido a no desperdiciar ninguno de esos tesoros, especialmente si podían servir como materiales de inspiración para...
Shifu : Aquí es donde se sentarán todos los maestros de kung fu.
Po: ¡A mi mamá le va a encantar esta fiesta! Sabes, ni siquiera ha estado en el Palacio. -Rio encantado imaginando la fiesta.
Shifu: Lo siento, Po. -Al escuchar a su alumna, se detuvo y le dio malas noticias-. No se permiten invitados.
Po: ¿No puedo traer a mi mamá? Pero ella es mi maá. ¡Siempre pasamos las festividades juntos! -Entró en conflicto.
Shifu: Entiendo, Po. Recuerdo el día en que dejé a mi familia y me comprometí por completo con los deberes del kung fu. Eres la Guerrera Dragón ahora y, por lo tanto, este es tu deber por encima de todos los demás lazos.
Riuz soltó una risa involuntaria, y Moony, que se acercaba con el cuadro que su hermano quería, preguntó: "¿Qué pasa?"
Riuz: Nada, solo me río de la falta de información que Po está recibiendo. Si no mal recuerdo, Shifu no abandonó a su familia por el kung fu, sino que su familia lo abandonó a él. No le es difícil superar tal sacrificio en esas condiciones. -Negó con la cabeza debido a las manipulaciones de su maestra.
Shifu continuó: Ahora, en su búsqueda de la perfección, estas instrucciones deben ser ejecutadas al pie de la letra. Guarda estos pergaminos que contienen... las antiguas recetas... jazmín en ojuelas, nunca molido... aprende a cantar el tradicional... saludo de los Maestros... magnífico... el Cucharón de Oro -Comenzó a explicar dato tras dato, abrumando la mente de la panda, quien apenas pudo aprender algo después de las primeras palabras.
Po: ¿Qué...? -Preguntó desorientado mientras trataba de equilibrar todas las cosas que le daban mientras Shifu hablaba.
Shifu: Po, contrata a un chef, preséntale el cucharón dorado. -Le entregó una caja que contenía un cucharón de metales preciosos con gemas incrustadas.
Po: Hmm.
Shifu: ¿Tienes alguna pregunta?
Po: ¡No-oh!
Shifu: Po, no me defraudes. -Dijo antes de irse.
Po: No se preocupe, Maestra Shifu, tengo todo bajo control... -Quiso asegurar, pero todas las cosas que tenía en sus manos se cayeron y justo en el instante en que se agachó para recogerlas, el pintor Feng hizo un retrato de su trasero.
Riuz: ¡Consígueme ese cuadro! -Ordenó a Moony, tratando de contener su emoción.
...
Luego de ayudar un poco más en lo que pudieron y guardar los cuadros en su habitación, los hermanos juntaron sus cosas y salieron del palacio para comprar algunas cosas antes de ir a lo de la señora Ping. Cuando salieron, vieron a Po sentada en una mesa, frente a ella una larga fila de chefs con diferentes platillos, lo que hizo que se les hiciera agua la boca.
Moony: Algún día cocinaré así para ti.
Riuz: No importa si no cocinas a ese nivel, mientras sea algo tuyo, me encantará. -Dijo limpiándose la baba de la boca.
Después de un largo recorrido y gastar mucho dinero en varias cosas, los hermanos fueron a la tienda de fideos con muchas compras, al punto de tener que ir lenta y cuidadosamente para evitar que algo se les cayera.
Al llegar, vieron cómo Po salía del restaurante, pero estaban algo lejos y tenían que tener mucho cuidado con las cosas que llevaban como para poder saludarla.
Al entrar en el restaurante, solo hubo silencio. Se acercaron al mostrador y desde allí vieron a la señora Ping apoyada sobre la cocina con la cabeza gacha.
Riuz: ¿Hola? ¿Todo bien?
Sra. Ping: Ohh... llegaron temprano. -Se sobresaltó y quiso poner una actitud amigable y alegre, a pesar de que claramente no estaba del todo bien.
Riuz: Sí, llegamos antes. Compramos algunas cosas. ¿Qué le parece si ponemos estos adornos por el restaurante?
Sra. Ping: Eso sería genial. Yo mientras empezaré a preparar la comida para la fiesta.
Aunque curiosos, no preguntaron por la situación para no incomodar a la señora Ping. Quisieron darle un poco de espacio antes de intervenir, por lo que los hermanos empezaron a distribuir las decoraciones que compraron por el restaurante mientras la Sra. Ping cocinaba.
Luego de terminar con los adornos, ambos hermanos vieron cómo la señora Ping estaba agitada con su labor de cocinera. Parecía apurada y queriendo hacer muchas cosas a la vez, lo que dificultaba su trabajo.
Riuz: ¿Necesitas ayuda?
Sra. Ping: No, estoy bien. Solo necesito un empujón. -Gruñó mientras arrastraba una gran olla.
Riuz: No parece que esa olla sea de tu tamaño. ¿Estás segura de que puedes...
Sra. Ping: Solo es un pequeño inconveniente. Po no está para ayudarme esta vez, pero yo puedo sola, porque así es como estoy, sola, sin mi hija, maestra del Kung Fu. -Comentó, pero en algún momento esa explicación se convirtió en una reprimenda hacia alguien que ni siquiera estaba allí.
La señora Ping siguió tratando de llevar la olla al fuego con dificultad, pero un par de manos sujetaron la olla de sus manos y la levantaron sin mucha dificultad para ponerla donde debía.
Riuz: Pues, si es solo un leve inconveniente, déjenos ayudarla. -Sonrió, decidido a tomar cartas en el asunto luego de ver a la desdichada mujer- Moony, ayudemos a esta hermosa señora a preparar todo un banquete, uno que sea aún mejor que el que se está celebrando en el palacio.
Moony: ¡Sí!
La señora Ping estaba a punto de decir algo al respecto, pero vio cómo sus invitados parecían adueñarse de su cocina y comenzaban a ayudarla, aunque ella se opusiera. No es que no quisiera ayuda, pero lo que ella quería era la ayuda de su hija.
Sra. Ping: ...bueno, no me vendría mal un poco de ayuda.
Poniendo manos a la obra, los tres comenzaron a cocinar en esa pequeña cocina. Era difícil, pero los hermanos hicieron lo posible por cooperar. Moony tenía experiencia en la cocina, por lo que solo debía seguir las indicaciones de la señora Ping. Riuz, por otro lado, trataba de no estorbar y se encargaba de los trabajos de fuerza o de cortar y picar las verduras.
Ese trabajo en equipo alivió mucho la carga de trabajo de la cocinera, pero aún estaban un poco ajustados de tiempo. Aunque los hermanos ayudaron en todo lo que pudieron, no estaban familiarizados con esta cocina y lo que tenían que hacer, por lo que no salió a la perfección, pero sí aceptable.
Sra. Ping: Qué bueno que llegaron. Las cosas van bien encaminadas y podremos terminar todo a tiempo. -Expresó.
Riuz: Eso es genial, pero aun así no parece que estés del todo feliz por eso. -Preguntó, observando la expresión que ella mostraba.
Sra. Ping: Bueno, aún me falta a mi... *sollozo* mi Po- Comenzó a llorar de forma muy gráfica y poco atractiva- Ahora es la guerrera dragón y ya no le interesa su madre. ¡Buaahhh!
Riuz: Eso no es verdad. -Dijo extendiendo los brazos hacia adelante en un intento de calmarla mientras soportaba este sonoro e irritante llanto.
Sra. Ping (Llorando): Sí lo es, sino seria ella la que estaría aquí en este momento en vez de ustedes.
Riuz: Eso fue algo hiriente.
Sra. Ping (Llorando): Lo sé, fue sin querer, pero estoy triste de que mi hija ya no me quiera.
Riuz: Te quiere.
Moony: Sí, Po te ama, todos lo tenemos claro.
Sra. Ping (llorando): ¿Entonces por qué no está aquí?
Riuz: Que no esté aquí ahora no significa que no esté más tarde.
Moony: Ella vendrá.
Sra. Ping: *sollozo* ¿De verdad lo creen?
Riuz: Sí, estoy seguro. No se perdería esta ocasión, solo hay que darle tiempo. Puedo asegurarlo, Po vendrá.
Moony: Señora Ping, Po la quiere y vendrá para la fiesta, sé que tiene que ser la anfitriona en el banquete de maestros, pero seguramente vendrá.
Sra. Ping: ¿Cómo estás tan segura?
Moony: Porque mi hermano lo dijo.
Sra. Ping:...
La señora Ping se terminó calmando gracias a los humanos que trataban de consolarla. Se sentía mejor y aunque seguía triste, aún esperaba que su hija viniera.
Volviendo a un estado más calmado, la preparación de la comida prosiguió y durante ello los hermanos trataron de conversar con la ganza para mantenerla animada. Se relataron muchas cosas, especialmente sobre las fiestas pasadas.
Sra. Ping: ...y luego Po se confundió con los condimentos, lo que hizo que todos nuestros platos de fideos terminaran siendo súper picantes... ahhh... esta será mi primera fiesta de invierno sin Po -Suspiró agobiada.
Riuz: No tienes que pensar eso, te dijimos que Po vendrá, por eso tenemos que prepararlo todo para que cuando venga se sorprenda.
Sra. Ping: puede que tengas razón, perdón por ponerme así.
Riuz: Está bien, te entendemos.
Sra. Ping: Y perdón por lo de antes, me alegro de que estén aquí para ayudar. Es bueno poder tener a alguien que me ayude... Quizás debería dejar que Po haga sus cosas de Kung Fu, ya es grande y... *sollozo* -y así empezó a llorar una vez más.
Riuz: ... -Poniendo los ojos en blanco, volvieron a consolar a la ganza, que estaba muy emocional.
Sra. Ping: Perdón... al menos Po tiene nuestra linterna, espero que le haga recapacitar.
Riuz: ¿Linterna?
Sra. Ping: Ohh... una linterna que pintamos cuando mi Po era solo una niña.
Riuz: Ahh... creo que Moony y yo también teníamos algo parecido.
Moony: Sí, la tengo en la mochila.
Riuz: ¿Cómo? -Preguntó sorprendido.
Moony fue hacia las cosas que trajeron y después de un poco de búsqueda sacó una linterna de color azul plegada. Se acercó a su hermano y a la señora Ping y la extendió, dejando ver el dibujo de una joven Moony y un joven Riuz, que claramente estaba hecho por principiantes.
Moony: Esta fue la lámpara que hicimos cuando el alcalde nos enseñó a pintar. Se acercaba el festival y nos pidió que hiciéramos la lámpara para luego pintarla, pero se sorprendió de que le lleváramos la linterna azul.
Riuz: Cierto, ya me acuerdo, me gustaba el color porque me hizo recordar tus ojos, pero no pensé que el fin de la linterna era iluminar y siendo azul era más difícil... No creí que aún la tuvieras, yo ni me acordaba de ella.
Moony: La hicimos juntos... Es una de mis posesiones más preciadas, la he guardado desde ese día -Dijo mirándola con felicidad.
Riuz: No sabía que te importaba tanto, hubieras dicho algo. Aunque me avergüenza un poco mi habilidad artística de esa época, que es casi igual a la de ahora, la hubiéramos colgado en todas esas fiestas.
Moony: No quería molestar.
Riuz: Nunca molestas, recuérdalo. Es bueno que hayamos venido aquí hoy, sino no me hubiera enterado de esto y hubiéramos guardado una linterna tan importante que nunca usábamos.
Sra. Ping: Nunca es tarde para empezar. -Dijo con muchas emociones al escuchar la historia de los hermanos.
Riuz: Creo que tiene razón, ¿nos permitiría colgar esta linterna en su restaurante esta noche, Sra. Ping? -Asintió y preguntó de forma formal, de cierto modo cómico.
Sra. Ping: Me enojaría si no fuera así. -Puso una falsa expresión amenazante.
Así, los hermanos colgaron esa linterna azul y los tres la observaron con diferentes emociones. Continuaron con su trabajo y luego de toda una tarde trabajando juntos, la coordinación mejoró.
Sra. Ping: Necesito los condimentos de allí arriba. -Señaló un tarro sobre una de las repisas, que estaba más a la altura de Po que de ella.
Riuz: Okay. -Asintió, pero en vez de bajar el tarro por sí mismo, se acercó a la ganza y la sujetó de la cintura para levantarla.
Sra. Ping: ¡Ah! -Gritó sorprendida- Uhh... gracias.
Riuz: No hay por qué, siempre es un gusto ayudar.
Sra. Ping: Bien... ¿Me sigues sujetando por alguna razón en especial?
Riuz: Ehhhh... aún estoy algo molesto por lo que dijiste antes y me tomé la libertad de desquitarme sujetando la perfecta cintura de la ganza más hermosa que puedo imaginar. -Explicó sin vergüenza, soltando a la señora Ping de su agarre.
Sra. Ping: Ohh...
Riuz: Sigamos cocinando, a menos que quieras que te ayude a alcanzar algo más.
Sra. Ping: No, está bien. -Dijo, pero luego le dio un golpe con su cucharón en la cabeza a Riuz.
Riuz: ¡Auuu!
Sra. Ping: Por aprovecharte de una indefensa cocinera soltera con tus dulces palabras. -Dijo sin añadir nada más y prosiguió con la cocina.
Riuz se frotó la cabeza, pero no se quejó ni nada. No estaba arrepentido y lo repetiría. Su mirada desde hace tiempo no era discreta y no ocultaba su admiración por el cuerpo de la ganza.
...
Po había tenido un mal día. Después de que su madre rechazara cocinar para el banquete, tuvo que cocinar todo sola, lo que también dificultó el resto de las tareas y arruinó todo. Pero por suerte, las palabras de un conejo que deseaba la muerte para recuperar su honor la inspiraron.
Ella estaba sola para realizar todos los preparativos para la fiesta, pero ahora sabía que no necesitaba hacerlo de la forma normal, sino que podía usar el kung fu para resolverlo, y para ello necesitaría a sus compañeras.
Pidiendo la ayuda de las cinco, los preparativos previamente arruinados retomaron su curso. Usando las habilidades de sus compañeras, Po aseguraría las decoraciones y otros trabajos mientras ella se encargaba de cocinar junto al chef Wo Hop.
Po: ¡Bien! -Exclamó al ver cómo la cubertería era colocada en su lugar junto con los adornos del techo. -Por cierto, ¿saben dónde están Moony y Riuz? Hace rato que no los veo y su ayuda también sería muy útil. -Preguntó mientras se dirigía hacia la cocina.
Viper: Ya se fueron.
Po: ¿Salieron? Pero falta poco y si no vuelven pronto, no llegarán al banquete.
Mantis: Ellos no vendrán al banquete.
Po: ¡¿No vendrán?! -Preguntó consternada.
Viper: ¿Cómo no lo sabes? Lo dijeron durante el entrenamiento de ayer. Estabas allí.
Po: No recuerdo nada del entrenamiento de ayer, no después de que Shifu... ni siquiera recuerdo cómo llegué a la cama de mi casa.
Monkey: Riuz y yo te llevamos.
Po: ¿Pero por qué no vendrán?
Tigress: Dijeron que no era lo suyo y que tenían una invitación pendiente. Pensé que lo sabrías. Es en tu...
Po: ¡Espera un segundo! -Interrumpió Po, corriendo hacia la cocina al ver al chef Wo Hop, quien parecía querer ser aplastado por una gran olla de hierro, sin darse cuenta de que los hermanos estaban en su casa ahora mismo.
...
Po consiguió tener todo listo para la llegada de los maestros, incluso el jazmín en hojuelas que tuvo que conseguir a último minuto. Sin embargo, algo no salía de su cabeza al recordar la imagen que vio cuando bajó al pueblo.
Sentada en la gran mesa llena de maestros de Kung Fu, representantes de las 29 escuelas, Po no estaba feliz. Solo podía pensar en lo que se estaba perdiendo mientras miraba la lámpara que hizo con su madre.
Incluso cuando Shifu le dijo que estaba orgulloso de ella por lo que había logrado, no se sintió satisfecha en el alma. Sabiendo que no podía continuar con esta farsa, decidió hablar en lugar de recitar el credo de los maestros.
Po: ...déjenme decir algo. El Credo de los Maestros es asombroso. Es, como, el credo más genial de la historia. Y, eh, maestros, ¿qué tan geniales son ustedes? Ni siquiera sé cómo decirlo... ¿Maestro Rhino? ¡Olvídalo! Eres increíblemente habilidoso y, ya sabes, más arrugado de lo que soñé que serías. Y, uh, Maestro Sheep, esponjoso e increíble...
Maestro oveja: Mm-hmm.
Po: Uh, los cinco, es solo... un gran honor estar aquí con todos ustedes: mis héroes. Pero cada fiesta, mi papá y yo pasamos todo el día cocinando juntos. Y aparece todo el vecindario. Y se vuelve realmente ruidoso y loco, y mi tío Yang termina riéndose tan fuerte que le salen fideos por la nariz...
Crane/Monkey: Me gustaría ver eso/Yo también. -Se susurraron la una al otra.
Po: Ojalá pudiera quedarme y... ser una buena anfitriona, pero... creo que debo irme y... ser una buena hija -dijo quitándose su traje ceremonial y retirándose de la sala.
Maestro oveja: ¿Qué pasa?
Crane: ¿Qué se supone que debemos...?
Shifu: ¡Po! ¡Vuelve aquí!
Viper: Ah, me encantaba cocinar con mis hermanas...
Tigress: Las danzas folklóricas y... -dijo melancólica mientras metía su mano en su bolsillo y tocaba un viejo broche que ya tenía sus años. Fue uno de los primeros y únicos regalos que recibió en su vida, un regalo de un amigo por correspondencia que no estaba aquí en este momento.
Crane: Juegos, la música.
Shifu: ¡Hey! ¡Esperen! ¿Qué hay de nuestras tradiciones? ¿Quién recitará el credo? ¡Alguien haga algo! -La maestra empezó a desesperarse al notar cómo se perdía el orden en la sala, pero su petición solo causó que uno de los gansos empezara a cantar, muy mal, empeorando aún más la situación.
...
Po por fin corrió a encontrarse con su madre, pero lo que le esperaba no era lo que esperaba. Cuando llegó al restaurante, vio cómo este estaba completamente decorado con nuevos y llamativos adornos.
Mirando hacia la cocina, estaba a pleno rendimiento y los distintos platos de comida seguían saliendo, acumulándose en la barra.
Po: ¿Mamá? ¡¿Riuz, Moony?! ¿Qué hacen aquí? -preguntó entrando a la cocina y viendo a su madre junto a sus compañeros.
Sra. Ping: Po, ¡ay, si llegaste! Oh, Po, yo... lo siento, te hice sentir tan culpable antes. -se disculpó tranquilamente, como si no hubiera llorado toda la tarde.
Po: No, no te preocupes. De eso se tratan las vacaciones... pero ¿qué hacen ustedes aquí? Las cinco me dijeron que salieron y que tenían otro lugar al que ir...
Riuz: Ese otro lugar es aquí, hemos estado aquí todo el tiempo. Lo mencionamos ayer en el entrenamiento, estabas allí. -mencionó confundido por la sorpresa de Po.
Po: Oh, sí, bueno, es complicado, pero qué bueno verlos. ¿Estuvieron ayudando a mi mamá? ¿Eso de afuera lo hicieron ustedes?
Riuz: Claro, no podíamos dejar que esta desdichada mujer hiciera todo sola -dijo burlonamente hacia Po- Qué bueno que viniste, sino tendríamos que traerte a golpes y darte tus buenas nalgadas.
Po: Gracias chicos, aunque parece que ya no necesitan mi ayuda aquí en la cocina -dijo con alivio pero también tristeza de no haber llegado aquí antes y ayudar a su madre.
Riuz: ¡Ja! Como si pudiéramos reemplazarte en la cocina. Preparamos mucha comida, pero aún falta si queremos hacer el mejor banquete. Ahora te toca a ti hacer lo que te corresponde -se rió lanzándole el delantal que tenía puesto a Po- Yo y Moony prepararemos las mesas y serviremos a los invitados que llegan. No falles, quiero la mejor combinación madre-hija que puedan hacer. Más les vale darme el mejor plato de fideos -dijo saliendo rápidamente de la cocina junto a su hermana, dejando solos a la garza y al panda en su tiempo madre-hija, para empezar a colocar los platos de entrada en las mesas.
Sra. Ping: Recuerden las mesas, les cobraremos por eso. -les gritó desde la cocina.
Así, la pareja madre-hija empezó a realizar su espectáculo de cocina mientras que la pareja de hermanos servía a los clientes que iban llegando. Como habían preparado varios platillos antes, no había apuro en la cocina y la señora Ping y Po se tomaron su tiempo, mientras que los hermanos se movían rápidamente distribuyendo la comida de tal forma que los comensales no se llenaran demasiado y pudieran probar los fideos que se estaban haciendo.
Cuando Po y la señora Ping salieron de la cocina, los Cinco Furiosos ya habían entrado en el restaurante.
Riuz: Wow, chicas, se ven tan hermosas con esos trajes plateados. Si me hubieran dicho que se pondrían tan atractivas para esta fiesta, habría dudado más en no ir al banquete de maestros... Esta imagen es algo que no me puedo perder, qué bueno que estén aquí.
Monkey: Siempre tan adulador.
Riuz: Adulador pero no mentiroso.
Tigress: Más de lo que te conviene... Felices fiestas.
Viper: Felices fiestas, Moony -saludó a la humana que salía entre la multitud.
Moony: Felices fiestas a ustedes también.
Mantis: Parece que estuvieron ocupados.
Crane: Sí, creo que no nos faltará comida esta noche.
Monkey: ¡Ey, Po! -llamó la atención de la panda que salía de la cocina con varias fuentes con platos de fideos.
Po: Chicas, ustedes también están aquí.
Tigress: Felices fiestas, Po.
Las cinco tomaron sus platos y buscaron su lugar en el restaurante, interactuando con el pueblo y el par de hermanos que habían desaparecido durante el día. No mucho después, algunos de los maestros de las 29 escuelas también llegaron al restaurante.
Riuz: ¿Son esos los maestros de la reunión?
Mantis: Son algunos de ellos.
Riuz: Ohh... entonces son los maestros "del lado guay de la isla".
Monkey: ¿Qué?
Riuz: Nada, un decir.
Entre todas las personas que disfrutaban de la fiesta, el humano se acercó sigilosamente a Tigresa después de notar un pequeño detalle.
Riuz: Hablo en serio cuando digo que este traje te hace ver hermosa, mucho más de lo habitual, tan atractiva... en especial con ese característico broche... se me hace tan familiar.
Tigresa, al escuchar la voz a sus espaldas, se tensó y se sonrojó levemente, mientras discretamente trataba de ocultar su broche que ya tenía varias marcas de daños debido a los años.
Riuz: Con todo ese conjunto pareces un regalo... un sexy regalo que quisiera desenrollar con los dientes y devorar su contenido.
Al escuchar tales palabras, Tigresa se volteó rápidamente, pero el desvergonzado pícaro que las dijo ya se estaba yendo, aunque no sin antes darle un significativo guiño con su ojo mientras tenía una sonrisa en su rostro. Tigresa apretó sus puños, pero decidió dejarlo pasar y esperar hasta después de las fiestas para darle su merecida golpiza por decir tales cosas. Por ahora, solo recordaría que le dijeron que se veía hermosa.
Po: ¡Eh, chicos, miren quién está aquí! - En ese momento entró junto a la maestra después de tener una conversación reflexiva.
Ciudadanos: ¡Es la Maestra!/¡Maestra Shifu!/¡La maestra Shifu está aquí!
Sra. Ping: Es bueno verte, Maestra Shifu.
Shifu: Y es bueno estar aquí, Sra. Ping.
Riuz: Maestra Shifu, qué bueno que se una a nosotros, tome asiento.
Shifu: Gracias... ¿quieres decir algo? - preguntó viendo la sonrisa de satisfacción en el rostro de su alumno.
Riuz: No, nada, es... no quiero decirle que se equivocó y yo tenía razón con que el banquete de maestros no era algo completamente bueno y que la fiesta a la que decidí ir y participar era mejor, ya que representa más el corazón de los defensores del pueblo y... no quiero decirle eso.
Shifu: Lo acabas de hacer -Dijo con una expresión sería.
Riuz: Lo que es... me alegré de que estuviera aquí al final, no sería lo mismo sin usted y no importa quién tenía razón, me alegra compartir esto con usted también.
Shifu: En eso... mi querido alumno, sí te daré la razón - terminó aceptando esa última parte, olvidando la burla anterior, de la que se desquitaría más adelante.
Riuz: Y para completar esto, al igual que a las demás, le diré que se ve preciosa esta noche... pero podría haberse afeitado el bigote.
Shifu: Deja de quejarte de mi bigote - se enojó por la repetida insistencia de su alumno en que se lo quitara. Ella no lo haría, pues estaba casi segura de que no podría volver a crecer como ahora si es que lo hacía.
Y así, todos se reunieron en una mesa, ya sea charlando o discutiendo, para que el pintor Feng viniera y comenzara a retratarlos, un retrato sin problemas con todos ellos en armonía.
Transcurrió la noche llena de alegría y mientras en el interior del restaurante las personas celebraban, en el marco de la puerta colgaban dos linternas, una amarilla y una azul.
...
De vuelta en el palacio, Riuz y Moony estaban acostados juntos, abrazados y disfrutando de la compañía del otro. Sin embargo, Riuz estaba experimentando ciertas dificultades en sus partes bajas.
Moony: ¿Estás emocionado? - Preguntó acariciando el mástil de su hermano.
Riuz: No puedo evitarlo, vi a muchas mujeres hermosas esta noche con trajes tradicionales, sin mencionar lo encantadora que siempre eres tú, Moony. Agradezco no haber tenido una erección durante la fiesta... bueno, al menos no muy notoria.
Moony: Te ayudo -Afirmó mientras se metía debajo de las mantas que tenían, para volver a usar su boca.
Riuz: *gemido sordo* Eres un encanto.
Moony: Puedes pensar que soy Po si quieres -Propuso, consciente de que los cuadros que habían recolectado durante el día estaban a la vista, incluso algunos que habían obtenido más tarde al pedírselos al pintor Feng.
Riuz: No quiero *gemido contenido* reemplazarte por otra persona, tú ya eres magnífica... - Se estremeció y cayó en la tentación - ... Pero si también usas tu mano, puedo imaginar que hay dos...
Así, durante la noche, hubo un segundo final feliz después de la fiesta. Ruiz vivía un sueño debajo de las mantas, mientras que Moony recibió su leche especial por segunda vez, y esta vez se esforzó por tragársela toda de una vez.