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Capitulo 28: Quien pega primero, pega dos veces

"¿Que si me creo mucho? Entonces tú te crees menos ¿o qué demonios?"

En otro frío lugar, el terreno y conociendo la estructura así como el clima del país, la ventaja era más para el país donde ocurría semejante cosa.

—Reina mía, ¿Qué crees que sean los humanos?

—Montículos de carne que no merecen este mundo, cucarachas resistentes a tanto su propia estupidez como a la naturaleza misma de este mundo que si se extinguen es por su propia mano… ¿Por qué?

—Por nada, solo quería escuchar algo lejos de esto, ¿Fue una pregunta estúpida?

—Para nada, también necesito algo de aire mientras también estoy en lo mío… ¿Tú qué opinas de los humanos?

—Lo mismo, pero con la diferencia que por culpa de nuestra conciencia a cumplir reglas así como el libre albedrío, los conflictos internos por sobre algo de interés propio como ajeno han sido llevados a distintos tipos de niveles de guerras o peleas sin sentido llenas de muerte o incluso la propia paz… todo sea por preservar la especie

—... Como dije, montículos de carne

—Si… como sea, está guerra no se puede hacer sola… por el momento si no me capturan

—No bromees así, me harás arrepentirme sobre lo que dije

—Eso es muy humano de tu parte

—Que te importe también lo es

—Touche doble

Louise y Seraya se rieron y continuaron con la situación.

Qué la propia Reina esté en el cuartel general era algo no muy acostumbrado entre la línea real, pero en ese momento ella quería saber de propia mano y voz sobre la situación en sus tierras, igual estaba al tanto sobre los demonios en ello.

—¿Estar aquí crees que levantará la moral de todo mundo?

—No… o quién sabe, tal vez les muestro que estoy como ellos y espero que me muestren en que estoy equivocada

—¿Equivocada?

—Tu más que nadie debería de saberlo

—... ª, cierto

Un soldado sin decir nada se acercó a ellos e hizo el saludo militar

—Debo irme, nos vemos

—Cuidate

Vestida como aquella vez en las peticiones reales, pero ahora en vez de una espada, portaba una lanza hecha de metales resistentes, la base y firma sencilla pero ambas puntas en figura amenazante con el filo tan brilloso y posiblemente difícil de gastarlo, ella avanzó con su postura libre de carga por el momento, no tenía guardias alrededor, solo aquel soldado que había ido con ella.

Era un pasillo sencillo, solitario, frío en el sentido de clima pero con eco en cada paso, cuando llegó a la puerta principal, está se abrió y frente a ella estaba un gran ejército de soldados de su país, un gran número de demonios, a los lados de ellos un sinnúmero de tanques actualizados, motos de nieve, armaduras casi parecidas a las que habían ocultado, entre otras cosas como armas y más tanques listos para ser ensamblados así como el personal a los lados y debajo de aquellos en grúa.

Ella avanzó tranquilamente entre los dos lados, no se detuvo, a su paso cada uno de los soldados dió el saludo militar, ella no respondía, solo seguía, un tanque normal estaba esperándola al frente de ella.

Al llegar se quedó de ahí, en un silencio tan extendido que solo podías escuchar el exterior o las respiraciones de los demás.

—!A MOVERSE¡

—!COMO ORDENE¡

Aún no había necesidad de discursos largos ni motivacionales, nada que decir, nada que gritar que no fuera lo necesario, solo era él punto de hacer todo lo planeado y si no saliera así, solo sobrevivir y si no sobrevivir, llevarse a tantos enemigos posibles entre los pies y arrastrarlos al frío infierno que era la creencia de la gente de Undyne.

"Si la parte de nuestro mundo pertenece a parte del Nightcore, ¿Significa que igual hace frío en el infierno?"

Aunque ella fue ahí y dijo que no, aunque los demonios dijeran lo mismo, la creencia arraigada era algo que no lograría quitar aunque fuera la reina del mundo, así que solo lo dejó e hizo de eso, parte de la ahora creencia que tenían de ella… las bajas expectativas.

Así que había ideado algo antes de todo eso.

—¿Estás segura de esto, Louise?

—Si no estuviera segura no lo haría

—Eso lo sé pero, dejar el Reino de esta manera…

Louise solo se estaba preparando para lo que hizo, claro que era alguien fuerte pero igual necesitaba armas.

—Solo déjamelo a mí

Saliendo de un hangar, todo el gran regimiento militar hizo su aparición, pasando entre las calles ya sea con soldados a pie, a caballo, tanque y moto de nieve, la gente que se mantenía ahí solo miró eso con curiosidad, más cuando la Reina Louise estaba en el frente mirando como siempre lo hacía, sin que nadie la distrajera.

«… bueno, igual y tiene un punto, nadie confía del todo en ella»

Los únicos despedidos con las manos levantadas o en gritos eran los soldados, deseando lo mejor y que regresen.

Nadie por el momento podía decir el por qué el ir a la guerra, era clara la cosa, no iban a por Arcaida… iban por ese trío de imbéciles.

Evanile avanzó al punto central de toda esa gente armada.

—¿!LISTOS¡?— gritó Louise—!EN LAS ANTERIORES DOS, ELLOS DIERON EL PRIMER GOLPE, ES HORA DE QUE SEA NUESTRO TURNO PARA QUE VEAN QUE IGUAL PODEMOS SER PEORES QUE ELLOS Y MEJORES SOBREVIVIENDO¡ ¿¡VAN A DEMOSTRARLO!?

Todas las armas así como los motores de los tanques y moto de nieve resonaron en el espacio abierto.

Louise la miró y asintió, Marcus estaba a un lado de ella, también lo sabía, antes de ir por Blodenhell tenía que al menos saber si iba a sobrevivir a esto.

Evanile levantó el bastón y concentrando todo su poder gritó la orden.

—!VEINTE KILÓMETROS¡

Todos desapareciendo tan de golpe que era como si nunca hubieran estado ahí, dejando ese espacio en blanco, literalmente.

Aquel general no tenía dudas en que hacer, ya habían hecho lo que habían querido en todo el tiempo, no podían quejarse de seguir en el trabajo, pero… la costumbre de siempre esperar órdenes no había sido tan mala, había dejado a los humanos y semihumanos seguir en lo suyo, justo como ellos, pero ahora era tiempo que todo debía pagarse.

Para cuándo salió de su tienda de campaña principal, miró su alrededor, una tierra tan atrasada que parecía solo la entrada al infierno, casas incendiadas, gente asesinada en tanto las calles como aún en esos hogares, los soldados aún peleando desesperados con las fuerzas apenas tocadas de Jezabel.

La otra parte solo veía eso de lejos, obedeciendo órdenes y solo esperando el final…

—! Reportando¡

Una voz en el espacio personal del general no lo hizo voltear.

»Tomaremos este espacio dentro de poco, pronto iremos al siguiente punto, todo va acorde a como lo habíamos planeado

Decir eso era algo necesario, pero a su vez molesto por todo lo que estaba pasando, era demasiado obvio, pero le dió su respeto por al menos eliminar a una parte de su fuerza de reconocimiento.

—Bien, solo-

Algo pasó, tan rápido como iba a decir eso, sintió su cabello moverse a un lado, no sabía que había sido eso, solo… fue algo demasiado rápido a pesar de tener la guardia alta, no vió eso.

»¿Eh?

Para cuándo volteo nuevamente a ese lugar los vio, de algún estúpido modo, tanques aparecieron por sorpresa de manera tan rápida a un nivel que trajeron aire frío y violento con ello, literalmente lo hacían parecer como si fueran balas de cañón gigantes, pero estás balas eran de cuatro metros de alto por siete de largo con un anchura de cinco. Todos atropellando a tanto soldado se encontraba en su camino.

Nada podía ir a esa velocidad tan de golpe, tan arrolladoramente a un nivel que si se calculase, sería como la velocidad de un avión en mach 4 aterrizando en tierra sin frenar y dejando fuego en las líneas detrás de sí.

En el cielo habían soldados cayendo en paracaídas disparando cual lluvia de balas, motos de nieve moviéndose

Pero lo más estúpido del asunto aún más que ver eso… era que habían atacado en pleno centro de esa fuerza.

—!TODOS A SU PU-

Lo sintió, lo que venía lo sintió a un nivel enfermo como si quien estuviera a punto de hacer lo mismo, lo hiciera a propósito, literalmente era como levantar la mano y arrojar pintura roja al vestido de la novia en plena ceremonia, era algo descarado, cínico, vulgar y tramposo… pero muy en el centro de sus sentimientos, sabía que esa era la forma correcta de hacer las cosas.

Para cuándo volteo otra vez a un lado, ella apareció encima el tanque, ella solo le miró con una sonrisa… pero él vió algo… a alguien más.

Recordó algo que le dijo su madre hace mucho tiempo.

—!ESE IMBÉCIL DE DELTA ERA UN PUTO DE MIERDA CON EL QUE NO TE PODÍAS ENOJAR¡

—¿Eh? ¿Mamá?

—Ah, lo siento Kronwel, es solo que tuve una pesadilla y tenía que desahogarme con alguien

Esas palabras dejaron algo inquieto al pequeño dragón.

—No sabía que los dragones le temían a algunos humanos

—Pues aunque no lo creas hay casos así

—¿Y ese tal Delta? ¿Era humano? Por lo que dices hasta podría ser algo más

—...

Había pocas veces donde Silver tenía una expresión más allá de la neutralidad, verla tan molesta por un humano era uno de esos casos.

»Ese sujeto era un completo pendejo… pero un pendejo por el que hasta yo estaría dispuesta a arriesgar mi vida… un sujeto así que sabía que hacer y también ser libre de esa manera… habían muchos así, pero no todos eran como él… un inseguro bastardo que no le importaba morir por hacer lo correcto cada vez que algo ameritaba riesgo… hubieron muchas situaciones así con él y siempre se salía con la suya

—¿Por qué así era él?— preguntó Kronwel

—No lo sé, algo debió pasarle para hacerlo así, debió ser educado así… no sé

Ella relajó su mirada un poco y expresión y sonrió, era un cambio increíble en alguien así.

»Siempre tenía frases o canciones para situaciones estúpidas, tal vez para hacerse el importante o algo así… pero cuando se volvía loco, no sabías si era la misma persona, la única forma de saber que era él… era esa sonrisa, una sonrisa tan enferma, tan simple, tan penetrante y normal, que sabías que iba a hacer algo tan, pero tan estúpido que sabías que se iba a salir con la suya de alguna forma u otra… si te soy sincera, espero y nunca tengas que ver a alguien así, es molesto y a su vez jodido, más cuando sabe que te agarró con los pantalones tan abajo, ESO ES LO MÁS MOLESTO DE TODO

" Presente "

—Ahora te entiendo perfectamente, mamá

Kronwel era alguien resistente, pero había un límite donde podía llegar su cuerpo, no era como Rhondrew, esa mujer estaba más loca y sabía que podría incluso detener el impacto como fuera… más él solo fue arrollado sin compasión mientras el tanque seguía su marcha.

—Ah, funcionó

En el libro de tácticas de Delta había una nota especial para ella.

"... siempre, siempre ten en cuenta algo sumamente importante, una sonrisa en alguien, casi nunca es lo que aparenta, quien puede sonreír incluso cuando es una situación de mierda, es por qué tiene el control de sí mismo, así los demás pueden pensar muchas cosas de ti, pero nunca sabrán que hay debajo de esa sonrisa, es muy valiosa así como cualquier otra expresión muy marcada, pero la sonrisa… vaya, inspira a las personas, confunde a tus enemigos y hace que no sepan qué viene después, pero funciona solo si sabes que tienes el control de ti mismo, así que hija mía, sonríe, siempre sonríe a tu manera y deja que los demás piensen lo que quieran de ti, solo importa lo que vas a hacer y lo que tu vales, recuérdalo, el que se enoja pierde…"

—Gracias papi

—!HAHAHA¡ ¡ESTA VEZ NO ME DESMAYÉ¡ ¡MUERETE DE ENVIDIA ANCESTRO MÍO¡

Evanile estaba sin moverse en un espacio abierto en ese lugar, Marcus estaba haciendo desastre, las motos de nieve modificadas para tierra usando llantas del tipo oruga, rodeando a todo grupo de enemigos desconcertados como motociclistas rebeldes a rivales, soldados cayendo y el descontrol total pero momentáneo de las fuerzas de Kronwel.

Silver lo sintió y estaba lejos, mirando esa situación, ni ella se esperaba que la hija de su mejor amiga hiciera eso, pensó , realmente pensó que ella dejaría a su hijo al final de los demás, y podía hablar con ella, pero estaba más allá de enojarse, más allá del descontrol… pero su voluntad le decía que meterse en esto solo complicaría todo y tendría.

—Te metes, te mato

Jezabel estaba también ahí, detrás de ella.

—Son tus fuerzas, ¿No harás algo?— preguntó ella sin mirarlo

—¿Para darte una excusa? No soy él

Desapareció después de decir eso, pero ella sabía que él lo haría.

No era como si Louise no lo supiera, como si tampoco lo supiera, sabía más que nadie lo que provocaría esto… pero como ya tenía marcado, una vez hecho algo, no se podía echarse para atrás, no conocía nada de Kronwel, solo que era un huérfano y que ella lo acogió… como a todos los demás dragones y semi dragones, así que parte de la no-culpa era que ella haría lo mismo con cualquier otro dragón… aunque no podía negar que esto afectaría fuertemente la psique de ella.

—Hermana, eres resultado de todas las circunstancias, así como Arcaida lo fue con la destrucción de los sitios de invocación y provocaron a Azrael, así tú eres causa de muchas cosas como yo también y los demás, así que esto es el efecto, el pasado es la causa

—... ¿Cómo te enteraste tan rápido?— preguntó ella en un espacio entre el ruido y que nadie la veía

—Vino a restregar en la cara lo que estás haciendo

—¡Hijo de perra!... Pero con eso dicho, lo afrontaré con ella, de alguna manera

—Bien, entonces… nos vemos del otro lado, hermana

—Nos vemos ahí

Se despidió y tiró su auricular al suelo para pisarlo.

¿Cómo fue que Evanile logró acelerar de tal manera los tanques? Usando de manera extendida dos portales, cuando lo hizo la primera vez solo los llevó a una ladera con caída incluida, usando el ángulo de inclinación de los tanques los volvió a transportar pero ahora en el cielo dejándolos caer a esa parte del ejército mientras él otro lo hacía en paracaídas, imaginar el tipo de precisión tan enferma y grande para calcular la aleatoriedad de las entradas y más que nada el que fue personal para Kronwel.

Para lo primero sus entrenamientos constaron en chatarra, todo lo sobrante transformador como un cascarón de lo que serían los tanques, de ahí a empezar a darle velocidad en una caída, esa fue la parte fácil, lo complicado fue mantener los portales para la aceleración, la distancia entre ellos y que tanta velocidad es que se debía manejar para no presionar por la fuerza de velocidad a los conductores y artilleros, claro que como todo bien resultado, venía con sus errores y fallas.

Desde estrellarlos directamente al suelo, solo hacer aparecer la mitad pues la otra se quedaría partida por el cierre repentino de los portales, hasta no aparecer donde se debe… sino metros abajo de donde debía ser.

—Gracias a los dioses que no pide voluntarios— dijo un soldado

—Aun

Estos soldados así como los demás tenían que estar en constante velocidad, acostumbrar su cuerpo a la presión de las fuerzas G.

Para eso era también la parte mágica, los magos hacían el hechizo gravitacional prohibido hacia ellos entre los portales, igual calculando la velocidad que tendrían los tanques y un poco más por si fuera necesario.

En cuanto el reconocimiento del sitio de aterrizaje fue solo prueba y error de Merlin, sus experimentos con los cuerpos de los Dullhalan, estratégicamente puestos entre poblados, no cerca de ahí, solo disfrazados como aldeanos, siendo la carne de cañón involuntaria, todos repartidos en distintos puntos donde sea requerido o se veía ya el paso de cualquier General.

Qué fuera Kronwel solo fue algo inesperado pues fue el primero en atacar a los no muertos Dullhalan, no importaba quien fuera, de todas maneras iba a pasar algo como esto.

Así que calcular cada cosa anterior fue por parte del país que estaba siendo atacado, Evanile tuvo que hacer un recorrido en dragón por todos lados posibles y cercanos, esa era la más importante condición para su magia espacio-tiempo.

No era como la que usaban tanto Jezabel, Louise y Silver, esa se diferenciaba en la persona con quién quisieran, era como un sistema de reconocimiento personal, pensar en esa persona ir hacía con ella e incluso el lugar en específico, su desventaja era que solo podía ser con pocas personas.

Claro que Jezabel podía hacerlo, Silver incluso, pero ellos no estaban disponibles así que todo recaía en la mujer rechoncha pero peligrosa que era Evanile y su memoria.

El experimento de Merlin consistia en solo en saber si la magia que habían hecho antes con las armas venía de sus almas o era conseguido de manera natural o forzado.

También por el tipo de reacción en lo que sería el intento de resucitación en ellos, tampoco era como si fueran los únicos seres que eran "víctimas" de sus experimentos, pero sí los más cercanos a lo que él quería.

—Eso es una mierda — dijo la Reina Louise

—Lo dice quien accedió a esto sin permiso de los demás— respondió Mayran

—En la guerra y el amor todo se vale… hasta que te descubren, jsjsjsjsjs

""Presente""

—!TOPE BORREGO¡

El impacto entre dos tanques con Kronwel justo en el medio resonó fuertemente como la caída de un campanario con todo su contenido sin romper la campana, pero este impacto no del todo surtió efecto, sólo fue detenido en el segundo impacto de rebote.

»Un gusto conocerte, ¿Qué te pareció lo que hice?— preguntó Louise aún arriba su tanque

Kronwel solo la miró sin responder y ella bajó enseguida de su tanque, este junto al otro fue destruido en un agarre bestial destrozándoles solo la parte frontal

»Que descortés, bueno, yo tampoco soy quién para decir eso— dijo Louise

Los del tanques fueron repelidos con un muro de hielo grueso y muy alto. Kronwel se rió un poco y golpeó el muro

—¿Crees que con esto me…

No dijo todo por qué no sintió el impacto de su mano, una mirada rápida y vio que justo en ese espacio se hizo un agujero del tamaño de su puño y después se cerró de golpe congelando hasta su codo.

—No debiste hacer eso

La voz de la Reina Louise estaba solo a centímetros de él, aunque sacará su brazo, sabía que esos segundos le costarían caro… cosa que fue así, pues colocando su espalda para protegerse, una de las puntas de lanza le atravesó la armadura con todo y piel escamosa.

Haciendo su cometido, después de sacar y romper el hielo, en el giro de inercia trató de golpearla de manera letal, pero ella solo se alejó de él después del golpe.

»¿Ahora ves que estoy hablando en serio?

—Si, vaya que si

Kronwel no sabía si estaba loca por enfrentarlo sola, pero eso no dejaba de lado el hecho que estaba más dispuesta a hacerlo que nadie más por el momento.

¿Cómo se supone que lo va a detener? Era el pensamiento de ese semi dragón que le rondaba en la cabeza.

No tenía dudas sobre eso. Pero si sobre el estado mental de la Reina de un país entero por hacer algo como esto. Más con semejante cantidad de fuerza, iba a por todas sin importar el riesgo.

—!No me hago responsable de matarte¡

—!Gracias por decirlo primero¡

Ambos fueron uno frente al otro con sus armas listas y pesadas para él combate…

Próximo capítulo