Al pensar que Samara y Eduardo ya no estaban en Ciudad H, Álvaro entro en pánico. El mundo era vasto, si estaban fuera de Ciudad H, ¿Cómo podría encontrarlos? Si Carlos tenía razón sobre que Samara había sido vendida… Álvaro no podía imaginarlo.
Josué estaba un poco sorprendido, pero tampoco podía reaccionar.
-Señor, ¿Qué quiere decir? ¿está diciendo que la señora y el señorito podrían haber sido vendidos fuera de Ciudad H por traficantes?
- ¡Te dejo investigar! -Álvaro soltó un rugido bajo y empezó a toser violentamente. Así que Josué lo acepto rápidamente y colgó el teléfono.
Álvaro tosió tan fuerte que pensó que iba a vomitar y finalmente dejo de toser, pero en realidad no podía calmarse. El salió y se encontró con una enfermera. A ella le gustaba mucho Álvaro y se podía ver que el hombre estaba muy molesto. Cuando lo vio sentado solo en las escaleras, ella se acercó y dijo:
-Señor Álvaro, ¿está preocupado por la enfermedad de Laura?
En realidad, Álvaro quería quedarse solo por un momento, pero cuando escucho lo que le dijo la enfermera, pregunto inmediatamente:
- ¿Laura esta así hace mucho tiempo?
-Si, es una niña lamentable, pero también es la niña más fuerte que he visto. Estoy a cargo de ella desde hace 3 años y cada vez en el primer auxilio, pensábamos que no podríamos salvarla. Ella siempre puede convertir el peligro en seguridad. Una vez le pregunte si era un milagro, ella dijo que no quería decepcionar a sus seres queridos. A lo largo de los años, ha sido operada varias veces, si fueran otros niños habrían gritado mucho, pero ella siempre está tranquila. Cuando Laura salió de la sala de operaciones y se despertó, su madre lloraba más alto que en los últimos años. Es muy buena madre para ella. -la enfermera siguió hablando y Álvaro escuchaba con mucho cuidado e incluso imaginaba la escena en su mente.
Era su hija. Tan fuerte, tan inteligente que le hizo sentirse dolido.
-Si encuentra el riñón adecuado, ¿Cuáles son las posibilidades de éxito de la operación? -pregunto Álvaro. Sabía que debía preguntar a un médico, pero el medico no quería darle una respuesta clara y la enfermera parecía saber mucho sobre Laura, así que decidió preguntarle a ella.
-Me ha dicho el medico que está por encima de 70%.
- ¿70%? -Álvaro estaba un poco preocupado. Aunque no había imaginado que ninguna operación estuviera segura al 100%, él todavía se sentía un poco ansioso.
La enfermera sonrió y dijo:
-70% es muy alto. Para encontrar un riñón adecuado el señor Carlos y la señorita Catalina habían planeado tener una operación de solo un 10% de posibilidades en estos años. Sin embargo, su tipo de sangre era demasiado rara. Además, si el riñón fuera incompatible, causaría hemolisis. Por eso nunca hemos probado y según el médico, los familiares cercanos tienen más posibilidad, especialmente los del mismo tipo sanguíneo. Supongo que por esa razón Catalina fue a verte.
Álvaro no respondió nada, pero echaba aún mas de menos a Samara. ¿Por qué no se lo había dicho inmediatamente? Mientras ella se lo contara, no importaría los malentendidos que tenían. Recordó muchas veces que ella quería decirle algo, Álvaro entendió finalmente y se enfadó mucho por su silencio.
¿Dónde estaba ella ahora? Álvaro se puso de pie para volver a la sala. Tenía miedo de que, si continuaba charlando con la enfermera, iba a echar de menos aún más a Samara.
-Señor Álvaro, ¿va a volver?
-Si, necesito acompañar a mi hija y descansar. -Álvaro asintió y estaba dispuesto a irse.
La enfermera se armó de valor y dijo:
-Señor Álvaro, Laura ya está durmiendo y puede que lo haga del tirón. ¿Puedo invitarle a una copa? Me han dicho que el vino de la Discoteca Paraíso es muy bueno.
Álvaro se negó en el segundo siguiente.
-Gracias, pero no. Solo quiero acompañar a mi hija. Además, si el resultado de la prueba es adecuado, necesito dejar de beber inmediatamente.
-Vale, pero se dice que hay mucha información allí, también hay un montón de chismes. Es un lugar donde el mercado negro se reúne. ¿De verdad no va a echar un vistazo?
Originalmente, Álvaro imaginaba regresar a la sala, pero al escuchar las palabras de la enfermera, se detuvo inmediatamente.
- ¿De que estas hablando?
-La Discoteca Paraíso es un lugar muy misterioso. Se dice que viven allí muchos inmigrantes ilegales. Aunque el gobierno estadounidense está investigando, la Discoteca Paraíso tiene capacidad de ocultar a esas personas y ellos sabes muchas cosas.
Sus palabras llamaron la atención de Álvaro. Si lo que había dicho era cierto, ¿podría ir a echar un vistazo?
La enfermera vio que Álvaro estaba vacilando un poco, por lo que rápidamente dio un paso adelante y dijo:
-Señor Álvaro, no se preocupe. No hay problemas de seguridad allí y volveremos antes de la media noche. No pasara nada, ¿vale?
- ¡Vale!
Ella estaba muy feliz de que Álvaro estuviera de acuerdo. Se dio media vuelta para volver a la sala y cambiarse la ropa. Álvaro les dijo a algunas personas de la familia Ayala para que protegieran a los niños antes de salir.
Se dirigieron a la Discoteca Paraíso. Justo cuando entraron por la puerta, Jorge los saludo.
-Alice, ¿es tu novio? Tu gusto está mejorando. Esta vez es un hombre oriental.
-No digas tonterías. -dijo la enfermera tímidamente. -Este es el señor Álvaro. Venimos a tomar algo.
-Vale. Señor Álvaro, adelante, por favor. -Jorge era una persona que podía observar el estado de los clientes fácilmente. Al ver al extraordinario porte de Álvaro, rápidamente le dio la bienvenida.
Álvaro no estaba acostumbrado a este tipo de lugares, ya que no era una discoteca era más parecido a un burdel. Algunos estaban usando drogas y otros estaban haciendo cosas indignas directamente. Álvaro se sintió arrepentido ya que podría haber sido engañado por Alice.
-Tengo que irme a resolver algunos asuntos. -se dio la vuelta, pero desafortunadamente, fue detenido por Alice.
-Señor Álvaro, espere. Si quiere saber algo, solo venga conmigo. Hay un lugar dentro donde hay cosas muy interesantes. - ¿Cómo podría dejar ella que Álvaro se fuera? Lo había llevado allí para que pudiera disfrutar. Si salía la persona que había pagado, ¿Qué podría hacer?
Al ver que Alice estaba diciendo la verdad, Álvaro soporto la incomodidad y la siguió. Después de entrar al local pudo ver que era diferente a lo que había visto. Las personas estaban sentadas en bar, susurrando algo o contando chistes. Algunos de ellos se contaban chismes.
- ¿Sabes? Se dice que la familia Ayala ha perdido al hijo del presidente. Toda Ciudad H esta agitada y la familia Montenegro y Riveiro ya habían tomado acción.
Justo cuando Álvaro estaba a punto de irse, escucho esta noticia. Se detuvo inmediatamente. Alice también escucho la conversación y dijo rápidamente:
-Señor Álvaro, ¿una copa? Cuentan que Lafitte del 82 es muy bueno.
-Te invito y puedes beber sola. Pero desde ahora, cállate. Puedes pedir lo que quieras, solo espero que te quedes callada toda la noche.
Sus palabras hicieron que Alice se emocionara. Él era talentoso y además era rico.
-Señor Álvaro, no se preocupe. Desde ahora, soy muda. -Alice hizo un gesto de cerrar la cremallera en sus labios.
Álvaro no presto ninguna atención. Por lo que se sentó directamente junto a esas personas, pidió un vaso de agua y continúo escuchando. La gente en los alrededores obviamente estaba muy interesada.
- ¿La familia Montenegro? ¿podría ser la más famosa del país?
- ¡Eso es! Nada conecta a esas dos familias. ¿Cómo podrían unirse para recuperar a un niño? Y no solo son dos familias, sino tres.
-Al final no sabemos lo que pasa entre ellos. Pero el niño de la familia Ayala estará en peligro.
- ¿Cómo lo sabes?
-Un que acaba de llegar aquí desde Ciudad H me ha dicho que había visto a alguien arrojar algo al mar, que era un poco similar a un cadáver de un niño y que fue en la noche que desapareció. Es también la razón por la que mi amigo vino aquí. de lo contrario, ni siquiera puede saber cuándo lo mataran. Porque esas personas son gente sin dios ni ley.
El corazón de Álvaro se contrajo de repente. Agarro al hombre por el cuello y le pregunto:
- ¿Qué acabas de decir? ¿Quién es tu amigo? ¿Dónde está?
El hombre se asunto por las acciones de Álvaro.
- ¿Quién eres? ¡déjame!
- ¡Respóndeme! -Álvaro saco una daga de su bolsillo y la coloco en el cuello del hombre. Aunque había salido de Ciudad H, tenía el mismo estatus de antes. Tan pronto como hizo eso, el hombre asustado se orino encima. La gente de los alrededores se extendió en todas las direcciones.
-Señor, mi amigo estaba diciendo tonterías. ¿Qué es lo que quiere saber? Te llevare con él. -ese hombre era un cobarde.
Álvaro no quería malgastar ni un segundo.
- ¡Vamos!
Los dos salieron rápidamente, pero se encontraron con Carlos, que acababa de entrar. Los dos hombres estaban aturdidos.
- ¿Por qué estás aquí? -Carlos estaba nervioso.
Sin embargo, Álvaro tenía tanta prisa que no se dio cuenta de la expresión de Carlos y respondió fríamente:
- ¿Y tú?
-Interesante, ¿Por qué una persona decepcionada como yo no deberá estar aquí emborrachándome?
- ¡Claro! Ahora, déjame en paz. -él estaba concentrándose en encontrar al hombre y preguntar por Eduardo. Por lo tanto, no le importaba nada la autocompasión de Carlos.
Ellos estaban en Estados Unidos y Carlos estaba de echo un poco agraviado. Realmente no parecía nada extraño que fuera allí a beber.