El hombre misterioso soltó una carcajada al oír las palabras de Jordan.
—Jajajaja, ¡qué bien se te da halagarte a ti mismo! Michael Jordan es mayor que tu padre. ¡¿Cómo puede ser amigo tuyo?!
Al ver que conocía a Michael Jordan, la superestrella del baloncesto, Jordan se apresuró a decir:
—En realidad, es a la vez profesor y amigo. Michael Jordan es mi ídolo y mi estrella de baloncesto favorita, y además hablamos mucho. Ha sido una gran influencia en mi vida.
El hombre misterioso respondió:
—Sí, tienes razón. El deseo es, en efecto, la clave del éxito o del fracaso de una persona. No tiene sentido vivir sin deseo. Estoy de acuerdo con lo que has dicho. Mientras tu deseo sea tan fuerte, puedes hacer cualquier cosa. Sin embargo, quiero probar cuán fuerte es tu deseo de venganza.
Jordan aceptó de inmediato:
—Muy bien, ¿cómo lo probarás?
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