¡Confesión a la Doncella de la Luna!

Al oír que Jordan quería vengarlos, Dragón se levantó de inmediato y aconsejó: 

—Maestro, no se precipite. Aunque todos estamos heridos, no estamos muertos. No vale la pena arriesgarnos.

Cuando Dragón se acercó a él, Jordan se dio cuenta de que tenía algunas manchas de sangre en el cuello y los brazos.

Jordan preguntó: 

—¿Te arañó el cuello una bestia mutante?

Dragón asintió.

Park Sora caminó detrás de Dragón y levantó la ropa de Dragon sin contenerse. Le mostró la espalda a Jordan, 

—Hermano, mira la espalda de Dragón . Es más serio aquí!

Jordan no pudo evitar estremecerse al ver la espalda de Dragón. Vio que había algo más que manchas de sangre y arañazos en la espalda de Dragón. Era como si se hubiera creado un agujero. Era muy horrible.

—¿Tan mal te han herido?

Jordan volvió a enfurecerse al instante.

Dragón soportó el dolor y dijo: