Si otras personas vieran esta escena, sin duda se escandalizarían por la desvergüenza con la que se comportaba Jordan. Estaba actuando como una débil «damisela» en apuros.
Muchas chicas se comportaban así delante de los chicos que les gustaban. Fingían tener miedo y decían cosas como «sálvame, eres muy valiente e increíble» para ganarse su favor.
A la señora Geng no le importaba que Jordan la abrazara, pero le resultaba difícil aceptar cómo se dirigía a ella.
—Cariño, no tienes que tener miedo. Ven y cuéntame lo que pasó. ¿Realmente mataste a Park Sang-jun y a Miyamoto Chujiro? Además, ¿puedes cambiar tu forma de dirigirte a mí? Gracias a que me diste la medicina de la familia Park, ahora soy 10 años más joven, ¿recuerdas? ¿Seguimos pareciendo tan distintos en edad? —preguntó la señora Geng.
Shaun se separó del abrazo de Madam Geng y sonrió.
—No, no, Madam Geng. Parece que tienes mi edad. Desprendes un encanto juvenil que me hace sentir a gusto...
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