Para ayudar a Jordan a resolver este asunto rápidamente, Shaun no tuvo más remedio que ir a Orlando con él. Shaun dispuso que Jordan tomara su avión privado y se apresurara a ir a Orlando.
Poco después de que el avión despegara, Jordan recibió otro mensaje de voz de Hailey.
—Marido, nuestro cristal antibalas se ha hecho añicos. El gas ha entrado en nuestra casa y nuestro bebé se ha desmayado. Sollozos... Yo también me siento mareada. Marido, sálvanos, sálvanos...
Jordan gritó inmediatamente.
—¡Acelera! ¡Acelera! ¡Deprisa a Orlando tan rápido como sea posible!
Jordan se sintió muy angustiado cuando supo que su hijo se había desmayado. Era su carne y su sangre. Era todavía tan joven, pero ya estaba infectado con el gas venenoso. ¿Cómo podría resistirlo un físico tan pequeño y débil?
—¡Hailey, esa idiota! ¡¿No puede ponerle una máscara de gas a un niño en un momento así?! ¡¿Ah, qué debemos hacer?!
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