Zara sabía muy bien que si no podía asesinar a Park Sang-cheol, no podría sobrevivir. Ya sea por auto-preservación o por venganza, ¡tenía que hacerlo!
—¡Sí, Señor!
Con eso, Zara se fue y se embarcó en su viaje a Corea del Sur.
Jordan sacó el teléfono y llamó a Shaun.
—Jeje, Deidad Jordan, mucho tiempo sin verte. He oído que saliste victorioso del dojo de artes marciales en Japón. No solo mataste a Miyamoto Masaki, sino que también escapaste con tus padres. Eres realmente la nueva Deidad. Las seis familias no pueden hacerte nada, jeje.
Shaun sonrió.
La expresión de Jordan era seria.
—Shaun, mi esposa aún está contigo. Sé que quieres que te ayude a completar el procedimiento de trasplante de mente. Acordemos una hora para reunirnos. Puedo ayudarte ahora.
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