Volviendo a la casa de Lauren

—Tú... —Chris llevaba tres décadas en la capital y nunca se había sentido tan humillado. No sólo le dieron una paliza, ¡incluso fue despreciado por un conductor! —Bueno, tienes algo de valor. ¡No te dejaré ir fácilmente por lo que ha pasado hoy!

Se dirigió hacia los padres de Brad y tomó su chaqueta de la mano de su madre: —Tío, tía, ya me voy.

—Oye, Chris, no te vayas —la dama le siguió y le dijo continuamente cosas bonitas, diciéndole que no se lo tomara a pecho. 

Por otro lado, Brad aplaudió y exclamó alegremente: —Bien hecho. A ver si la próxima vez Chris se atreve a acosar a mi hermana. 

Aborrecía a Chris porque éste había estado casado. Era un machista extremo que se mostraba extremadamente autoritario en casa. Le daba mucha importancia a su autoridad y poder e incluso pegaba a las mujeres. Su ex mujer se había divorciado de él precisamente porque no soportaba su machismo. Por supuesto, no quería que su hermana se casara con un hombre así.