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Desesperación

Boris estaba desesperado, la familia de su madre lo mandó a secuestrar para forzar a su padre a cederles la tenencia legal su hermana menor.

Ahora su pobre padre estaba cediendo a su hija a esos monstruos, pero no estaba seguro de que él pueda salir ileso.

Boris estaba encadenado en un cuarto mientras dos de sus secuestradores preparaban drogas y demás cedantes.

Tras unos momentos uno de sus secuestradores se acercó al rubio con una jeringa cuya aguja era muy grande. Boris se desesperó e intentaba soltarse sin éxito alguno.

— ¿Q-Qué es eso?

—Algo que te quitará todas las ganas de luchar, muchacho.

Boris fue sujetado por uno de sus secuestradores mientras el otro lo inyectaba. Inmediatamente, el rubio se sintió mareado y descompuesto.

Fue liberado de las cadenas ya que las fuerzas lo abandonaron. Lo sujetaron y lo llevaron afuera, donde respiró profundo el aire fresco.

— Listo — dijo aquel que lo inyectó — Ya está listo para iniciar la cacería.

— Estupendo, unas manos más nos vendrán muy bien.

Siguieron unas horrendas risotadas crueles mientras el rubio era arrastrado al interior de un auto. Se lo llevaron a la playa.

Boris sentía que su cuerpo ya que no le pertenecía, no podía moverse con libertad, eso lo desesperó.

"¿Qué me está pasando? ¿Qué fue lo que me inyectaron por dios?"

Pensaba intentando recuperar llibertad sin éxito alguno. Al llegar lo arrastraron fuera para conducirlo junto a un grupo de cazadores de sirenas y tritones.

Esa gente lo miraba con excesiva crueldad, incluso uno de ellos empezó a manosearlo ocasionándole asco y repulsión al rubio, quien no podía hacer nada para alejarse de ese sujeto.

Las redes y demás cosas que suelen usar para cazar a esas preciosas criaturas marinas estaban listas. El pervertido sujetó con fuerza a Boris y se lo llevó consigo al barco junto con el resto de los secuestradores.

— Nos ayudarás a atrapar a sirenas y tritones para nuestro próspero negocio muchacho. Espero que tu padre no cumpla con lo que sus suegros le piden, así podré conservarte a mi lado

El hombre lo sujetó con fuerza presionandolo contra su cuerpo mientras lamía la mejilla de Boris quien cerró los ojos temblando.

Pero al sentir las asquerosas manos de ese tipo acariciarle el miembro, abrió los ojos con desesperación.

— Dejame....maldito pervertido....

— No — le respondió para besarlo con posesividad. Al alejarse, el rubio respiró bocanadas de aire desesperadamente — Te conservaremos con nosotros.

Luego lo dejó para irse con sus amigos y alistar los últimos detalles. Boris miraba el lugar con intensa desesperación.

El barco se movió y empezó a alejarse de la playa. Era un barco de lujos y gigante. El pervertido se le acercó otra vez y volvió a manosearlo.

— Déjame.

— Nunca, serás mío muchacho.

— ¿Alguna vez capturaron a una sirena o....?

—¿A tritones? Si.

—¿Los mataron?

— No muchacho, no somos tan estupidos. Los vendemos al mejor postor. Hay coleccionistas excentricos.

Ese sujeto abusó de Boris gran parte del viaje hasta que las aguas empezaron a volverse violentas, y tuvo que soltarlo para que ambos se unan al trabajo de mantener el barco sobre las aguas.

Cuando pasaron por esos sitios, la calma regresó. Boris se alejó lo más que pudo mientras lloraba desesperado.

No tenía escapatoria, sería violado por ese tipo que no solo lo hubo secuestrado sino además lo drogó. Ahora lo tenía sometido a su voluntad, forzándolo a atrapar a esas preciosas criaturas.

Fue cuando lo vió, a lo lejos él estaba ahí. Shura. Boris abrió sus ojos asorado y muy preocupado. Su corazón latió alocadamente porque no soportaría la idea de él sea atrapado.

Pero contra todo deseo del rubio, Shura se acercó al barco y cayó en la trampa. Las redes lo envolvieron lastimándolo, por más que quiso romperlas le fue imposible.

Cuando fue subido al barco todos los cazadores lo miraban con loca maldad, menos el rubio quien se sentía desfallecer.

"¿Por qué Shura? Te ausentaste durante casi un año y ¿decides volver justo hoy?"

Boris lloraba sin poder hacer nada de nada por quien tanto amaba. Pero Shura lo miraba con dolor y decepción.

El tritón intentaba liberarse de esos humanos pero le resultó imposible. Fue encerrado en un ataúd de cristal transparente con agua en su intenrior.

Shura golpeaba con desesperación intentando liberarse pero esa prisión estaba construída con vidrios indestructibles. El atardecer nacía.

Boris fue arrastrado por su secuestrador adentro de su camarote, donde abusaría de él y quisas sea violado. Pero nada de eso le importaba ya al rubio, solo podía pensar en Shura y en la forma de poder liberarlo.

Próximo capítulo