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Valkiria y Familia 2.157

Después del desayuno, Viggo, Hitomi y Rosewisse se reunieron en la biblioteca de la mansión de Hephaestus. Sin embargo, como Viggo prometió, Sakura y Ana se les unieron.

-Señor Viggo- dijo Hitomi, vestida con un vestido de una pieza, de color naranja y bastante escotado. Sobre todo, considerando el amplio volumen de los senos de la elfa de cabello rojo. Ella estaba sentada a la cabecera de la mesa con varios libros a sus lados.

-¿Sí?- preguntó Viggo con una sonrisa, sentado a la izquierda de Hitomi. Después de él venían Sakura y Ana. Los tres tenían cuadernos y plumas para tomar apuntes de lo que fueran a decir.

Del lago derecho de Hitomi y sentada frente a Viggo, estaba Rosewisse, quien vestía un vestido rojo de una pieza que se le apegaba al cuerpo, denotando sus bien dotados senos, un cuerpo delgado y pronunciadas caderas. Su largo cabello de plata enmarcaba un rostro con forma de diamante, ojos azules y un ceño fruncido.

-Las jóvenes Sakura y Ana ¿Usted las invito?- preguntó Hitomi

-Sí, así es. Por ahora ellas vienen solo de oyentes. No te preocupes, ellas no molestaran en la conversación y son de mi completa confianza. Después quiero conversar contigo y Rosewisse para que ellas puedan estudiar la magia rúnica de forma activa-

-Eso, si es lo que usted quiere, no tengo problemas- dijo Hitomi soltando un suspiro. Después miró hacia Rosewisse, sentada a su derecha y le preguntó -¿Tienes algún problema, Rosewisse?-

Rosewisse cerró sus ojos como si no quisiera mirar a nadie a la cara y respondió -no tengo problema, si Viggo no tiene problema-

-Eso es bueno- dijo Viggo con una sonrisa amistosa, miró a Sakura y Ana y les dijo -como acordamos, por ahora serán oyentes y después hablaremos de participar en la clase-

Sakura y Ana asintieron con una gran sonrisa en sus labios mientras resaltaban sus hermosos kimonos. Sakura de blanco con detalles de flores purpuras y fucias mientras Ana llevaba puesta las gafas que le daban un toque intelectual y el kimono rosa que la hacía ver tierna.

-El señor Viggo puede hablar de magia, pero para eso falta algún tiempo- dijo Hitomi con voz calmada y académica -por ahora comenzaremos con el conocimiento básico del calabozo. Creo que será una buena experiencia que Sakura y Ana hagan una prueba. Eso nos dirá la diferencia entre un aventurero activo y uno que va de vez en cuando-

-En ese caso Rosewisse está en desventaja- dijo Viggo

-Sí, un poco- respondió Rosewisse -he leído los libros que tiene tu madre en la biblioteca, pero creo que la prueba también me ayudara a darme cuenta de lo que no sé y a poner atención a esos detalles-

-En ese caso, bien- dijo Viggo

Hitomi asintió, tomo varios documentos y comenzó a copiar de forma manual las preguntas que ya había escrito en las pruebas. En diez minutos estuvo todo preparado y le paso una prueba a cada uno. Como se esperaba de los aventureros activos, Sakura y Ana fueron las primeras en completar la prueba. Después vino Viggo y por último Rosewisse.

-El señor Viggo sabe bastante para ser alguien que va de forma casual al calabozo- dijo Hitomi mientras miraba la prueba de Viggo

-Bueno, mi tía Aina es asesora y cuando ella habla, todo se trata de la guild y las evaluaciones de piedra y artículos encontrados en el calabozo. Cuando llevas varios años escuchando las mismas conversaciones, es difícil olvidarse. Además, papá también sabe un monto. Así que la conversación nunca para entre los dos mientras sea algo relacionado con la guild, los aventureros y el calabozo-

-Entiendo-

Viggo miró a Rosewisse, quien agachaba la mirada avergonzada. A pesar de que se esmeró leyendo todo lo que pudo, no supo responder una pregunta. Viggo hizo una sonrisa burlesca, Rosewisse lo noto y ella le lanzó una patada a la canilla. Viggo frunció el ceño y cerró el ojo derecho en un gesto de dolor. Eso hizo sonreír a Rosewisse y también cumplió con el objetivo de Viggo, que era hacer menos consciente a Rosewisse de su ignorancia y que en respuesta, ella se sintiera mal.

Hitomi fue inconsciente de la interacción de Viggo y Rosewisse, pero Sakura y Ana tosieron al mismo tiempo, advirtiendo a Viggo.

-¿Qué sucede Ana y Sakura?- preguntó Hitomi en su confusión -¿Necesitan agua?-

-No, para nada- dijeron las hermanas con una sonrisa amable, pero después miraron a Viggo con el ceño fruncido. Viggo hizo una sonrisa incomoda y miró a Hitomi.

-¿Qué sigue?-

-Sí, a continuación, les explicare los errores que hubo en la prueba, su base y de donde proviene el conocimiento. Por último, hablaremos de las preguntas que en su mayoría estuvieron buenas, pero fueron las menos-

Hitomi se puso de pie y comenzó a hablar a los cuatro. Explicando punto a punto los errores de percepción. Sin embargo, a pesar de que Ana y Sakura solo estaban de oyente, intercedieron varias veces. Ya que el conocimiento teórico y el practico a veces no coincide. Hitomi no se enfrasco en una lucha para saber quién tenía la razón. Solo dijo que lo investigaría para la próxima vez y que lo volverían a conversar. De esa manera, llegarían a un conocimiento común y de estar mal el conocimiento en los textos, lo hablarían con la guild de aventureros. Ya que un error en el conocimiento puede costar la vida a los novatos en el calabozo.

Después de tres horas termino la clase. Rosewisse salió de la biblioteca junto con Sakura y Ana. De forma sincera les pidió ayuda. Sakura asintió con una sonrisa amigable y Ana, aunque no dijo mucho, secundaria las intenciones de su hermana.

En la biblioteca solo quedaron Viggo y Hitomi. Una vez que cerraron la puerta, quedó el silencio entre los dos. Hitomi se ruborizo, pero Viggo se mantuvo tranquilo y como ella no decía nada, tomo la palabra.

-Lo siento por haber traído a Sakura y Ana sin avisarte. Espero que no haya sido un inconveniente- dijo Viggo

Hitomi levantó su rostro, miró a Viggo y dijo -no fue una molestia, más bien, fue un respiro de aire fresco. Yo, nunca le he enseñado a un hombre y no sabía cómo iba a salir esto-

-¿A salir cómo?-

-Bueno, tú sabes, un hombre y una mujer solos- dijo Hitomi con un claro rubor en las mejillas

-También estaba Rosewisse- dijo Viggo -por cómo te dirigiste a ella, puedo ver que han acortado su distancia-

-Rosewisse es un mente privilegiada- dijo Hitomi con seguridad -sus pensamientos son profundos como el océano y su intelecto brillante como el sol- ella bajo la voz y murmuro -ahora me siento un poco preocupada si seré de ayuda-

-No te preocupes, Semiramis y Kiara te recomendaron. Debe haber una buena razón para eso-

Hitomi quedó mirando a Viggo con una sonrisa amable -usted confía ciegamente en ambas- dijo

-Sí, las conozco desde hace mucho tiempo. Sé que, si ellas hacen algo, es por una buena razón-

-Yo…- dijo Hitomi con una mirada seria, pero se quedó callada y sonrió -me contaron que usted y la joven Flora estuvieron haciendo experimentos ¿Le importaría hablar de eso?-

-Para nada- respondió Viggo, tomo una hoja en blanco de la mesa, dibujo flechas y piedras del tamaño de la punta de una flecha. Puso el dibujo por delante de Hitomi y le dijo -llevo un tiempo estudiando las runas. Es un tema complicado del que todavía no estoy seguro. El hecho es que hay algunas runas como Sowelu e Isa que tiene un poder elemental asociado. Uno es el sol y el otro es la ventisca, más parecida al hielo-

-Dos fuerzas que se contraponen-

-Exacto- respondió Viggo con una gran sonrisa -así que uno de esos días, cuando yo tomaba jugo con mucho hielo y Flora tomaba té caliente. Los dos envases de vidrio se tocaron y la taza de Flora se quebró. Dejando de lado que se enojó porque su té se derramo, no quedó la pregunta ¿Qué pasaría si pudiéramos inyectar calor en el cuerpo de un lagarto de hielo del calabozo? Yo, por supuesto, no deje la pregunta sin responder. Tome una copa de cristal, primero grabe con mana la runa de "I" Isa, lo cual congelo el cristal. Después escribí la runa de "S" Sowelu sobre la runa de Isa. Ambas fuerzas se encontraron en un mismo objetivo y boom- dijo Viggo ampliando sus manos en un gesto rápido y brusco como si imitara la explosión. Eso asusto a Hitomi, pero Viggo no se detuvo y continuo -la copa de cristal estallo en un montón de pedazos-

Hitomi miró a Viggo algo asombrada y después se rio de lo loco que fue. Ya que nadie haría eso de forma tan descuidada. Sin embargo, le pareció fascinante el hecho de experimentar y aprender algo nuevo. Miró a Viggo a los ojos y lo encontró más encantador a cada momento. Ella quería contarle la verdadera razón de estar aquí, pero le prometió a Semiramis que guardaría el secreto. Era cierto que ella era una esclava que por su estupidez cayó en ese estado. Después de todo, fue fácilmente engañada por un humano que ella pensó que la amaba. Sin embargo, Semiramis la compro por otras razones.

"No te preocupes, mi marido es una persona insolente y descuidada, pero eso lo que lo hace interesante. No necesito decirte que lo ames o que te entregues a él en contra de tu voluntad. Tú sola lo aceptaras con el tiempo. Solo necesitas pasar tiempo con él"

Hitomi hizo una sonrisa incomoda entendiendo porque Semiramis le dijo esas cosas la primera vez que conversaron sobre sus reales propósitos. Ella miró el dibujo en la hoja que le paso Viggo y le preguntó -¿Entonces porque la flecha y las piedras?-

-Aaaaah- dijo Viggo con una mirada astuta -eso vino después…-

Hitomi quedó mirando a Viggo, viendo todas sus expresiones, fascinada por sus ojos y sus labios. La alegría que irradiaba su rostro al hablar de un tema que podría ser aburrido, incluso entre los más devotos académicos. Sin embargo, él lo hacía parecer que todo fuera místico y especial. Como un gran experimento que termino en un gran hallazgo, pero que ni él mismo ha podido clasificar.

-Entonces la cabeza congelada del Goliat fue golpeada por la flecha de Sowelu y la mitad del rostro estallo- dijo Viggo

-Pero, eso, se necesitan varios aventureros para poder vencerlo- dijo Hitomi como si quisiera negar lo que dijo Viggo. Sin embargo, este último solo sonrió y continúo relatando.

-Es verdad- dijo Viggo -o una poderosa magia de un aventurero de nivel cinco o seis. Sin embargo, al congelar la carne y después introducir el calor a través de la flecha con la runa de Sowelu, explotó y el Goliat cayó muerto. Si quieres, ve a la guild. Ni siquiera es necesario que le preguntes a alguien de mi familia. En la guild registran todos los ingresos de piedras de monstruos. Debe haber una entrada a nombre mi hermana Flora y mío-

-Eso es increíble- dijo Hitomi -esto, podría revolucionar la magia en el mundo. Hasta el momento solo se conoce la magia con cantico. Algunas habilidades de aventureros pueden ser utilizadas acortando aquellos canticos, pero son demasiado pocos los que lo pueden hacer. Esto es…-

-Es un secreto- dijo Viggo

Hitomi miró hacia adelante y vio que los ojos de Viggo eran fríos y grises. Ella trago saliva al verlo tan intimidante. Todas sus emociones como académica se fueron abajo y quedó un sentimiento de peligro. Su corazón comenzó a latir con más fuerza y de forma involuntaria, agacho la mirada.

Viggo acercó su silla a la de Hitomi, estiro su mano derecha y le tomo el mentón. Viggo le levanto el rostro a Hitomi en un movimiento suave, cuidadoso y tierno. Sin embargo, Hitomi no vio nada de tierno en esos ojos fríos y filosos como una espada. Ella quiso apartar la mirada, pero Viggo condujo de nuevo su rostro a mirarla a los ojos. Hitomi al verlo a la cara, se ruborizo.

-Este es nuestro secreto, Hitomi- dijo Viggo con una voz suave y sugerente -nadie lo puede saber, nadie lo puede poseer, salvo la gente que sea fiel a la familia que vamos a crear. Es nuestra carta del triunfo contra las otras familias que llevan años y tiene su lugar dentro de Orario. Por ahora te permito experimentar, aprender y desarrollar tu conocimiento todo lo que quieras. Es por el bien de la familia. Sin embargo, no puedes compartir esto con nadie del exterior. Si me traicionas…-

-¿Si te traiciono…?- repitió Hitomi en voz baja

-Si me traicionas, habrá consecuencias. Ya sabes, a toda acción, existe una reacción-

-Lo tendré presente- dijo Hitomi, asintiendo varias veces. Por alguna razón, más que sentir miedo, estaba excitada con esta peligrosa faceta de Viggo.

Viggo sonrió como lo hacía usualmente y aparto la mano del mentón de Hitomi. Le guiño un ojo de manera amigable, después se levantó y camino a la salida.

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