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Continuación del entrenamiento 1.133

Dos días después, Viggo entro al templo que había mencionado Atreus. El lugar estaba confeccionado en roca sólida, con anchas molduras de oro en el guardapolvo como si fueran diamantes entrelazados unos con otros. Al mismo tiempo, en los enormes pilares habían diseñados formas de diamantes donde habían incrustado piedra lazuli enmarcada en oro. Los pasillos eran amplios y el techo estaba sostenido por gruesos pilares de un metro de espesor.

Sin embargo, a pesar de la majestuosidad de la construcción, el lugar estaba abandonado. La tierra y maleza cubría el suelo, había escombros de algunas paredes derruidas y algunos manchones de nieve como consecuencia de orificios en el techo.

Viggo avanzó llevando su hacha en la mano derecha, vigilando cada espacio y teniendo cuidado al doblar en cada esquina. Él recordó el gran castillo más allá de la protección del bosque de falle, donde su maestro probo su fuerza y él fallo. Era un lugar antiguo y casi podría jurar que aquel castillo y este templo, fueron hechos por las mismas personas. Enanos, los llamo Faye; pequeños hombrecillos capaces de crear grandes maravillas. Viggo podía ver los arañazos del cincel que le dieron forma a estas paredes y columnas. Solo podría definirse como un trabajo impecable.

Los pasillos se extendieron como cuevas que se sumergen en la tierra mientras la luz comenzó a escasear. Al mismo tiempo, Viggo empezó a percibir un mal aroma, como si hubieran dejado a un animal muerto a la intemperie. Con este frio, el hedor debería estar bajo control. Sin embargo, la peste se hacía más fuerte a cada paso que daba. Viggo detuvo su andar y su cuerpo se recubrió del touki rojo. Entonces él pudo escuchar mejor y reconoció un siseo maligno, como si alguien mascullara en contra de alguien. Era una voz envejecida que hablaba en una lengua extraña. Viggo entrecerró los ojos y continuó avanzando por el pasillo calculando a cada paso a que distancia estaba.

Una vez que Viggo llego al final de un largo pasillo, llego a una amplia recamara interna. Sin embargo, él se quedó apoyado en la pared y se asomó por una esquina. Entonces vio a una criatura de piel gris y extremidades delgadas. Era humana, pero a la vez no. En la cabeza utilizaba el cráneo de carnero mientras de su espalda salían largos huesos como si fuera un puercoespín. La criatura portaba un cayado de madera mientras dejaba colgar varios huesos atados de un hilo a su cintura.

Viggo entrecerró los ojos y espero a ver si la criatura lo percibía. Ella se veía físicamente débil, pero ese aire a muerte a su alrededor la hacían ver como alguien de cuidado. Viggo tomo una profunda respiración y salió de su cobertura para ver lo que hacia la criatura. Sin embargo, su sorpresa se incrementó cuando la criatura empezó a reír de forma maligna. Viggo tomo su hacha con ambas manos a medida que se acercaba. La criatura respondió pronunciando unas palabras en una lengua que sonaron como un susurro con eco. Al instante siguiente, la criatura fue rodeada por un miasma apestoso y en un rápido movimiento, como si se deslizara por el aire, apareció a un metro de Viggo. Este último dio un salto hacia atrás y espero la reacción. Sin embargo, lo único que logro, fue que la criatura riera con locura.

-¿De qué te ríes?- grito Viggo enfurecido

Sin embargo, la criatura solo rio y después escupió al aire grandes trozos de saliva del tamaño de un puño, de color verde tóxico. Viggo vio uno de los grandes escupitajos dirigirse en su dirección. Él saltó, lo esquivo y la saliva golpeo en suelo. El líquido corroyó el suelo y dejo un gran agujero de diez centímetros de profundidad mientras emitía un horrible miasma tóxico. Viggo se tapó la nariz y se dio cuenta que toda la habitación se estaba llenando de tal miasma. Entonces él busco con la vista a la criatura, pero en cuanto la vio, la criatura golpeó el suelo con su cayado y del suelo debajo de Viggo aparecieron gruesas enredaderas. Viggo tiró sin problemas para soltar sus brazos y después miró hacia delante, solo para encontrarse el miasma extendido, pero ninguna señal de la criatura.

-Tengo que matar esa cosa- murmuro Viggo mientras avanzaba aguantando la podredumbre del miasma. Salió de la gran recamara y se introdujo en otro pasillo. Casi podía oler el rastro que dejo aquella criatura. Era demasiado peligroso dejarla existir en este lugar. Atreus era demasiado curioso y podría meterse al templo a mirar. Ya lo imaginaba deambulando, creyendo que era un gran guerrero.

Viggo llegó al final de los pasillos sin encontrar a la criatura. No obstante, encontró otra cosa igual de sospechosa. Había un enorme dintel que llevaba a un pasillo y después a una especie de plataforma. Sin embargo, el dintel de la puerta tenía un aura celeste que la hacía ver como un espejo. Viggo acercó su mano y tocó la superficie. A simple vista se veía como que la había atravesado, pero no sentía nada en especial. Viggo miró los alrededores y después atravesó el dintel. Nada paso. Así que él siguió adelante y llegó al centro de una enorme plataforma, donde había un poste similar a timón de barco. Viggo frunció el ceño y lo giró. El timón activo un mecanismo, sonaron cadenas y la plataforma comenzó a descender.

La plataforma se oscureció a medida que descendía hasta que llegó al último tramo y volvió a haber luz. La plataforma se detuvo y Viggo pudo ver por delante un pasillo que después se dividía en tres. A los costados del camino había dos escaleras que llevaban a un segundo piso dentro de la misma recamara donde se veían estantes con pergaminos a los lados. En el centro del segundo piso había una ventana que dejaba entrar la luz del día. Sin embargo, juzgado por todo lo que había bajado, Viggo supuso que estaba bajo tierra.

Viggo reafirmo el agarre sobre su hacha y avanzó por el pasillo. Todo mantenía la misma arquitectura, roca labrada por grandes artesanos. Molduras de oro en los guardapolvos y hermosos adornos en las paredes similares a la figura de un diamante con un centro de piedra lazuli en el centro y bordeado de oro. Todo se veía hermoso, pero sucio, con algunos escombros de las paredes en el camino.

Viggo subió las escaleras hasta el segundo piso y se encontró los estantes de 6 metros de ancho por tres metros de alto; todos llenos de pergaminos. También se encontró un cofre y una tumba. La ventana estaba puesta sobre la tumba, Viggo se acercó y miró hacia afuera. Solo había un amplió patio con un árbol de largas ramas grises y hojas de color caoba. No obstante, en el centró había algo negro que flotaba en el aire. Viggo se mordió el labio y miró los estantes a su alrededor. Lo pensó un poco, pero negó y bajo las escaleras, para después seguir por el pasillo que pasaba por debajo del segundo piso hasta llegar al patio exterior.

Era una locura, pensó Viggo mientras miraba el cielo azul. Él estaba seguro de que había bajado varias decenas de metros bajo tierra. Sin embargo, aquí estaba viendo un cielo limpio, despejado y azulado. El clima era cálido como en otoño y las hojas de color caoba cubrían el suelo. Todo rezumaba tranquilidad, salvo la extraña forma esférica que flotaba en el centro del patio.

Viggo se enfocó en la forma esférica, apretó el agarre sobre su hacha y avanzó. Entonces él volvió a escuchar la risa maligna de la criatura y la esfera oscura se extendió del tamaño de un portal. Entonces empezaron a salir draugrs desde su interior, unos cargados con espadas y escudos, otros cargando martillos y hachas de guerra. Ellos avanzaron con dirección a Viggo y él respondió levantando su antebrazo izquierdo por delante. Un draugrs descargo su espada y Viggo canalizo su mana al brazalete. Se extendieron las aspas triangulares y se unieron para formar un escudo. Viggo bloqueo, el draugrs fue repelido y Viggo aprovecho de darle un hachazo en la garganta.

Después Viggo continuo con los otros draugrs hasta que solo quedó uno en pie. Viggo guardo el escudo y dejo el hacha en el suelo. El draugrs, con sus ojos emitiendo el fuego ígneo del infierno, se lanzó gruñendo y Viggo esquivo hacia un lado. El draugrs lo ataco una segunda y una tercera vez, pero Viggo lo esquivo sin problemas. Sin embargo, cuando el draugrs ataco una tercera vez, Viggo atajo el puño con que blandía la espada. Él miró al draugrs de cerca y pudo ver con claridad sus facciones cadavéricas. Entonces Viggo le dio una sonrisa burlesca y con su otra mano, dibujo la runa de Isa "I" en el pecho del draugrs. Él empujo al draugrs para atrás mientras retrocedía al mismo tiempo. La runa se activó, emitiendo un brillo celeste frio y la reacción entre el cuerpo del draugrs y la runa no se hizo esperar. El draugrs exploto en mil pedazos y solo quedó su columna y piernas en pie.

Viggo sonrió satisfecho ante la reacción, ya que había encontrado una forma de aniquilar a un montón de draugrs de un solo golpe. Mientras los draugrs parecían estar hechos de magma, la runa de Isa emitía un intenso frio de ventisca glacial. Esas dos cosas no se llevaban bien, haciendo que los pobres draugrs murieran de un solo golpe. Ahora, la pregunta era ¿Cómo lo haría una vez que sea atacado por un ejército de draugrs?

Viggo agacho la mirada pensando en una solución, pero volvió a sonar la risa maligna desde el interior del portal. Viggo miró hacia adelante y encontró a aquella criatura con el cayado y las enormes espinas en su espalda jorobada. Viggo corrió devuelta, tomo el hacha y se puso en posición de combate. La criatura lo quedó mirando, envuelta en ese miasma tóxico. Viggo frunció el ceño al oler el fétido aroma. Sin embargo, notó que la criatura no se movía, sino que lo miraba con cuencas vacías con una profunda oscuridad, como si fuera un espíritu maligno. Viggo tomo el hacha con ambas manos y la lanzó, pero el arma paso a través de la criatura.

Viggo quedó sorprendido, pero su reacción solo hizo que la criatura riera enloquecida. Ella se movió a gran velocidad como si fuera un espectro y llego en un parpadeo delante de Viggo. Entonces la criatura tomo su cayado con ambas manos y lanzó tres estocadas hacia adelante. Viggo las esquivo y avanzó para lanzar un puñetazo. Sin embargo, una vez más los puños atravesaron el cuerpo de la criatura y ella se retiró riendo. Viggo frunció el ceño y miró sus puños sin ver ninguna herida. La criatura era intocable, pero cuando lanzó esas estocadas pudo sentir el cambió en el aire. Eso quería decir que en algún momento se volvía corpórea. Viggo sin pensarlo más, canalizo mana hacia su dedo índice y dibujo la runa de sowelu "S" en el aire. El mana se condenso y la naturaleza de la runa estallo en llamas como si fuera un lanzallamas. Sin embargo, la criatura se mantuvo quieta y solo se rio. Al mismo tiempo, la criatura murmuro algunas palabras vengativas y del suelo bajo Viggo aparecieron enredaderas. El mana se cortó y la runa perdió su poder. La criatura aprovecho mientras Viggo hacia fuerza para romper las enredaderas y ella le propino tres estocadas con el callado. El golpe no fue tan doloroso, pero confirmo la teoría de Viggo. En algún momento la criatura se volvía corpórea.

Viggo se logró romper las enredaderas y la criatura volvió rápidamente a su posición. Viggo la miró con molestia y esta vez, dibujo la runa de Isa "I" en el aire. El mana le dio energía a la runa y se manifestó como una ventisca glaciar que golpeo a la criatura sin herirla, pero la aprisiono en una capa de hielo. Viggo sonrió, cortó el mana y corrió hacia la criatura. Al mismo tiempo, la criatura trato de moverse y romper la capa de hielo, pero Viggo fue más rápido y logro darle un poderoso puñetazo. La criatura rodo por el suelo y el cráneo de carnero se partió en dos. Entonces Viggo pudo ver el rostro de la criatura y supo que antes de transformarse en está cosa, era humana. Para ser más precisos, era una mujer, pero algo la hizo cambiar y la transformo en una especie de no muerto. Su piel era completamente gris, sus dientes retorcidos y sus ojos eran oscuros como dos abismos.

La criatura murmuraba cosas, pero parece que la magia se había acabado. Viggo avanzó hasta la criatura y le aplastó el cráneo. Al instante siguiente, el portal se cerró y volvió a ser una esfera oscura.

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