María se durmió una hora después y ahora estaba durmiendo en los brazos de Kain. Al mismo tiempo, el trio de idiotas (Jasón, Odiseo y Aquiles) contaban historias de sus vivencias en el calabozo. Sobre todo, de su llegada al piso 50, un lugar al que muy pocos aventureros han llegado. Al mismo tiempo, Ottar, Viggo, Flora y Tatsumi estaban escuchándolos sin emitir un solo sonido. Totalmente absortos en la descripción de las terribles bestias que vivían en las profundidades del calabozo. De vez en cuando se reían de los chistes de Jasón o de los regaños que le daba Odiseo. Jasón como siempre era puras risas y sonrisas, nunca se tomaba nada en serio y eso aligeraba la conversación. Todas las mujeres, diosas y niños escuchaban su relato de buen humor. Incluso si en algunos momentos se mencionaba un real peligro.
Por su parte, Viggo estaba sentado al lado de Aquiles y su hermana Flora, sentada del otro lado de la mesa. Ella hacia miradas suplicantes para que él la dejará sentarse allí. Viggo sonrió de forma burlona y Flora frunció el ceño e hizo como si se pegará puñetazos en la cara. Viggo entendió bien claro el mensaje "Si no me dejas sentarme ahí, te golpeare". Viggo se rasco la cabeza y miró a Aquiles, quien se veía amable y risueño, escuchando de buen humor todo lo que decía Jasón.
Aquiles capto la mirada y volteó para mirarlo -¿Qué pasa, pequeño hermano?- pregunto con una sonrisa amable y le palmeo la espalda
Viggo se quedó congelado sin saber que responder. De ningún modo podía decirle que su hermana lo estaba intimidando para sentarse a su lado. Viggo forzó una sonrisa incomoda y dijo -nada, Aquiles, solo, solo, solo te quería preguntar si eres bueno con el escudo-
Aquiles ladeo la cabeza de lado a lado y dijo con un tono modesto -me manejo-
-En ese caso ¿Me podrías ayudar?-
-¿De qué se trata?-
Viggo miró de soslayo a Flora, cuya cara se ponía más malhumorada a cada momento. <Esto no debería haber tomado este rumbo> pensó Viggo. Sin embargo, para evitar cagarla, Viggo continuo -veras, mi maestro me enseño una técnica de escudo, pero en muchos casos, su explicación llega a ser muy imprecisa. Para él todo es "resistes, repeles y golpeas de vuelta lo más duro que puedas".
-¿A ver? Muéstrame-
Viggo sonrió, miró a Flora y le guiño un ojo. El rostro de Flora se ilumino y sonrió llena de alegría. Viggo se levantó de su puesto y camino hasta su padre, en el otro extremo de la mesa. Al mismo tiempo, Flora rodeo la mesa y se sentó junto a Aquiles. Ella sonrió para él y Aquiles sonrió para ella, pero muy diferente de lo que Flora esperaba, Aquiles le peino el cabello como a una hermanita pequeña. Eso ensombreció el corazón de Flora, pero sonrió de todos modos. Después soltó un suspiro y pensó que por lo menos, había logrado sentarse al lado de Aquiles.
Viggo volvió con un gran escudo, los espartanos lo llamaban aspís. Hecho de madera y un recubrimiento con una capa de broce de forma convexa. Viggo lo llevo sosteniéndolo en su brazo izquierdo y se detuvo detrás del asiento de Aquiles. Este último giro su silla, dándole la espalda al bullicioso Jasón y mirando a Viggo.
-Bien- dijo Viggo colocando el escudo por delante, con su pierna izquierda firme en su posición y llevando su pierna derecha hacia atrás, como si fuera el soporte que impediría el retroceso si alguien empujara el escudo -esta formación se llama falange y consiste en juntar escudos con tu compañero, de forma tal, que parezcan las escamas de una serpiente. Sin embargo, esto no me sirve si estoy en medio de una lucha en solitario con muchos enemigos. Mi maestro me dice que todo deriva de esta posición, pero no logro imaginármelo-
-En cierto sentido tu maestro tiene razón- dijo Aquiles apuntando al escudo -es una formación antigua, pero muy útil, sobre todo si tienes un ejército- Aquiles golpeo a Odiseo en el hombro, que estaba sentado a su izquierda. Él lo miró de vuelta y Aquiles le hizo el gesto para que se diera vuelta.
Por su parte, Flora al lado derecho de Aquiles, miró a Viggo y encontró el gran escudo de bronce demasiado tosco y poco versátil.
-Le contaba que es una buena formación la falange- dijo Aquiles a Odiseo -pero que es poco práctica cuando estas peleando en solitario-
-Así es- dijo Odiseo, miró a Viggo quien mantenía su posición y asintió -es una buena formación, pero en términos de bloquear, repeler y atacar, es poco práctica-
-¿Atacar?- pregunto Viggo un tanto confundido
-Claro- dijeron Aquiles y Odiseo al mismo tiempo. Odiseo miró a Aquiles y le hizo el gesto con la mano para que le explicará.
Aquiles asintió, miró a Viggo y le dijo -el escudo es otra arma, Viggo. Todo pasa por el tipo de mensaje que le quieres dar a tu oponente. Quedarte firme e inflexible para solo defender con el escudo, le está diciendo a tu enemigo que solo puedes atacar con una mano-
-Muéstrale mejor- dijo Odiseo
Aquiles se puso de pie, le pidió el escudo a Viggo y le señalo para que se fuera a sentar a donde estaba él. Aquiles se puso de lado, sosteniendo el escudo con su mano izquierda. Viggo, Flora y Odiseo lo miraron de perfil, viendo como sus largos cabellos dorados le llevaban hasta los hombros. Con su gran estatura y físico atlético inspiraba una gran aura combativa.
Aquiles giro su cuello y le pregunto a Viggo -¿Sabes boxear?- Viggo asintió y Aquiles asintió, entonces miró hacia adelante y dijo -es parecido, si no, casi lo mismo. Cuando boxeas, utilizas la parte externa de los brazos para recibir, bloquear o desviar los ataques. Por razones lógicas no puedes recibir el ataque de una espada o una lanza, así que, en respuesta a eso, nace el escudo. El escudo sirve para protegerse de ataques, pero también para desviarlos. Todo pasa por como recibes el golpe. Por un lado, está colocarte firme y recibir el ataque de forma contundente. Por otro lado, está el hecho de ir a buscar el ataque, amortiguar el impacto y repelerlo. Y por último, está el hecho de repeler el ataque antes de que esté alcance su máxima fuerza. En términos sencillos es ir por el golpe antes de que el enemigo extienda su extremidad al máximo, que es cuando alcanza su máxima fuerza-
Entonces Aquiles movió el escudo un poco hacia adelante y lo retrajo como si fuera el flujo de la marejada. Que llega a la orilla de playa, se retrae y después vuelve a llegar, pero con más fuerza. Viggo asintió en silencio, tratando de quemar esa imagen en su retina.
-Lo otro pasa por el mensaje que quieres transmitir- dijo Aquiles
-¿Mensaje?- pregunto Viggo
-Sí, pequeño hermano- dijo Jasón a sus espaldas. Viggo se volteó para mirarlo y lo vio caminar hasta donde estaba Aquiles -por ejemplo, si yo le lanzó un golpe tímido a mi oponente, él entenderá que no tengo idea de cómo luchar. A lo mejor seré subestimado y bajará la guardia o puede utilizar esa información para analizarme y vencerme. Por eso, luchar es como conversar, solo que a través de otros medios-
-Así es- dijo Aquiles a su lado
Viggo dio una breve mirada hacia atrás y vio a su familia concentrada en el dúo. Aquiles dejo el escudo a un lado y se puso en posición de boxeo, pero con ambas manos abiertas y mirando a Jasón. Se golpeo la palma izquierda con la derecha y Jasón asintió entendiendo la intensión.
-Mira acá- dijo Jasón mientras miraba a Viggo. Después miró a Aquiles frente a él y le lanzó un golpe lento y suave, algo que de ningún modo sería una amenaza. Aquiles se mantuvo firme, sin expresar molestia.
-Ves, mi golpe le transmitió un "no se pelear". Sin embargo, si le aplico fuerza y velocidad- entonces Jasón lanzó un puñetazo a la palma de Aquiles que sonó seco y contundente. Todos se sorprendieron y Aquiles abandono su postura y agito su mano en una expresión de dolor. Jasón continuo con su explicación -le trasmites algo así como "te voy a vencer, te voy a golpear". Por otro lado, de la forma y el ángulo que golpea la otra persona puedes leer sus intenciones. Pueden ser malos pensamientos, con la intención de matarte, pensamientos maliciosos, con la intensión de lesionarte o simplemente como te dije, "soy mediocre o soy débil". Existen un montón de interpretaciones, pero todo deriva del lenguaje. Igual que cuando discutes con otra persona, utilizas ciertas frases para aseverar, negar, refutar, manipular o contradecir lo que dice-
-Maldito, eso me dolió- dijo Aquiles, aun con su mano adolorida. Jasón levanto de hombros y sonrió de buen humor. Aquiles entrecerró los ojos y se lanzó contra Jasón, lo tacleo y ambos cayeron sobre el camino de adoquines. Odiseo sonrió desde su asiento y se puso en pie. Después camino hasta donde estaban los dos idiotas forcejeando y se lanzó sobre ellos, aplastando a ambos.
Viggo también sonrió desde su asiento, corrió hacia ellos y se lanzó encima. Después lo siguió Ottar, Tatsumi y por último Flora. Todos se reían de buena gana, tanto niños como adultos.
Después de jugar durante un rato, Aquiles le siguió explicando a Viggo el uso del escudo mientras todos los niños lo miraban. El resto de los participantes empezó a limpiar y ordenar. María se fue a acostar con Deméter, mientras Hera se fue por delante del trio de idiotas y volvió a su mansión en su propio carruaje.
Una hora después, todos se despidieron. Sin embargo, solo Viggo se quedó practicando con el escudo espartano. Trataba de moverse de forma fluida, mientras imaginaba un ataque y se anticipaba a la trayectoria, evitando que este alcance su máxima fuerza. Se movía a recibirlo y lo repelía con la misma fluidez de una marejada.
-Tienes buen ritmo- dijo alguien
Viggo detuvo su entrenamiento y miró a sus espaldas. Era su padre, quien lo miraba con los brazos cruzados. Viggo sonrió, le dio la espalda y siguió ejercitando el movimiento. Tomando el golpe, repeliéndolo, desviándolo o simplemente absorbiéndolo y dispersando el impacto. Al menos, así era en su mente.
-No es buen ritmo, padre- dijo Viggo mientras continuaba el ejercicio -mi maestro dice que tengo buenos instintos y cada día que pasa pienso que tienen razón-
-¿Cómo es eso?-
-Veras, nunca lo había sentido, puede que por mi poder divino. Pero una vez que sellaron mi poder, entendí mejor este sentimiento. Es como si algo me produjera una inquietud o una angustia en mi corazón. Si continúo haciendo o avanzando de la misma manera, el sentimiento persiste. Entonces empiezo a utilizar nuevas maneras, a buscar otras alternativas, hasta que ese sentimiento se calma y me quedo tranquilo. Por otro lado, puedo sentir cuando alguien me está mirando o la intensión de alguien. Mi maestro dice que está más cerca del sentido de los animales que del combate. Me dice que me falta más entrenamiento-
Kain soltó una risita maligna y dijo -a uno siempre le falta entrenamiento, Viggo. No importa donde estés, quien seas o a donde vayas. Siempre habrá alguien más fuerte que tu-
-El maestro también dice lo mismo- dijo Viggo
-Mañana es el día- dijo Kain
Viggo detuvo su entrenamiento y se quedó mirando el jardín, con algunas partes iluminadas por los faroles de treinta centímetros de altura y puestos entre medio de las islas de flores.
-Padre, yo- dijo Viggo y agacho la mirada -tengo miedo-
-Todo el mundo tiene miedo hijo, pero quien lo acepta y lo lleva consigo con naturalidad, puede enfrentarlo. Si repeles tu miedo, le darás poder a eso que es objeto de tu miedo y siempre será una piedra de tropiezo. Acepta tu miedo, como puedes aceptar que, si combates, vas a recibir daño. Sería ideal no tener miedo y no sentir dolor, pero eso es la magia de estar vivo. Solo comprendiendo nuestras falencias y limitaciones, podemos volvernos mejores-
-Sí, padre, seré mejor, mucho mejor que el día anterior-
Kain camino hasta Viggo, él se dio la vuelta y miró a Kain.
-Tranquilo, mantente concentrado y todo saldrá bien- dijo Kain
Viggo asintió y abrazo a Kain por la cintura. Kain también lo abrazo y quiso desde el fondo de su corazón, terminar este entrenamiento.
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