Al abrir los ojos, la luz del exterior iluminó su vista momentáneamente. Juan Carlos se levantó y se estiró para liberar la rigidez de su cuerpo.
Sin darse cuenta ya había amanecido.
Al parecer le había tomado alrededor de siete horas absorber toda la energía.
Antes del templado le habría tomado al menos tres horas más. Pero tomando en cuenta el tiempo que había tardado en templar su cuerpo, el tiempo usado parecía ser el mismo.
Era como si hubiese aprovechado ese sobrante de tiempo en otra actividad, cosa que no estaba tan alejada de la realidad.
Se sentía bastante orgulloso al no haber liberado la energía precipitadamente. Se habría perdido de éste hermoso aumento de poder.
Habiendo logrado resultados positivos lo único que restaba era probar que tan grande era el beneficio que le trajo. Para eso salió de su guarida y saltó entre la copas de los árboles en busca de una presa lo suficientemente fuerte como para ponerlo en peligro.
Después de unos momentos se encontró con una manada de lobos, al igual que la manada de hace tiempo, estaba compuesta por lobos de nivel tres. El alfa era el único de nivel cuatro.
Juan Carlos parpadeó varias veces ya qué había notado que sus sentidos también se habían agudizado. Podía sentir con mayor claridad y precisión la fuerza de sus oponentes. El cambio no era tan grande como cuando subió de nivel, pero definitivamente eran buenas noticias.
En el futuro esos pequeños aumentos terminarían por duplicar sus sentidos actuales, además agregando las mejores de la subida de nivel se convertiría en un oponente aterrador.
Mientras pensaba en lo genial que se volvería en el futuro no pudo evitar soltar un gruñido de emoción. Justo cuándo lo hizo toda la manada de lobos supo de su presencia y fijaron sus ojos en él.
Juan Carlos se dió cuenta que había dado a conocer su presencia y sacó la lengua mientras sonreía con culpabilidad. Estaba a punto de retirarse cuándo uno de los lobos saltó hacia él y lo atacó.
El lobo fue muy rápido en su movimiento pero Juan Carlos lo esquivó dando solo dos pasos hacía un lado. Antes de que el lobo se alejara demasiado, se dió la vuelta y le mordió una de sus patas traseras.
"¡Woooo!"
El lobo aulló del dolor y se retorció tratando de liberarse, pero Juan Carlos no cedería. Balanceó su cabeza con fiereza de un lado a otro y luego de arriba hacía abajo.
Gracias a eso el lobo chocó contra las ramas del árbol una y otra vez dejándolo totalmente aturdido.
"¡Grrrr!"
La manada de lobos le gruñó y el alfa ordenó a uno de ellos que se lanzara contra él.
Juan Carlos rápidamente soltó al lobo y lo dejo caer, para luego saltar de la copa del árbol. Momentos después en el lugar donde estaba antes el otro lobo apareció dándole un zarpazo a la rama.
Volvió la cabeza alrededor y se dió cuenta que había perdido a su presa de vista. En ese momento Juan Carlos ya había aterrizado en suelo, cerca del primer lobo.
Se acercó tranquilamente y con su pata delantera presionó su cabeza.
*¡Crack!
No había ejercido tanta fuerza, cuando sintió que el cráneo del lobo se rompió. Con eso había comprobado que si fuerza había aumentado.
Para ese momento el segundo lobo ya lo había encontrado y se abalanzó sobre el nuevamente. Juan Carlos no se movió de su lugar cómo si no hubiera sentido la amenaza.
Cuándo el lobo creyó que lo tenía entre sus garras y estaba a punto de conectar sus zarpazos, Juan Carlos rápidamente se dió la vuelta y envío su propio zarpazo.
Antes de que el lobo pudiera reaccionar el zarpazo ya había conectado en su mandíbula. Gracias a la fuerza recién adquirida de Juan Carlos le arrancó la mandíbula de un sólo ataque.
El lobo sintió tanto dolor que al aterrizar, se retorció en el suelo por el mismo. Juan Carlos rápidamente se acercó y también aplastó su cráneo.
Gracias a que todos ellos eran de nivel tres no había necesidad ser cuidadoso por temor a romper su núcleo de energía.
Juan Carlos no se sentía satisfecho con el resultado de sus enfrentamientos previos por lo qué se acercó al resto de la manada que solo había estado observando.
Cuándo estuvo lo suficientemente cerca puso en alto su cabeza y rugió.
"¡Roarrr!"
Estaba desafiando al alfa para una lucha entre ellos dos sin interferencias.
"¡Woooo!"
El alfa aulló y aceptó el desafío. Ésta sería la primera batalla en solitario que tendría contra un lobo alfa.
La vez anterior solo había actuado como el apoyo de Sara, además ya había sido herido por ella. El alfa frente a él estaba en perfectas condiciones.
Todos los lobos al ver que su líder aceptó el desafío formaron un círculo de treinta metros de radio y aullaron al cielo, actuarían como si fueran una porra y también vigilarian que nadie interrumpiera el combate.
Juan Carlos y el alfa caminaron en círculos sin perderse de vista mientras esperaban una oportunidad de atacar.
Segundos después ambos se movieron al mismo tiempo y lanzaron un zarpazo. Juan Carlos utilizó toda su fuerza y velocidad en ese ataque, pero inesperadamente el alfa pudo reaccionar y contraatacar.
Sintió como si el metal chocara contra el metal. Las garras de ambos habían chocado contra las del otro y habían sido repelidas.
Debido a la fuerza del choque ambos fueron forzados a retirarse unos metros.
Juan Carlos se dió cuenta que a pesar de sus recientes mejoras estaban igualados en fuerza y velocidad.
Incluso la agudeza de sus sentidos parecían estar a la par. O el era muy débil, o éste lobo no era para nada normal.
El se negaba a creer que fuera demasiado débil, por lo que optó por la segunda opción.
Pero en ese caso, ¿Que había vuelto así de fuerte a éste lobo alfa?
Después de un Power Up viene el momento de probarlo en combate.
Al principio tenía planeado acabar rápidamente con todos incluído el alfa, pero en el último momento cambié de opinión.
¡Gracias por leer, hasta la próxima!