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Una vista estelar

Al salir del trabajo, la limusina de Jake aguardaba, y extrañamente él también. Fumaba un cigarro apoyado en la puerta del auto, pero al verme lo tiró y pisó, abriendo la puerta.

—¡Hey!— Saludé.

Él esperó caballeroso a que subiera a su limusina exclusiva, era bastante amplia y los asientos igualaban a los sillones. Tenía una sección para tomar refrescos, además de un piso alfombrado. —Ahora sí que me siento como una estrella— Hasta el cinturón era cómodo.

—Me alegra que te sientas a gusto— Sonrió.

—Mhm... Aunque siento que me mimas excesivamente— Observé. —Incluso me llevas al centro comercial personalmente—

—¿Te preocupa que mal interpreten nuestra relación?—

—Nha...— Me crucé de piernas. —Seré la envidia de todos si me ven caminando con alguien como tú— Sonreí de medio lado.

—¿No debería ser al revés?— Se dió cuenta de lo que dijo y se sonrojó levemente. ¿En serio un alpha puede ser así de apacible?

—Ahaja, solo te molestaba, aunque también te coqueteaba un poco— Sonreí engreído. —De todos modos... No contestaste mi pregunta—

—Es que me recuerdas a Sieg, por eso me dan ganas de cuidarte—

—¿A Sieg? ¿Te refieres a esa lindurita?— No puedo recordarle a Sieg, digo ese niño es tierno y tímido. Tiene una buena personalidad... En cambio yo... —¡No tiene sentido!—

—Supongo que no, ni siquiera sus escencias son parecidas.Tú eres todo lo contrario a Sieg... Creo que es solo porque me siento solo desde que me divorcié de él— Admitió con pena.

—No entiendo por qué se divorciaron— Y aquí estoy yo hablando como un insensible. —Digo, tú lo amas... ¿No?—

—Aveces amar a alguien no es suficiente para quedarte al lado de esa persona— Su respuesta me impactó.

—Cierto...—

—Mi vida está rodeada de peligros, en un punto me llegó a dar miedo de entrometer a Sieg en esto... Creo que ya sabes en qué estoy metido. Aunque, no te preocupes, el problema está casi resuelto. Tu vida no debería correr peligro y de todos modos, le prometí a Elián que te protegería, del mismo modo que le pedí a Fred que protegiera a Sieg— Explicó. —Además, lo traté muy mal, en algún punto llegué a estar tan estresado, que empecé a desquitarme con él y más con el efecto de las drogas mi agresividad aumentó—

—Es raro... Porque tú eres demasiado tranquilo para hacerle algo así a alguien que amas—

—Bueno, cuando me conozcas mejor seguro te arrepientas de lo que dijiste— Afirmó con ojos fríos.

—Es probable— Dije manteniendo mi mirada fija en él. —Nadie es como creemos, pero eso no significa que debamos odiar al otro porque tiene una cualidad que nos disguste... Uno ama por encima de los defectos que tenga una persona—

—¿Julen, cómo puedes hablarme con tanta seguridad? ¿Qué pasaría si te dijera que yo soy un asesino?— Me encogí de hombros.

—Bueno, mientras no pienses en matarme a mí o a mis seres queridos no tengo porque temerte— Él estaba confundido con mi respuesta.

En mi vida he comprobado que muchas veces debes empujar a alguien a un precipicio para poder ganar. Yo tampoco soy tan bueno y lindo como crees, Jake. Por supuesto después de vivir como una mierda, nunca he dejado que me arrebaten lo material, pero por eso mismo perdí algo importante. Me convertí en alguien difícil de amar.

—Ya llegamos— Salió primero para ayudarme a bajar.

—Gracias, eres realmente cortez—

—Debo mantener mis modales— Los mafiosos tienen esa clase de costumbres por lo que veo.

Jake me ayudó a elegir ropa, y la pobre Karol con otro guardia de seguridad tuvieron que acarrear mis compras.

—¿Quisieras comer fuera?— Me invitó a almorzar.

—Lo bueno de vivir aquí es que no hay paparazzis y fanáticos—

—Fanáticos sí hay— Apuntó al grupito que detenían los guardaespaldas en la entrada de la terraza donde comíamos.

—Vaya, no me había dado cuenta, han hecho un buen trabajo— Aprecié.

—Por supuesto, mis guardaespaldas no dejarán que te toquen un pelo y si alguien se atreve, lo matamos— No parecía una broma.

—No sería bueno para mí que tomaran medidas tan drásticas—

—¿No? ¿Qué sugieres?—

—Solamente alejarlos de mí— Contesté.

—¿100 metros de distancia?— Yo asentí divertido.

—1 metro estará bien, ahaja— Dejé la taza del café endulzado sobre el plato. —A propósito... ¿Cómo será la reunión de esta noche?—

—Es parecido a una fiesta, solo que en general conversamos en familia... Tú solo sígueme y no hables—

—Sabes que hay un problema... Yo nunca me callo—

—Pero, eres un excelente actor, ayer me vi 12 de tus grandiosas filmaciones— comentó un poco feliz.

—¿En serio? ¿Te viste mis 12 películas en una noche?—

—Sí— Y yo preguntándome si sus ojeras son naturales.

Nos movimos, el grupo de fans seguía esperando, por lo que me acerqué a saludar. —Hey— Dije.

Ellos gritaron mi nombre y una se desmayó.

—Creo que hay que llamar a un asistente médico—

Un alpha pidió mi autógrafo aprovechando el ajetreo por la desmayada, así que se lo dí. —¡Julen! ¿¡Podría tomar tu mano!?—

—Eh, sí...— Le ofrecí mi mano a la beta y ella la manoseó demasiado. Al final Jake me sacó del tumulto que empezó a agrandarse de repente.

—Eres muy considerado con tus fans—

—Es lo normal, ellos lo son todo, gracias a ellos vivo como tu vecino— Él se rió.

—Bueno, va siendo hora de que volvamos... ¿O deseabas comprar algo más? Solo llevamos 12 bolsas—

—¿12 bolsas te parece poco?—

—Puedo comprarte lo que desees si no te apetece gastar— Propuso.

—Jake, no es que quiera gastar es que llevo más que suficiente— Me miró perplejo. —Creo que la lindurita de tu ex te traumó— Avancé hasta la limusina.

—Pero, creía que de esa forma....— Subí al auto y me siguió.

—Jake, entiendo que pienses que la única forma de compensar a alguien es materialmente, y además siendo educado... Pero creo que esa no es la manera y yo ya te debo mucho— Entró en pánico. Se tomó la cabeza sin saber que hacer o decir, quería hablar, pero no podía. En este momento Jake tenía un caos mental, o algo así. No sabía lo que pensaba, pero yo lo veía sufrir, tal vez se éste arrepintiendo de sus pecados. ¡Ya sé! Rezaré por él.

—¿Qué estás haciendo...?—

—Estoy rezando, no me interrumpas, daré la vuelta a este rosario en tu nombre— Él me quedó mirando como si fuera un extraterrestre, mientras sostenía el rosario que siempre llevaba conmigo. Y sentí su mirada por el resto del camino, a pesar de que tenía los ojos cerrados. —Bien... Terminé— Dije persignándome.

—¿Por qué rezar por mí?—

—Me agradas— Sonreí confiado.

—¿No es mejor rezar por tí mismo?—-

—Nha, personalmente no merezco el cielo, creo que me iré derecho al infierno— Sus ojos mostraban absoluta confusión.

—¿No que la gente con fe suele anhelar ir al cielo?—

—Es imposible salvarse a si mismo de la perdición si no se puede cambiar, pero es diferente si alguien más reza por tí... Si alguien reza por mí después de morir tal vez no me vaya al infierno— Hablé con mis usuales gestos indiferentes.

—No lo entiendo... Eres un creyente de Dios... ¿Por qué no te salvaría, si se dice que es tan bondadoso?—

—Porque no creo merecerlo, el libre albedrío está sobre las decisiones de Dios— A pesar de ser incrédulo parecía interesado. —Bueno, no soy profesor de teología, solo te digo lo que sé y sobre todo lo que pienso—

Un ruido fuerte de la parte trasera, interrumpió nuestra conversación. Se oyó un fierro hacer fricción y todo el auto se movió sin control hasta detenerse. Me había agarrado con terror al asiento.

—¿¡Te encuentras bien!?— Jake se quitó el cinturón y se dirigió a mí.

—Uhg, sí... ¿¡Qué fue eso!?— Exclamé.

—Se reventó un neumático... Quiero que me escuches con atención.— Sacó el cojín del asiento, dando a conocer un hueco lleno de armas. Miró con precisión varios cuchillos que escondió entre su ropa. Luego tomó una pistola, la llenó de balas y se la colocó en el bolsillo trasero. —Voy a abrir la puerta del auto... Mantente detrás mió— Ordenó, por lo que asentí tragando saliva.

Abrió mínimamente la puerta, y dispararon a ritmo de metralleta. Me tapé los oídos por el fuerte sonido. —Que bueno que el auto es blindado...— Suspiró.

Volvió a acercarse al asiento, sacando dos armas de fuego. —Julen, quédate junto a la puerta, y no salgas— Él empujó la puerta antes de salir corriendo y disparar contra los atacantes. Vi desde mi lugar como cayeron aquellas personas. Esto es mejor que mis películas... ¿Te das cuenta que estás en riesgo, verdad, Julen?

Dirigí mi vista a la izquierda, y un destello me hizo ver que alguien sujetaba un arma de más alcance y le dispararía a Jake. —¡JAKE!— Salí de mi escondite y empujé al castaño con todas mis fuerzas. Bloqueando el disparo con mi cuerpo.

—¡...!— Sus ojos me observaron alocadamente asombrados y su expresión se volvió totalmente turbia al verme en el suelo. Entonces, Tiró un cuchillo contra la frente de quien me hirió, y asesinó con su propias manos a los que salieron de un auto más allá. Mientras sus guardaespaldas disparaban contra los restantes.

En verdad, la realidad supera a la ficción, Jake se veía como una persona desconocida para mí, y mi margen de visión se enfocó en el cuchillo ensangrentado que llevaba.

Se acercó a mí. Yo continuaba inmóvil en el piso adolorido. —¡Julen! ¡Julen!— Me movió.

—¡Auch! ¡Esa mierda sí que me dolió!— Me saqué del bolsillo de mi pecho la biblia que quedó casi perforada. Si no fuera por el medallón que coloqué dentro de la biblia hubiera muerto. —¡Mi medallón, carajo!— Grité. —Era de mi familia...— La foto continuaba intacta. —Uff... Gracias, Dios— Aunque mi biblia había quedado hecha pedazos y mi medallón se deformó por fuera por culpa de la bala que quedó incrustada. —¡Esos imbéciles no tienen ningún respeto por Dios, ni por la religión, ni por nadie!— Él estaba impresionado.

—¿...Tú estás bien?— Me levanté con el dolor en el pecho debido al impacto.

—¡Más importante! ¿No estás herido?— Pregunté.

—No— Aún llevaba el cuchillo que me daba escalofríos.

Otro destello llamó mi atención, y esta vez le saqué el arma del bolsillo a jake. Disparé hacia el tipo que intentó dispararnos, el cual ya estaba medio muerto.

—¡Oh, por Dios! ¡¿Acabo de matar a alguien?!— Solté el arma nervioso.

—No, iba a morir de todas formas...—

—Pero, yo acabé con su último aliento... Ay, no puedo creerlo...—

—Julen...—

—Nunca había asesinado a alguien con un arma...—

—Julen—

—¡Digo, en las películas no vale...!— Continué parloteando.

—¡Julen!— Soltó el cuchillo sujetando mis hombros, y luego de que reaccioné alejó su mano manchada en sangre.

—¿...Qué?— Articulé.

—¿Te das cuenta de dónde estás?— Se preocupó.

—¡Lo sé, por eso es que estoy entrando en pánico!—

—¿En pánico...?—

—¡Sí...! Oh, joder... Estoy realmente asustado...— Sujeté las mangas del alpha temblando.

—Creí que lo más peligroso había pasado... Aún hay personas que tratan de acabar con los Zuzunaga, yo no quería involucrarte en esto— Se acercó despacio.

—Lo siento— Se disculpó y sus feromonas me animaron a medida iba acercándose hasta abrazarme. —No dejaré que esto vuelva a ocurrir... No te preocupes ¿Sí?—

Solo posó una mano sobre mi cabeza, la más limpia. Aunque antes de tocarme, trató de desaparecer las gotas rojas que le cayeron. Apresuradamente se limpió la mano dentro del bolsillo. Estaba seguro que aún le quedaba sangre entre sus palmas. Pero me encontraba en shock, por lo que dejé que me acariciara y reposé mi cabeza en su chaqueta, entre el olor a sangre y la escencia de un trago dulce.

Una escencia embriagadora, suave, pero fulminante, me iba adormeciendo, hasta dejarme caer en los brazos del alpha. ¿Así de fácil era para él hacer dormir a un omega?

Oí pasos y voces en movimiento. No distinguía bien que pasaba, pero hacía frío. Alguien me recostó sobre algo blando y me cubrió gentilmente.

Abrí mis ojos, encontrándome en una habitación desconocida para mí. Una pecera burbujeaba al frente de la cama. La cama se movió como gelatina cuando me senté. Me dolía fuertemente el costado derecho de mi hombro, que estaba afirmado por vendas.

—¿Despertaste?— No me había percatado de la presencia de Jake, estaba sentado en un sillón junto a la ventana. Leía el periódico con unos lentes.

—Sí... ¿Dónde estoy?—

—En la propiedad Zuzunaga, la mansión de mi abuelo. Iba a ser la reunión aquí, pero cancelamos el evento por el ataque. Te dislocaste el hombro por recibir la bala— Resumió.

—Oh...— Volví a recostarme. —¿Cómo llegué aquí?—

—Aún están asegurando la zona, así que preferí traerte conmigo—

—¿Sabes que hubiera estado mejor en un hospital alejado de tí...?—

—¿Tú crees que me importa?— Me hizo una mueca de desagrado. Y el tic de mi sonrisa y ceja izquierda comenzó a resurgir.

—Intenta repetirlo...— Lo desafié y él se acercó hasta mi oído y susurró.

—No me importa, Julen— Su aliento me hizo cosquillas. —Tú irás donde yo vaya...— Si Franchesco es un demonio, Jake es Lucifer, un ángel caído con alas ennegrecidas.

—Maldito, hijo de puta— Murmuré.

—¿Qué dijiste?— Me tomó de las mejillas con una mano. —¿Cómo es una boquita tan bonita es capaz de dejar salir estas cosas?— Latidos consecutivos me devoraron.

—¿Q-qué estás diciendo...?— Lo empujé sutilmente. —Es tu culpa...—

—¿Lo es?—

—S-sí— Tomó mi mano delicadamente y la besó. —¿¡...Qué carajos!?—

—Gracias por salvarme antes—

—¿Uhm...? Claro, cuando quieras— Hablé sarcástico y alejándome.

Pero, me acercó a su cuerpo. —En serio, estoy en deuda contigo—

—¡Que está bien...! Con esto te pagué tu hospitalidad, así que... ¿Podrías darme espacio?— Él se separó de mí.

Había visto las alas negras del ángel.

...—🌟—...

Al siguiente día, Jake me había dejado un traje excesivamente caro y elegante. —¿Qué tiene este tipo con gastar su dinero?— No tenía nada más que ponerme, así que simplemente me vestí con lo que dejó.

Repentinamente abrieron la puerta.

Un omega mayor que yo entró. —¡Al fin...! ¡Quería conocerte! Jake me contó que le salvaste la vida— Sonrió abiertamente.

—Eh, yo solo salté imprudente a su rescate...— El omega tomó mis manos.

—¡Eres más guapo en persona! He visto todas tus teleseries, me encantan, ya estoy esperando el estreno de "El omega del sultán" ¡Vi el tráiler y la sinopsis! ¡Lo adoré!— Halagó —¡Y también espero la siguiente temporada de "El villano que se enamoró del héroe"! ¿Vas a continuar haciendo el papel de el hijo del futuro?—

—Por supuesto— Contesté.

—¡Pensar que mi hijo conocería a mi actor favorito!— Así que él es la mamá de Jake, se parecen.

—Es un placer—

—¿Por qué tanto escándalo?— Jake traía a su padre en la silla de ruedas. —Vaya, así que éste es el omega que conociste—

—Es un placer conocerlo, señor— Me acerqué a darle la mano, pero él jaló de mí olfateándome.

—¡Te encontraste a un puritano lleno de confianza!—

—¡Disculpe, señor!— Me ofusqué.

—¡Ahaja, tiene carácter, como tu madre!— Se estaba riendo de mí.

—Ya déjalo, padre...— Suspiró y el omega se llevó al viejo verde.

—Por Dios...— Farfullé.

—Lo siento, mi padre puede ser realmente irrespetuoso... Sufre de demencia senil— Se disculpó.

—Ahg... ¿Qué más da?— Ignoré su acto. —Este traje fue demasiado caro...—

—Lo vi en el catálogo, y me pareció perfecto para tu figura—

—¿Cómo sabes mi talla?— Me quedaba a la medida.

—Puedo saberlo con analizarte de pies a cabeza—

—¿Qué mierda...? ¿Eres un pervertido o algo así?— Mis instintos no fueron errados, la primera sensación que tuve cuando me dió la teñida del armario, era que me desnudaba con la mirada.

—¿Qué? No lo creo...—

—¿Entonces, qué piensas de mí?—

—Es complicado... Al principio pensé en tí en como trataba a mi ex esposa, ya que eres un omega. Pero, son muy diferentes... Sin embargo, hay algo en tí que me parece sumamente atractivo—

—Me lo dicen a menudo— Me crucé de brazos con una sonrisa.

—Julen... ¿Te gustaría comer con nosotros?— Parece estas típicas invitaciones para conocer a los padres de tu novio.

—No me queda de otra... Parece que eres el tipo de persona que no suelta...—

—¿Te hago sentir presionado?— Agachó la mirada.

—Mhm... Para ser un divorciado no sabes mucho sobre coquetear— Me burlé.

—¿Yo lo hice ver así?—

—Lo hiciste... Y no es como si yo no siguiera el juego... ¿Qué debería hacer contigo?— Me aproximé sonrojandolo.

—Julen...—

—Nos conocemos hace pocos días, y aún así, es muy divertido molestarte— Él acarició mi mejilla.

—Julen, recuerda que yo soy un alpha y tú un precioso omega— Se agachó para decírmelo directamente. —Y sí no te has dado cuenta... Hay una extraña química entre nosotros—

—Me pregunto cómo no nos conocimos antes— Arreglé su corbata. —Bien, casanova, tengo hambre— Me dirigí fuera de la habitación. —Así que dime dónde será el tan esperado banquete—

—Claro, por aquí— Me guió.

La casa era inmensa, ya me hubiera perdido si no fuera porque estoy siguiendo a Jake. Incluso habían cuadros de su familia gigantescos. —Julen, te estás quedando atrás— Me quedé observando las decoraciones.

—¡Oh! Ya voy— Fui tras él.

Estaba ansioso, porque cenar con una familia de mafiosos no es algo de todos los días.

—¿Y cuándo se van a casar?— Escupí todo el vino que iba a tragar.

—¡Cof, cof!—

—Padre, no estamos si quiera saliendo... Nos conocimos hace unos días—

—¿Y qué? Cuando tenía tu edad simplemente vi a su madre y lo rapté. Era la primera vez que lo veía, ni siquiera le dije «Hola»—

—Querido, te voy a tirar de la azotea si sigues hablando— El señor rió estruendoso.

—Entonces... Hoy en día los jóvenes se conocen... ¿Y luego se casan?—

—Algo así...— Contestó Jake.

—Y es por eso que estás divorciado, Jake. Un alpha debería solo tomar lo que quiere... ¿Cómo crees que naciste tú?—

—Vamos a la azotea— El omega se llevó a su marido.

—¿Siempre son así?—

—Siempre— Respondió. —Lo siento, tú eres al primero que traigo por voluntad propia... Desde que me divorcié han estado muy preocupados por mi situación. Mi matrimonio con Sieg fue completamente arreglado desde que nací. Siempre pensé que debía casarme con un Gilga. Aunque mi primer amor fue Casimiro, el hermano mayor de Sieg... Sabía que Casim no se iba a interesar por mí, y cuando ocurrió el incendio me di por vencido. Por lo que decidí proteger a Sieg, porque él era lo más importante para Casim. Al final, terminé enamorándome de Sieg cuando nuestra relación no iba completamente en serio. A pesar de que sabía que él no podía dejar de amar a la primera persona que le robó el corazón... Él solo estaba a mi lado por capricho, porque era el ideal que le describieron sus padres.— Se agachó en el asiento, su cabello cayó hacia adelante junto al movimiento de cabeza que ejerció.

—Ahora que te veo bien... Luces mejor con el pelo hacia adelante— Sonreí levemente tratando de consolarlo.

—Puedo usar todo tipo de peinado...— Tocó las puntas de su pelito.

—Ahaja, es porque eres guapo— Ladeó su cabeza para mirarme.

—Gracias... Pero tú lo eres más—

—¿Acaso esto es un intercambio de halagos?— Escuchándolo ahora, me hizo olvidar que es un experto cortando la garganta de otros con un cuchillo.

—Puede ser...— Me sonrió.

—Jake... ¿Puedo saber cuánto ha pasado desde tu divorcio?—

—Más de un año, alrededor de 15 meses— Respondió. —En verdad, es estúpido seguir teniendo sentimientos por alguien que está por formar una familia... Elián me contó hoy en la mañana, que Sieg está embarazado— Me sorprendió.

—Es verdad, es estúpido tener sentimientos por alguien que ya consiguió una vida al lado de alguien más... Sin embargo, ese cariño sigue ahí... En tu corazón el pasado se ha quedado, y siempre estará ahí— Yo comprendo bien como te sientes. Hace unos años, aún continuaba enamorado de Elián, y es obvio el por qué...

La lluvia había llegado, y yo no había traído un paragüas, así que utilicé mi bolso para no mojarme demasiado.

—¡Parece que lo olvidaste!— Ahí estaba esa sonrisa como el Sol, más arriba que las barreras de la lluvia.

—¿Eli?—

—¿Te sorprende verme? No iba a dejar que mi hermoso novio sufriera bajo la fría lluvia—

Elián era un amor conmigo, así que es imposible olvidar a alguien que te trató tan bien, lo mismo ocurre con alguien que te hizo mucho daño. Y a mi parecer, en el caso de Jake es la segunda. No sé lo qué ocurrió con ellos dos, pero él parece muy aferrado a la idea que le dejó Sieg. Todo su comportamiento gira alrededor de cómo trató al pelirrojo. Lo analicé por cómo toma acciones conmigo.

—¿Hay un lugar para ver el cielo aquí que no sea la azotea?—

—Sí, lo hay— Habló.

—Llévame ahí—

—¿Para...?—

—Llévame ahí, ahora— Exigí.

El alpha obedeció, y lo perseguí hasta una terraza. —¿Esto querías?— Realmente está acostumbrado a cumplir con los deseos de cualquier persona.

—Sí— Él se iba a ir, pero lo detuve. —¿Quién dijo que podías irte?—

—Eres demasiado mandón...—

—Tú eres un perkin— Ya era usual verlo abrir los ojos con exageración cuando hablaba. —Ven— Me acerqué al barandal. —¿Alguna vez te has puesto a mirar las estrellas?—

—Como cualquier persona—

—¿Y qué es lo que sientes?— Él vaciló.

—Calma, supongo—

—Yo siento una profunda tristeza... ¿A dónde crees que vamos después de morir?— Cuestioné.

—A un lugar oscuro... No lo sé...—

—"Me gusta creer que todas las personas buenas se convierten en estrellas al morir"... Mi abuela me decía eso— Sonreí con sinceridad y él mantuvo sus ojos en mí. —Jake, en verdad creo que vamos a un lugar más lejano que las estrellas, ya que ellas son parte de algo muy pequeño... Nosotros sufrimos por los recuerdos del pasado, pensando que somos diminutos, pero somos más grande de lo que creemos. Como las estrellas, las vemos muy pequeñas porque están muy lejos, pero si las miramos de cerca son completamente distintas a la bella estética que visualizamos desde aquí... Cada día una estrella está desapareciendo y naciendo otra a cambio. ¿Y te diste cuenta? Claro que no— Hablé con sutileza. —Son tantas, como las personas, y son solo una pequeña parte del universo... Aún así, somos los únicos seres hechos a semejanza de Dios. Pero, nuestro alrededor aveces resulta ser más perfecto que nosotros, los despreciables humanos— Jake observó el cielo y nuevamente a mí.

—Eres extraño...—

—Tú también— Él sonrió con ternura.

—¿Cómo es que una pequeña cabeza como la tuya está pensando en algo más allá de su presente?—

—Creo que está mal ignorar a tu alrededor, no estamos solos— Respondí.

—Yo creo que sí—

—¿Lo estás ahora?—

—No, porque resulta que no dejas de hablar y hablar... Es imposible sentirme solo— Contestó.

—¿Quieres que me calle y me vaya?—

—No, ahora es lo que menos quiero— Respondió.

—Entonces, deja de lloriquear— Entré, porque me estaba dando frío. —¡Achú! Oh, mierda...—

—Debiste ponerte un abrigo—

—¿Cómo es que no sentiste frío?—

—Soy de sangre caliente—

—Ja, ja...— Solté. —¿Vamos a quedarnos en esta mansión?—

—Si quieres volver al hotel te llevaré de vuelta—

—Sí, quiero ver a mi gato—

—Ese gato recibe todo tu amor...—

—¡Pues, obvio! Él lo merece— Dije. —¿Nunca has tenido una mascota?—

—Tengo peces—

—Creo que no lo entiendes— Alcé una ceja.

—Supongo que no— Él tomó mi manos y las calentó con su aliento. Acto que entibió mi cuerpo por completo.

—¡P-puedo abrigarme en la chimenea!— Me aparté.

—Te pones nervioso fácilmente— Se rió.

—¡Idiota! ¿Te burlas de mí?—

—Tus feromonas enojadas son agradables—

—Tú estás loco— Volví a la habitación en la que desperté antes, para dormir. Mañana me quitaré a ese loco de encima... Ah, cierto que es como mi guardaespaldas... Creo que estaba mejor sin ellos. ¡Ahg! Es realmente un dolor en el culo ese tipo.

Notita: Las telenovelas que menciona la madre de Jake son creaciones mías. Ambas son historias omegaverse. Pueden encontrarlas en noveltoon con los mismo títulos "El villano que se enamoró del héroe" y "El omega del sultán".

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