Los rayos del sol entraron por la ventana iluminando toda la habitación de nuestro protagonista. Los amplios cristales dejaban pasar toda la luz, haciendo visible todo el interior.
Se podía ver una cama enorme, muy grande para alguien del mundo Shinobi, pero era a lo que estaba acostumbrado Yuuma, quien descansaba plácidamente.
Hace un tiempo que habia 'despertado' de su sueño, por lo que ahora estaba pensando en todo lo que había sucedido hasta ahora.
Ya habían pasado dos meses y una semana desde que llegó a este mundo, un tiempo aparentemente corto, pero fue suficiente para que este 'civil' lograra los objetivos mediatos planteados.
Como este era un Universo mixto de gran nivel, las cualidades de cada 'personaje' eran similares a sus contrapartes originales, por lo que era algo muy difícil atraer a las mujeres por las cuales tenía interés.
Esto dejaba poco margen de maniobra para tratar con ellas, ya que esto no era una historia Hentai en donde ya estás follando a las horas de conocer a una mujer, incluso el solo hecho de que este mundo tenga un fuerte sentimiento de 'fidelidad' así como en la historia original, ponía la vaya alta.
Todo esto era 'difícil' siempre y cuando no utilizaras cualquier habilidad estúpida, como el control mental, quitándole todo lo emocionante al momento.
Incluso si Yuuma comprobó que el Exaltado responsable de todo este Universo no estaba presente, no iría lavando cerebros para su conveniencia.
Lo único que le parecía extraño era la no presencia de ese viejo monstruo, lo que le permitió dar rienda suelta y barrer con la mayoría de las mujeres de Konoha, ya que no tenía motivos para mantener un perfil bajo.
Si supiera que la usencia del creador de este mundo era causada por su accionar previo, lo que lanzó en alerta máxima a todos los Exaltados del Cosmos…
Por ello, el primer 'objetivo' al cual apuntó Yuuma fue Mikoto Uchiha. Un personaje poco desarrollado en la historia original, pero que estuvo suficientemente 'entregada' a su esposo, que no tuvo problemas en seguirlo en su rebelión y morir bajo la mano de su hijo.
Dentro de todas las mujeres que podia llevar a su lado y de esta época, sin duda era ella, por lo que inició un plan para generar una sisma en el matrimonio Uchiha, lo cual fue muy fácil si averiguas como fue su pasado, sus crianzas, que cosas te pueden beneficiar y que otras no.
Debido a que el mundo de Naruto fue inspirado en el Japón feudal, las costumbres de la sociedad nipona de ese entonces se plasmaron fuertemente en su historia.
Tener un matrimonio y respetarlo era la norma, siendo la infidelidad algo que no se mostró explícitamente en la obra.
Sin embargo, Yuuma no se encontraba interaccionando con simples dibujos, este mundo era tan real como su mundo pasado, por lo que estos personajes eran humanos de carne y hueso, con pensamientos, sentimientos, miedos, deseos.
Todo lo que podías explotar si sabes como manejar a las personas… y nuestro querido Yuuma fue un experto en eso durante su primera vida.
"Mmm… buenos días querido"
En eso, una esbelta mujer pelinegra, quien previamente estaba recostada sobre el pecho de nuestro protagonista mientras dormía, se movió al despertar.
Se levantó lentamente mientras las sabanas de seda se deslizaban por su blanca piel, dejando al descubierto su desnudo y exquisito cuerpo.
"Buenos días mi querida Mikoto ¿Descansaste bien?"
Yuuma se sentó lentamente mientras exponía su torso desnudo, dándole una vista agradable para la Uchiha.
La pelinegra sonrió al ver el cuerpo de su amado frente a ella, acercándose y dándole un beso, lo que hizo sonreír suavemente a nuestro protagonista.
"¡Contigo no se puede dormir nada!... ouch... Mis caderas están aún entumecidas"
Mikoto respondió con una queja muy bonita, riéndose mientras trataba de poder un rostro indignado.
Ella había estado viviendo toda una luna de miel con su pareja, quien la llevaba al cielo casi todas las noches, dándole todo el 'cariño' que una mujer puede recibir y dejando fuera de combate a la Uchiha.
"Bueno, no me puedes culpar por ser así, culpa a mis padres por hacerme tal como soy. Más bien, siéntete afortunada de que tu hombre sea tan activo, de lo contrario terminarías como esas pobres almas a las cuales tengo que 'rescatar' desinteresadamente"
Con el rostro más grueso posible, Yuuma habló 'seriamente' mientras trataba de no reírse.
"Si, si, mi marido es el mejor hombre de todos al rescatar a todas esas mujeres desamparadas ¡Hmph!"
Con una fingida molestia, Mikoto se acercó y se sentó a horcajadas sobre nuestro protagonista, sujetando su rostro con ambas manos y juntando sus frentes mientras cerraba los ojos.
"Se que eres un hombre fuera de este mundo que tiene una resistencia monstruosa, y por ello se que no soy suficiente para satisfacer tu apetito. Pero lo que me tiene sin preocupaciones es lo que me has demostrado hasta ahora. Eres mucho mejor padre para Itachi que Fugaku. A pesar de andar de flor en flor, nunca escondiste tu verdadera forma de ser, incluso el que no traigas mujeres a tu casa y solo a mí me demuestra, de una manera un poco retorcida, que sabes trazar una línea entre una aventura y yo"
Mikoto abrió los parpados mientras se retiraba un poco, observando directamente a Yuuma con una mirada cálida y llena de convicción, mientras sus rosados labios dibujaban una sonrisa
"Se que habrán otras mujeres que vendrán a este lugar sin que eso signifique un desplazamiento para mí porque confió en ti, maldito desvergonzado, por lo que quiero que me sigas amando como lo has hecho hasta ahora, como mi pareja… como mi hombre"
Con estas palabras Mikoto le dio un apasionado beso, dando inicio a una batalla entre lenguas, la cual fue perdida por la mujer quien nunca habia podido ganarle a un experto como Yuuma.
Con un jadeo sensual, la Uchiha se separó en busca de aire, para luego besar nuevamente a nuestro protagonista. Así estuvieron un buen rato hasta que la mujer se levantó y se fue a cambiar a hacer el desayuno para toda la familia, dejando solo al Trascendente en la habitación.
"Haaa… que buena mujer es Mikoto, un gran desperdicio para la historia original"
Yuuma era un maldito bastardo manipulador, pero no era alguien que olvidada a alguien cuando conseguía una nueva experiencia.
Como hombre de cultura, valoraría los sentimientos de las mujeres y las acogería bajo su cuidado, aprendiendo a quererlas, tal y como lo ha hecho con las mujeres de su harem.
Después de un rato se levantó y se dirigió al baño para darse una ducha matutina, un viejo habito suyo que ha mantenido desde siempre.
Mientras estaba en la bañera, su mente ahora pensó en Kushina Uzumaki.
Esa pelirroja era un caso distinto al de Mikoto, por lo que su proceder fue completamente diferente.
Trató de buscar diferentes planes de procedencia para atraerla, incluso evaluando esperar a que todo se de tal y como en la historia original, pero dejando que solo ella viviera en el ataque del Kyubi.
Sin embargo, fue una gran sorpresa para Yuuma que un plan tan extraño se había llevado a cabo para que Minato tome el puesto de Hokage y se casara con la pelirroja.
El Trascendente no sabía si esto fue parte de la historia original o si fue una cosa del Exaltado creador de este mundo, al final no importaría nada y aprovecharía todo esto al máximo.
Así pues, le reveló la verdad a Minato, un poco alterada, pero fue lo suficiente para quebrar la voluntad del relámpago amarillo de Konoha, quien se había mostrado tan fuerte en la historia original.
Con esto, la casi nula confianza del rubio sobre ser el hombre idóneo para Kushina se vino abajo.
Con esto, Yuuma tenía vía libre para poder ir tras la pelirroja, ya que desde el inicio vio en ella toda verdadera forma reprimida, por lo que decidió no insistir directamente con ella, dejando que sean sus propios pensamientos los que generarían la bola de nieve hasta que la mujer se diera cuenta de sus sentimientos, cosa que parecía estar muy cerca.
Se levantó de la tina, se secó y se fue a vestir. Luego de ello bajó al comedor para tomar el desayuno junto a Mikoto e Itachi.
El pequeño Sasuke ya había tomado su leche, pero parecía un poco molesto, quizás sea porque no hubo suficiente para él ya que nuestro protagonista se había deleitado con ella la noche anterior.
Después de comer, el Trascendente Salió en dirección a su tienda para abrirla como de costumbre, pero algo llamó su atención al llegar a la puerta de su local.
"Vaya, no esperaba verte aquí tan temprano, mi querida Tsume"
Parada frente a la tienda se encontraba una mujer conocida por Yuuma. Aunque fuera cinco años menor que Mikoto, su semblante la hacía ver más madura.
Quizás sea el labial y las sombras de ojos lo que resaltan un semblante fuerte, o el que haya tenido ya dos hijos, lo único que importaba era que su cuerpo estaba adquiriendo la exquisita forma de una MILF.
"Je, pensé en darte una sorpresa ¿o acaso no soy bienvenida en tu tienda?"
Con una sonrisa llena de confianza, la Inuzuka mostró sus característicos colmillos mientras entrecruzaba sus brazos por debajo de su gran busto, cortesía de su reciente embarazo.
Junto a ella podías ver aun gran perro quien portaba un parche sobre el ojo derecho y le faltaba la oreja izquierda.
"Jamás te podría decir esas palabras y lo sabes" – Con una sonrisa Yuuma se acercó a Tsume y le dio un beso en la mejilla, sin que esta lo rechazara, luego agachó la cabeza y miró al perro – "Veo que te encuentras bien Kuromaru, espero que sigas protegiendo la integridad de Tsume"
El perro enrome, Kuromaru, era el Ninken de Tsume, quien estaba junto a ella en cualquier lugar a donde fuera. Era algo característico de su clan, una tradición respetada por todos. Desde que se le asigna su compañero a cada Inuzuka, este los acompaña hasta el final.
Esto era algo 'extraño' por decir lo menos, ya que significaba que cada Ninken seguía a su humano a todos lados, TODOS LADOS, generando incomodidad para los externos al clan.
Esto interesó mucho a nuestro protagonista, quien decidió ir a investigar esto antes de encontrarse por primera vez con Tsume, para saber más de su vida y su gente, buscando información posiblemente útil para una buena charla futura.
Aunque en la obra original nunca fue mencionado ese punto, cuando Yuuma se paseó una noche por los terrenos del clan sin que nadie lo notara, se encontró con algunos escenarios muy perturbadores, dignos de adoración para cualquier furro.
Ver todo esto le generó un poco de desasosiego a nuestro protagonista.
Había que admitirlo, una cosa es cogerte a tu madre, que está mal visto, pero al final es una humana…
... y otra cosa completamente diferente era hacerlo con un animal.
Por ello, en ese entonces buscó rápidamente a este perro y leyó su mente, regresando a su estado normal.
Este perro al menos no hizo nada que mereciera como castigo ser partido en dos, ya que Tsume solo había estado con el padre de Hana y Kiba, sin tener este tipo de 'prácticas' desviadas.
Yuuma era un tipo que se podia estar cogiendo a la esposa de cualquier tipo aleatorio debido a la insatisfacción de la mujer con respecto a su esposo, pero si esa mujer estaba interesada en cosas peludas y que ladraran, entonces eso si estaría jodido, ya que esa mujer no tendría gustos por otro hombre, por muy apuesto que sea.
Peor aún, intentar 'cambiar' a una persona con esas parafilias era algo que terminaría en derrota.
Yuuma lo sabía ya que en su primera vida vio varios casos de pacientes con ese tipo de trastornos de la sexualidad, y los resultados no fueron nada alentadores, por lo que solo podría borrarle la mente y 'reprogramarle' todo el CPU, siendo todo un desperdicio.
"No necesitas recordarme algo que ya se… pero lo haré. Por ahora te encargo todo" – sin mediar palabra alguna, el perro comenzó a caminar mientras se alejaba del lugar, sacando una sonrisa de la Inuzuka, ya que esto le demostraba una sola cosa, haciendo que se sintiera más interesada en este hombre.
Ella era una mujer de sangre pura directa de su clan, quien tenía una sintonía muy especial con los animales capaces de manipular chakra, generando una conexión directa con sus compañeros humanos, la cual duraba toda su vida.
Desde que ella y Kuromaru fueron emparejados, siempre habían estado al pendiente uno de otro, luchando en la misma fila, cuidándose las espaladas ya que tenían una confianza muy fuerte.
Debido a esto, cuando alguien quería acercarse a Tsume, primero debía pasar por la 'evaluación' de su Ninken, quien tenía la capacidad de hablar, por lo que no se guardaba nada cada vez que reprendía a esos pretendientes.
Incluso el padre de Hana y Kiba no fue bien visto por Kuromaru, pero no pudo hacer nada ya que fue decisión de la misma Tsume estar junto a él.
Fue una alegría tremenda para el padre de Hana, un ninja proveniente de una familia civil, ingresar a formar parte de un clan Shinobi, pero su alegría no duró mucho.
Lo que no esperaba ese hombre fue la presencia casi constante del perro en el día a día de su matrimonio, no pudiendo encontrar tiempo para 'fortalecer' su salud marital, siendo solo unas veces, las cuales podrían ser contadas con una mano, de las cuales nacieron sus dos hijos.
A eso súmale el fuerte carácter de la Inuzuka, dando un combo perfecto para una desastrosa vida matrimonial.
Ese pobre tipo, quien tenía que aguantar el segundo embarazo de su esposa, se estaba tan frustrado por eso, ya que al convivir en el clan Inuzuka por varios años llegó a enterarse de esas prácticas 'amorosas' entre algunos Ninken y sus humanos, por lo que se hizo muchas ideas, pensando que esa era la razón del por que Kuromaru siempre estaba detrás de su esposa.
Cabe decir que ese pobre sujeto recibió la paliza de su vida cuando fue a reclamarle a su esposa por esas ideas que se estaba haciendo en la cabeza.
Pero lo curioso fue que la golpiza no se al dio la Inuzuka, sino el propio Kuromaru, quien dejó bien hecho mierda al desdichado padre de Kiba.
Tsume nunca puso a discusión la actitud de su Ninken ya que confiaba más en el perro que en su propio esposo, a quien comenzaba a mirar con indiferencia por se un tipo que fue vencido por un animal, dejándolo de ver como la pareja a quien escogió, quizás por descarte, para pasar su vida con él.
Cuando nació Kiba, la Inuzuka fue a la famosa tienda de conveniencia para comprar una serie de utensilios para poder cuidar mejor de su hijo, ya que el inútil de su esposo era un cero a la izquierda, por lo que la mujer no aguantó mas y lo botó de su casa.
Sin embargo, la primera vez que el dúo Ninken – humana vio al tendero de ese local, tuvieron reacciones distintas… pero similares.
Para Tsume, su cuerpo reaccionó violentamente, con un deseo casi incontrolable por pelear.
Aunque recién había tenido su parto no mas de una semana, estaba dispuesta a liarse a puños contra ese tipo.
No le importó que sea un civil, ya que había algo instintivo diciéndole que ese sujeto no era lo que aparentaba.
En cambio, para Kuromaru, al conectar su único ojo con la mirada despreocupada de ese tipo, hizo que inconscientemente agachara la cola y la pusiera entre las patas.
¡Eso sorprendió tanto al animal ya que nunca le había pasado esto, ni siquiera en el campo de batalla ocurrió tal cosa!
Hay que mencionar que este Ninken se había enfrentado en duelos de entrenamiento contra varios de los ninjas más poderoso de la aldea, incluido los dos Hokages vivos, con quienes tuvo un sentimiento de euforia por luchar… en cambio, con este 'civil' lo que tenía era una sensación de entumecimiento sobre todo su lomo.
Tsume también notó este comportamiento en su Ninken, sorprendiéndola mucho, ya que jamás habia pasado esto durante toda su vida, aumentando las ganas de enfrentarse a tal hombre capaz de llevar a tal estado a su compañero.
Sin embargo, Yuuma no aceptó el desafío de Tsume alegando el estado en el que se encontraba, lo que molestó mucho a la Inuzuka ya que interpretó esto como un acto de desprecio.
Para que esté contenta, le dijo que la enfrentaría dos semanas después, para cuando su cuerpo recupere energía suficiente para ello. Esto no la dejó contenta, pero aceptó la propuesta.
Después de dos semanas, la mujer y el perro llegaron para el tan esperado enfrentamiento, pero para sorpresa y disgusto de la Inuzuka, este terminó rápidamente en su derrota, lo que no pudo aceptar y pidió una revancha, volviendo a ser derrotada.
Desde entonces ella ha venido casi todos los días por las tardes para sus enfrentamientos, quedando todos a favor del tendero. En un primer momento estos resultados enfurecieron a la madre de Hana, pero con el tiempo fue adquiriendo un gusto particular por tener contacto con este tipo.
Lo que ella interpretó en su momento como un deseo de pelear, era más un instinto de prueba para seleccionar a una pareja apta, algo que podían sentir algunos miembros del clan cada vez que encontraban a un sujeto con la capacidad de someterlos completamente.
Y Yuuma era ese tipo para Tsume, ya que había comprobando durante todo estas luchas que su aroma, su cuerpo, sus acciones… todo de este tipo era lo mejor de lo mejor.
"Hasta ahora me causa sorpresa ver a Kuromaru tan obediente" – La Inuzuka habló mientras veía desaparecer la silueta de su Ninken entre varios arbustos.
"Bueno, dicen que los animales son más sensibles a todo, quizás se dio cuenta de que conmigo estás más segura mi querida Tsume" – Dijo el Trascendente mientras la tomada de la mano, desapareciendo de este lugar y llegando a una zona con un prado enorme y una serie de rocas y arboles dispersas por todo el lugar.
Este era el campo de entrenamiento a donde venían siempre para poder luchar.
Decir que la mujer se volvió a sorprender al ver como un sujeto sin chakra podia ejecutar una técnica espacial similar al del cuarto Hokage era un eufemismo, pero esto hizo que el interés de Tsume por Yuuma subiera hasta las nubes.
"Ahora que lo pienso ¿no acordamos ayer que el ganador del siguiente enfrentamiento podría hacer lo que quisiera con el perdedor? Creo que llegaste temprano por que querías enfrentarme lo más pronto posible ¿verdad?"
Mientras Yuuma se alejaba, comenzó a hablar hasta que estuvo a una distancia de unos diez metros, dándose la vuelta y enfrentado a una Tsume quien ya se había colocado en su característica posición de ataque.
"Tch, no te llenes mucho de ti ¡verás que hoy te lograré dominar!"
Y dando un grito, la mujer se lanzó al ataque. Siendo objetivos, este enfrentamiento, el de hoy en particular, carecía de cualquier sustento, ya que hoy la mujer estaba peleando sin su Ninken.
Para un Inuzuka esto era el equivalente que cualquier otro ninja quisiera seguir luchando después de perder repentinamente una extremidad.
En todos los enfrentamientos previos, Kuromaru siempre estuvo presente, haciendo que tanto la mujer como el perro dieran todo de si, atacando con todo lo que tuvieran a su oponente, sin lograr ningún daño.
Por ello, esto no era un entrenamiento.
Ella lo sabía, él lo sabía.
Diablos, hasta el mismo Kuromaru lo sabía.
Hoy se enfrentarían en una batalla 'especial' ya que la sugerencia hecha por Tsume el día de ayer fue una clara señal de que la mujer había llegado a su limite y no podía soportar más.
Entonces ¿Por qué gastar tiempo en esta plática sin sentido y no ir directo a la acción?
Bueno, si tu pensamiento fue ese, déjame decirte que tu vida sexual es de lo más aburrida.
Recuerda que el placer está en los detalles y a Tsume le gustaba todo este tipo de juegos, por lo que Yuuma la complacería.
La Inuzuka llegó rápidamente frente a su oponente mientras comenzaba a lanzar todos lo ataques que podia ejecutar.
El que no esté con su Ninken no quiere decir que ella no fuera capaz de dar batalla a cualquier adversario, por lo que coemzó una serie de ataques fuertes.
Además, con el calor de la batalla, ella podia sentir que su cuerpo se calentaba de una manera nada normal, cosa que solo le sucedía cuando estaba frente a este tipo, por lo que, al atacarlo con todo, comenzaba a embriagarse con tal sensación.
Después de un tiempo en el que Tsume atacó con todo, comenzó a jadear y sudar, dándole una vista muy erótica a nuestro protagonista quien, sin esperar mas tiempo, apareció al lado de la Inuzuka, sorprendiéndola.
*zasssss*
¡Con un rápido movimiento, el Trascendente cogió ambas manos de la Inuzuka y las sostuvo por detrás de ella, sin que ella se pudiera librar!
Al instante siguiente, presionó sus hombros hacia abajo, contra en pasto de la pradera, haciendo que quede al estilo perrito, pero con el rostro contra el suelo.
"M-Maldito… ahhh… ¡suéltame!"
La mujer intentó protestar y zafarse, pero sus intentos fueron inútiles.
La personalidad de esta mujer era muy salvaje, mucho mas que el de la pelirroja Uzumaki, pero al mismo tiempo más directa.
A la Inuzuka le gustaba el contacto rudo, quería sentir como era ser sometida…. Y ahora lo estaba consiguiendo.
"Acabo de vencerte querida Tsume, por lo que pasaré a honrar nuestro acuerdo y hare lo que me plazca ¿no te opondrás verdad?"
Yuuma habló mientras acariciaba la espalda de la mujer por debajo de su chaleco, lo que hizo que esta se arqueara más, levantando sus redondas y duras nalgas.
"Je, no te creas la gran cosa, quizás seas muy bueno peleando, pero en otros asuntos pueda que seas un desastre"
Tsume casi no termina de hablar ya que sabía la estupidez que había salido de su boca.
Ella, como Inuzuka, podia reconocer el aroma de nuestro protagonista sobre los cuerpos de las diferentes mujeres que iban a visitarlo constantemente, las cuales superaban las varias decenas.
El que esas mujeres volvieran casi a diario a la tienda de conveniencia, a pesar de tener maridos, significaba que las habilidades de este hombre eran malditamente buenas, por lo que Tsume no pudo contenerse para poder experimentar el verdadero placer que se le fue negado por mucho tiempo.
El Exaltado solo sonrió ante esta desafiante declaración, llevando su mano para acariciar y apretar ese redondo trasero expuesto.
La otra mano soltó las muñecas de la Inuzuka, pero rápidamente agarró su cabello y siguió presionando la cabeza de Tsume contra el suelo, sacando un gemido de ella.
Las manos libres de la mujer se extendieron hacia los costados para agarrar fuertemente el pasto, soltándolo y volviendo a apretar nuevamente.
La mano de Yuuma agarró el borde del pantalón negro y lo tiró con una técnica magistral, bajándolo en un solo intento, dejando expuestas las blancas, grandes y redondas nalgas de Tsume, las cuales estaban ocultado un frondoso jardín, del cual brotaban una cantidad intensa de jugos amorosos.
"Vaya, vaya, pero si no traes ropa interior, si que eres una mujer muy traviesa eh"
La mano de Yuuma acarició el hermoso trasero una vez más, para luego dirigirla hacia esa selva salvaje, encontrado la entrada de su cueva y enviando a un par de 'exploradores' dentro de ella.
"Hooo…. ¡Hooo! .... ¡carajo sí!"
Mientras el Trascendente jugaba con el jardín de Tsume, esta comenzó a gemir, con los ojos cerrados y contra el piso, por la sensación extremadamente placentera que estaba sintiendo.
En eso, justo cuando la mujer estuvo a punto de alcanzar un orgasmo, los dedos de Yuuma salieron de su cueva, haciendo que la mujer abriera de golpe los parpados y tratara de mirar con molestia al sujeto.
"¡Oye! ¡Por qué sacaste tus-¡"
*¡Slap! *
"¡Ay! ¿Qué diablos te pasa?"
*¡Slap! *
"Maldito seas, te dije que-"
*¡Slap! *
"¡Diablos! ya detente de-"
*¡Slap! *
"N-No sigas más por-"
*¡Slap! *
"Ahhh… ya no sigas"
*¡Slap! *
"Dios… ahh mío… ya no… no te detengas~"
Yuuma había comenzado a darle varias nalgadas a Tsume ya que podía reconocer que tipo de persona era.
Con todas las mujeres con las que se había acostado, encontrarse con una M oculta era algo normal para él, por lo que sabía como actuar en estos momentos.
"Vamos mi querida Tsume, este este es tu castigo por venir sin bragas y por intentar decirme que es lo que tengo que hacer. Recuerda que hoy estás a mi entera disposición, por lo que te callarás y solo aceptarás todo lo que haga contigo ¿de acuerdo?"
Yuuma acarició el rojizo trasero de la Inuzuka mientras con su otra mano agarraba su cabello firmemente, no tan rudo como para hacerle daño, pero si para seguir presionándola contra el piso.
"S-Si… hoy has lo que… Haaa~… te plazca…Mmm"
La que orgullosa Inuzuka asintió rápidamente al sentir como la mano del tipo acariciaba sus adoloridas nalgas, pero en lugar de sentir rechazo, sintió un calor agradable, por lo que comenzó a menear su trasero en señal de entendimiento.
"Buena chica, pero creo que tendré que someterte al castigo con 'vara' especial para que aprendas bien tu posición y seas enteramente obediente"
Sin esperar una respuesta de la mujer, Yuuma se colocó por detrás de ella mientras desaparecía su ropa, dejando al aire su vara de carne, completamente erecta y lista para la batalla.
Tsume, al escuchar esto, sintió como todo su cuerpo se calentó rápidamente mientras su respiración se agitó. Sin que le digan algo, ella llevó sus manos y cogió su trasero, abriéndolo y exponiéndolo completamente al hombre detrás de ella.
Yuuma comenzó a sobar la cabeza bulbosa de su polla contra los chorreantes jugos de la Inuzuka, lubricándolo por completo y preparándolo para lo que seguía a continuación.
"¿Estas lista para tu castigo mi pequeña perrita? Recuerda, una vez que esto comience, no habrá vuelta atrás"
El Trascendente habló mientras colocaba su vara contra el coño de Tsume, quien estaba extremada ansiosa y expectante por no poder ver y solo sentir lo que estaba sucediendo.
Y para cuando sintió los dedos de nuestro protagonista entelazados en su cabello, apretando su cabeza contra el suelo, sabía que era lo que tenía que responder.
"T-Tú ya me has logrado conquistar, así que tienes el derecho a imponerte sobre mí… ahhh… desde ahora seré tu hembra y de nadie más… así que por favor ¡márcame con tu olor y has de mi un desastre!"
¡Ante una petición tan sincera y emocionante, la respuesta de Yuuma fue meter su verga, en una sola estocada, hasta las bolas, haciendo que el grito de Tsume se quede atorado en su garganta!
¡Los ojos de la mujer se abrieron ampliamente y su mente volaba hasta el noveno cielo, a la par que todo su cuerpo se sacudía violentamente por los espasmos de un orgasmo gigantesco!
"¡HOOOOOOOOOOOOO…. HAAAAAAAA~!"
Después de un rato, la Inuzuka soltó un grito parecido a un aullido, mientras su espalda se encorvaba y sus manos agarraban fuertemente la tierra por debajo de ella.
Luego de casi un minuto de aullidos y contorsiones, el cuerpo de la mujer quedó tendido en el suelo, con el trasero levantado y con la respiración pesada y profunda, con unos ojos entrecerradas la baba saliendo por su boca medio abierta.
Yuuma, al ver el estado actual de la otrora salvaje mujer, sonrió mientras la jalaba del cabello y la alzaba, sacando un gemido por la sensación de dolor y placer al que su cuerpo estaba siendo sometida.
Sin sacar la polla de su coño, el Trascendente le quitó el chaleco y toda la ropa que tenía en su parte superior, dejando expuestos esos grandes, y chorreantes pechos.
Yuuma comenzó a acariciarlos mientras sus labios se acercaban a los hombros de la mujer, dándoles unos sueves besos, yendo en dirección ascendente y terminando en su nuca.
Hacía todo esto mientras movía lentamente las caderas, sacando y metiendo su vara de carne en un movimiento apasionado, haciendo que la pobre conciencia de Tsume comencé a ser inundada por el placer y el éxtasis.
En eso, acercó mas la cabeza de la Inuzuka, girándola y dándole un apasionado beso, el cual fue respondido de una manera torpe por la mujer.
Luego, los brazos de Tsume se agitaron por falta de aire, por lo que Yuuma se separó, viendo el estúpido rostro de la pobre fémina.
Al ver eso, nuestro protagonista sonrió y se acercó al oído de la Inuzuka – "Mi pequeña Tsume, desde hoy y para siempre, eres completamente mía"
A lo que los ojos desenfocados de la mujer ganaron un pequeño brillo de conciencia, por lo que pudo responder con una frase la cual creyó nunca decirla en su vida.
"S-Si… mi maestro"
Nuevo capítulo, espero lo disfruten (^_^)
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