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Capítulo 27: Explosión

Luego de diez minutos de algo de esfuerzo, el grupo termino de cargar los alimentos. Pero solo habían llenado la mitad de la camioneta, la otra mitad se guardaría para los medicamentos y las armas.

Mirando a Bridge por un momento, Ethan les dice a todos. –Esperen aquí, vuelvo en seguida– Entonces se dio la vuelta y camino a la tienda nuevamente.

Mientras miraba a su alrededor, Bridge volvió a tener esa sensación, como de ser observada por...alguien. Era un sentimiento horrible, que hacía que se le pusieran los pelos de punta. El pensamiento de cogerlo todo y salir pitando de este lugar paso por la mente de Bridge, pero al final lo borro, se había ofrecido para esto, ahora que estaba aquí, debía terminarlo para bien o para mal.

–Bridge– La llamada de alguien interrumpió su tren de pensamiento. Al darse la vuelta, notó que se trataba de Bruce. Inmediatamente camino a otro lado, ignorándolo por completo.

Sintiéndose algo indefenso, Bruce la persiguió y siguió llamándola. –Bridge, ¿no hueles eso? Es como gasolina, deberíamos irnos de aquí–

Bridge todavía no lo miraba, pero aun así olfateo con cuidado. Precisamente, como Bruce lo había dicho, el aire olía a gasolina. No, no a gasolina, más bien como...

Gas...

Los ojos de Bridge se encogieron en el momento en que ese pensamiento cruzo por su mente. Inmediatamente, corrió hacia la tienda con una mirada ansiosa en el rostro. Fue en ese momento que Ethan salto por la ventana de la tienda.

¡BAAM!~~~~~~~~

Al mismo tiempo, una atronadora explosión llenó los oídos de todos, y la visión de Bridge se puso negra.

. . .

Luego de algo de tiempo, los ojos de Bridge se abrieron lentamente. No entendía que estaba pasando, tampoco sabía por qué estaba en el suelo. Y sus oídos, podía escuchar un fuerte zumbido en los oídos.

Con el poco de fuerza que tenía, Bridge trato de levantarse, sus brazos le temblaban, pero no sé detuvo por nada. No sabía si era su imaginación, pero podía escuchar débiles sonidos parecidos a disparos.

Alguien está peleando...

Al final, Bridge consiguió arrodillarse en el suelo, levantando la cabeza, ella trato de mirar alrededor, pero solo veía imágenes borrosas. Aun así, podía distinguir que las figuras peleaban entre sí, o algo parecido.

No lo sabía y no se quedaría a esperarlo...

Ejerciendo su fuerza nuevamente, Bridge trato de levantarse de nuevo, pero no pudo reunir la fuerza necesaria y calló sentada. Una ola de sueño la atacó nuevamente, y Bridge estaba a punto de perder el conocimiento. Sin embargo, aún le quedaba un destello de razón.

Ya no pensó en nada, solo necesitaba levantarse. Poniendo más esfuerzo en este nuevo intento, Bridge logró levantarse con dificultad. Casi se cae nuevamente, pero de alguna manera ella logró mantener el equilibrio.

A paso lento, Bridge se alejó de ese lugar. No se acordaba de porque estaba ahí, tampoco sabía a donde se dirigía, solo buscaba un lugar seguro... cualquiera.

Y así paso el tiempo...

Bridge llegó a un punto en el que ya no podía ver nada, y casi no podía caminar. Ella lo sabía, que estaba al borde del colapso.

Dando un último esfuerzo, Bridge se acercó a una de las casas junto a la calle, y empujó la puerta con dificultad. Afortunadamente, la puerta estaba abierta. Caminando con pasos débiles, Bridge se adentró por el pasillo.

Quería encontrar una cama para recostarse...

Pero entonces, Bridge dio un paso en falso y calló. Ese tropiezo había hecho que se golpeara la cabeza. Y esa fue la última gota que derramó el vaso.

Al final, Bridge perdió el conocimiento en el pasillo...

Varios minutos después de que Bridge se desmayara, una silueta había entrado en la casa. Esa silueta cerró la puerta con llave detrás de él para luego acercarse a Bridge.

Entonces la tomó de los brazos y la arrastró a la habitación.

 

. . . . . . . . . . . . . .

 

–Muy bien, llévense todo, armas, municiones, chalecos, vamos– Mirando a Sarah y a los demás cargar las armas, Sander comenzó a alentarlos.

–Sander, ¿Cómo vamos a llevar todo esto? No tenemos camioneta, ni auto– el Viejo Gun, que había sido dueño de una cafetería, saco a relucir el punto que a todos les preocupaba.

–No te preocupes por eso, tu solo lleva esto a la salida y alguien más se encargará– Sander sabía que habría personas que durarían, pero no había nada que pudiera hacer. El viejo Gun volvió a trabajar, pero aun así no pudo evitar quejarse. –No entiendo por qué no podemos usar las camionetas–

– ¿No es obvió?– Murphy, un detective que había sido enviado a estudiar un caso, se quejó con desagrado. –Todas las demás camionetas son de diferentes dueños, y cada uno de ellos se había negado a prestárnosla. Están más preocupados por si las perderemos que lo que estamos haciendo aquí–

–No hace mucho eras como ellos– Mirando a Murphy desde arriba, Sander saco ese tema. –Cuando tuvimos que lidiar con los poseídos, obstaculizaste nuestro trabajo todo el tiempo–

–Eso fue porque no entendía nada– Dando un suspiro, Murphy cerró los ojos. –Ahora he visto tantas cosas, ya no sé qué debería hacer–

¡BAM!~~~~~~~

De pronto, todo el grupo pudo escuchar una fuerte explosión. Todos quedaron aturdidos por ello, y Sander no fue la excepción. Pero rápidamente se recuperó y miro en dirección a la explosión, y al hacerlo, Maldijo interiormente.

Esa era la dirección que tomó el grupo de Ethan...

Ahí estaba su hijo...

Sander saco un folie de su bolsillo y trato de comunicarse. –Ethan, me copias? Ethan, si me copias, di algo. Maldición– Nadie respondió en ningún momento, Sander guardo el wolkie y miro a los demás. –Sigan trabajando, yo iré a ver qué pasa–

Habiendo dicho eso, Sander salió de la comisaria...

 

. . . . . . . . . . . . . . . .

 

Cuando se escuchó la terrible explosión, Margaret salto del susto. Corrió la ventana del consultorio y miro en cierta dirección. No podía creer lo que veía, el humo se alzaba en la distancia junto con débiles destellos de fuego.

Pensando en su familia y que podían estar ahí ahora mismo, se rindió con esta oficina y apretó los dientes. –Tenemos que largarnos de aquí–

Sin embargo, cuando se dio la vuelta para salir, una mano cubrió su boca y la arrastró lejos. 

– ¡Margaret!–

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