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Capítulo 60

—La primera prueba consistirá en lo siguiente —empezó el hombre —. Se os entregará una cuenta de oración a cada equipo y, para el final de la prueba, cada miembro del equipo deberá tener una para así poder pasar a la siguiente ronda. Aquellos que no tengan una cuenta de oración mañana cuando el sol empiece a salir, serán eliminados del torneo.

Liam entendió que esta prueba estaba preparada para descalificar a la mayoría de cultivadores que no tenían el nivel suficiente para las rondas siguientes. Básicamente, se eliminaría al menos a dos tercios de la competencia de una sola vez, probablemente fuera porque cien mil cultivadores eran demasiados como para llevar a cabo lo que seguiría.

—Eso no es todo, el equipo que más cuentas consiga recibirá una recompensa que, por ahora, no vamos a rebelar —anunció el Anciano de secta, provocando murmullos codiciosos de todos los cultivadores —. Está bien, comenzaremos cuando dé la señal, los límites del territorio han sido ya establecidos con una barrera, si se atraviesa seréis considerados descalificados, aunque hay espacio de sobras.

Apareció una cuenta de oración en la mano de la chica compañera de equipo de Liam, el mencionado pudo decir, con una rápida observación, que no tenía nada especial como objeto.

—Deberíamos movernos, el centro suele convertirse en un campo de batalla nada más empieza la prueba —sugirió ella —. Agotarnos al principio sería contraproducente, pues aunque logremos obtener tres cuentas, no servirá de nada si luego nos las quitan.

El hombre anfibio estuvo de acuerdo con la chica, pero si había algo que le gustara a Liam, eso era pelear, y no renunciaría a ello solo para asegurar la victoria. Se adentraron en el bosque y decidieron esperar hasta que sonó algún tipo de silbato a la lejanía que, supusieron, significaba el comienzo de la prueba. Fue entonces cuando Liam decidió actuar.

—Tú, chica, eres lo suficientemente fuerte como para conseguir otra cuenta y dársela a él —señaló a su otro compañero de equipo. La mujer era un Señor Ancestro, lo que significaba que probablemente estaba entre los más capaces dentro del torneo, muy a diferencia del otro, que era solo un cultivador con una esencia —. No me necesitáis, así que iré yo mismo a recolectar cuentas para intentar ganar ese premio extra.

—¡Qu...—ninguno de los dos tuvo tiempo para detenerlo cuando Liam desapareció en un arranque de velocidad que les hizo abrir mucho los ojos, especialmente a la chica que había creído que el joven cultivador solo tenía el nivel de alguien con la primera esencia.

—Mierda, lo he perdido —pensó preocupada ella —. Debo encontrarlo, el Maestro de secta en persona me confió esta misión, no puedo fallar...

Sin embargo, notó que la magia de Liam había desaparecido por completo, casi como si se hubiera esfumado en el aire.

—Señorita, ¿qué hacemos? —preguntó preocupado el anfibio —. Debemos ir a buscarlo, el plan para establecer conexiones con él no podrá ser realizado si no luchamos a su lado, lo más probable.

La mujer se mordió la uña del pulgar, pensando en una posible solución y, al cabo de unos segundos, finalmente soltó un suspiro derrotado.

—No pasa nada, dudo que podamos encontrarlo si es tan bueno para esconder su magia, ahora entiendo por qué nos han pedido que formemos lazos con él, tiene mucho potencial... —respondió —. Aún quedan más pruebas en el torneo, tendremos que esperar por ahora.

Con Liam, sin que este supiera sobre los planes de sus dos compañeros, después de algunos minutos de correr pudo encontrar a sus primeros contrincantes. Se habían detenido y hablaban del plan que seguirían para pasar de ronda, parecían bastante confiados y Liam supuso que esto se debía a que uno de ellos era un Señor Ancestro.

No lo habían detectado debido a la barrera antimagia que cubría su cuerpo, mientras la tenía activa no podía lanzar ningún tipo de magia que no fuera reforzar su cuerpo, pero también evitaba que alguien lo sintiera incluso si se concentraran en el punto donde estaba.

Decidió no contenerse, no podía perder el tiempo si quería ganar esa recompensa especial. Convocó a Ama no Sakahoko y se movió en un parpadeo. Apareció detrás del Señor Ancestro y le atravesó el corazón, pudo ver como lo miraba de reojo, casi como si no pudiera creer lo que acababa de pasar.

Sacó el arma del corazón y soltó una rápida sucesión de puñaladas a la cabeza. Los compañeros del hombre solo pudieron ver como caía al suelo en cámara lenta, la vida se había esfumado de sus ojos mucho antes de tocarlo.

Liam aprovechó el shock de los dos cultivadores restantes, acercándose a uno de ellos. De alguna manera se las arregló para salir del shock y trató de lanzar un puñetazo a la cara de Liam, pero este se agachó en el último momento y realizó un golpe ascendente que lo noqueó al instante.

Estos dos eran solo cultivadores de la primera esencia, no necesitaba ir a matar para dejarlos fuera de combate rápido.

Sin dejar tiempo al tercero para poder defenderse, barrió sus piernas y lo agarró del cuello.

—¿Quién tiene la cuenta? —preguntó sin parpadear en lo más mínimo.

El cultivador, tembloroso y tratando de respirar, señaló al cadáver del Señor Ancestro. Liam lanzó al hombre a través de varios árboles, no le dolería demasiado, ya que estaba en el Reino Ancestral, pero las plantas aquí eran más duras así que le dejaría algunos rasguños y el propio miedo evitaría que volviera.

Se acercó al hombre muerto, encontró la cuenta en uno de los bolsillos y la guardó. Su deducción era que el área de la prueba era extremadamente grande, quizás incluso tan grande como toda la superficie de la Tierra, de otra forma no podrían caber cien mil cultivadores en el Reino Ancestro. La mayoría probablemente estaría peleando en el mismo lugar en el que se les había explicado cómo funcionaría la ronda.

Decidió que no estaría de más ir a ver. No llevaba puesta su armadura y creyó que no la necesitaría contra nadie que fuera inferior a un Soberano Ancestro. Mientras se acercaba al lugar, efectivamente empezó a escuchar explosiones y a ver algunos ataques llamativos.

No podía usar su En sin desactivar la barrera anti-detección, sin embargo, a simple viste diría que había, al menos, la mitad de los concursantes peleando en este sitio. Podría acabar con la mayoría de ellos utilizando un Cañón de Éter cargado al máximo o su Llamarada de Destrucción en forma de dragón, pero matar a tantas personas le traería problemas y probablemente enviarían a alguien mucho más fuerte que él para asesinarlo.

Pudo ver que había mucha gente en el suelo, algunos se habrían desmayado y otros eran ya cadáveres, pero lo importante fue que podía ver muchas cuentas de oración esparcidas por el suelo. Desde luego, en una batalla tan masiva no tenían tiempo a recogerlas, pero Liam tenía una ventaja...

Debido a que nadie podía sentirlo y, la mayoría, tampoco podía verlo si se movía a su máxima velocidad, empezó a agarrar todas las cuentas que se iba encontrando. Las guardó todas en un bolsillo que él mismo había encantado para que fuera mucho más grande de lo que aparentaba en el exterior.

Cuando la primera persona lo notó, ya llevaba cerca de cinco mil. Teniendo en cuenta que había unos treinta mil equipos, si conseguía quince mil se aseguraría ser el ganador. Aun así con cinco mil probablemente nadie lo superaría, debido a que las restantes estarían separadas en varios grupos.

Liam enfocó su atención a la persona que lo había notado. Tenía un aspecto humano, pero su aura era diferente y tenía el pelo de color verde, cosa imposible para los humanos.

—Él es fuerte —pensó Liam, sintiendo su sonrisa crecer ante el aura que desprendía la persona que tenía delante, un Señor Ancestro pico.

—Parece que vas robando el trabajo de otros, debería darte vergüenza —el extraño hombre habló con voz orgullosa, le recordó a Liam a los políticos en la Tierra.

Liam soltó una risa por lo bajo.

—Saber aprovechar una situación como esta es parte del trabajo de un cultivador, también —le respondió —. De todas formas tenía ganas de estirar los músculos, hace demasiado tiempo desde que alguien me obligó a ponerme serio.

—No seas arrogante, solo eres un cultivador de la primera esencia —habló despectivamente el hombre mientras se colocaba en posición de pelea.

Del suelo aparecieron de repente innumerables ramas que trataron de aprisionar a Liam, pero este las evitó moviéndose hacia adelante. Trató de acercarse al hombre, pero las ramas le impidieron el paso, así que retrocedió.

El hombre de pelo verde sonrió con suficiencia antes de levantar una mano y que aún más ramas rodearan a Liam. Lo aprisionaron y quedaron cerradas herméticamente.

—Hm, al final la arrogancia es la perdición de todos —declaró, cerrando la mano en un puño y comprimiendo las ramas —. Espera...

A diferencia de lo que pensaba, no salió sangre por todas partes, de hecho no salió nada de sangre.

—Ah, creo que empiezo a recordar cómo funcionaba esto —una voz sonó justo detrás del hombre y su rostro palideció —. Llevaba un tiempo sin encontrar ni un solo desafío, así que me he estado reteniendo inconscientemente.

Esta vez, el hombre ya no actuó con la misma soberbia que antes, en cambio, desató su magia y una presión aplastante cubrió todo el campo de batalla. Muchas otras peleas se detuvieron para ver qué estaba pasando e incluso ellos se sintieron un poco asfixiados debido a la presión de un Señor Ancestro pico.

Empezaron a crecer raíces y envolvieron al hombre, pronto se hubo formado una especie de gólem gigante de madera. Todos los cultivadores en el área observaron con asombro el despliegue de poder, pues ese gólem estaba hecho a partir de la Esencia de la Madera.

Liam se llevó las manos atrás y estiró sus músculos. Un patrón de escamas apareció en su rostro y creció hasta cubrir la mitad de la cara, adquiriendo un tono carmesí. El poder físico, que no había estado usando simplemente por el hecho de que las peleas se volvían aburridas si lo hacía, se complementó con su magia en el Reino Ancestro y su perfecto control.

—Vaya, no quería irme por la borda, pero mi naturaleza ahora mismo está afectando mis emociones —su sonrisa adquirió un aspecto aterrador para todos en el campo de batalla —. Todo ha estado sucediendo muy rápido últimamente y necesito desestresarme...

Los que observaban la pelea, e incluso el enorme gólem, miraron a Liam hablar solo, como si se estuviera volviendo loco.

—No muráis, chicos —con estas palabras, los cultivadores supieron que el loco los había retado a todos a la vez.

La barrera anti-detección aún funcionaba en Liam y fue eso lo que les permitió mirar con desprecio. Se rieron al no sentir ningún tipo de magia proveniente del chico.

Sin embargo, hubo una persona que no se estaba riendo, el usuario de la Esencia de la Madera aún recordaba la voz de Liam detrás de él, ni siquiera lo había notado moverse o salir de las ramas. Con una mirada solemne, reforzó al máximo las ramas que formaban al gólem.

—Una —la voz de Liam detuvo las risas.

—¿Una? —preguntó un cultivador aleatorio de entre la multitud, expresando la confusión general.

—Una mano es todo lo que necesito —declaró.

—¡Bastardo arrogante! —ante esta provocación, el hombre de pelo verde perdió sus estribos y atacó con el poder de aplastar incluso la Luna.

—Lo siento, pero en esta forma no tienes nada que hacer —el puño de Liam golpeó el aire, por primera vez desde que llegó a la Separación del Espíritu, sin contenerse en absoluto.

Fin del capítulo.

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