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Capítulo 47

Liam había notado algo últimamente, la mayoría de la gente no se comportaba con él igual que antes. Si bien siempre había habido cierta distancia entre él y sus compañeros estudiantes y profesores, eso era debido a que parecía ser mayor que ellos físicamente y también su forma de destacar en las clases y comportamiento excéntrico.

Y aún con esa distancia, todos lo miraban con cierto respeto y lo saludaban por los pasadizos. Ahora, por alguna razón, ese respeto había empezado a desaparecer e incluso notó que algunos lo miraban con miedo, como si fuera algún tipo de bestia que no debe ser molestada.

Sus amigos lo seguían tratando igual que antes, pero decidió preguntarles si algo había cambiado en él que no hubiera notado. Así que fue directo hacia la persona en la que más confiaba, su maestro.

-Profesor -Liam lo saludó mientras entraba en su despacho.

-Liam, es un placer verte -Dumbledore le devolvió el saludo -. Aunque te he dicho muchas veces que me llames Albus y no profesor, creo que tenemos suficiente confianza entre nosotros para ello.

Liam le sonrió antes de coger una silla y sentarse.

-Albus, hay algo que he notado últimamente -queriendo resolver el problema lo más rápido posible, empezó a hablar -. ¿Sabes si ha cambiado algo conmigo? He notado que los estudiantes me ven con cierto miedo, pero no creo haber hecho algo que provoque eso.

El director se puso serio, con los codos encima de su escritorio.

-De hecho, te iba a preguntar sobre ese tema en unos días si no se arreglaba -le respondió -. Liam, desde hace no mucho he empezado a notar un aura extraña sobre ti.

El cultivador más joven se sorprendió y le dio una señal, pidiendo que continuara.

-No puedo explicarlo muy bien y al principio pensé que eras solo tú liberando parte de tu magia, pero se está volviendo peor a cada día que pasa -Dumbledore parecía estar reflexionando mientras hablaba -. Algo en ti provoca una sensación de peligro, como si fueras un asesino en serie que libera su intención asesina. No es por exagerar, Liam, pero si no te conociera desde hace tiempo y no supiera cómo eres, yo mismo estaría ahora asustado de ti.

-¿A qué te refieres? -el chico ahora estaba preocupado, no era en absoluto consciente de esta supuesta intención asesina que estaba liberando y si era suficiente como para provocar miedo en el mago más poderoso que conocía... eso no era normal en absoluto -. Es cierto que he matado algún cultivador antes y tengo cierto nivel de intención asesina, pero no debería acercarse al nivel de intimidar a alguien como tú.

Dumbledore asintió.

-Eso es lo que más me preocupa, cuando te veía estos días a la hora de comer, en el Gran Comedor, tu presencia ya era extraña y algo sofocante, como si algo no estuviera bien -continuó el director -. Pero ahora, cuando has entrado por esa puerta y te he mirado a los ojos...

El viejo hombre cerró los ojos contemplativamente.

-Es como si fueras una bestia salvaje a punto de atacar -volvió a abrir los ojos y miró a su estudiante directamente a la cara -. Viendo que no lo haces a sabiendas, tengo una hipótesis acerca de lo que te puede estar pasando.

Liam se quedó en silencio, reflexionando durante diez segundos antes de que sus ojos se abrieran ligeramente.

-¿Alguien me ha maldecido? -preguntó con la voz temblorosa -. Pero, ¿realmente hay alguien que sea lo suficientemente poderoso como para lanzar una maldición de este calibre y que se haya fijado en mí?

Y entonces se le ocurrió y un escalofrío le recorrió la espalda. Se acordó de su conversación con el Iluminado, su Segunda Separación, el corte de su relación con los Cielos. Entendió lo que había pasado, parecía que se había metido antes de tiempo en esta guerra loca entre dioses y se había hecho notar demasiado.

Se preguntó por qué este supuesto Dios que controlaba el orden del mundo no lo había matado y, en cambio, le había puesto una maldición. ¿Quizás quería hacerlo sufrir dejándolo solo? O quizás no podía intervenir debido a alguna razón, como el Iluminado no podía acceder al mundo de forma normal y tuvo que comunicarse mentalmente con Liam.

Pero si era la segunda opción, entonces la tribulación por la que había pasado probablemente hubiera sido algún tipo de mecansimo automático. Tenía sentido, si hubiera tenido suficiente libertad como para lanzar rayos de tribulació, probablemente se hubiera encargado de acabar realmente con Liam.

-Por tu expresión parece que tienes una idea de quién ha podido ser -habló Dumbledore -. No te lo voy a preguntar, estoy seguro de que serás capaz de manejarlo por tu cuenta, después de todo ya te considero como un igual y no como mi discípulo.

El joven cultivador le asintió agradecidamente.

-Te lo agradezco, Albus -dijo -. Es algo en lo que preferiría que no intervinierais directamente, y no estoy seguro hasta qué punto hablaros sobre ello os involucraría.

Liam supo en ese momento que tendría que cambiar su forma de actuar, iba a entrar en una guerra a escalas que realmente no comprendía, necesitaría volverse fuerte y, ahora que tenía una maldición así, hacer aliados sería mucho más complicado, porque todos los que no lo conocieran serían rechazados por ella.

-Te agradecería que me dijeras si se vuelve peor con el tiempo -le pidió a su maestro.

-Así lo haré -Dumbledore le respondió mientras se levantaba de su silla -. Ahora, ten cuidado Liam. Sea lo que sea en lo que te estás metiendo, recuerda que no estás solo, nos tienes tanto a mí como a tus estudiantes, también está ese chico, Ji Ming se llamaba si no recuerdo mal. Puedes contar con nosotros, te lo aseguro.

Liam descubrió que tener que ocultar este tema a sus seres queridos era más doloroso de lo que había esperado en un primer momento, pero necesitaba hacerlo para mantenerlos a salvo... al menos por el momento y hasta que descubriera hasta qué punto llegaba la influencia de su enemigo.

Recordaba que el Iluminado mencionó algo acerca de que el mundo se arraigaba en las personas, entonces era probable que las pudiera controlar hasta cierto punto. Quizás podía comunicarse con los habitantes del mundo, tal y como lo hizo el Iluminado con él, y quizás podría hacer que confiaran instinitivamente en él.

Esa era una posibilidad terrible, pero muy probable, puesto que hizo lo contrario con el propio Liam. Si era capaz de hacer que la gente desconfiara de él, ¿por qué no lo contrario?

Se despidió de Dumbledore con la cabeza aún dándole vueltas a todas las posibilidades que se le ocurrían. Incluso mientras caminaba por el castillo hasta la sala común, iba tan distraido que no se percató de un chico de primer año que giró en la misma esquina que él y, debido a ello, casi se chocan.

-Disculpa, no estaba prestando la atención necesaria -le pidió perdón.

El niño iba a disculparse también hasta que levantó la cabeza y vio la cara de Liam. Sus ojos se abrieron de horror y el sudor comenzó a gotear. Como si el miedo y su instinto de supervivencia se hubieran apoderado de él, el primer año de Gryffindor, que se suponía que era la casa de los valientes, se quedó inmóvil y dirigió rápidamente la mirada al suelo, temiendo encontrar los ojos de la aterradora bestia.

Liam lo miró por cinco segundos antes de pasar por su lado y continuar su camino. Detrás de él, el niño no se movió hasta que se perdió de vista, luego cayó al suelo respirando agitadamente.

Notando este hecho con su En, Liam supo que no podría continuar yendo a clases de forma normal. Tendría que explicarle el tema de la maldición tanto a sus estudiantes como a Ji Ming y Fleur.

Aún no había anochecido del todo, así que primero decidió ir a contárselo a Harry, Ron y Hermione.

-Así que eso es lo que provoca ese sentimiento. Una maldición, me aterra pensar que alguien tenga el poder suficiente para hacer algo así -habló Hermione.

Los tres estaban acostumbrados a la presión mágica liberada de Liam debido a su entrenamiento, así que no notaron demasiado los efectos de la maldición excepto por una ligera sensación de peligro.

-De todas formas, no me veréis demasiado en las próximas semanas -les explicó a los tres -. Mi presencia en las clases solo las haría más difíciles de llevar a cabo y, de todas formas, no estoy aprendiendo nada. Quiero que continuéis entrenando, los tres, me mantendré en las cercanías por si acaso.

-No te preocupes, creo que estoy cerca de lograr el Segundo Pilar -Harry sonrió y habló orgulloso de si mismo -. Aún tengo mucho para hacer si algún día quiero llegar a tú nivel, Liam.

Liam dio un asentimiento a los tres y dio media vuelta, marchándose a encontrar a Ji Ming.

Lo encontró en un viejo salón de clases, le estaba enseñando a Luna cómo moldear la magia en diferentes formas para que fuera más efectiva. Ambos lo notaron de inmediato y las reacciones fueron muy diferentes.

Ji Ming lo saludó con alegría, pero su alumna se quedó petrificada. El cultivador chino la miró sorprendido, en los varios meses que llevaba entrenando a Luna, la chica no había mostrado muchas emociones aparte de su ensoñamiento y, sin embargo, allí estaba, temblando.

-De eso quería hablarte -la voz de Liam atrajo la atención de Ji Ming -. Me han maldecido, probablemente sea la misma persona que tiró la tribulación celestial. Me quedaré en el castillo por las noches, pero ya no iré a clases y pasaré los días entrenando en el bosque. Si me necesitas para algo, extiende tu En y me encontrarás.

-Siempre estás envuelto en este tipo de cosas -el mayor de los dos soltó un suspiro de exasperación -. En fin, cuídate... Y si necesitas ayuda para algo no dudes en decírmelo.

Liam asintió y miró a Luna. Tuvo que agacharse un poco para ponerse a su altura. Parecía querer salir corriendo así que habló rápido.

-No tienes que preocuparte, sé que me tienes miedo -su voz era fría, pero había una sonrisa en su cara -. No te haré daño, después de todo eres la estudiante de mi mejor amigo. A su debido tiempo lo entenderás todo.

Con estas palabras, dejando atrás a un Ji Ming preocupado y a una Luna con miedo pero pensando en lo que le había dicho, se fue a buscar a la siguiente persona. No fue difícil colarse en el carruaje de Beauxbatons y encontrar el cuarto de Fleur.

El carruaje era increíblemente grande por dentro, lo suficiente como para que cada estudiante tuviera una habitación propia. Picó a la puerta y, pronto, Fleur la abrió.

-¿Liam? -la chica fue sorprendida por su visita -. No esperaba que vinieras aquí, pasa.

-Tengo que hablarte sobre algo que me ha sucedido recientemente -empezó a hablar mientras entraba a la habitación -. He sido maldecido por un ser extremadamente poderoso. Supongo que notarás algún tipo de intención asesina viniendo de mí.

Espero su respuesta, pero lo sorprendió.

-¿Eh? No siento nada diferente de lo normal -su tono denotaba confusión -. Además, ¿alguien extremadamente poderoso?

-Espera, ¿no sientes nada extraño? -ante las palabras de Fleur, Liam empezó a elaborar hipótesis sobre por qué no era afectada por la maldición -. Es sorprendente, hasta ahora la maldición afecta a todos menos a ti.

A Liam no se le ocurrió nada en lo que Fleur pudiera ser diferente de los demás, pero la chica tuvo una buena idea. Se sonrojó pensando en elló y decidió no compartir su hipótesis.

-De todas formas, me alegro que no te afecte -el cultivador de Ravenclaw dejó de pensar en ello y fue al grano -. Durante el viaje probablemente tendremos problemas debido a que ahora el solo mirarme produce terror en las personas, así que será más complicado de lo que pensaba en un primer momento. ¿Sigues dispuesta a venir conmigo?

En vez de responder con palabras, la campeona de Beauxbatons le mostró a Liam una sonrisa determinada que le dijo todo lo que quería saber.

-Ya veo, entonces ve hablándolo con tus padres, nos iremos por un tiempo largo -explicó -. Cuando empecemos el viaje te explicaré todo lo que aún no te he contado. Hasta ese entonces, entrena duro, la tercera prueba del Torneo será dentro de no mucho tiempo y Harry te superará si no te concentras.

-Es bastante información de golpe, pero esperaré hasta que me lo puedas explicar con más calma -se rio ligeramente entre dientes -. Y ya lo verás, derrotaré a Potter y a Krum en la última prueba.

Liam soltó una carcajada y le puso la mano en la cabeza.

-Realmente me alegra que no te afecte la maldición -le dijo entre risas antes de ponerse serio -. Aunque debo advertirte algo y necesito que creas en mí.

Fleur se sonrojó antes las palmaditas en la cabeza, pero escuchó atentamente lo que Liam quería decirle.

-Si alguna vez sueñas con un hombre extraño y notas que el sueño es extremadamente real, intenta despertar lo antes posible, no lo escuches bajo ningún concepto -esta advertencia confundió aún más a Fleur.

-A veces hablas como si conocieras el futuro -le dio una sonrisa irónica -. ¿Sabes qué? Probablemente conoces el futuro, ni siquiera sería tan sorprendente.

-Jajajaja, ¿quién sabe? -respondió Liam -. El futuro es algo incierto, sin embargo la magia también lo es. Buenas noches, Fleur.

Fleur se despidió también mientras Liam volvía a su dormitorio, las siguientes semanas serían agitadas, así que organizarse bien sería menester.

Fin del capítulo.

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