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Capítulo 43

ALEX

Las clases no pudieron pasar más lentas que estas dos. La verdad es que estaba un poco nervioso por lo que fuese a pasar ahora con Gabriela. Yo estaba muy contento porque al parecer nuestra relación iba mejorando, y rápidamente a mi parecer, pero no le iba a poner pegas a eso, lo que me importaba realmente era que Gabriela fuese feliz, eso era mi única meta en esta vida.

Estaba saliendo de la universidad y podía ver a mucha gente que se iba, lo que se me hizo raro la verdad. Cuando llegué allí, Gabriela aún no había aparecido por lo que decido esperar a que aparezca, lo cual no tarda en hacer., se acercó a mí y nos abrazamos. Que bien me sentía entre sus brazos, echaba de menos tenerla entre mis brazos y protegerla de lo que fuese necesario, aunque en su momento no lo hice, ahora lo haría, costase lo que me costase.

"Hola mi reina, ¿qué tal las clases?" pregunté con una sonrisa plantada en mi rostro "En realidad solo fui a una clase, pero bueno, eso es lo de menos. Me pasó lenta la verdad." admitió "No te puedes imaginar lo lenta que se masaron a mí. Tenía ganas de salir contigo."

"Pues no sé por qué, porque técnicamente, pasamos juntos todo el fin de semana." dijo riéndose a lo que acabé por unirme "Si, puede ser, pero es que me encanta pasar tiempo contigo, y cuanto más tiempo, mejor la verdad."

"Sigues siendo el mismo exagerado de siempre." respondió, rodando los ojos a lo que me volví a reír, porque era algo que tendía a decirme antes "Si, pero este exagerado te ama con locura." aseguré y una sonrisa tímida apareció en su rostro "Lo sé, pero vámonos antes de que no nos dé tiempo a hacer nada."

"Me parece bien." Empezamos a caminar hacia no sé dónde, lo único que sé es que acabamos junto al río, y tampoco sé decir el momento en el que acabamos cogidos de las manos, pero tampoco voy a negar que me encantaba ir así. Estuvimos caminando un rato en silencio, sin decirnos nada hasta que parece que le pasó algo por la cabeza.

"Oye Alex, ¿Que fue de Paula?" preguntó de la nada y eso sí que no me lo esperaba la verdad. No me esperaba para nada que me preguntase por ella, una porque fue por culpa de ella y lo que me contaba de Gabriela que la dejé, y dos, a pesar de que en algún momento fueron amigas, esta le hizo de todo para hacerle daño.

"Si no quieres contestar no te preocupes, lo entenderé." aseguró y negué, saliendo de mi mente "No es eso, lo que pasa es que no me esperaba que hablaras de ella después de todo lo que te hizo." admití, pasando mi mano por el cuello "Lo sé, pero ¿qué es lo que pasó entre vosotros?"

"No vamos a hablar de eso Gabriela, no quiero molestarte." dije negando, porque Paula, era un tema que no me gustaba hablar "No me molestarás, de verdad." aseguró "Es que es algo de lo que no me gusta hablar."

"¿Por?" preguntó mirando hacia el frente "Porque fue ella la que me metió en la cabeza que estabas con Marcos, por eso." contesté "Y por eso que acabases con ella." respondió, asintiendo como si fuese lógica mi manera de actuar por aquel entonces "De alguna manera pensé que me había abierto los ojos y me fui con ella."

"¿Alguna vez la amaste?" preguntó, esta vez, si mirando para mí "No, nunca la amé, solo le tenía aprecio y estaba agradecido por eso." dije sinceramente y a lo que frunció el ceño "Pero si estabas agradecido, ¿por qué acabaste con ella?"

"Cosas de la vida en realidad, no te sabría decir por qué acabé con ella." admití "¿Te sigues viendo con ella?" preguntó y bufé por la estupidez que sería en caso de que lo hiciese, pero también entendía por dónde estaba viniendo Gabriela y si algo no quería, era que tuviese cualquier clase de dudas en su cabeza "Ni loco, yo no la quiero ver delante, la odio por lo que me metió en la cabeza."

"Pero de eso no solo tuvo la culpa ella debo decir." apuntó "Lo sé, y por eso me odio a mí también, por todo lo que te hice." dije sinceramente "No te odies, todo está bien Alex." aseguró y negué, porque no todo estaba bien, al final, hice daño a la persona que más quería "No, no todo está bien Gabriela, te hice daño y eso no se perdona."

"Si te sirve de consuelo no fuiste el único que me hizo daño a lo largo de mi vida." contestó, pero negué de nuevo, porque eso no me consolaba nada "No, no me sirve de consuelo, y claro que está que el odio que me tengo hacia mí mismo no se irá fácilmente en caso de que se vaya."

Aparté la vista de ella y me separé porque lo que decía era la verdad. Me odiaba a mí mismo por todo el daño que le hice a Gabriela, no me lo podía perdonar, por mucho que ella lo hiciese, básicamente no me merecía su perdón después de todo.

"Alex, mírame.... Haz el favor de mirarme." No lo iba a hacer, estaba a punto de llorar y no es que me importase que me viese, pero es que el odio hacia mí mismo estaba lo suficientemente alto como para no poder controlarme, no quería hacerle daño de ninguna manera a Gabriela, no me lo perdonaría jamás. No sé muy bien en qué momento se acerca más a mí y me pone las manos a cada lado de la cara, haciendo que la mirase.

"Escúchame bien Alejandro Rodríguez, no te vas a odiar a ti mismo, eso pasó hace mucho tiempo, las cosas cambiaron. Te amo, te amo con toda mi alma y te perdono todo lo que me hiciste. No te odies por algo que pasó hace demasiado tiempo, te lo pido por favor." pidió, y por un momento me quedé mirando para sus ojos, podía ver la sinceridad en ellos.

"No es fácil Gabriela, entiéndelo." pedí "Lo puedo llegar a entender, pero si quieres que estemos juntos tienes que dejar de odiarte, no quiero que te frustres por nada." aseguró "Yo lo único que quiero es no hacerte daño, con eso me conformo, y verte feliz Gabriela."

"Soy feliz contigo mi vida, me haces feliz desde que me permití el lujo de creerte y llevarme bien contigo. Sé que no me harás daño, confío en ti, siempre lo haré. Si quieres te ayudo a perdonarte, pero no puedes vivir con ese odio dentro de ti, no es bueno." Me abracé a ella, porque no sé qué hizo que consiguiese relajarme. Todo eso que me había dicho me ayudó a sentirme un poco mejor conmigo mismo, no sé cómo, lo único que sabía fijo era que la amaba más que a todo en este mundo, más que a mi propia vida.

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