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51

Al despertar me dolía mucho la cabeza. Tenía puesta unas vendas alrededor de la frente. Estaba a acostada en una pequeña tiendita. Había agua y comida puesta encima de las sábanas. Creí que estaría amarrada o algo parecido, pero no. Tengo que levantarme. Necesito buscar a Shiro. Me sentía muy mareada al tratar de levantarme. Me arrastré al cierre de la tiendita y al abrirlo ví varias tienditas igual que en la que estaba. Lo que podía ver eran árboles. ¿Dónde mierdas estoy? Busqué la forma de pararme, pero se me hacía difícil por el mareo que estaba sintiendo.

—Vamos a salir de aquí, no te preocupes mi amor. — toqué mi barriga antes de arrastrarme fuera de la tiendita. Al levantarme escuché una voz conocida que me hizo sentir un ligero escalofrío.

—Cuanto tiempo sin vernos, hermanita. — me giré en dirección a la voz y quedé petrificada.

—Raiki…

—Tantos años sin verte, hermanita querida.

—¿Qué haces aquí?

—¿No estás feliz de verme?

��Claro que lo estoy, pero… — interrumpió lo que iba a decir y comenzó a caminar hacia mi.

—Mira como te han dejado esos imbéciles. — acarició mis mejillas mirando los vendajes que tenía puesto en mi frente. — No saben hacer nada bien. Siento mucho la molestia que te han causado esos inútiles.

—¿Por qué me buscaste de esa forma? ¿Cómo sabías dónde estaba? ¿Donde esta mi prometido?— eran muchas las preguntas que quería hacerle.

—Una a la vez, bonita. — me abrazó de la nada.— No sabes lo preocupado que estaba. Estaba como loco buscándote.

—¿Para qué estabas buscándome? ¿No andas muy ocupado con las misiones que te dan?

—Me subieron de rango, hermanita. Por eso no había tenido tiempo de ir a visitarte y cuando fui ya no estabas. Me encontré con esto.— metió su mano en el bolsillo y sacó una hoja de periódico donde aparecía Shiro y yo escapando del hospital.— ¿Crees que me puedas explicar qué está pasando en la vida de mi dulce hermana?

—Es precisamente lo que dice ahí. — respondí.

—¿Tu ocasionaste esa masacre o fue ese hombre que te acompaña? ¿Cómo has llegado a esto, Rui?

—Debes estar decepcionado, supongo.

—Al principio lo estuve. Mi única hermana siendo buscada por la policía y acusada de un asesinato no podía creerlo. Quiero que seas tú misma quien me explique. Sabes que cuentas conmigo. Te he abandonado mucho tiempo con el trabajo, pero me importas mucho.

—Ha sido algo complicada la vida desde que te marchaste. He tenido que sobrevivir a mi forma, pero no quiero hablar sobre eso. Todo lo que dice esa noticia es completamente cierto. ¿Dejarás de verme como tu hermana ahora?

—¿Fue ese mafioso quien te llevo a eso? Mi hermana jamás diría algo así.

—Estas muy informado de todo, Raiki.

—Por supuesto que tuve que investigar. Eres mi hermana.

—Eso dañaría tu reputación siendo militar de alto rango, ¿No es así? Tener una hermana prófuga de la justicia no sería algo que te convenga.

—¿Qué estás tratando de insinuar, Rui?

—No me hagas caso, Raiki. ¿Dónde tienes a mi prometido?

—¿Prometido? — alzó una ceja confundido.

—Si, ¿Dónde lo tienes?

—Aquí no hay nadie más. Solo te trajeron a ti. ¿Estabas acompañada de ese hombre de las fotos?

—Estas preguntando mucho.

—¿Qué te pasa, Rui?

Shiro debe estar en el Hotel todavía. Necesito salir de aquí.

—Nada, ¿Puedo irme?

—No, será mejor que te quedes. Tienes que recuperarte; además estás embarazada.

—Necesito irme. Ya me siento bien.

—¿Ese bebé es de esa misma persona?

—Estas muy curioso.

—Eres mi hermana y me importa tu bienestar. Antes éramos muy unidos, ¿Qué sucedió contigo?

—Eres tú quien está actuando extraño. Arriesgaste la vida de mi bebé y la de mi prometido con esa forma tan peculiar de buscarme.

—No sabía con que se iban a encontrar. Así que tome medidas.

—¿Medidas?

—No sabía si habías cambiado por completo, no sab��a con quién se iban a encontrar mis hombres.

—¿En pocas palabras me mandaste a tratar como realmente una criminal aún siendo tu hermana? Me juzgaste antes de recibir una explicación de mi parte. ¿Para que me trajiste entonces?

—Quiero ayudarte, Rui. Quiero que tengas una vida normal y que no tengas que seguir huyendo de la justicia. Aún tienes oportunidad de enderezar tu vida.

—No, no la tengo y si la tuviera tampoco aceptaría.

—¿Por qué?

—Por que es algo que decidí por mi propia cuenta.

—Ya veo. Quédate por esta noche. Mañana a primera hora te llevaré al Hotel.

—Tiene que ser ahora.

—Ahora no se puede. Es muy tarde para mandar a mis hombres afuera.

—Nadie te mando a traerme aquí. Quiero que me lleves ahora.

—Esta bien. Iré a buscar a mis hombres. No te vayas de aquí.

—Te espero.

No sé porque de alguna manera siento que a esta persona que estoy viendo no es mi hermano. No sé si ya estoy viendo las cosas diferentes por la influencia de Shiro. No puedo confiar en alguien que manda a traer como una criminal. Todo es tan extraño. Sabe demasiada información y pregunta cosas extrañas. El no era alguien curioso, nunca lo fue. Tengo que salir de aquí, no puedo confiar en nadie. Caminé en puntillas hacia la dirección que mi hermano se había ido y escuché su voz.

—Son unos inútiles. ¿Cómo dejaron a ese cabrón ahí? Les pedí que los trajeran a los dos.

—Sus órdenes fueron traer a su hermana viva, pero sobre el no nos dijo nada.

—Se devuelven al Hotel de inmediato y me lo traen. Es una maldita orden. Esa recompensa va a ser nuestra.

Abrí mis ojos de par en par al escuchar lo que dijo. Me sentí decepcionada, pero de alguna forma ya lo sospechaba. Así que es cierto lo que dice Shiro.

"La sangre no importa mientras haya dinero de por medio."

Esas eran sus verdaderas intenciones, y yo queriendo creer que quizás estaba equivocada. Esto duele.

—¿Cómo se siente, señor?— preguntó el empleado a Shiro.

—¿Dónde esta Rui? ¿Mi bebé?

—No sabemos dónde están. ¿Qué fue lo que sucedió?

—¿Se las llevaron? ¿Dónde mierdas estaban ustedes?— gritó molesto.

—No pensamos que iba a ocurrir algo, señor.

—Tenemos que encontrar a mi madre. Ella tuvo que haber sido. Es la única con la que hemos tenido problema recientemente. Si tuvo algo que ver, la haré pedazos.

—Debe recuperarse primero, Sr. Shiro. Tuvo una reacción alérgica fuerte; el médico quiere que reciba este tratamiento.

—Cállate la boca y salgamos de aquí ahora.

—Como órdene, señor.

......

—El auto está averiado, tan pronto lo arreglen te llevaré, Rui.

Está ganando tiempo para encontrar a Shiro y no llevarme a ninguna parte. Tengo que salir de aquí antes de que lo busquen.

—No te preocupes. Yo puedo esperar.

—¿Por qué no hablamos un poco más? ¿Cuánto tiempo tiene mi sobrino?

—Es niña.

—No tienes que ser tan cortante, Rui.

—¿Por qué no nos divertimos como en los viejos tiempos, hermanito.

—¿Eso que significa?

—Cuando me enseñabas todas las cosas que sabías. A pelear, disparar o defenderme. ¿No extrañas esos tiempos?

—Claro que si. Eres mi hermana, Rui.

Su hipocresía me irrita.

—Te extrañe mucho, Raiki. Mamá ni papá estarían orgullosos de lo que nos convertimos.

—No se porqué lo dices. Papá sabía que quería ser militar.

—No hablaba precisamente de eso. — se me quedó mirando confundido.— ¿Podemos pasar un tiempo juntos antes de irme?

—Si, aunque no sé qué pretendes. Estás embarazada.

—¿Y realmente te importa eso?— alcé una ceja.

—¿Por qué estás tan a la defensiva conmigo?

—¿Aún tengo que repetirlo?

—Aun no me has dado razón alguna. Ya te pedí disculpas por lo que te hicieron. Lo menos que quería era que te lastimaran.

—Pero lo hicieron y no solo a mi. Olvidemos que eso pasó y empecemos de cero, hermanito.

—Estas actuando extraño.

—Papá y mamá no les gustaría vernos peleados. Debemos llevar la fiesta en paz por ellos, ¿Te parece? — extendí mi mano.

—Tienes razón. — extendió su mano de vuelta y fue cuando ví la oportunidad de atacarlo. Torcí su mano con la misma que le brinde para usar la otra y quitar su arma del pantalón. Lo empujé con la pierna para que retrocediera y ahí fue cuando me di cuenta que había gente a mi espalda apuntándome.

—Ya sabía que harías eso. Deberías bajar el arma antes que te vayan a disparar, Rui.

—¡Tch!

—Que truco tan barato. No pareces mi hermana, pareces una perra callejera. ¿Eso te ha enseñado ese tipo? — comenzó a reír como nunca lo había visto. Sabía que esa persona no era mi hermano.

Todos esos recuerdos de esa persona que creí mi hermano y mi única familia se fueron desvaneciendo, dejando un vacío en mi corazón que lentamente se iba llenando de rabia y odio.

—El me mostró tantas cosas y entre ellas el no confiar en nadie, para que cuando pasará este tipo de cosas no dolieran. Dicen que el dinero cambia a las persona, pero no es así; solo hace que muestren su verdadera cara. Que despreciable te has vuelto, Raiki.

—No eres quien para decir nada. Te recuerdo que eres una criminal y prófuga de la justicia.

—Y tú un militar corrupto y codicioso. Lástima que no te daré el privilegio de ganarte ese dinero tan fácil a costa mía y de mi hombre. Porque si de algo me ha enseñado la vida y mi esposo, es que sea quien sea; una traición es una traición. — le disparé en la pierna sin pensarlo dos veces. Sabía que tenía chaleco, pero solo quise ganar tiempo para emprender carrera al bosque.

—No le disparen. La quiero viva. Busquénla.

—Si, señor.

Este tipo de lugar me trae tantos recuerdos. Estoy destinada a estar corriendo por estos lugares eh. Prefiero morir aquí que darle el privilegio a ese cabrón de llevarme a la cárcel y salirse con la suya. Ni siquiera se la puse fácil a Shiro, menos lo haré con el. Tengo que salir de aquí lo más rápido que pueda. Estoy armada y estoy segura que el me quiere viva. Así que eso será un punto a mí favor.

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