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A la mañana siguiente, Akira dejó una nota sobre la mesa, indicando el lugar de la fiesta. Es una maldición tener que hacer lo que diga. Ya me estoy cansando de esto. En cualquier momento voy a explotar y mandaré todo a la mierda. Se fue a llevar a los niños, no sé si sea buena idea, pero no puedo poner objeción, ya que los niños piensan que estamos juntos. Esta situación se va complicando cada vez más. No debí acostarme con Akira, odio cuando no puedo controlar mis putos sentimientos hacia él. Odio tener que ser tan débil ante sus tentaciones. Algún día la paciencia se me va agotar, siento que cada segundo que pasa, me queda menos.

Estuve pensando y si puedo llevar un acompañante puede ser mujer, ¿Cierto? Será mejor invitar a Laura y ver si podría venir conmigo. Es la única persona más cercana a mi. No sé cuáles sean los planes de Akira, pero que de la nada me esté invitando a ese lugar, es extraño. Quiero creer que es solo para presumir su nueva mujer. Este juego de niño inmaduro no lo soporto. Se a puesto más odioso cada día que pasa. No quiero imaginarlo cuando llegue a viejo, un cascarrabias y gruñón.

Llegué al trabajo y lo primero que hice fue buscar a Laura para invitarla.

—Hola, Laura, ¿Cómo estás?

—Bien, ¿Y tú?

—Bien. Verás, esta noche tengo que asistir a una inauguración de un Pub cerca de aquí. Me gustaría saber si quisieras acompañarme.

—Adoro los Pub, claro que puedo— olvidaba que a ella le gustan las fiestas y a donde quiera que la inviten va. Al menos no estaré sola.

—Será esta noche a las 8, ¿Te parece bien si vamos juntas a la fiesta?

—Claro, tendría que comprar un traje. No tengo nada adecuado para ese tipo de fiestas.

—Yo también debería hacer lo mismo. Podemos ir juntas luego del trabajo.

—Es una buena idea. Nos vamos juntas.

—Gracias— me despedí y seguí en mi trabajo como de costumbre.

Akira

—Tengo que hacerte una pregunta, Lin. Ahora que estamos solos. ¿Vas a decirme porque le dijiste todo eso a tu madre?

—Sí, papá. Porque eres un peligro para ella. No quiero que mi mamá sufra por tu culpa como lo ha estado haciendo hasta ahora.

—Tu madre está sufriendo porque quiere. Ella fue quien me dejó. Yo que creí que ibas a ser mi orgullo, pero veo que estar bajo las faldas de tu mami, te volvió igual de necio.

—Yo no quería escoger eso, papá. Solo te utilicé como tú siempre haces con todos nosotros y como trataste de hacer conmigo.

—¿Estás sacando las garras desde tan pequeño? "Cría cuervos y te sacarán los ojos". Estás aprendiendo las peores cosas de tu mamá.

—No hables así de ella. Estamos quitándonos la máscara. No tienes que fingir afecto hacia mí mientras estamos solos. Tú forma de mentir es tan mala y patética. Deberías aprender un poco más de mí.

—¿Un mocoso como tú creyéndose mejor que yo? Esto es interesante, niño. Ya que estamos quitándonos la máscara, ¿me dirás la verdadera razón por la cual me tiraste todo el maldito fango encima?

—Ya lo dije, porque eres el dolor de cabeza de mi mamá y no quiero verla sufrir por alguien como tú. No mereces a mi mamá, mi hermano puede hacerla mucho más feliz de lo que le haces tú.

—¿Tu hermano? ¿Hablas de Shuji?— reí, y lo miré—.  No me hagas reír. ¿Todo lo haces por tu hermano? Que perdida de tiempo.

—Llegaré tarde a la escuela si me sigues retrasando.

—Te diré una última cosa, mocoso; ten cuidado con lo que haces, no olvides que me debes una. Hiciste que lisa me odie por hacerte la víctima, pero no olvides que el que ríe último, ríe mejor. Ambos somos iguales, me impresiona que seas tan bueno engañando a los demás. Hubieras podido ser tan perfecto para el negocio, pero prefieres las faldas de tu madre. Espero que esas te cubran cuando vaya por tu cabeza. Si no te mato en este momento, es porque a lisa no le haría muy feliz, pero al saber sobre lo que estabas tramando a sus espaldas, estoy seguro que te verá con el mismo desprecio que me mira a mi.

—Te diré una última cosa, papá; ten más cuidado tu con lo que haces. No te equivoques, no somos iguales. Podemos ser parecidos en físico, pero como persona somos completamente opuestos. No me compares con alguien como tú, me siento ofendido. ¿No te avergüenza amenazar a un niño? ¿Qué pasaría si mamá sabe sobre esto? ¿Ese es tu miedo, papá?—Lin sonrió —. Te advierto Akira, si algo le llega a pasar a mi madre por tu culpa, te las verás conmigo.

—Deberías concentrarte más en tus estudios, que de andar pendiente a la vida de los adultos, Lin. Recibir una amenaza de un mocoso como tu, esto es demasiado interesante. No veo la hora de que seas mayor. Ahora vete a la escuela, mocoso — acaricié su cabeza antes de bajarse.

—Adiós, papá. Te amo — Lin sonrió inocentemente. ¡Maldito hijo de puta!

Lisa

El día pasó muy rápido, según salimos del trabajo fui a buscar a los niños y nos fuimos a las tiendas. Queríamos encontrar el traje perfecto. Habían diferentes trajes, pero hubo uno que llamó mi atención. El rojo es el color favorito de Akira. Si busca presumir a su nueva mujer, voy a presumir de lo que se perdió. Voy a jugar su juego, espero luego no se arrepienta. Me probé el traje y quedó exactamente a mi medida. Mi amiga también consiguió uno y luego nos fuimos cada una para su casa. Quedamos en que iríamos juntas a la fiesta, así que me fuí a la casa de Mr. Jefferson para que se quedara con los niños. Me siento más segura dejándolos con ellos, que con una niñera; además aquí se divierten con su primito. Me fui a la casa de vuelta para arreglarme lo más que pude.

La hora la fiesta llegó. Laura pasó por mi casa y nos fuimos juntas al lugar. Entramos y nos dirigimos a la barra para sentarnos. Me sentía fuera de ambiente, no estoy acostumbrada a estos lugares. Busqué con la mirada a Akira y lo vi con una chica muy bonita. Su pelo era largo y negro, tez blanca, delgada, toda una modelo. Las típicas chicas de ensueño de cualquier hombre. Así son los gustos de Akira, no entiendo cómo se pudo fijar en mi. Estaba hablando con unos hombres y ella estaba a su lado. Me dolió más que cualquier otra cosa, pero ya me había tratado de preparar mentalmente para esto. Akira logró tener contacto visual conmigo y me avergoncé. Miré a otra parte, no quiero que sepa que estoy celosa.

—¿No es ese tu esposo?— preguntó Laura.

—Si, es él.

—¿Qué hace con otra mujer? ¿Vas a permitir eso?

—No te preocupes, nos estamos divorciando.

—¿Qué? No me habías dicho nada.

—No es algo de lo que me guste hablar — pedí un trago y me lo tomé. Necesito bajar los humos. Me siento tan cansada de todo esto. Un hombre se acercó a mi amiga para sacarla a bailar y ella accedió.

—Ya regreso, lisa.

—Esta bien— suspiré desanimada. Ya quiero irme de aquí.

—Que obediente te has vuelto. No pensé que realmente vendrías.

—No me diste otra opción, ¿O si?

—Te presento a Sofía. Sofía, ella es Lisa, mi ex esposa.

—¿Estuviste casado? no me habías dicho.

—Estamos aún casados.

—Que bien guardado lo tenías. Debiste haberle dicho de que estabas casado, Akira — respondí. Creo que se me notaba por encima lo molesta e incómoda que me sentía.

—No es importante hablar sobre eso. Espero te sientas cómoda en la fiesta. Por lo que veo no trajiste a tu acompañante.

—Si la traje, está bailando con alguien ahora.

—Ya veo — respondió Akira. El ambiente se sentía algo cargado.

—¿Por qué no se van a divertir y me dejan en paz?— pregunté con una sonrisa relajada.

—Es de mala educación tratar a los demás de esa forma — respondió Sofía.

—Es de mala educación evadir el espacio y privacidad de los demás. ¿Por qué no se largan? — di la espalda y pedí otro trago para tomarmelo. Akira se acercó a mi oído.

—Luego me encargo de tí, corderito.

—Haz lo que te dé la gana— lo traté indiferente y se fue. Me quedaré un poquito más y me largo. No aguanto un minuto más aquí. Me tomé otro trago, hasta que se acercó alguien más a mi lado.

—No pensé que te encontraría aquí. Te ves radiante. Eres la mujer más hermosa que mis ojos hayan visto.

—¿Kanji? ¿Qué haces aquí?

—Baja la voz. No me llames por mi nombre. Soy socio del dueño de este lugar, era necesario presentarme; aunque me siento fuera de grupo tanto como tú, no me gustan las fiestas.

—No te acerques a mi. Akira está aquí y si te ve cerca de mi, va a formar un problema.

—No te preocupes, en eso de distracción y escape soy bueno. Más bien deberías preocuparte ti. ¿Te está dando problemas ese idiota? Escuché la conversación de hace un momento y te ves muy afectada. No deberías mostrar tus debilidades, preciosa.

—No te acerques más a mi, no quiero tener más problemas con ese imbécil.

—No dejaré que te haga nada. Creo que es momento de tu venganza, muñeca. Yo te puedo ayudar.

—No me interesa en lo más mínimo. Que haga lo que quiera, me da lo mismo.

—Algunos hombres tienen suerte, ¿Eh? Jamás sería tan idiota como para dejar a una chica tan encantadora como tú solita.

—Evita esos comentarios innecesarios.

—Me gustas, lisa. ¿Por qué no bailamos esta pieza?

—No sé bailar y no quiero hacerlo.

—Yo te enseño. Anímate. Deberías mostrarle de lo que se está perdiendo. Esto podría ayudarte de mucho.

—Solo me causaría problemas. Me cortaría el cuello si me ve con otro hombre.

—Ah, pero ¿Él si puede menospreciarte y humillarme en público?— no quiero darle más vueltas al asunto. Quiere jugar, pues que comience el juego.

—Vamos, Kanji.

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