Un soldado de hielo comenzó a brillar.
El brillo inició en su torso y se extendió a su brazo lentamente y antes de que pudiera cubrir todo el brazo explotó provocando que Érica frunciera el ceño.
"Otro fallo." Murmuró Érica decepcionada.
El soldado de hielo era incapaz de alimentarse de la energía del núcleo que utilizaba y provocaba que la sobrecarga lo hiciera explotar.
Este no era el primer fallo y ya había fallado todos los intentos que había llevado a cabo.
Primero había conseguido el diseño de algunos golem y había tratado de grabar el mismo diseño en su soldado de hielo y falló estrepitosamente.
Un golem estaba diseñado con materiales que eran útiles para trasmitir la energía mágica y sus soldados estaban diseñados con energía mágica y hielo mágico condensado.
No era útil aplicar el mismo método a un soldado de hielo y aunque falló, tuvo por donde comenzar.
Cambiando los grabados de un soldado simple para tratar de que pudiera alimentarse de un núcleo refinado de rango C y ese método falló.
Un asunto era que un soldado de hielo se mantuviera con la energía mágica de ella, quien era la que lanzó el hechizo y otro asunto era que usara la energía mágica en un núcleo.
No se trataba de afinidad, sino que la cantidad de energía mágica que generaba el núcleo y el exceso que utilizaba su soldado de hielo.
"¿Cómo demonios él logró crear clones capaces de mantenerse a sí mismo?" Cuestionó Érica en voz alta.
Estaba pensando en el hermano de Aurora, el hijo de la Luz de Plata, quien, entre los hechizos de ilusión, estaban hechizos para crear ilusiones autónomas, capaces de mantenerse a sí mismo.
Si bien no detallaba el hechizo de ilusión que utilizaba, el problema era que los detalles no le servían.
La magia de ilusión era un campo completamente diferente a la magia elemental como era en su caso el elemento hielo.
Incluso si obtenía buenas ideas era imposible que ella lo aplicara por su cuenta y lo que significaba que debía empezar desde cero.
"Necesito ir la sección de encantamiento." Murmuró Érica, abandonado el laboratorio mágico en donde realizaba la prueba.
Seguía estando en la torre mágica y este era el séptimo día que se quedó por completo.
Los primeros días vino de vez en cuando traída por la Luz de Plata, que se tomaba un tiempo para moverla, pero desde que comenzó sus primeros experimentos y fue invitada a que se quedara en este lugar y ella ni siquiera salió.
Este sitio tenía de todo.
Baño, comedor, cocina, habitaciones tanto principales como para invitados, un laboratorio y centro de investigación mágica con un asistente y una gigantesca biblioteca.
Si bien al principio le dio vergüenza quedarse, la Luz de Plata comprendió lo que significaba investigar y ahora únicamente le enviaba comida.
La única regla era que no podía sacar ningún libro de este lugar y debía leerlo aquí, por tal razón, le permitieron usar las instalaciones.
"Encantamiento…" Murmurando Érica proyectó las secciones de la biblioteca y tras identificar lo que buscaba, se movió.
Había múltiples secciones y algunas de ellas eran libros de terranova y en otros estaba presente algunos libros escritos por el hermano de Aurora y otro montón por Agatha.
Pasando la sección de círculos mágicos, alcanzó la sección del encantamiento.
Los artesanos y mayormente algunos magos se llamaban 'encantadores' cuando eran capaces de grabar efectos en un objeto o artefacto.
Podían hacerlo por medio de glifos, palabras antiguas que condensaban poder, formas geométricas o incluso círculos mágicos y era un estudio mágico complejo.
Varios encantamientos podrían crear un artefacto como lo era un anillo espacial o el artefacto de limpieza que era común.
Y si deseaba hacer que un soldado de hielo o su lancero funcionara por medio de un núcleo mágico, necesitaba hacerlo por medio de esos encantamientos.
Leyendo los títulos de los libros, Érica se sintió abrumada.
Los libros iban desde lo básico hasta avanzado y dentro de este complejo campo de estudios se encontraban ramas que hablan de todo.
"Usando el idioma de dragón… Runas antiguas… Runas elficas… Runas demoniacas…" Murmurando los títulos de los libros, lentamente avanzó y su expresión se detuvo. "El cuerpo como un círculo mágico… Las venas son conexiones mágicas… Antiguas artes totémicas."
Ella alcanzó la sección en donde esta profesión se entremezclaba con los círculos mágicos y otras magias, como lo era la magia de curación o metamorfosis.
El libro que trataba al cuerpo de un ser vivo como un complejo círculo mágico altamente encantado fue similar al que hablaba de las venas, que eran utilizadas como caminos para la circulación de energía mágica.
Al igual que las antiguas artes totémicas, estos eran medios por el cual algunas personas o civilizaciones eran capaces de usar la magia.
El estudio de la magia difería de civilización a civilización y en la actualidad Terra nova y la tierra se regía por un sistema, que llevaba a que los humanos imitaran la afinidad y naturalidad de los elementales, manteniendo la capacidad para los hechizos poderosos.
Antiguamente, los magos se regían por un sistema de 'círculos' e incluso más antes, usaban un sistema de palabras mágicas para lanzar hechizos.
En el sistema mágico actual quedaban rastros de esos antiguos sistemas.
Que un rango A o menor tuviera que murmurar un hechizo o cantarlo en voz alta era un modo de ayudarse y representaba ese antiguo sistema de palabras mágicas.
"Espero que algunos de estos ayuden." Murmuró Érica al tomar diez libros cuyo grosor era aterrador.
Era una Archimago de rango S con una capacidad mental muy elevada, aun así, estaba intimidada por todo lo que tenía que leer.
"Vamos a por otros." Murmuró Érica con un suspiro.
Esta biblioteca era increíble y había múltiples magias, siendo algunas obras originales de la Luz de Plata y su hijo mientras que otros eran colecciones de toda clase.
Sin embargo, tener tantos libros no significaba nada si no los leía y si bien algunos no tenían relación con lo que buscaba, otros podían ayudarle a dar el primer paso.
Y ese era conseguir un método para que los soldados de hielo usaran núcleos externos para mantenerse sin sobrecargarse o tener problemas.
Entender como imitar el movimiento de la energía mágica por medio de encantamientos y círculos mágicos ayudaría.
Aunque no era suficiente.
"De la sección de círculos mágicos me llevaré como economizar." Murmuró Érica tomando otro libro de la sección cercana.
Como economizar cuando se creaba círculos mágicos… Tal era el título de uno de los libros y por más tonto que sonara era útil.
Este libro enseñaba como grabar círculos mágicos en cualquier parte, incluyendo la pared, el suelo o cualquier material simple y también enseñaba como usar energía mágica del ambiente.
De este modo no se necesitaba materiales caros para crear círculos mágicos, sino que con el conocimiento suficiente era posible crear círculos mágicos funcionales en cualquier parte.
Economizar era un arte que era enseñado a los magos de guerra para que sobrevivieran en terrenos difíciles y para ella era útil, ya que la ayudarían a grabar círculos mágicos en el hielo.
Tomando otros libros de la sección, Érica los guardó en su anillo espacial y luego se dirigió a la sección de magia de tierra.
"Libros de golem." Murmuró Érica leyendo los títulos.
Era abrumador tener tantos libros y las magias elementales eran una de las secciones más ocupadas con libros de autores terranovense, del hermano de Aurora y Alice al igual que escritos por la misma Luz de Plata.
Por eso, necesitaba concentrarse en un tema específico y ese fue la creación de golem.
Los magos de tierra levantaban golem de tierra o piedra y si bien gastaban energía mágica del lanzador para mantenerse, ella buscó los libros escritos por el hijo de la Luz de Plata.
"Espero que sea útil." Murmuró Érica tomando varios libros centrados en los golem.
Los soldados de hielo eran prácticamente golem y si bien su lancero estaba usando una réplica para actuar con autonomía, seguía siendo un golem de hielo.
El primer paso para que ella pudiera crear un lancero de hielo independiente era hacer que el lancero se mantenga con un núcleo, sin sobrecargarse o detenerse por falta de energía mágica, manteniendo una regulación perfecta.
Mientras que extendía energía mágica por todo el hielo que era el cuerpo del lancero y una vez que completara ese paso, recién tendría que buscar la manera para que un golem mago usara esa energía para lanzar hechizos.
Conocimiento sobre golem, círculos mágicos y encantamiento era la base para su creación inicial y cada tema era una rama compleja, que, si bien ella no necesitaba dominar, si necesitaba entender y aplicar.
"Esta noche no dormiré." Murmuró Érica moviéndose rápido al laboratorio.
Era probable que esta noche no pudiera dormir y si era sincera, tampoco podría dormir los días siguientes.
Cada hora que desperdiciaba en tareas menores, era tiempo desperdiciado en su investigación.
Y si bien no tenía tiempo límite para leer era imposible detenerse una vez que comenzaba y gracias a la resistencia de un rango S, tenía muchas ventajas para quedarse despierto durante varios días.
******
En un hospital mental abandonado en el Imperio Angkor, algunos objetos se movieron, siendo lanzados para todas partes y las paredes se rompieron.
La habitación era destruida parte por parte mientras que los objetos volaban por el área, como si estuviera maldito.
En ese mismo lugar, de repente una grieta apareció, entonces una figura salió despedida siendo golpeada en contra la pared.
Clémentine que estaba ligeramente pálida controló su cuerpo con telequinesis y se mordió los labios para soportar el dolor antes de levantarse.
Escuchaba susurros a su alrededor y aunque sus ojos no pudieron ver nada, luego de forzar su energía psiónica alrededor de su cuerpo, vio la criatura con la cual estaba luchando.
Era una figura oscura, creada a partir de los miedos de aquellos que estuvieron en este hospital.
Tenía una figura humana, con ojos desorientados y una boca aterradora mientras que el cuerpo estaba desnutrido con piernas y brazos largos.
A pesar de que la figura tenía un color negruzco como si tratara de algún tipo de oscuridad, los detalles eran claros y daban miedo.
Era una Pesadilla, que representaba los miedos de las personas y en este caso representaba la carga de aquellas personas que vinieron a este hospital.
"Es hora de desaparecer." Ordenó Clémentine forzando sus alrededores y adentrándose al plano psiónico, como si estuviera dejando la realidad.
Adentrándose al mismo mundo en donde esa pesadilla nació y a diferencia de antes, que lo hizo por medio de su conciencia, esta vez trajo su cuerpo a este mundo.
Los cientos de pacientes que pasaron por este hospital crearon esa pesadilla, que se alimentó de los miedos remanentes y que se fortaleció en este lugar lo suficiente como para alcanzar el rango A.
Pese a que su fuerza en el mundo real no era tan alta y apenas podía manifestarse, en este mundo las emociones que representaba, era más aterradoras que cualquier rango A humano.
"Hambre…"
Las múltiples emociones de la criatura fueron lanzadas en un grito que revelaba el hambre y el deseo de no querer comer, en una mezcla sin sentido.
Esas emociones golpearon la mente de Clémentine distorsionando su visión, llevando a que su reflejo pareciera desagradable.
"¡Desaparece!" Gritó Clémentine expulsando esas emociones con su ataque mental y luego condensando su energía psiónica, forzó su mano.
La telequinesis rompió los pilares, el techo y los alrededores atrapando la pesadilla en un agujero negro que empezaba a atraer todo a su alrededor con la criatura en el interior.
Normalmente, la criatura podría atravesar los objetos físicos, pero esta vez fue diferente gracias a que su telequinesis en realidad era lo que la empujaba.
El edificio fue aplastado junto a la criatura, haciendo añicos los objetos y elementos médicos abandonados, hasta que parte del hospital no quedo nada.
Era raro y misterioso, ya que los objetos pasaban por su cuerpo, como si ella en este mundo fuera una conciencia a pesar de que su cuerpo real estaba viajando con ella.
Para su sorpresa la criatura movió su cuerpo delgado y escuálido, saliendo mientras la piel negra caía como gotas que desaparecían con naturalidad.
Clémentine en vez de esperar a que la criatura se recuperara volvió a atrapar el cuerpo y comenzó disolver las emociones que componían a esa pesadilla.
La telequinesis era un arma que era capaz de controlar objetos físicos, pero en este mundo cambiaba convirtiéndose en una fuerza más profunda.
"…"
Y lo suficiente aterradora como para disolver a la criatura, cuyo cuerpo se convirtió en líquido negro que cayó al suelo, volviéndose motas de energía psiónica que la afectaron.
Clémentine captó las emociones, el miedo y terror a tener a subir de peso, a comer, a creer que no cambiaría, la presión para evitarlo y no poder por la imagen distorsionada que carcomía la mente.
En este lugar se trataron múltiples enfermedades y no fue un sitio con historias aterradoras, lo que causaron el surgir de esta criatura, sino que las emociones negativas que se mantuvieron en este lugar.
Ella percibió cada emoción y luego de que la última mota de la criatura desapareciera, Clémentine se quedó paralizada mirando la nada.
Las emociones y los miedos que componían a esa Pesadilla aterradora y desagradable, se sintieron humanas.
"Una pesadilla." Murmuró Clémentine en voz baja.
La criatura que nació de las emociones humanas eran una Pesadilla que lograba afectar a un rango S como ella y que representaba las cargas humanas.
Aunque las personas se curaban en este hospital, ellos dejaban atrás sus pesadillas y una de estas creció lo suficiente como para manifestarse.
Clémentine tuvo miles de dudas, preguntas y cuestionamientos ante este mundo y por sobre todo sorpresa de que el mundo psiónica fuera más de lo que parecía.
Tenía sentido que el conocimiento psiónico y aquellos capaces de moverse por este mundo, ocultaran conocimiento y detalles de estos lugares y más por los terrores que existían.
Y tales eventos, le hicieron dar cuenta de que ella no conocía todo del mundo.
¿Qué más ocultaba la tierra que ella desconocía ya fuera porque alguien cubría la información o porque no se involucraba en esos asuntos? Un tema similar eran los fantasmas, espíritus y maldiciones que aparecían en edificios malditos.
Flotando a la salida del hospital, Clémentine vio al Monje Song que la observaba con cuidado.
"¿Y qué tal estuvo?" Preguntó el Monje Song.
Antes la había llevado a encargarse de algunos remolinos, enseñándole a como disolverlos y en este momento, le estaba mostrando lo que esos remolinos podían crear en el mundo real.
Esa pesadilla no era tan fuerte en el mundo físico, siendo capaz de afectar los alrededores con menos fuerza, pero en el mundo psiónico eran fuertes.
Por supuesto, esa no fue su única tarea.
"La pesadilla fue difícil de derrotar. Si no la hubiera debilitado antes, no hubiera podido realizar el truco que me enseñaste." Dijo Clémentine y frunciendo el ceño, añadió. "Y si no hubiera venido con mi cuerpo real, no hubiera tenido la suficiente energía psiónica como para encargarme de la tarea o la dificultad hubiera aumentado."
Clémentine observó la sección en donde ella luchó y la destrucción que causó en este lugar.
Viajar por el Plano Astral con su cuerpo y su conciencia le permitía usar una mayor cantidad de energía, permitiéndole afectar el mundo real de este modo.
Sin embargo, toda esa destrucción solamente debilitó a la pesadilla y recién pudo librarse de ella cuando usó su telequinesis del modo que le fue enseñado.
Convertir a la criatura en motas de emociones era su modo de usar su telequinesis no ya torciendo objetos físicos, sino que las emociones que componían a la pesadilla y desenredarlas de ese modo eliminando a la criatura.
Era un tipo de ataque mental que utilizaba su telequinesis con una complejidad sin igual.
"Y fue peligroso… Incluso ahora siendo las emociones y los miedos en mi mente, como voces que me dicen que no me veo bien y que debo bajar de peso… Cueste lo cueste." Murmuró Clémentine sin ocultar la seriedad en su rostro.
La pesadilla representaba de alguna manera la anorexia, que padecieron los pacientes de este hospital y al desenredar las emociones que componían a la criatura fue afectada.
La causa de que saliera afectada fue su cuerpo real que la acompañaba en un modo intangible y que difería de viajar utilizando únicamente su conciencia.
El cuerpo le daba energía, permitiéndole mostrar un mayor poder del que era capaz y la vez la convirtió en un objetivo fácil, incluso cuando utilizaba la conciencia títere, su cuerpo era contaminado por esas emociones.
"Los Viajeros como tú pueden usar su cuerpo o su conciencia. Sus propios cuerpos le dan fuerza a su conciencia, permitiéndole afectar la realidad sin ni siquiera aparecer, pero son más susceptibles a salir lastimados, heridos o afectados mentalmente." Dijo el Monje Song sin ocultar su solemnidad y al ver que ella asentía, añadió. "Aquellos que usan este mundo como un camino, no se preocupan por este asunto, pero para personas como tú, que se mueven y mantienen en el Plano Astral es tanto una ventaja como un peligro."
Los psiónicos que eran capaces de moverse por el Plano Astral apareciendo y desapareciendo de la realidad, siendo capaces de viajar miles de kilómetros como los magos mentales, no necesitaban preocuparse por los efectos.
Ellos empleaban este lugar como un camino para viajar de un punto a otro y el problema radicaba para aquellos que usaban su cuerpo y se movían por este mundo, luchando en contra los horrores y pesadillas.
"Tomaré en cuenta su consejo." Respondió Clémentine asintiendo con la misma seriedad.
El Monje Song era su tutor y guía en este mundo, enseñándole los trucos que necesitaba saber y preparándola para involucrarse por completo en este mundo.
"¿Los efectos continúan?" Preguntó el Monje Song de repente
La estaba observando, especialmente la expresión seria que llevaba que superaba su expresión normal.
Y Clémentine asintió sin querer mirarse en ningún objeto reflejante.
En su mente había vocecitas que le susurraban sobre su figura, distorsionando su imagen en los reflejos, haciéndola parecer alguien que no era.
Tales efectos no estaban relacionados con la falta de autoestima o el amor propio y aunque ella no era alguien arrogante con su apariencia y no le interesaba demasiado, sabía que tenía una apariencia superior al promedio.
Tampoco se trataba de debilidad mental.
Los miedos y efectos mentales más difíciles de superar eran las emociones humanas.
"Ven. Para finalizar tu iniciación, te guiaré a un nuevo lugar." Dijo el Monje Song y desapareció, moviéndose al Plano Astral.
Clémentine dudó al ver el edificio destruido y al final se movió, encontrando al Monje Song por los rastros de la energía psiónica.
En este mundo ilimitado con toques de color púrpura que cubrían su visión, ella se acercó al Monje Song.
Era fácil perderse en este lugar y aunque había aprendido a moverse, no era una experta, al menos no completamente.
"Sigue el rastro." Ordenó el Monje Song pasando una pluma púrpura que liberaba una fuente de energía psiónica.
La estuvo ocultando dentro de su mente y Clémentine al recibir la pluma, percibió la presencia y el dueño de esa pluma.
Entonces al captar la conexión, empezó a moverse distorsionando sus alrededores en un viaje por este mundo.
En este lugar no había direcciones y era una compleja realidad que sus sentidos buscaban explicar y por más difícil que fuera, lo lograba.
Para moverse por este espacio se necesitaba direcciones y posiciones marcadas en la realidad, para que pudiera guiarse.
Una de esas posiciones era el Templo del Monje Song y otra era su casa en donde estaba su padre.
Una vez con esos puntos como medio, pudo precisar a donde moverse para seguir los rastros de la pluma y su expresión cambió cuando vio una forma a la lejanía.
Las emociones afectaban este mundo, pero otros capaces de afectar este mundo eran los psiónicos poderosos y las grandes mentes, quienes eran capaces de crear un sitio para ellos.
Por tal razón a veces veía estructuras brillantes, que podían pertenecer algún psiónico o representar la mente de algún psiónico que afectaba este mundo sin saberlo o incluso mago o guerrero.
Ella nunca se había acercado a uno de esos lugares, al menos no por voluntad propia, ya que era posible que uno de esos lugares fuera remanentes del pasado, cuyo efecto permanecía en la actualidad.
Después de todo, las emociones y la fuerza mental de algunos individuos tanto psiónico como mágicos era tan alta que podían dejar una marca en este mundo.
Y al ver la estructura que se revelaba con más detalle cada vez que ella se acercaba, Clémentine se dio cuenta de quien pertenecía esta marca.
"¿Fenghuang?" Dudó Clémentine en voz alta.
Lo que estaba a su vista era un templo oriental inmenso cuyo brillo era lo suficiente intenso como para que Clémentine quedara anonadada.
Era imposible no reconocer la presencia que venía desde ese lugar y menos cuando antes lo había conocido.
La Bestia Santa de China, la criatura psiónica de rango SSS, el Fénix, Fenghuang.
La pluma se disolvió y ambos fueron atraídos a la entrada, que se abrió al recibirlo y aunque Clémentine estuvo tensa, abrió su boca al entrar.
Al adentrarse en el interior, ella abrió aún más su boca al ver la inmensa sala en donde varios monjes estaban en movimiento.
Algunos monjes que había visto meditando en el templo en Nepal, estaban aquí caminando, desapareciendo en varias puertas que guiaban a lugares desconocidos.
Mientras que, en el centro de la sala, estaba flotando una esfera gigantesca de fuego que ocultaba el interior.
Y Clémentine al acercarse automáticamente pudo sentir como las emociones y susurros eran limpiados, hasta que desaparecieron por completo.
"Bienvenida a nuestra sede." Dijo una voz que provenía desde el interior del fuego y cuando dos ojos púrpuras aparecieron, reveló. "Un lugar de descanso para los viajeros."
Ella estaba en la sede de los monjes y en el hogar del Fénix, quienes se encargaban de proteger este mundo de los peligros psiónicos.
Y ahora…
"Este será un lugar de descanso para ti." Añadió la voz en calma.
Ella era uno de esos viajeros cuya misión era proteger a los inocentes de las pesadillas.