Edward observó detenidamente a su maestro.
Su expresión era tranquila y calmada, pero tenía un ligero fruncir de ceño que era muy notable.
"¿Tan mal está la situación?" Preguntó Edward con curiosidad.
Su maestro estaba luchando en la guerra europea-demoniaca que cada vez estaba siendo menos agitada.
Los refuerzos imperiales y aquellos que venían de Terra nova fueron implacables en la eliminación de sus objetivos.
Vinieron bastantes demonios de alto rango y su número fue mayor del que los humanos habían pensado al inicio, pero cayeron como moscas.
"La guerra ha estado yendo bien. Hemos derribado a los demonios y también hemos eliminado grupos y sectas humanas. Las fuerzas imperiales fueron muy eficaces y que Grecia aceptara recibir al imperio, permitió que ellos tuvieran una posición estratégica que le ayudó a moverse." Reconoció su maestro y al ver que él lo miraba, agregó. "Sin embargo todo eso es superficial."
Frunciendo el ceño en la duda de decirlo o no, al final suspiro con cansancio.
"Ayer las calamidades oficiales del Imperio Falion nos trajeron un cadáver de otro demonio de rango SSS. Al parecer había llevado a cabo un ritual de sacrificio a Ketzula y había ascendido." Reveló su maestro y al verlo sorprendido, detalló. "Nadie sabe sobre el tema. Aun así, esa calamidad nos deja en claro que ellos se están moviendo en silencio."
La guerra en la superficie aquella que había empezado con Malik tratando de conquistar el mundo, estaba siendo suprimida a gran velocidad y la victoria de la fuerza aliada, estaba cerca.
Incluso cuando se le agregó 'demonios' a la mezcla y se convirtió en la guerra europea-demoniaca, la victoria de la humanidad se acercaba.
Los refuerzos de Terra nova fueron precisos a la hora de actuar y esos individuos calamitosos no eran solo fuertes, sino que tenían un gran conocimiento y experiencia.
Sin embargo, la guerra había pasado de ser batallas campales a una guerra de guerrillas y la razón fue porque los demonios se estaban ocultando.
Las sectas demoniacas compuestas por humanos se acercaban a los demonios, invitándolos a que se unieran y en medio de la desesperación, ellos aceptaron.
"La Iglesia del Tiempo y el Espacio presento la propuesta de paz siguiendo los consejos del Imperio Falion." Anunció su maestro.
Edward frunció el ceño, pero al final guardó silencio.
Su maestro había esperado que se alterara, pero no lo hizo y eso lo sorprendió.
No era que odiara a los demonios, pero la paz significaba entregar tierras y tal resultado era repudiable.
Con las tierras se entregaba a los antiguos habitantes de esa zona y dejando que los demonios se asentaran, convertiría a Oriente medio en una tierra sin ley.
Como si fuera poco, esas tierras se convertirían en guaridas de sectas, cultos y ayudaría a que los demonios prevalecieran, adaptándose a este mundo.
El efecto a futuro podría ser sumamente desastroso.
Ahora sus enemigos vinieron de diferentes mundos demoniacos y los portales demoniacos que los trajo fueron destruidos o cerrados, impidiendo volver.
Sin ningún lugar a donde volver, la paz haría que los demonios pudieran asentarse.
Aunque a Edward le parecía una decisión equivocada, observó a su maestro reteniendo sus emociones y calmándose.
"La idea de esa paz viene del Imperio Falion a través de la iglesia. Estamos a un paso de que la guerra pase a ciudades europeas y los pocos rangos SS demoniacos, se muevan realizando hechizos prohibidos en las ciudades. Nadie desea cargar con ese resultado, incluso la Iglesia del Orden quien rechaza la paz." Explicó su maestro con calma.
Que los demonios se ocultaran dificultaba su búsqueda y el problema era que no había un 'radar' para detectar tales individuos.
Incluso si lo hubiera, era posible que la otra parte creara un hechizo o artefacto para evitarlo.
Si un demonio se movía a las ciudades europeas más pobladas y preparaba su hechizo… Era posible que la destrucción se llevara millones de vidas inocentes.
La destrucción de la Ciudad Jerusalén a manos de Malik todavía estaba presente en la mente de todos y a pesar de que las medidas de seguridad se elevaban en las grandes ciudades, todavía no era suficiente.
Enfrentar a un enemigo en la luz era simple, pero enfrentarlo en la oscuridad se podía convertir en un enorme problema.
"Pronto se realizará una reunión entre las fuerzas aliadas para definir si habrá o no paz. Hasta el momento es mejor que te quedes en ese lugar." Dijo su maestro y dándole una mirada, preguntó. "¿Lo estás llevando bien?"
¿Lo estaba llevando bien?
Desde que había terminado la misión arca, se había puesto a ayudar realizando misiones y cazando criaturas, pero no hizo nada más.
Si bien algunos individuos le pedían que hiciera misiones, mayormente era dejado de lado.
En cuanto a Aurora y esa glotona solo la había visto desde lejos a pesar de que era vigilado para que no se metiera en problemas.
"Sí. Estoy bien." Mintió Edward sin cambiar de expresión.
Estaba siguiendo el consejo de la Cardenal Brousseau y en vez de volver a disculparse, estaba tratando de cambiar por medio de las acciones.
Era por eso que estaba trabajando para las autoridades de Zerzura, aceptando misiones que los aventureros o gremios no deseaban aceptar.
Misiones en áreas despobladas, de limpieza casual en el terreno, de limpieza de mazmorras de bajo rango o cualquier otra tarea que no tuviera tanta participación, él lo aceptaba.
Ya no con ese orgullo inflado de querer algo 'digno' de su rango, sino que estaba siendo más moderado.
Tratando de dejar ese orgullo vacío atrás buscando mejorar.
"Si es posible, me gustaría que me enviara algunos grimorios para leer. Los que tengo ya los acabe." Dijo Edward con una cierta mirada extraña.
Su maestro lo observó lentamente y a pesar de que parecía agradable ante su entusiasmo, solo asintió.
Edward había dejado de entrenar como se debía y se dejó llevar por el orgullo de ser un rango A, a una edad muy joven, pero ahora se dio cuenta de lo estúpido que fue.
Tenía una gran fuente de energía mágica y una afinidad espléndida a la magia de relámpagos, estaba orgulloso de ello, pero necesitaba usarlo eficazmente.
Solo mejorando y volviéndose más fuerte, podía lograr alcanzar esa meta.
"Entiendo, lo enviaré." Respondió su maestro asintiendo con suavidad.
Tras una corta despedida, la videollamada acabo.
Al quedar solo en la habitación de su hotel, Edward finalmente suspiró.
Estaba tratando de cambiar, no solo como una forma de disculpa por haber actuado tan mal antes, sino que lo hizo porque se dio cuenta de que su orgullo era vacío.
La fuerza que se sentía orgulloso comparado con otros palidecía y lo peor era que tenía potencial para volverse más fuerte, pero se había dejado llevar.
Dejando de pensar en esos temas, Edward se levantó de su asiento.
Saliendo de la habitación de su hotel, se dirigió al pasillo y en ese lugar advirtió a varios aventureros también saliendo temprano.
Al salir del hotel pudo ver la calle.
A diferencia de cuando llego, la calle estaba teniendo más autos, pero también se podían ver bicicletas y algunas motos.
Los paladines patrullaban el área como si fuera algún tipo de policía local y en medio de ellos las personas se movilizaban.
El banco ya había abierto, abriendo la posibilidad para que las personas depositaran su dinero y para que pudieran pedir préstamos para invertir.
Edward se había enterado de que el 'fondo' que tenían era muy elevado y las inversiones que se podían llevar a cabo o los préstamos que eran posibles pedir, eran bastante mixtos y con montos muy altos.
La Empresa Apicius puso bastante dinero y Edward había escuchado, que varios accionistas de la empresa también depositaron su dinero en ese banco para permitir que los ciudadanos sacaran préstamos con intereses bajos.
James, el CEO de la Empresa, estaba yendo bastante serio con esta ciudad y si bien, Edward no entendía la razón por la cual los otros accionistas no lo detenían, la verdad era que los accionistas estaban apoyando la ciudad.
Si fallaba la construcción de la ciudad, Empresa Apicius se pondría en riesgo y con ello sus accionistas, tal vez fue por esa razón por la cual las inversiones pasaron a ser de su bolsillo personal.
Edward no entendía de negocios, pero cuando las personas estaban en la misma barca todos tendrían que remar para el mismo lado.
En este caso era lo mismo.
Lo destacable era que los contratos eran mágicos, así que la devolución estaba garantizada de alguna u otra manera, sin pasar la línea de lo ilegal.
Caminando por la calle, viendo a los aventureros armados y algunas tiendas locales abriendo sus negocios, sintió que el cambio en la ciudad era enorme.
Día a día, la ciudad estaba cambiando.
Cada vez más vuelos llegaban del extranjero, siendo muchos de ellos contratados por la Iglesia del Tiempo y el Espacio e incluso algunas empresas aceptaron el riesgo de asentarse en este lugar.
En la parte céntrica de la ciudad, los edificios se estaban construyendo sin parar a cada momento.
Los robots y drones constructores diseñados por la Empresa Cosmos, eran implacables en su trabajo y mientras tuvieran los materiales, el tiempo de trabajo se reducía de forma enorme.
Esos drones a veces tenían capacidades psiónicas como telequinesis permitiéndole aumentar la velocidad de construcción.
Los materiales que se usaban eran de alta calidad, dedicados a la protección y seguridad de los edificios, pero los drones podían manipularlos con facilidad.
Ver cientos de drones moviendo los materiales y construyendo edificios de varios pisos con total libertad y luego ver grandes robots constructores con manos mecánicas preparando todo, fue una vista impactante.
Algunos se sorprendían cuando los magos de tierra levantaban fuertes de tierra o construían casas con su magia, pero ver a drones moviéndose, era otro tipo de sorpresa.
En la zona céntrica no era el único lugar que estaba en construcción.
La gran muralla que cubría una enorme área lentamente estaba siendo ocupada y las construcciones de las casas eran bastante frecuentes en el norte.
Por supuesto, a muchos le llamaba la atención el templo de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, quienes no estaban construyendo algo simple, sino que un templo magnífico.
Eso y algunos edificios centrales con decenas de pisos que iban a ser la sede de la Empresa Apicius, daban una sensación de atractivo único a la ciudad.
La Empresa Cosmos era otra empresa estaba planeando acercarse para construir un edificio que funcionara como su sucursal local y ellos tampoco les gustaba ser humildes en sus construcciones.
La ambición de la ciudad era demostrada con tales construcciones y si bien el número de personas no superaba los cincuenta mil, estaba en aumento.
Los extranjeros llegaban con bastante habitualidad en los vuelos y en otra parte los refugiados eran traídos desde la Ciudad Zinder.
En ese lugar se había abierto un portal y fue utilizado para traer a las personas que necesitaban ayuda.
Había escuchado de que se planeaba otras misiones arcas y se estaba buscando destinos diferentes.
En medio de esos rumores, Edward también sentía que Aurora estaba preparando algo de mayor nivel.
Era cierto que no se había reunido, pero ella era un punto fundamental en la ciudad y sus movimientos eran muy secretos.
"Tch…" Chasqueando su lengua con ciertas emociones negativas, Edward volvió a suspirar.
Sabía que Aurora no lo invitaría a las misiones que ella realizara y eso causo cierta molestia que salió de repente.
No podía evitarlo.
Las personas no cambiaban de un día para otro.
Dirigiéndose a un edificio particular, Edward se adentró en el centro de misiones de la Ciudad Zerzura.
El gremio de mercenarios y el gremio de aventureros no se habían asentado en este lugar, era por eso que las misiones se distribuían por medio de las autoridades locales.
La confianza estaba asegurada por la Iglesia del Tiempo y el Espacio y la Empresa Apicius, quien realizaba los diferentes pagos.
Hasta se había creado una aplicación de distribución de misiones para los relojes holográficos, pero venir directamente era lo mejor.
Proyectores se encontraban en el área, detallando los últimos informes de aventureros y mercenarios, junto a los turnos de diferentes mazmorras.
La Ciudad Zerzura estaba instalando un 'Sistema de Protección' que tendría múltiples funciones, pero todavía no se había aplicado con totalidad.
Solo la gran muralla que cubría la ciudad y los portales de la Iglesia del Tiempo y el Espacio que eran parte de este sistema, estaban presente.
Había un sistema de radares en la ciudad para detectar cambios de energía mágica y el nacimiento de monstruos, pero el análisis en los alrededores era deficiente.
Era por eso que se usaron a los aventureros, mercenarios, milicianos y todos aquellos que trabajaban eliminando criaturas.
Ellos identificaban una mazmorra natural, la informaban y recibían la prioridad para limpiarla, era igual para las mazmorras temporales.
Fuera de la ciudad y en todo el antiguo territorio de Chad, no había ninguna otra aldea, ya que todas fueron traídas a este lugar.
Como no había pueblos en el exterior se priorizó el desarrollo interno de la ciudad y tal acción, llevo a que la organización, exploración y control del exterior fuera deficiente.
Edward frunció el ceño al buscar su siguiente misión.
Había beneficios para quienes informaban de mazmorras, pero siempre había individuos que preferían limpiarla por ellos mismos y no declarar sus ingresos, obteniendo una ganancia extra.
"Mazmorra natural… Mazmorra natural… Un quebrantahuesos avistado en el área. Una manada de Lycaon." Murmurando lo que estaba viendo seleccionó la caza del quebrantahuesos.
Como un mago de relámpago podía enfrentarse a un ave voladora y en caso de que la otra parte deseara huir, podía atraparlo.
Tal vez no era tan rápido como un mago de aire, pero las velocidades de sus ataques eran mayores que otros.
Una parte de él, quería limpiar una mazmorra natural solo, pero no se atrevió debido a que no deseaba causar problemas.
Si seguía actuando imprudente no solo iba a terminar avergonzado, sino que era posible morir.
Había visto lo aterrador que era el bosque mágico y lo peligroso que podía ser áfrica.
Aceptando su misión con un suspiro y observando como diferentes mercenarios buscaban miembro para sus grupos, Edward salió solo por su cuenta.
Era un rango A y era considerado fuerte, pero nunca fue bueno para cooperar con otras personas.
Así que prefirió trabajar solo.