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Operación Asalto.

En una proyección de una oficina, un hombre de mediana edad, que emanaba un aura sofisticada y elegante, estaba firmando unos papeles.

"Escuche que llamaste a tu hermano y según él, actuabas un poco 'rara'." Comentó el hombre con una calma solemne.

A pesar de que estaba firmando unos documentos sin mirar a la cámara, la atmosfera que liberaba cierta presión única.

Clémentine que recién acababa de atender la llamada se congeló al escuchar el comentario de su padre.

"Oh, parece que es verdad." Murmuró el hombre y levantó la cabeza para mirar directamente a Clémentine.

Clémentine dudó al ver que los ojos de su padre se tornaban ligeramente purpuras, pero controló su expresión y dio una sonrisa.

"Solo estoy un poco nerviosa. Tengo una misión importante y solo estaba nerviosa." Respondió Clémentine lo mejor que pudo y en respuesta su padre levantó una ceja.

Había hablado con su hermano y tal vez debido a su nerviosismo le dijo que se cuidara y fue honesta con el aprecio que sentía por él, dando el sentimiento de despedida.

No pensó le avisaría a su padre...

"Dijiste 'nerviosa' dos veces." Señaló su padre sin cambiar de expresión.

Clémentine parpadeó sin saber cómo reaccionar al notar la expresión de su padre.

Esa mirada básicamente decía 'te atrapé', aunque había repetido dos veces la misma palabra… Para ella era inconcebible.

"¿Cuán de importante y peligrosa es esta misión?" Preguntó su padre con un tono serio.

Los ojos de ese hombre se volvieron púrpuras cuando la energía psiónica emanó de su cuerpo.

Estaban en dos lugares diferentes y separados por una pantalla, aun así, la mirada por la proyección llevó a que Clémentine temblara de manera involuntaria.

Cuando un poderoso psiónico como su padre la observaba, Clémentine sabía que le sería imposible mentir y si cortaba la llamada, era muy probable que su padre llegara en unos minutos y la buscara para comprobar su estado.

Su padre podría ser indiferente en algunos temas, sin embargo, priorizaba la familia, ante todo.

"Es una misión clasificada." Respondió Clémentine sinceramente.

Esa era una respuesta a la pregunta.

Una misión que era tan importante que se volvió clasificada y no podía hablarse de ella con facilidad.

Su padre dejó de usar su energía psiónica para observarla y con una mirada igual de seria, preguntó. "¿Crees en la victoria?"

La pregunta tomó a Clémentine por sorpresa y su padre continuo.

"Si no crees en la victoria, retírate. Salvar o ayudar a otros no tiene sentido si terminas muerta." Declaró su padre fríamente.

Elegir entre la vida de su hija y otra persona desconocida, su padre siempre elegiría la primera… No importa cuán frío e indiferente pareciera para el resto.

"Sí, creo en la victoria." Respondió Clémentine con un tono seguro.

La seguridad en su voz no solo provenía de su fuerza, la de sus compañeros o el duro entrenamiento que ellos atravesaron, sino que, de individuos como Aurora, Alice y Akira y todos los demás que participarían en la misión.

Incluso el grupo de Henrik estaba incluido en la lista.

Aurora no era alguien que los arriesgaría y les daría una misión que sería mortal o imposible.

Las situaciones peligrosas podían suceder, era cierto, pero para responder ante tales situaciones estaban sus compañeros.

"Lamentablemente, no puedo decir más." Agregó Clémentine con una media sonrisa.

Era lamentable ya que, si hablaba sobre la misión, sus habilidosos compañeros podrían tranquilizar a su padre.

Aun así, ella entendía el significado de 'clasificado'.

"Ese pequeño grupo de mercenarios terminó siendo más de lo que esperaba." Murmuró su padre con un tono curioso y mirando a Clémentine, agregó. "Si estás segura ve. Solo asegúrate de escapar si las cosas se complican. No arriesgues tu vida por personas sin importancia."

La expresión de Clémentine tembló por un momento.

Las palabras de su padre eran demasiado directas y ese hombre no oculto sus pensamientos, a pesar de que contrariaba lo que ella creía.

Tras una breve conversación, la llamada se cortó.

Miércoles 29 [10:45 p.m.].

Clémentine revisó la hora y luego abandonó su habitación, usando un portal para llegar a la sala, encontrando a los demás miembros de su grupo.

"¿Terminaste?" Preguntó Shao Ya con curiosidad.

"Sí. Mi padre me conoce bien y se dio cuenta de mi actitud, aunque no le conté nada." Respondió Clémentine con total honestidad.

La misión empezaría en unos pocos minutos, y si bien Aurora no había prohibido las llamadas a sus familiares, le había prohibido hablar sobre la misión, ya que era clasificado.

Para Clémentine era difícil imaginar cómo alguien en otro continente podría afectar la misión, sin embargo, como estas órdenes era parte de la misma misión, la siguió al pie de la letra.

Después de todo, era miembro del grupo mercenario y ella debían de comportarse siguiendo las estrictas reglas del grupo.

Cuando se hizo las [11:00 p.m.], Clémentine se movió con su grupo al sótano de entrenamiento en donde se encontraban los otros miembros de la expedición.

"Usen sus máscaras." Ordenó Akira mientras dejaba ver en la mesa las diferentes máscaras.

Mascarás que ocultaban su rostro completamente, por lo general todas eran blancas y parecían al estilo de máscaras que usaron en el concierto que participaron en la fiesta de aniversario, solo con un pequeño cristal en la parte interna como diferencia.

Una vez que todos se pusieron las máscaras, estas empezaron a tomar diferentes diseños en ellas y dándole un estilo único mientras cambiaba el color de cabellos, ojos y voz.

Hasta el diseño de sus armaduras y trajes de combate cambiaron a uno totalmente distinto.

Estas máscaras tenían un sistema de comunicación y en reserva un sistema psiónico de telepatía que permitía una comunicación más rápida y privada.

Si bien sus enemigos tendrían dificultades para identificarlos, ellos sabían quien era quien entre sus compañeros enmascarados.

"Las máscaras son la seguridad necesaria para prevenir represalias y también muy útil si necesitan mantener un perfil bajo." Dijo una joven de cabello negro con una voz aguda y agradable, llevando una máscara blanca sonriente y tocando su máscara, comentó. "Claro, en mi caso y en el de Alice, llevar mascarás no es realmente necesario."

Las máscaras servían para prevenir represalias y garantizar la seguridad para que las identidades no sean descubiertas, pero estas protecciones estaban centradas en los estudiantes para que ellos pudieran seguir en la academia sin que nadie supiera lo que hicieron aquí.

Hasta se había preparado una misión oficial por parte del ejército para ocultar sus acciones actuales.

Sin embargo, era diferente para Aurora y Alice… La segunda tenía una habilidad particular muy fácilmente reconocible, y extrañamente cuando la segunda estaba presente la primera la acompañaba y viceversa.

"Henrik y Akira son líderes de sus respectivos gremios de aventureros y ellos tienen una imagen que mantener, es por esa razón que usan mascaras." Agregó Aurora con calma.

Ambos líderes de gremios con sus respectivos miembros enmascarados necesitaban tener cuidado con sus acciones, ya que las imágenes de sus gremios podrían verse afectadas.

Aunque estaba bien que Akira ayudara en la misión 'Arca', era otro asunto si alguien la identificaba como miembro de esta misión.

Clémentine estaba segura de que incluso si se llegaba a saber no iba a ser tan problemático, ya que estaban por detener a alguien que estaba por realizar un ritual demoniaco.

Aun así, ella entendía la razón de mantener sus máscaras puestas.

Tanto Aurora como Alice podían protegerse de las represalias muy diferentes al grupo de estudiantes.

"Todos saben cuál serán sus tareas. No comentaré sobre ese tema, pero actúen con precaución y cautela, manteniendo siempre su seguridad como su principal objetivo." Anunció Aurora con un tono simple.

Habían revisado el plan toda la tarde y se habían preparado para diferentes situaciones que podrían ocurrir.

Sabían cuál era su misión, cuál era su objetivo y conocían su tarea.

"Tendremos que ir por el grupo de la iglesia. La Sumo Sacerdotisa Xaali estará al mando y ellos nos ofrecerán su apoyo." Comentó Aurora y dando una señal para que lo siguieran todos se dirigieron al portal con sus máscaras puestas.

Hace unas horas atrás se habían puesto en contacto con el grupo de la iglesia, y ahora conocían cuál era el trabajo de ese grupo.

Cuando atravesaron el portal llegaron a una sala subterránea en la que se encontraba un enorme portal.

A su alrededor se encontraban sacerdotes y algunos paladines armados completamente.

"¿Cómo va todo?" Preguntó Aurora a Liam que estaba comprobando varias pantallas.

"Los camiones ya están llegando, los guardias han levantado algunos almacenes, pero todavía no se ha avistado al General Kavuri." Informó Liam y con un medio suspiro, señaló. "Sin embargo, hemos detectado algunas señales de vida en los camiones, antes de que tuviéramos que retirar los exploradores."

La información que podía recibir en este momento era escasa y como la misión se trataba de detener el General Kavuri, tenían que actuar con precaución.

Las misiones no se realizaban solo 'cargando' a un lugar directamente, una exploración meticulosa e información confiable ayudaría a reducir el tiempo y salvar a las personas sin encontrarse con peores situaciones.

"Perfecto, vamos. Sea que el General Kavuri llegue antes o después, no importa." Dijo Aurora dando la señal para qué la Sumo Sacerdotisa Xaali se preparará.

Esa sacerdotisa reunió a su grupo de sacerdotes y el portal en el centro se activó de forma estable.

Clémentine tragó con nerviosismo y trató de calmar su corazón palpitante, entonces al momento siguiente, la calma vino de repente.

Una onda de energía psiónica que buscaba tranquilizar a aquellos que eran afectados.

Laila que era una psiónica centrada en los ataques mentales, utilizó sus capacidades para calmar los pensamientos ansiosos de aquellos afectados, permitiendo que los estudiantes se sintieran mejor.

Clémentine respiró hondo y viendo que sus compañeros estaban más tranquilos, siguió a Aurora que entró al portal.

La distorsión y el movimiento demoraron unos segundos, ya que al instante siguiente descendieron en medio de un bosque oscuro cubierto de oscuridad.

Rodeado de árboles y con la luna en el cielo como única iluminación, todos bebieron el brebaje que le permitía ver durante la noche.

Las ramas crujieron y Liam dio una señal a la oscuridad cerca de ellos, entonces un pequeño grupo de exploradores salieron de la zona.

"Gracias por su apoyo, ahora pueden descansar." Dijo Aurora a esos soldados que habían servido como exploradores.

Miembros de las fuerzas especiales del ejército, cada uno de ellos eran expertos Rangos A con fuertes habilidades de ocultación y sigilo.

Mientras se desplegaba una barrera para ocultarlos completamente, Liam desplegó pantallas de sus drones.

Pequeñas cámaras especiales y drones desarrollados para ocultarse y pasar desapercibidos de los sentidos de un Rango S, estaban trasmitiendo ahora mismo.

"Los rehenes se encuentran en los almacenes, sus señales de vida son débiles y los guardias que lo cubren tienen una fuerza promedio de Rango B. Rodeando a la mansión se encuentran otros guardias su fuerza es variada, con algunos rangos A presentes." Informó Liam revisando todas las cámaras y potenciando los detectores de señales con su habilidad.

Con la presencia de un mecánico como Liam los drones podían realizar una investigación más profunda y certera, a pesar de que la distancia sin duda era una carga.

Sin embargo, con su pequeña investigación pudo confirmar que el ritual se haría como estaba planeado.

Además de…

"He confirmado al General Kavuri." Avisó Liam con un tono ligeramente emocionado.

Todos miraron en la pantalla al hombre de mediana edad que llevaba un uniforme militar y que se encontraba en la terraza observando el círculo mágico demoniaco que se encontraba en el patio trasero.

Si bien se podía detectar las señales de vida y de energía mágica o psiónica para verificar a los enemigos presentes, la mayoría reducía la energía que emanaban cuando no estaban en combate, lo que era imposible identificar y confirmar a su objetivo una vez que estuviera dentro de la mansión.

Sin embargo, era diferente si aparecía por sí mismo.

"Movámonos. Clémentine tu grupo se encargará de rescatar a los rehenes. El grupo de Henrik se encargará de las fuerzas del enemigo y el grupo de Akira de presionar al General Kavuri y a todos los guardias que se acerquen." Ordenó Aurora dando las mismas órdenes que todos sabían, y mirando al grupo de la iglesia, pidió. "La misión oficial comenzará en diez minutos, nosotros también comenzaremos al mismo tiempo."

Aquellos que realizarían el primer movimiento sería la Sumo Sacerdotisa Xaali con su grupo de cinco miembros, sin embargo, en otros lugares el ejército también comenzaría la operación Asalto actuando a la misma hora.

Presionando de diferentes sitios impidiendo que ninguna fuerza enemiga se moviera para apoyar otras áreas.

Los grupos se movieron y Clémentine lideró a su equipo.

Usando un pergamino de magia de oscuridad, le permitió ocultar el sonido de su pisada, el olor y su presencia.

Potenciado por el sigilo de su equipo, el grupo se sintió a salvo.

Gracias a la exploración de los drones y el equipo de exploración, sabían más o menos el diseño de la mansión y en donde debían ocultarse.

Cuando llegaron a la ubicación designada, su grupo se quedó a mil metros de su objetivo ocultó en los árboles.

Clémentine observó a sus compañeros, era imposible pensar que hace un mes solo eran estudiantes de la academia.

Cada una de ellos llevaban expresiones serias y solemnes, sin ocultar el nerviosismo y la ansiedad.

La misma Clémentine estaba nerviosa y lo único que pudo hacer fue controlarse, para no hablar ni ser descubierta

[11:20 p.m.]

—Diez minutos para comenzar, estén preparados.

La voz de Aurora resonó en la mente de todos los presentes cuando ella utilizó la red de telepatía.

Clémentine se ajustó su máscara y mantuvo su atención en la mansión, completamente en silencio y prácticamente sudando por los nervios.

Desde su posición podía ver el almacén en el cual estaban unos de sus objetivos.

Los minutos pasaron lentamente y el nerviosismo aumentó, al igual que la ansiedad.

7 minutos…

6 minutos…

5 minutos…

Entonces, a solo cinco minutos de que la operación comenzara notaron como un portal se creaba y un individuo salió acompañado de un grupo.

—¿Por qué está aquí?

La voz sorprendida de Aurora, resonó por el sistema de telepatía.

Próximo capítulo