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CAPÍTULO 156- Algo inesperado.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 156

Estoy caminando por un pequeño pueblo mientras tengo a Rei en mi espalda.

Los problemas todavía no terminan. Falta uno por resolver… Derrotar a Sufuco.

—Es igual de fuerte que Oscuridad… Mierda… Apenas logré derrotar a Oscuridad… Y morí cuando lo derroté.

—Debes luchar contra Sufuco sin usar el 100% del modo rosa. Si lo usas, morirás.

—Sí, ya lo sé…

Espera…

Recuerdo las palabras que usaron los demonios cuando se fusionaron.

"¡Gran señor del dolor y la maldad, te pedimos que unas nuestro poder! ¡Solmar, Melgar, Nelfrar, Akaine, Sufuco y Nerlín, hagan su trabajo!

—Solmar, Melgar, Nelfrar, Akaine, Sufuco y Nerlín… Solmar fue el primero en aparecer… Sufuco aparecerá pronto… Tal vez los demás sean igual de poderosos… Mierda.

Esto se complica cada vez más… Maldita sea.

—Se suponía que Solmar y Nelfrar habían sido eliminados por Fransme… Ellos encontraron alguna manera de renacer.

—Vaya, vaya… Fransme… Dios me dijo que él se parecía mucho a mí… ¿Seré su reencarnación?

—No lo creo, pues el alma de Fransme fue destruida… O eso tengo entendido… Y aparte, no es él, es ella.

—¿Ella? Vaya, vaya… Pero Dios también le dijo "él".

—Tal vez lo olvidó.

—Incluso los que creen en el Dios Fransme dicen que fue un hombre… Supongo que con el tiempo fue cambiando… ¿Ella te usó?

—Sí, ella era la que podía usar la espada Dex.

—Vaya, vaya… Ya veo… Bueno, vamos a comer y luego regresemos a entrenar.

(Minutos después.)

El carruaje todavía sigue al lado de un lago, no nos hemos movido. Debido al torneo, no tuvimos tiempo de movernos.

Mis compañeras están cocinando carne de serpiente gigante. En una fogata están calentando la carne, y en otra, están calentando una pequeña olla con arroz blanco.

Huele delicioso… Y me muero de hambre.

La pelea me dejó exhausto mentalmente. Necesito descansar.

Me acerco a ellas caminando y mi abuela se acerca a mí.

—¿No te ibas a quedar más tiempo allá?

—Izuke me trajo de vuelta para que entrene… El peligro que se acerca es demasiado poderoso, debo entrenar…

Me gruñe el estómago.

—Y tengo hambre… ¿Ya está la comida?

—Claro, ven.

Me acerco a mis compañeros y Nirfa se acerca rápidamente a mí.

—¡¿Cuántos demonios derrotaste, Daniel?!

—Solo uno, pero era muy poderoso.

Aunque es el demonio más amable que he conocido.

Me agacho y pongo mi mano derecha sobre el suelo.

Saco una enorme cantidad de tierra del suelo y la transformo en una mesa de madera.

—Faltan las sillas…

Sonia se acerca a mí.

—Daniel… ¿Podemos hablar?

... Me siento un poco incómodo hablando con ella, pero debo dejar el pasado atrás.

—Claro.

Se acerca demasiado a mí.

—Es sobre… nosotros.

—¿Nosotros?

Ya la rechacé muchas veces. ¿Seguirá intentando recuperarme?

—Cris y yo… Queremos entrenar contigo y con Sandro… Queremos ayudar en algo también.

Ah... Menos mal.

Suspiré aliviado.

—Vaya, vaya… Pues Sandro y yo hacemos un entrenamiento especial y secreto… Pero pueden entrenar con las demás sin problemas… ¡Crismi, ven, por favor!

Crismi se acerca a mí caminando.

—¿Sí?

—Entrena a Sonia y a Cris… Y no trates de hacerle algo raro a Cris, ¿entendido?

Crismi me acaricia la mejilla.

—Sabes que solo me interesas tú.

Nirfa me abraza por la espalda.

—¡Daniel es mío! ¡Daniel, no me engañes!

—... ¿Eh?

Hay un gran silencio incómodo por 10 segundos y me alejo poco a poco de ellos.

—B-bueno, lo que pasa es que…

Extiendo mi dedo índice, señalando algo.

—¡Cuidado, un demonio!

Todos voltean a ver a esa dirección y rápidamente cargo en mis brazos a Nirfa y me voy volando.

—N-Nirfa, ¿no pudiste mantenerlo en secreto por ahora?

—¿Tiene algo de malo que seamos pareja?

... No lo somos todavía.

—Bueno… No… Pero es bastante raro que alguien que te cuidó de niña se convierta en tu pareja… Trata de convencerlos de que no tiene nada de malo, por favor… Aparte, te dije que me dieras algo de tiempo, cuando logre ser el mismo de siempre, podremos estar juntos… Espera...

Este presentimiento...

Me detengo y observo a cierta dirección a mi derecha. A lo lejos se puede apreciar una enorme casa de tres pisos y de color blanca. Es la única casa que está por aquí cerca.

... ¿Por qué?

—¿Qué pasa?

—Mi corazón se acelera…

Aprieto los dientes y regreso rápidamente con mis compañeros.

—Nirfa, regreso pronto… Iré a visitar a mi madre.

—¡¿Tu madre?!

Aterrizo con las demás, bajo a Nirfa y me voy volando.

—¿A dónde va?- Dijo Crisme.

—Dijo que iba a visitar a su madre.

—¡¿Su madre?!- Dicen todos sorprendidos y asustados.

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