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CAPÍTULO 31- Sacrificio necesario.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 31

(Tiempo atrás.)

(Mundo 15.)

Nadia, de 22 años, estaba ayudándole a Daniel, el padre de Daniel, a estudiar en una cafetería.

El padre de Daniel tenía 18 años y estaba a punto de entrar a la universidad.

Daniel heredó el nombre de su padre.

—Ya me cansé...

Nadia puso su cabeza sobre el hombro izquierdo de Daniel.

—¿Por qué no vamos a divertirnos al parque de diversiones? ¿O al cine? Yo pago.

—Debo estudiar... Aunque me da flojera.

—D-disculpa...

Tres chicas de secundaria se acercaron a Daniel.

—¡¿E-eres un modelo?!

—No lo soy.

—¡¿E-en serio?! E-es que... E-eres muy guapo y...

—Maldi...

Nadia estaba a punto de levantarse y golpearlas, pero Daniel sabía eso y la tomó de la mano.

Nadia se sonrojó y Daniel les sonrió a las chicas. Ellas se pusieron completamente rojas y nerviosas.

—Gracias por sus palabras, pero no soy modelo... Y estoy en medio de una cita. No quiero que mi novia se ponga celosa.

—L-lo siento por molestarlos.

Ellas se alejaron y Daniel volteó a ver a Nadia.

—¿Celosa, cariño?

—P-pues... N-no mucho. ¿Celosa de unas chicas de secundaria? Qué tontería. Yo soy más guapa y mis pechos son más grandes.

—Pues...

Daniel levantó la mano que sostenía Nadia. Ella la estaba apretando demasiado.

—Tu mano no piensa lo mismo.

Nadia se puso completamente roja y desvió la mirada.

—L-lo admito... Estoy celosa... Te lo advierto, si me engañas, te lo cortaré.

Daniel se rió un poco y le acarició la cabeza a Nadia.

Él estaba acostumbrado a esa personalidad fuerte que ella tenía.

—Solo me interesas tú... Solamente tú.

—Cariño...

Daniel comenzó a besarla.

La relación que ambos tenían era muy linda y romántica.

... Pero la relación que Nadia tiene con su hijo es muy mala.

(Pov- Daniel.)

Monderfol está comiendo en una mesa, y junto a él, están los demonios legendarios comiendo.

Todo estaba en paz, hasta que mi madre rompe una pared con mi cuerpo y caigo al suelo frente a ellos.

—¡Vaya, vaya, realmente eres resistente!- Dijo Nadia.

Me levanto rápidamente y Nadia intenta golpearme con su espada, pero reacciono y nuestras espadas chocan.

Los demonios voltean a vernos y nos observan pelear.

—¡Es ese chico!

—¡Kya! ¡Tan genial!

—¡Es nuestra oportunidad!

Monderfol se levanta de la mesa y sonríe.

—Una pelea entre una madre y su hijo es interesante. No los interrumpan. ¡Nadia, termina rápido con él!

—¡Lo haré!

Volteo a ver a su Rey y me pongo furioso... ¿En serio lo prefiere a él? ¡Te odio, maldito Monderfol! ¡Hijo de perra! ¡Por tu culpa debo pelear contra mi madre! ¡Cuando termine con ella, te mataré!

—¡Por tu culpa debo matar a mi madre! ¡Te odio!

Él se sienta y sigue comiendo. Ignora por completo lo que dije.

—¡Maldito!

—¡No te distraigas, idiota!

Mi madre intenta golpearme con su espada y reacciono rápidamente.

Nuestras espadas chocan de nuevo.

—¡Vaya, vaya, realmente eres bueno, llorón!

—¡Cállate!

Me da una patada en el costado izquierdo y me saca volando, provocando que choque contra una ventana y la rompa.

Estoy afuera del castillo. Estoy en el suelo y varios demonios me rodean... Algunos tienen forma humana, otros tienen mutaciones. Algunos demonios tienen pelo en el cuerpo, algunos son semihumanos, otros parecen la combinación de varios animales... Creo que se les dice: "Quimera".

—¡¿Este es el tal Daniel?!

—¡Vamos a matarlo!

Mi madre sale por la ventana.

—¡No se metan, yo lo mataré!

Me levanto y me doy media vuelta.

—¡Arches Nexus!

Me voy volando de ahí... Es más difícil de lo que pensé... Debo pensar en una estrategia... ¿Cómo la voy a derrotar?

—Necesito pensar en un plan.

—¡No escapes, hijo!

Me doy la vuelta y veo que mi madre y decenas de demonios me siguen.

Mmm... Si escapo puedo usar ese hechizo... Pero su Rey aún sigue en el castillo... Debo ganar tiempo para que escapen mis compañeras.

Me detengo y me dirijo a mi madre... Debo ganar tiempo... Debo seguir peleando en este lugar.

—¡Nadia!

Intento golpearla, pero nuestras espadas vuelven a chocar. Me escupe en la cara y me da en el ojo derecho... ¡Eso fue sucio y asqueroso!

—¡Qué asco!

Aprovecha que estoy un poco distraído y me da una patada en la cara. Toma impulso y me intenta golpear con su espada, pero logro reaccionar a tiempo y me alejo rápidamente de ella. Pero logra hacerme una gran herida en mi pecho.

La herida es algo profunda, sangre sale rápidamente de mi pecho... Realmente me duele.

—¡Mierda!- Digo quejándome de dolor.

—¡Por poco!

Los demonios nos rodean... Supongo que quieren ver mejor nuestra pelea.

—¡Qué gran espectáculo!

—¡Una pelea entre madre e hijo!

—¡Genial!

Me duele mucho el pecho y estoy perdiendo mucha sangre... Esto es malo, si pierdo más sangre, me desmayaré o moriré... Debo terminar con esto rápido.

—Es tu fin, bebé llorón.

Me siento mareado.

Aún no puedo usarlo... Mierda.

—Me decepcionaste, y como castigo, mataré a tus compañeras lenta y dolorosamente. Y a Cristi le irá mucho peor.- Dijo sonriendo.

Siento un gran dolor y odio en mi corazón. Mi ojo derecho empieza a sangrar... Nadie amenaza a mi abuela... No permitiré que le hagas daño... ¡No lo permitiré!

—No... No te dejaré... No lo permitiré... ¡No lo harás!

Me dirijo a ella e intento golpearla, pero ella se agacha muy rápidamente y esquiva mi golpe. Me da una gran patada con su pie derecho en la barbilla y hace que suelte la espada.

—¡Perdedor!

Tomo su pierna derecha con mis manos y empiezo a dar vueltas. De mis manos sale un vapor negro y empieza a rodear la pierna de Nadia.

—¡No te dejaré matar a mis amigas! ¡Y tampoco le harás daño a mi abuela!

La lanzo hacia el suelo y choca contra el suelo fuertemente.

—¡Espada Dex!

La espada aparece en mi mano derecha y me dirijo a mi madre... Ella está confundida por alguna razón. Puedo verlo en su cara.

—¿P-por qué no puedo moverme?- Dijo Nadia mientras está en el suelo.

—¡Muere!

—¡No, espera, no lo hagas! ¡Soy tu madre!

Aterrizo y atravieso la cabeza de mi madre con mi espada... Es una escena bastante asquerosa y enferma... Pero tenía que hacerlo.

—Lo siento... Nadia.

Los demonios no pueden creer lo que acaba de pasar.

—¡Derrotó a Nadia!

—¡Acaben con él!

Ya pasó algo de tiempo... Puedo usar ese hechizo... Moriré, pero valdrá la pena.

—Ya gané suficiente tiempo. ¡Vels!

Me dirijo corriendo al castillo mientras que los demonios me persiguen.

Monderfol y los demonios legendarios están afuera del castillo, esperándome.

—¡Maten a Daniel!- Dijo Monderfol.

Los demonios legendarios se dirigen a mí e intentan atacarme con espadas, pero las esquivo y me dirijo a Monderfol.

Lo que haré me costará la vida... Pero valdrá la pena... Para ganar algo, debes perder algo... Y yo perderé la vida.

—¡Sacrificio Gran Explosión!

Mi cuerpo empieza a brillar

—¡¿Gran explosión?! ¡Mierda!- Dijo Monderfol asustado.

Mi cuerpo explota y una gran esfera blanca empieza a rodear el lugar.

Las compañeras de Daniel observan la esfera desde muy lejos. Están cerca de un bosque, estaban a punto de entrar al bosque.

—E-ese hechizo es... ¡¡No, Daniel!!- Gritó Liz llorando.

—¡¿Qué es eso?!- Dijo la abuela de Daniel.

—¡Es un hechizo llamado: "Sacrificio Gran Explosión"! ¡Es tipo fuego y Hada! ¡Al usar el hechizo, tu cuerpo explota y provoca una gran explosión de magia, que destruye todo a su paso!

—¡¿E-eso significa que...?!- Dijo Sara.

—¡¡Daniel murió!!- Gritó Liz.

—¡¡¿Murió?!!- Gritó Sonia.

—¡¡¿Estás bromeando?!!- Gritó Cris.

—No... Es la verdad...

—Da...Dani...- Dijo la abuela de Daniel con lágrimas en sus ojos.

La abuela de Daniel cae al suelo desmayada.

Casi todas empiezan a llorar, excepto Daniela. Rem y Sonia parecen las más afectadas.

—¡Daniel, ¿por qué lo hiciste?! ¡Te extrañaré!- Dijo Rem.

—Dani... Lamento haberte engañado... Lo siento.- Dijo Sonia.

Daniela sonríe... No parece triste.

—Daniel no murió.- Dijo Daniela.

—¿Q-qué dices?- Preguntó Sara.

—Él no murió.

—¿P-por qué lo dices?

Daniela se acaricia la marca que tiene en su frente.

—Mi marca no desaparece. Cuando el amo de un familiar muere, la marca desaparece. Mi marca no desapareció, lo que significa que sigue con vida.

—¡Vamos, debemos ayudarlo!- Dijo Rem.

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