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Dolor enmarcado(Día 142)

Estoy muy cansada, apenas llegue me acosté y ni siquiera quiero cenar porque camine mucho hoy.

Me desperté muy temprano en la mañana y Regina les dijo a las chicas que debía ir a comprarle algo porque no me sentía bien.

Llegue al hospital y al entrar a la sala de terapia algo en mi quería quebrarse.

Camine hasta los sillones y me senté, mire hacia mi derecha y el sillón de Jin no estaba más.

Vino el enfermero y me inyectó.

-¿Quien te dijo?- pregunto el enfermero-.

-Su enfermero- dije-.

-No aprendió nada- dijo el agitando la cabeza-

-¿Cómo?- le pregunte yo-.

-Tu estas haciendo terapia y no puede recibir estrés- dijo el- No debían informarte-.

-Pero tarde o temprano me iba a enterar- dije y mire la tele-.

Debajo del televisor estaban las fotografías, siempre que alguien moría o era dado de alta colocaban una foto de la persona.

Allí estaba su fotografía. Lo mire y tenia ganas de llorar, no pude darle su regalo, se que en el entierro lo coloque allí. Se lo debía pero quería escuchar su voz diciéndome gracias o por lo menos que me dijera que no le había gustado.

-Es ley de la vida- dijo el enfermero-.

-Yo más que nadie soy consciente de ello- dije-

Pasaron las horas y estaba aburrida.

Una mujer trajo a su bebé a la terapia y me entretuve jugando con el, sonreí tanto como Jin.

Paso el tiempo y termine las inyecciones, lógicamente me quería ir del lugar.

Salí del hospital e intente que nadie me reconociera, y así fue. Al llegar afuera estaba apunto de tomar un taxi cuando sonó mi celular.

Ahora cada vez que suenas me da miedo, siento que algo malo va a pasar.

-¿Hola?-

-Hola, Caramelo-

-Kae, eres tú ¿Que sucede?-

-¿Sabias que eres la mejor amiga del mundo?- dijo el-.

-¿Que debo hacer?- pregunté sin dar mas vueltas-

-Necesito que repartas las invitaciones a mi cumpleaños-

-No tengo ningún problema- dije- ¿Cuantas son?- pregunte-.

-Noventa- dijo riendo nerviosamente-.

-Sólo invitaras a noventa, pensé que ibas a hacerlo más grande- dije yo-.

-Noventa repartirás tu, Kin Liu se ofreció a ayudarme por lo que le di doscientas diez -dijo pausadamente-.

-¡TRESCIENTAS PERSONAS!- exclame- Son muchas Kae-.

-Será en un salón grande... Por favor, ayudame- dijo el-.

-Ok- dije yo-.

Fui hasta su departamento y le dije a las chicas que ayudaría a Kae.

Al llegar, subí las escaleras y golpee las puerta, obviamente no me esperaba que el estuviera allí.

-Hola chicos- dije-.

-Hola- dijeron ellos-.

-Muchas gracias por ayudarme Camille- dijo Kae-

--¿A ti también te metio en esto?- dijo Kin-.

-Si-

-Bueno tienen varios días para repartilas pero por favor no tarden mucho- dijo el-.

Nos fuimos de allí y al bajar y salir del edificio Kin agarro mi hombro.

-¿Que te parece si repartimos las invitaciones juntos?- .

-Vamos a tardar más- dije yo-.

-Es una excusa para pasar tiempo y conocernos... ¿Que opinas?- pregunto el sonriendo-

-Ok- dije sin pensar mucho-.

Caminamos miles de kilómetros... Antes de llegar a la casa para tomar el auto de Kin varios amigos de Kae quedaban a la pasada por lo que aprovechamos y les dimos su invitación.

Llegamos después de dos horas de caminata a la casa y subimos a su auto.

Recorrimos todas la ciudad, no miento...

-¡Que cansados! - dije suspirando-.

-Si, además hace calor- dijo el-.

-Se acerca la primavera- dije-.

En un momento ningún dijo nada y admito que era incómodo. No sabia que charlar con el... ¿Que se suponía que debía decirle? No tenia ganas de hablar.

De repente el auto paro.

-¿Que sucede? ¿Llegamos?- pregunté-.

-Cierra los ojos y esperame aqui- dijo el-.

-Ok- dije y cerré los ojos. Ya me estoy acostumbrando a que me haga cerrar los ojos-

Sentí que bajo del automóvil, espere 10 minutos y sentí que entro. Escuche la puerta pero al mismo tiempo el movimiento de una bolsa, de repente sentí frío en mis piernas.

-Helado- dijo simplemente-.

Hace años que no tomaba helado... Siempre me pregunté si es, tomar helado o comer helado... Nunca se aclaró esa duda.

Lo bueno es que habia comprado tres sabores, chocolate, crema del cielo y almendras. No son mis favoritos pero me gustan.

Creo que después de tomar helado las cosas se relajaron más entre nosotros.

Seguimos repartiendo invitaciones.

Pudimos repartir ochenta...supongo que otro día seguiremos...

-Fue cansador- dijo antes de que nos despidieramos-.

-Si, pero lo importante es que pudimos repartir bastantes- dije-.

-Somos un buen equipo- dijo y extendió su puño-.

-Si- dije y choque mi puño con el suyo-.

Fui a casa y al entrar estaban las chicas cenando.

-¿Donde estuviste todo el día? - pregunto Linda-.

-¡Cierto!- dije y puse mi mano en mi cabeza- Me olvide de avisar al asistente-.

-¿Donde estuviste?- pregunto Luna-.

-Repartiendo tarjetas como les dije-

-¿Tantas tarjetas van a hacer?- pregunto Marcia mientras me sentaba en la mesa-.

-Nos faltan aún, solo repartimos ochenta- dije tomando agua-

-Wow- dijo Luna- ¿Cuantos van a ser en total?- pregunto ella-

-Trescientos, y a nosotros nos envió una invitación para todas. Cálculo que van a

ser mas de trescientas personas-.

-Ese hombre esta loco- dijo Linda -

-Y pensar que te gustaba apenas comenzamos- dijo Regina-.

-¿Que?- dijimos todas-.

-¿Ahora no te gusta mas?- preguntamos-.

-No- dijo sin mirarnos con la cara roja-

Ricardito no presto atención.

Ya estoy cansada, no doy más.

Me iré a dormir.

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