Al amanecer.
Cuando Shen Ying se despertó, el Padre Niu y el Chef cavaban en un montón de partes metálicas rotas. Mientras más cavaba Padre Niu, más se emocionaba. La sonrisa en su cara era tan brillante como un girasol.
—¡Estas cosas efectivamente están hechas de materiales de alta calidad! ¡Mierda! Están hechas de Piedras de Fuego Divinas. Guárdalas bien. Yi Qing, ¿Te queda espacio en el bolso de almacenaje? Rápido, mételas. Mientras más, mejor.
Shen Ying se estiró perezosamente antes de agitar su mano para saludar.
—¡Buenos días!
Los dos hombres, que estaban ocupados hurgando, voltearon sus cabezas y le dieron una mirada extraña.
—¿Qué? —¿Por qué la miraban así? Shen Ying caminó al montón de escombros y le dio un puntapié—. ¿Qué es esto? ¿De dónde salió? No lo vi aquí ayer.
—¿Maestra, está despierta? —preguntó Yi Qing, vacilante mientras caminaba hacia ella.
—Umm —asintió.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com