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Capítulo 16: Reflexión

Editor: Adrastea Works

-Dragón Myyr- Etapa de crecimiento: (2/4) myyr adulto joven. Progreso de crecimiento – 1.208/8.620. Nueva habilidad obtenida.

El cuerpo de Dorian se extendió, sus alas se estiraron y separaron, su hocico se hizo más largo, e incluso más dracónico. Su cuerpo se transformó de su diminuta estatura a unos enormes tres metros de altura, su cuerpo se alargó entre cinco a seis metros de longitud. Sus escamas verdes parecían adquirir un brillo misterioso, brillando incluso en la tenue luz de la cueva.

Sus sentidos parecían expandirse, su visión se agudizaba, su audición se volvía más poderosa, su sentido del olfato más fuerte. Los sonidos relajantes de un río corriendo, el aroma fresco del del agua, el brillo sutil del musgo oscuro. Todo alrededor de él se enfocó más.

También sintió que ahora estaba increíblemente apretado allí, con su cuerpo golpeándose contra el techo.

—¡Ay! Ausra ¿puedo volver a ser pequeño? —gritó mentalmente, ignorando temporalmente los otros mensajes que aparecían en su mente.

—Sí, ahora que tu alma se ha adaptado completamente a esta nueva forma, eres capaz de transformarte en cualquier forma en que te hayas desarrollado. Revertir a una etapa de crecimiento más baja también es posible, pero requerirá una supresión constante de tu crecimiento y, por consiguiente, drenará lentamente tu energía —la respuesta fría de Ausra hizo eco en su mente.

—¿Cómo puedo volver a una etapa de crecimiento más baja? —preguntó rápidamente, sintiendo que el techo de la cueva rocosa se movía ligeramente. Estaba desprendiendo una gran cantidad de presión en él. Si esto se derrumbaba…

—Simplemente enfócate en tu etapa actual, y podrás revertirla. Tu matriz de hechizos del alma seguirá tus órdenes.

Dorian hizo una pausa, y luego se enfocó en hacer su cuerpo pequeño, deseando volver a la primera etapa de crecimiento de su forma actual.

Un momento después, brilló una luz en sus ojos, y Dorian sintió que su cuerpo se encogía sobre sí mismo. Tomó solo un instante, y pronto tenía la apariencia de su forma anterior, el polluelo myyr.

—Uff —dijo en voz alta, estirando su espalda. Miró hacia el techo, viendo una pequeña capa de grietas en ella—. Eso no parece una buena señal —dijo Dorian, mientras se encogía de hombros, y luego rápidamente correteó afuera de la cueva subterránea, solo para estar a salvo.

Mientras salía, sacó su estado de alma, verificando su condición.

Dorian – Estado del alma

Etapa del alma: clase Magister (Inicial)

Salud: perfecta

Energía: 94% (drenando 1% cada 47 segundos)

—Mmm, realmente hay un drenaje significativo al mantener esta forma —pensó, frotándose su mentón dracónico. Dejó de desear estar en la primera etapa, y sintió que su cuerpo de manera automática volvía a su estado natural actual.

El de un dragón myyr de tres metros de alto.

«¡Oye! ¡Llegué a la clase Magister! ¡Impresionante, pasé la clase Caelum!¡Los dragones son los mejores!», dijo después de un rato, cuando notó el cambio, dando un pequeño brinco de celebración.

La diferencia entre las clases era extremadamente importante en los 30.000 mundos. Para las bestias que confiaban en sus linajes para fortalecerse, este salto evolutivo era una estadística de vida o muerte.

La clase Magister era una línea divisoria entre las bestias. Una sola bestia de clase Magister fácilmente podría aplastar varias bestias de clase Caelum.

Entre quienes practicaban la magia, una vez que su comprensión de la magia y su habilidad para usarla alcanzaban la clase Magister, tu alma debería evolucionar una barrera innata para proteger tu cuerpo.

Para las bestias con linajes poderosos que llegaban de forma natural a la clase Magister, era un poco diferente.

Las bestias de clase Magister evolucionaron cierto nivel de inteligencia, más allá de las bestias normales. No lo suficiente como para estar plenamente consciente en la mayoría de los casos, pero lo suficiente como para ser capaz de sentir y detectar el aura de otras bestias, y formar respuestas coherentes para ellas. El alma de una bestia de clase Magister era mucho más fuerte que la de una bestia de clase Caelum.

La razón por la que todas las bestias de clase Magister y clase Magnus Magister habían huido o se habían escondido al sentir el aura que Dorian había emitido era debido a eso.

Pero la diferencia más grande entre una bestia de clase Magister y una bestia de clase Caelum era un punto más sutil.

Los músculos y la densidad ósea.

En los 30.000 mundos, mientras más fuerte es el alma de un ser, más poderoso es el cuerpo que un ser podría contener o manejar. Para los magos, esto era evidente en los imponentes hechizos que pudieran ser capaces de desatar.

Para las bestias que crecían a través de su linaje, esto comenzaba a mostrarse a medida que su cuerpo físico se hacía cada vez más poderoso. Las células en el cuerpo de uno comenzaban a condensarse, creciendo más resistentes y más compactas, aumentando en número. Cuanto más alta la clase, más y más evidente era esto.

Una cantidad increíble de fuerza y poder podría estar concentrada en una sola forma física, apoyada por una poderosa matriz de hechizos del alma. Así era cómo funcionaban las leyes de este universo tan diferente.

Los guerreros que no eran capaces de practicar magia seguían una ruta similar a la de las bestias, haciendo crecer su cuerpo por la fuerza a través del entrenamiento y la estimulación constantes. Si bien no serían capaces de llegar al apogeo que podrían algunos linajes poderosos, aún podrían llegar a niveles extraordinarios.

Dorian lo sintió en su cuerpo, al sentir una fuerza en él que no había sentido antes. Miró hacia abajo a sus garras de ahora varios centímetros de largo, tamborileándolas.

TINTINEO

El eco que resonaba era poderoso, y se sentía amenazante. Sintió una fuerza en todo su cuerpo que no había sentido antes, como si de manera casual pudiera romper un árbol entero en astillas con un golpe casual. Se había vuelto mucho más fuerte.

Luego miró las alas en su espalda, con sus ojos brillantes.

Naturalmente, como si fuera por instinto, Dorian las extendió, sintiendo como si tuviera un par extra de brazos agregados a la espalda. Una brisa fresca resbaló sobre sus alas cuando se extendieron, surgiendo varios metros más que su cuerpo.

Frunció el ceño mientras las miraba. Como estudiante que estudió ingeniería aeroespacial, sabía muy bien que una envergadura de este tamaño nunca podría soportar su cuerpo de 3 metros de altura.

—Ausra, ¿pueden volar los dragones myyr? —preguntó.

—El dragón myyr es uno de los linajes dracónicos más débiles, y es incapaz de un vuelo prolongado. Planear y otras formas de vuelo temporal son posibles —respondió Ausra con su típica seriedad.

Dorian se encogió de hombros, aceptando como era. Sin embargo, sus ojos brillaron ante la idea de obtener una forma que pudiera volar a través de los cielos. ¿Qué humano no soñaría con tal cosa?

Al aceptar su cuerpo, se centró en la última notificación mental que su matriz de hechizos del alma le había enviado.

- Nueva habilidad adquirida -

Habilidad: llamas esmeralda menores (1/3)

Descripción: Una habilidad exclusiva para varias razas de dragones, la habilidad de desatar poderosas llamas verdes que arden con desenfreno, particularmente efectivas en derretir el metal. Las llamas están relacionadas con el ser que las desató, y no pueden dañarlo. Esta habilidad crece en maestría.

¿Qué eran exactamente las habilidades?

Según Ausra, las habilidades eran un poder exclusivo para bestias con linajes únicos o poderosos.

El linaje de una bestia, y su respectiva matriz están inherentemente unidas para casi todas las criaturas. Algunas criaturas tienen habilidades exclusivas que obtuvieron debido a la composición de su sangre y su matriz de hechizos del alma.

Esas habilidades eran muy similares a los hechizos mágicos. La fuente de cada uno era idéntica, de la propia matriz. No obstante, los magos, tenían que practicar muy duro para mantener su destreza de algún hechizo específico, aprendiendo y comprendiendo más sobre cómo funcionaba la magia.

Una habilidad, por otro lado, era completamente natural para el ser que la posee. Los símbolos complejos y la energía usada funcionaban de forma automática, lo que significa que incluso la bestia con menos inteligencia podría usarla.

Algunos magos habían hecho el trabajo de su vida para descubrir más sobre las habilidades de los seres que las poseían, para desvelar los secretos del universo. Ausra no tenía ninguna información específica sobre cómo habían progresado, pero dijo que era totalmente posible para un mago el imitar una habilidad, si la estudiaba y aprendía sobre ella lo suficiente.

—Ausra, ¿dices que esta habilidad crece en maestría? ¿Qué significa eso específicamente?

Sentía que podía comprender la información, pero quería estar seguro.

—Algunas habilidades están unidas al crecimiento de tu forma física. A medida que te haces más fuerte, la habilidad crecerá junto a ti a medida que tu cuerpo y tu alma se vuelvan capaces de manejar su forma más y más fuerte —respondió la genio.

Asintió. Eso era lo que pensaba. Mientras más fuerte fuera su cuerpo, más poderosas serían las habilidades que sería capaz de manejar.

Mientras asimilaba su reciente crecimiento, Dorian se aseguró de no bajar la guardia, vigilando de manera cuidadosa el valle circundante. Vio que al menos un centenar de los árboles estaban doblados o quebrados por la onda expansiva de antes que los rompió.

Decidió tomarse unos momentos antes de irse, analizando los pasados minutos.

Se sintió como un idiota.

Había estado tan emocionado al obtener esa poderosa aura, que pensó que era invencible. Después de todo, un aura tan poderosa debería hacer que cualquier ser inteligente huyera con terror, ¿verdad?

La respuesta a eso parecía ser un rotundo no. Solo porque tenía un as bajo la manga no significaba que siempre funcionaría. Confiar en eso para salvarse era una tontería.

Bajó la guardia en un valle que sabía que era peligroso. Claro, parecía seguro en ese momento, y solo había tenido un encuentro con humanos inteligentes antes, pero esa no era una razón para dejarse expuesto.

Encender un fuego en la naturaleza creaba un rastro de humo obvio. Había comenzado a cantar cuando estaba relajado, sintiendo como si estuviera verdaderamente a salvo.

Tenía que recordarse a sí mismo que esta no era la Tierra. No podía actuar como si fuera un humano normal en algún viaje de campamento. Aquí existían poderosas criaturas, seres que podrían aplastarlo como a un insecto.

Sus ojos se endurecieron mientras asentía bruscamente con la cabeza. Era extremadamente afortunado de haber sobrevivido esta vez, y las probabilidades de que eso sucediera una segunda vez eran escasas. No permitiría que este error ocurriera de nuevo.

Dorian suspiró, rascándose la cabeza. O bien, lo intentaba. Sus garras parecían ser mucho más afiladas que sus escamas, y accidentalmente se clavó a sí mismo. Al menos su regeneración parecía haberse incrementado ligeramente gracias a su mejora, la herida se estaba cerrando y comenzaba a curarse lentamente.

¿Por qué todos esos humanos y vampiros intentaban atacarlo, de todos modos? O quizás, trataban de capturarlo. Hasta que la batalla se desarrolló, ninguno de ellos parecía querer matarlo en realidad.

¿Cómo siquiera lo encontraron?

Sus ojos se iluminaron al recordar a ese mago que había visto su forma de Salamandra roja. ¿Tal vez él los llevó aquí?

¿Pero qué pasaba con los vampiros?

Mientras Dorian estaba reflexionando sobre esto, tratando de decidir a dónde ir desde ahora, un rayo de luz blanca captó su atención. Se dio la vuelta, con un gruñido en su cara mientras se preparaba para volar, con los ojos brillantes.

Flotando en el aire al frente de él estaba la figura transparente de un hombre viejo con una barba larga y blanca.

—Discúlpame, joven dragón. ¿Puedes darme un momento de tu tiempo? —la voz del anciano era tranquila y relajante mientras tendía sus manos, quieto, de pie y sin moverse.

..

A cientos de millas de distancia, Lord Hadrion del Departamento del rayo negro estaba mirando en dirección de Dorian, con una mueca pequeña en su cara. Estaba en el muro sur de la gran ciudad capital Obsidia, mirando al mundo que lo rodeaba. El enorme río que bordeaba la ciudad hacia el este, mientras que una gran y relajante llanura de hierba corría en todas direcciones.

—¿Qué crees que era eso, Larah? —dijo, señalando a la distancia.

Un gran pilar reluciente de rayos se había disparado hacia el cielo, atrayendo su atención hace solo unos momentos. Este pilar tenía una cantidad muy grande de energía en su interior, suficiente para que él la notara, incluso a esa distancia.

Larah Consta, su compañera maga del Destino de clase Magnus Magister, se encogió de hombros, con su cara aburrida y desprovista de emoción al responder.

—No estoy segura, pero es casi seguro que tiene que ver con uno de los nuestros. Lo investigaré. Deberíamos tener algunos de mis magos en el área.

La mujer se sentó, directamente en el muro exterior de piedra de la ciudad, agitando sus manos delante de ella. La luz parecía brillar en sus ojos mientras se enfocaba, concentrándose.

Como el miembro líder del Departamento del Destino entre todos los magos del Destino que habían venido con ellos, Larah era la líder absoluta entre ellos. Tenía una comprensión única de la magia del destino que estaba en la cima de la clase Magnus Magister.

La magia del Destino era un tipo de magia increíblemente oscura, pero también una de las más útiles. Cualquier grupo o equipo cualificado de magos tendría sin falta entre ellos a un mago que estudiara magia del Destino. Era parte de por qué el Departamento del Destino era uno de los más grandes y extensos de los 108 Departamentos, al tener miembros en equipos con todos los demás Departamentos.

Hadrion miró fijamente al rayo mientras se esfumaba, con sus ojos tranquilos. Eso era definitivamente un hechizo de algún tipo, y tenía un fuerte parecido con la magia del rayo: réquiem superior.

Suspiró. El tiempo se agotaba, desafortunadamente. Probablemente ni siquiera tendrían un día entero antes de que llegaran los miembros del Departamento de la oscuridad y del departamento de dispersión. El cuartel general del Departamento del rayo negro estaba en un planeta cercano a este mundo exterior, pero también lo eran los cuarteles generales del Departamento de la oscuridad y del Departamento de dispersión.

Si pudiera capturar con éxito lo que fuera que causara la perturbación en el Destino aquí por su cuenta, habría ganado una gran cantidad de mérito dentro de su departamento, y posteriormente, sería muy recompensado.

Por desgracia, la magia del Destino, aun para los mejores magos del Destino, podría ser una cosa muy difícil de desarrollar. Se las arreglarían para localizar la perturbación en el Destino en algún lugar dentro de mil millas de aquí, pero la ubicación exacta era imprecisa.

Ya había repartido a sus hombres lo más largo y ancho que podían ir, pero aún no habían encontrado nada. No obstante, el rayo brillante de magia del rayo hacia el oeste era increíblemente intrigante.

—He establecido una conexión a través del Destino con uno de los nuestros en la zona… ¡Han encontrado la ubicación de la perturbación en el Destino! —la voz de Larah tenía, por una vez, un toque de emoción.

Hadrion sonrió, apretando los puños. Parecía que no sería demasiado tarde para ellos después de todo. Las palabras a continuación de Larah, sin embargo, enfriaron su entusiasmo.

—Aparentemente se trata de una bestia de al menos clase Dominus, y una muy poderosa prosiguió y luego se detuvo, tartamudeando.

Hadrion giró su cabeza y le hizo un gesto para que continuara.

—¿Qué clase de bestia es? —dijo Hadrion. Frunció el ceño bruscamente. Una poderosa bestia de clase Dominus. Eso podría resultar problemático, especialmente si estaba en la cima de su fuerza. Su última batalla con una bestia de clase Dominus había sido una extremadamente dura y destruyó una cordillera completa, y esa bestia no era una que estuviera en el apogeo de la clase Dominus.

—Es… eh, parece ser… un dragón bebé de escamas verdes… ¿al que le gusta cantar y bailar?

Próximo capítulo