—Magia de madera: ¡puño de Goliath!
Dorian observó con los ojos muy abiertos como un enorme puño hecho de algún tipo de madera negra oscura se materializó sobre el lobo piel de hierro, chocando con él.
BUM
El puño de madera había aparecido de la nada, y se movió con tal velocidad y fuerza que el lobo no puedo esquivarlo, incluso si era una bestia de la clase Caelum. El impacto resultante causó que el puño explotara y se astillara en fragmentos de metralla de madera que estallaron hacia afuera.
El lobo dejó escapar un quejido furioso cuando el puño lo golpeó directamente en la cabeza, aplastándolo contra el suelo. El ataque lo tomó completamente por sorpresa, cuando su atención estaba enfocada totalmente en la Salamandra roja enfrente de él.
El lobo piel de hierro se quedó abajo después del impacto, tirado en el suelo, inmóvil. Dorian correteó encima de un árbol, manteniéndose tan abajo en el suelo como le era posible mientras observaba todo.
Gradualmente, las figuras de varios hombres aparecieron, caminando en el claro del bosque cerca del lobo. Tres de los hombres estaban vestidos como guerreros, con armaduras de cuero oscuro y empuñando espadas. Otro lucía como algún tipo de guardabosques, mientras el último llevaba un conjunto de finas túnicas de seda gris.
—Toldro, verifica su estado —dijo William Robel, el hombre con túnicas de seda, agitando su mano hacia el lobo abatido.
El hombre que parecía un guardabosques se movió hacia delante rápidamente, sus pasos eran cuidadosos pero seguros. Se arrodilló cerca del lobo, examinándolo.
—¡Todavía está vivo, y en una buena condición!
Mientras Dorian veía que todo esto se desarrollaba, se dio cuenta de algo. Los hombres delante de él no estaban hablando en español, pero él podía entenderlos.
—Ausra, ¿cómo sé qué es lo que están diciendo? —preguntó.
—Su Señoría, en su infinita sabiduría, estaba al tanto de que muchas personas hablan en diferentes idiomas en los 30.000 reinos. Por lo tanto, inscribió el conocimiento de los seis idiomas más hablados, y los trescientos idiomas menores en la matriz de hechizos del alma de cada miembro del rebaño, incluyéndote, Primogénito. Tu comprensión y habilidad para hablar son innatas, en caso de que formes un cuerpo con la capacidad de hablar —respondió Ausra tranquila y concisa.
Dorian sonrió internamente ante la revelación. Él siempre había querido aprender una lengua extranjera, de regreso en la Tierra. Ahora, parecía que su deseo había sido concedido, en una forma propia. Sacó el recuerdo de la Tierra de su cabeza después de un momento, aparecieron imágenes de su madre, padre, y su familia. No podía permitirse pensar en eso ahora.
—¡Excelente! —dijo William con una enorme sonrisa cubriéndole la cara. Realmente habían logrado encontrar al lobo piel de hierro que habían estado buscando, y no solo lograron capturarlo, lo lograron atrapar fácilmente y con vida, tomándolo por sorpresa.
Los lobos de piel de hierro eran básicamente tesoros andantes, en especial los vivos que podían ser criados. La suerte del grupo realmente había cambiado, al perseguir los rumores que hicieron que ese lobo valiese la pena.
—Magia de madera: ¡campana de sellado! — Sus dedos se torcieron cuando lanzó otro hechizo, invocando una gran campana de tres metros de alto y dos metros de ancho. Agitó su mano de nuevo, convocando varios tentáculos de madera que se movían.
Estos tentáculos sujetaron al lobo caído, arrojándolo sin ceremonias a la gran campana de madera. La campana que se cerró inmediatamente con unos solo unos pocos agujeros en el lado para dejar entrar el aire.
—¡Sir! —dijo el capitán Lancaster con un tono alto desde el costado, mientras William aseguraba su trofeo, dando un paso adelante.
—¿Deberíamos hacer algo con la salamandra roja que está hacia el sur? —preguntó, señalando vagamente con la mano.
Dorian se congeló cuando escuchó esto, sin atreverse a moverse. ¡¿Cómo lo encontraron?! Él estaba ocultándose, y se ocultaba bastante bien. La cubierta del árbol y la maleza significaban que apenas era visible como mucho.
William echó un vistazo exactamente a donde Dorian estaba, mirando hacia su escondite por un momento.
—Mmm… Ni siquiera es una bestia de clase Caelum. Me desharé de ella.
El hechicero juntó las manos, preparándose para lanzar otro hechizo. Dorian no se quedó en el lugar, e inmediatamente se dio la vuelta y escapó, huyendo tan rápido como podía. Se abrió paso a través del claro del bosque, sobreasando los árboles, con una chispa de miedo ardiendo en su corazón. William miró sorprendido a la salamandra roja que huía.
—¿Percibió nuestras intenciones? Qué inusual… Como sea —echó un vistazo a la campana flotante con una mirada de satisfacción.
—¡Regresemos a nuestra ciudad!
..
Dorian corrió por unos sólidos treinta segundos, alcanzando el límite del valle boscoso. Se ocultó cerca de un montón de rocas grandes al borde del límite forestal, con su cuerpo agitado. La adrenalina, o su equivalente de Salamandra, bombeaba a través de sus venas mientras temblaba, tratando de mantenerse calmado.
La magia existía en este mundo, claramente, al repasar la situación. Esa era la única manera en la que podía explicar cómo la madera se movió en la forma en que lo hizo. No era muy sorprendente. La existencia de su matriz y su habilidad de Garras de fuego ya eran prueba suficiente de la magia.
«¡Sin embargo, hay humanos! ¡Esos eran los primeros humanos con los que me encontré!» Al darse cuenta de esto completamente, Dorian se estremeció un poco, sintiendo una mezcla extraña de felicidad y decepción. «¿Quizás debería haberme quedado y tratado de comunicarme?», pensó, por un momento, antes de desechar inmediatamente ese pensamiento.
No sería bueno sobresalir mucho justo ahora. Ese humano había derrotado fácilmente a un Lobo piel de hierro de clase Caelum, algo que él era incapaz de hacer. Quedarse quieto lo habría puesto totalmente bajo el control del hombre.
Suspiró, extendiendo sus garras.
Lo que él necesitaba hacer era volverse más fuerte. Lo suficientemente fuerte como para relajarse y viajar seguro, y tal vez encontrar una forma de volver a la Tierra. Permaneció escondido por unos minutos más, esperando a estar seguro de que los humanos se hayan ido.
Después de hacer una pausa, salió de su escondite, y se deslizó de nuevo en el valle. Se movió cuidadosamente de árbol en árbol, tratando de evitar hacer cualquier ruido innecesario.
Gradualmente se tranquilizó, sintiendo que las cosas volvían a la normalidad. Se instaló el sonido de la vida silvestre saltando o moviéndose, haciendo que el bosque se sintiera similar a uno normal en la Tierra. Ignorando los ocasionales rugidos descomunales de bestias enormes en la distancia, Dorian atravesó al punto más bajo del valle, buscando 'el foso más oscuro'.
Después de pasar diez minutos recorriendo el valle sin suerte, caminó hacia el arroyo al centro del área boscosa, pateando una piedra con frustración. Observó la piedra navegar, rompiendo corriente abajo y sorprendiendo a varios grupos de peces.
Por el rabillo del ojo, vio algo en el río moverse también, sobresaltado por el movimiento de los peces. Una forma que se le hacía familiar.
¡Era otra almeja marrón del tesoro!
Sólo para estar seguro, lo verificó con Ausra, quien confirmó su suposición. La miró con curiosidad.
—Ausra, esta es la segunda almeja que me encuentro ahora. ¿No se supone que son raras? —le preguntó mentalmente a la genio.
El genio estuvo en silencio por un momento antes de responder.
—Las almejas marrones del tesoro son atraídas por el Destino y los objetos predestinados. La que encontraste antes fue atraída probablemente por su Señoría torciendo el Destino para enviarte aquí. Ésta aquí posiblemente tiene algún tipo de relación con la almeja anterior.
Los ojos de Dorian se abrieron mucho ante la respuesta, mirando a la almeja con intensidad. Estaba hundiéndose a lo largo del fondo del arroyo, deslizándose a través del agua cristalina. Mientras la observaba, consideró una posibilidad que no había pensado antes. Quizás el foso más profundo en este valle no estaba en el área boscosa… ¿Quizás estaba en el arroyo?
Deambuló hacia adelante, acechando a la almeja mientras se alejaba de la multitud de peces, observando sus movimientos. Si fue atraída por el Destino… entonces había una clara posibilidad de que el lugar donde dormía estuviese cerca del tesoro del mago muerto.
La almeja, después de ser sorprendida por los peces, parecía tener la intención de escapar y esconderse. Se movió a lo largo del fondo del arroyo por varios minutos, lo que condujo a Dorian a un buen centenar de metros. Lo siguió pacientemente, observando sus movimientos.
Justo cuando el arroyo estaba entrando en una curva y giraba, de repente, la almeja marrón del tesoro se desvaneció, desapareciendo de su visión. Dorian se abalanzó hacia adelante, con sus ojos alerta mientras exploraba sobre la parte del arroyo en la que la almeja se había desvanecido. Vadeó en el agua, mirando con detenimiento.
Efectivamente, después de mirar a sus alrededores por unos segundos, Dorian vio una abertura en el costado de la pared del arroyo. El agujero era difícil de ver, colocado de modo que no pudiera ser visto si se estaba en el exterior del arroyo. Era bastante grande, de unos dos metros de ancho y un metro y medio de alto. Se arrastró hasta allí, clavando una garra. Sintió roca y luego espacio abierto. Lo miró de nuevo antes de encogerse de hombros. Quien no arriesga, no gana.
Dorian dio un gran respiro, y entonces se sumergió bajo el agua, impulsándose a través de la abertura. Su visión era excelente, incluso bajo el agua. Sus ojos rápidamente se adaptaron al entorno más oscuro mientras echaba un vistazo dentro.
El agujero conducía a un túnel de cueva largo e inclinado que parecía correr en un ángulo ligeramente descendente. El nivel del agua en la cueva era constante, sin correr hacia afuera o adentro, sino en equilibrio.
Dorian apenas vio que la almeja marrón del tesoro se deslizaba al final del camino visible y giraba.
Salió a la superficie por un momento y tomó otra gran bocana de aire, y luego se sumergió de nuevo y comenzó a nadar, impulsándose rápidamente a través del pasaje.
Como una salamandra roja, podía mantener la respiración por al menos varios minutos si lo necesitaba. Si él no encontraba algo en el primer minuto simplemente se iría y asunto resuelto.
A pesar de estar bajo tierra, el camino de la cueva parecía estar tenuemente iluminado por un tipo de musgo o alga brillante en el suelo de la cueva. Dorian se movió rápidamente a través del túnel, alcanzando el final del camino en unos segundos.
Al doblar en la esquina, vio lo que parecía una gran piscina, y una capa de agua bordeada por aire. Sonrió cuando vio esto, nadando un poco más.
—¡Vaya! —dejó escapar el aliento y tomó otra respiración profunda, echando un vistazo a la cámara subterránea.
Era una cueva larga, pero estrecha. El musgo brillante que estaba presente en el agua también estaba en el suelo de la cueva, iluminando el lugar. El techo tenía cerca de un metro de altura, hecho de roca gris áspera. Alrededor de dos tercios de la sala estaban inclinados hacia arriba, sin agua, mientras que el otro tercio estaba sumergido. En una esquina determinada del lugar, oculta en la parte inclinada, Dorian divisó a la almeja marrón del tesoro, enterrándose en medio de un montón de rocas blancas.
Parpadeó mientras estudiaba la roca, dándose cuenta. Lo que pensaba que era un montón de rocas era en realidad un grupo de huesos apilados al azar. Se estremeció brevemente, reconociendo una vaga forma humana. También vio una bolsa marrón desteñida debajo de los huesos, cubierta de parches grises.
Este era, muy probablemente, el cadáver del mago caído del mensaje en ese anillo.
*CRAC*
Uno de los huesos se fracturó cuando la almeja marrón del tesoro se movió, tratando de esconderse debajo de él. Dorian frunció el ceño cuando lo vio y caminó hacia adelante, poniendo sus garras para resistir. Hizo uso de la energía en su alma, activando la habilidad de las garras llameantes cuando dio un paso adelante.
Primero sacaría la almeja, y luego miraría para ver realmente había algún tesoro dejado atrás.
..
En un mundo muy lejano del actual de Dorian, un hombre estaba sentado solo en una sala del trono vacía, sentado en lo alto de un enorme trono verde brillante. El trono fácilmente llegaba a los tres metros de altura, y flotaba en el aire, con intrincados grabados de magos que lanzaban hechizos y luchaban contra bestias fantásticas. Varias gemas estaban insertadas a lo largo del lado del trono, dándole una apariencia poderosa y rica.
La habitación estaba vacía excepto por el trono, y una larga alfombra roja llevaba al mismo. La suave piedra gris de la que estaba hecho el piso y las paredes contrastaba enormemente con la apariencia poderosa y detallada del trono. Una gran y brillante esfera amarilla iluminaba la habitación, flotando cerca del techo.
El hombre sentado encima del trono parecía ser de mediana edad, con cabello corto y canoso, y una barba corta, negra y tosca. Sus ojos color violeta brillaban con una luz extraña, mientras que su fuerte mandíbula y nariz pequeña le daban una apariencia masculina y atractiva. Una larga y roja cicatriz recorría a lo largo su mejilla derecha hasta su cuello, y tenía hombros musculosos.
Vestía una túnica blanca, ajustada y sencilla, adornada con una insignia de color negro de un libro de hechizos de mago. Su altura estaba sobre el promedio, de seis pies y cinco pulgadas, dándole una apariencia imponente aun cuando estaba sentado. Sobre su cabeza descansaba una delgada y simple corona dorada.
El hombre suspiró, mirando la habitación vacía. Giró la cabeza hacia atrás para mirar hacia el otro lado desde el trono, hacia la única entrada a la habitación. Había una serie de puertas de piedra de cinco metros de altura.
—Entra, Cassiera —su voz era sonora y cálida, pero llena de una sensación de un sentido de autoridad y poder incalculable.
Con el sonido de sus palabras, las puertas se abrieron inmediatamente. Una hermosa mujer rubia caminó por la alfombra hacia el trono. Sus ojos verdes y sus labios brillantes acentuaban perfectamente su largo y sedoso cabello rubio. Era esbelta y estaba en forma, las curvas de su cuerpo eran visibles a través del ajustado vestido azul que llevaba puesto.
—Su Majestad —la voz de Cassiera era tranquila cuando se detuvo a diez metros del trono, inclinándose. Un adorno azul y pequeño brillaba en su cabello.
—¿Qué indica el informe preliminar del Departamento de Magia del Destino?
El hombre en el trono agitó su mano hacia ella, con una mirada aburrida en su cara.
El Departamento de Magia del Destino era uno de los ciento ocho departamentos mágicos en la Autarquía Borrel, La gigantesca organización que controlaba más de 10.000 mundos.
Cassiera tembló mientras lo escuchaba responderle, con una mirada de adoración en sus ojos.
—Las alteraciones en el Destino han aparecido en ochenta y ocho diferentes mundos en total. De los afectados, tenemos bajo control treinta y dos de esos mundos. Cada alteración fue tumultuosa, y aunque los detalles exactos de lo sucedido son desconocidos, si se dejan desatendidos, las fortunas indican que se producirá un desastre de la escala de la invasión del Demonio Yale.
El hombre en el trono se reacomodó en el asiento ante esto, y sus ojos se abrieron un poco.
La invasión del demonio Yale había costado las vidas de más de cuarenta mil millones de humanos, en más de quinientos planetas. La inexplicable invasión de bestias inteligentes y poderosas a través de varios puentes de mundos se produjo después de la Alianza Graal, la poderosa alianza de bestias inteligentes que abarcaba más de siete mil mundos se había desintegrado hace aproximadamente mil años. La alianza solo se había logrado reformar un centenar de años después.
Un desastre de esta escala tendría efectos masivos, y podría cambiar la cara de la Autarquía tal como está. Un rayo de interés apareció en los ojos del hombre.
—Muy interesante.
Chasqueó los dedos un par de veces. De inmediato, aparentemente de la nada, aparecieron dos hombres enmascarados y vestidos de negro.
—Taron, emite un decreto a los ciento ocho departamentos, exigiendo una investigación en gran escala de los treinta y dos mundos afectados que están bajo nuestro control. David, reúnete con el Departamento de Embajadores Extranjeros y organiza propuestas a los planetas que no están bajo nuestro control, informándoles de la situación y ofreciéndoles nuestra ayuda. Obtén la información que necesites del Departamento del Destino.
El hombre agitó sus manos mientras les ordenaba a dos de sus subordinados de más confianza que actuaran, con una sonrisa apareciendo en su rostro. Volvió la vista atrás a la mujer vestida de azul que lo miraba con admiración.
—Cassiera. Tú y el Departamento del Destino lo habéis hecho bien. Infórmame si hay nuevos hallazgos.
Le dio un cálido asentimiento al despedirla de la salsa del trono. Ella retrocedió a regañadientes, inclinándose mientras se iba. Arthur Telmon, el rey mago de la Autarquía Borrel, y el humano más poderoso existente, miró alrededor de la ahora vacía sala del trono una vez más, con una sonrisa en su rostro.
—Parece que las cosas están a punto de volverse un poco más interesantes.