En el salón comedor apartado en el segundo piso, Granneuve estaba fumando un cigarro grueso y negro, y comentó de una forma grosera.
—Una dama músico es mucho mejor que esas chicas que querían saltar directamente a mi regazo después de recibir un par de regalos por mi parte.
—Pero... mi señor, no creo que realmente le agrade mucho a la Señorita Grace —le susurró su guardaespaldas más cercano.
Granneuve no estaba enfadado, en su lugar, se rio.
—¿Tú qué sabes? ¡Todo esto trata sobre una sensación de superación! Ya ves... conquistar a una dama de modales reservados con mi propio encanto, ¡jaja!
—Encanto... —el guardaespaldas estaba sin palabras. No obstante, como el guardaespaldas más cercano de Granneuve, sabía que todas las conductas groseras de Granneuve eran solo su disfraz. Si era un bueno para nada en realidad, ¿cómo se convirtió en uno de los conservadores de la orden secreta en Sturk?
En ese momento, Grace entró.
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