Las chicas se estaban inquietando mientras la envidia se apoderaba de todo su cuerpo.
Pero, ¿qué podían hacer? ¡Lu Zhaoyang era hermosa como una princesa de Disney después de todo, ella merecía un príncipe en un caballo blanco!
Ella tuvo un guapísimo ex, entonces era obvio que tuviera un esposo igual de guapo.
—¡Quieto, quieto! ¡Ugh! —gruñó un compañero. El raciocinio no ayudó a alzar su estado de ánimo en absoluto.
(De nuevo en la residencia de Huo y Lu)
Mientras descansaba contra la espalda de su silla, Lu cerró sus ojos ante la pregunta de su esposo.
Su esposo Huo podía ver su depresión en su estado de ánimo, mientras la abrazaba con fuerza. —¿Es el pasado mejor que el presente que te mantiene pensando en eso todo el tiempo?
Ella estaba mostrando resistencia mientras intentaba salirse de su agarre, pero el intento era obviamente inútil así es que al final se detuvo.
—Huo Yunting, ¿tanto te gusta chismosear?
—No me importaría chismosear si se trata de ti —dijo suavemente mientras asaltaba su lóbulo y murmuraba—: Y entonces, ¿quién es este hombre?
El sentimiento de cosquilleo era tan abrumador que su cuerpo se inclinó a un lado, —Lo que pasó, pasó. Ya se quedó en el pasado, así que, ¿podrías por favor olvidar eso? ¿Estoy obligada a hablarte de cada uno de mis ex?
Ella se rehusó a seguir hablando de Chen, porque ese era su más profundo y oscuro secreto, el que nunca podía ser revelado a las personas.
—Bien —susurró a medida que se alejaba de su lóbulo—. No hablaré más de él, aunque no sepa quién es. Dejaré a los muertos descansar.
A pesar de que no tenía ninguna información de este hombre, al menos la respuesta que le dio Lu le alivió un poco.
Después de todo, ella es su esposa, su pertenencia, su propiedad. Él no querría que su propiedad estuviese pensando en otro hombre.
Lu pensó que estaría perdonada esa noche dado que ella estaba parcialmente bebida y Huo parecía piadoso. Sin embargo, respecto a la naturaleza y resistencia de su esposo, ella estaba equivocada, muy equivocada.
Esa noche fue otra noche "agitada".
A la mañana siguiente, Lu estaba medio muerta, tanto que casi necesitaba clips para sostener sus párpados mientras intentaba revisar los documentos.
Casi muerta como debería estarlo, ella aún se las arreglaba para percibir a Yu Man'er manipulando su teléfono, probablemente enviando reportes de nuevo.
«Esa puta mejor se comporta o me aseguraré de que ella no dure hasta el próximo mes en Thunderbolt Corp».
Yu Man'er había estado observando a la "hermana" del presidente por un buen rato. Ella sacó su teléfono de nuevo al ver a Lu Zhaoyang dejándole el lugar sin nada en mano.
«¡Sospechoso, muy sospechoso! ¡Necesito reportar esto!».
Unos pocos tipeos rápidos y el reporte salió.
Un rato después, Mo Shan respondió: —En Kyoto ahora. Déjala por el momento.
Yu Man'er mantuvo su celular al instante. Si Mo Shan decía que la dejaran, entonces ella la dejaría, después de todo, ella era la "hermana" simbólica del presidente. Podría causar problemas si Yu Man'er le hiciera algo raro a ella.
Más tarde en ese significativo día, era la hora de otra reunión, donde el presidente firmaría un contrato con Hai Shang Corp. Bajo el brillo de las luces de la sala de reuniones, Huo Yunting estaba girando su costoso lápiz oscuro en su mano mientras escuchaba al presidente de Hai Shang dando su ambicioso discurso.
—Esta vez el proyecto debería ser uno muy exitoso, te lo aseguro, Presidente Huo. Por supuesto, el proyecto no sería un éxito sin que nos hicieras un favor —dijo el presidente de Hai Shang, quien estaba en sus cincuenta, pero aun así con una temerosa cortesía hacia Huo Yunting como una persona en sus veinte años.
Hombre…habla de lo nuevo dejando a un lado lo viejo.
Ahora lo viejo está suplicando por misericordia. Es por eso que, nunca hay que meterse con nadie en todos los ámbitos de la vida pues podría resultar ser el gran mandamás frente al que uno se arrodille suplicando por un futuro.
—Está siendo demasiado cortés, señor. Realmente no quiero sobresalir en ese tipo de proyectos. Usted es quien me hace un favor —dijo mientras dejaba de dar vueltas a su lápiz.
Probablemente, la línea más larga que Huo Yunting haya dicho a alguien más, además de a su esposa, en los primeros 40 capítulos…
—Deja el cuchicheo para después. Firmemos este contrato.