—¡Más te vale quedarte embarazada de una vez! ¡Ni pienses que te volverá a tocar! —le dijo amargamente y se marchó.
Yun Shishi se desplomó en el suelo, como si el alma hubiese abandonado su cuerpo. La secretaria se apresuró en ayudarla a levantarse.
—¡Párate! ¡El piso está frío! ¡Tu salud es importante!
Dos meses después, en el hospital privado de la familia de Mu, la secretaria sostenía en sus manos el informe médico.
Siete semanas de embarazo y su condición era estable. Era un par de gemelos idénticos.
La secretaria llamó por teléfono a la asistente de Mu Yazhe para entregarle toda la información. Yun Shishi salió de la sala de exámenes; el informe médico no le preocupaba en absoluto. Ahora, la chica era una marioneta de madera sin voluntad propia.
De todas maneras, solo hizo lo que debía hacer y aceptó todo lo que ellos habían preparado. No debía preocuparse de nada más.
La secretaria se acercó a ella. Y, esbozando una leve sonrisa, la consoló: —Señorita Yun, tu condición actual es muy estable. No te sientas tan nerviosa, je, je. No necesitas preocuparte de nada más y, por favor, quédate en la villa para cuidar de los bebés durante estos pocos meses. Si tienes alguna petición, solo dime.
Yun Shishi la miró y murmuró: —Quiero ver a mi padre.
Hacía dos meses, solo había dejado una nota sin decir adiós. ¡Debía estar muy preocupado!
La secretaria se puso tensa.
—Eh... El jefe nos indicó que tienes prohibido salir.
—Solo quiero ver a mi padre una vez. No pediré nada más, ¿no puede tan solo hacer esto?
Ante la expresión de súplica de Yun Shishi, la secretaria finalmente cedió: —¡Está bien!
Esta decisión era algo difícil para ella. De acuerdo con el contrato, Yun Shishi tenía prohibido salir. Sin embargo, al ver a esta pobre niña, quien se había convertido en vientre de alquiler a tan temprana edad, supuso que era muy probable que tuviera problemas en casa. Por lo tanto, sin el consentimiento del CEO, programó una cita para que se reuniera con su padre.
Acordaron juntarse en un café en el centro de la ciudad.
Tan pronto como recibió el mensaje, el padre de la joven salió apresurado y llegó treinta minutos antes de la hora estipulada. Allí, sentado dentro de la sala privada, no podía dejar de moverse nerviosamente. Después de que su hija se marchara sin ofrecer un adiós, se sintió tan preocupado que pasó numerosas noches dando vueltas en la cama, sin dormir. Su esposa a menudo se burlaba de su hija frente a él, diciendo que era una malagradecida y una p*rra insensible, como si la chica hubiera huido de la casa con un hombre cualquiera.
Su familia se desmoronaba y, mientras esto pasaba, el padre no sabía del paradero de su hija. Sin embargo, cuando ganó un millón de yenes misteriosamente en su cuenta bancaria al día siguiente, de manera instintiva lo relacionó a su desaparición. Incluso pensó que algo malo le había pasado...
En realidad, Yun Shishi no era su hija biológica. La adoptó accidentalmente de una institución de protección infantil hacía diez años. De hecho, tenía una hija biológica. La familia Yun tenía buena situación económica en ese tiempo y, al ver que Yun Shishi era una niña inteligente y sensata, él decidió adoptarla. Pero, nunca pensó que, luego de que esto sucediera, su esposa e hija biológica la rechazarían tanto. No le importó al inicio. Creyó que, gracias a su sensatez, la niña se ganaría la aprobación de su esposa e hija con el tiempo.
Pero se equivocó.
Usualmente, estaba demasiado ocupado como para preocuparse de las pequeñas cosas que sucedían en casa. Sin embargo, como padre, ¿cómo no se iba a dar cuenta de los maltratos por parte de su esposa e hija durante su ausencia? Yun Shishi en verdad era una niña inteligente. Aun cuando sufría en manos de su madrastra y hermanastra, no se quejó ni una vez. Pese a eso, su padre se sentía culpable.
De hecho, originalmente, su familia era adinerada. El hombre tenía una propiedad en el mercado que generaba ganancias estables, por lo que eran considerados como una familia rica. Sin embargo, al inicio del año, un desastre financiero se extendió por el mundo, lo que había dejado a su familia en absoluto caos.