—Él es mío. MÍO ¿Me entiendes, estúpida perra? —Lu Xinyi le dijo cada palabra con desprecio en la cara a Duan Yong. Era consciente de la expresión de shock de los empleados que esperaban afuera de la habitación. Podía escuchar la voz de Yan Cai que pedía ayuda médica para Shen Yi.
Era algo bueno que Yan Cai le había seguido y ayudado a lidiar con Shen Yi. No tenía idea de qué clase de droga había usado Duan Yong en su esposo, pero el médico residente de la empresa podría ayudar a resolver el problema.
Volvió a mirar a la cara a Duan Yong.
—Si te atreves a mirar de nuevo a mi esposo, me encargaré de ti yo misma. —Lu Xinyi tiró todavía más fuerte del pelo de Duan Yong y la obligó a mirarla a los ojos.
Duan Yong miró fijo a Lu Xinyi, atónita por lo que acaba de decir.
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